CAPÍTULO 1

¿Qué es un hogar?

Un hogar son esas cuatro paredes que te protegen de la lluvia cuando el tiempo se vuelve hostil. Del sol cuando se torna insoportable en esos días de verano. Es el lugar donde formas una familia, donde la ves crecer y envejecer.

Emma había vivido veintiocho años sin conocer nada parecido. Había crecido sola, sin ayuda, mudándose de un sitio a otro. Se la podría considerar una trotamundos de pies a cabeza. Siempre se había sentido sola, incompleta, vacía por dentro.

Había levantado un muro, una especie de caparazón desde la última vez que fue herida. Aquella fue la última vez que había amado, que había abierto su corazón.

Hasta que apareció Henry.

Emma sonrió al recordar cuando Henry picó a su puerta el día de su veintiocho cumpleaños. Había pedido un deseo y se había cumplido.

Era cierto, que la mujer rubia había levantado una fortaleza en su corazón, pero ese crío se había estado encargando de derruirla desde el día en que se plantó delante de la puerta del apartamento de Emma. Gracias a él, Emma había conocido a sus padres, no obstante, no podía negar que intentaba siempre que podía, evitarlos.

La rubia quería a Henry con locura, no podía negarlo, había intentado mantenerlo al margen de su vida, pero había sido inevitable. Lo cierto era que la mujer no podía dejar de pensar que Henry había sido el resultado de una relación, una relación que había provocado la producción de tal coraza en ella. Él no tenía la culpa y ella lo sabía, es más ni se le pasaba por la cabeza la idea de culparlo de nada.

El problema había llegado con la aparición del padre de Henry, Neal.

En cuanto lo vio, no pudo evitar parársele el tiempo, era Neal, el que había sido el amor de su vida, una etapa de su vida que él había completado. Era cierto que la había abandonado, pero ya le explicó el motivo. Le costó mucho asumirlo, es más pasaron meses hasta que pudo entenderlo.

No obstante, ella había mentido a Henry sobre la existencia de su padre y ahora no le dirigía la palabra.

Emma abrió los ojos y observó el castillo donde se encontraba sentada. Donde ella y Henry se solían reunir, hacía ya mucho tiempo de aquello. No había nadie, aquel lugar estaba desierto.

Emma volvía a ser aquella persona que Henry había encontrado en Boston.

Una persona solitaria y con una nueva coraza, esta vez, reforzada.

Una persona que estaba ahogando esas frustraciones con el paquete de cervezas que había cogido de la nevera de casa.

- ¿Problemas con la bebida señorita Swan?

Emma se giró para enfrentarse cara a cara con Regina, quien se acercaba con un andar elegante mientras se ajustaba el cinturón de la gabardina.

La rubia hizo ademán de levantarse para bajar del castillo de madera, pero se vio incapaz y se quedó sentada. Pudo ver asomarse una media sonrisa en el semblante de Regina.

- ¿No tiene mejores cosas que hacer que venir aquí?

- Desde luego, usted no.

Emma se apoyó en la madera y pudo notar como todo le daba vueltas.

- Exijo saber porque he visto a Henry con el hijo de Gold.

La rubia no pudo contener una carcajada.

- Es cierto, usted no ha tenido el placer de conocer al padre de Henry.

- ¿Qué?

- Estaba ocupada en mis asuntos que ni me acordé de comentárselo - dijo Emma mientras levantaba la penúltima de sus cervezas.

- Exijo...

- ¿Exige qué? ¿Qué? - dijo con un tono más duro y algo tocado por el alcohol - usted no es nadie para exigir nada, yo soy la madre de Henry, usted no. Yo, junto con Neal, formamos genéticamente a Henry, y ¿usted? No. Por supuesto que no. Usted no tuvo nada que ver con eso.

Regina recibió esas crudas palabras de lleno, no había planeado un ataque así, sobre todo proveniente de Emma. Se dirigió a seguir con la conversación pero la otra mujer la tomó por ella.

-Y es más, no voy a permitir que vuelva a estar siquiera cerca de él, no voy a consentirlo, aunque sea lo último que haga.

- No se atreva... - dijo con tono sumamente amenazador. Estaba claro que Regina estaba a punto de explotar de ira.

- ¿A qué ex alcaldesa? Termine con su amenaza. Por que no la tengo miedo, ni por un segundo se piense que lo tengo. No después de lo que le hizo a Graham. No se puede confiar en usted. Por eso ha sido recluida en si misma por un hechizo. Incapaz de sentir cualquier contacto humano, no volverá a sentir el contacto de una persona y no volverá a sentir la magia recorrer su cuerpo puesto que ha sido despojada de ella, ese es su castigo ex alcaldesa.

Regina no pudo evitar recorrer con la mente cada una de las palabras que Emma le había soltado. Mató a Graham poco después de que Emma apareciese por Storybrooke, nunca entendió porque tuvo ese ataque tan repentino, lo había hecho sin pensar y ahora estaba pagando por ello. Era demasiado tarde para enmendar los errores que había cometido, a la gente que se había llevado por delante para conseguir sus propósitos.

Se produjo un silencio extremo que Emma rompió de inmediato.

- Esa, es su nueva maldición.