N/A: Neocolai no es dueño de X-Men ni de nada relacionado a la franquicia.

Tengan una pequeña historia por el Día del Padre

N/T: La historia no es de mi propiedad ni autoria, la original puede ser encontrada en el perfil de Neocolai.


"No puedo creer esto. No puedo creerlo." Repetidos golpes acompañaban el parloteo de Peter mientras Erik se acercaba a la habitación del mutante. Se detuvo antes de alcanzar la puerta abierta.

"¿Por qué no sólo se lo dices?" Sugirió Raven. "¿Acaso te da miedo su repuesta?"

"No puedo creer que hayas dicho eso," Peter se quejo. "Lo he intentado por meses. Él sólo me mira como Wanda lo hace cuando le pido que juguemos con el frisbee."

"Bueno, en sí eso no debería sorprenderte," Raven arrastró las palabras. Su tono se suavizó, y Erik se pudo imaginar el melancólico ceño fruncido del niño. "Estoy segura de que no lo has intentado todo."

"¿No he mencionado ya todas las líneas cliché en la historia del cine?" Otro suspiro derrotado. "Creo que pretende que yo no existo."

"Sólo dale la tarjeta," Sugirió Raven. "¿En este punto qué puedes perder?"

"Sólo mi ya fragmentada dignidad y toda esperanza de volver a mostrarle mi rostro," Peter declaró.

Ah, ahora lo comprendía. El niño sólo hablaba de su madre. Ansiedad que lo hacía comerse las uñas. Cartas cliché. Revelaciones del destino. Reuniones de verano. Asomándose hacia adentro, Erik tocó la puerta y aclaró su garganta, ignorando la mancha plateada que se apretaba contra la pared. El niño iba a hiperventilar si respiraba más rápido.

"¿Mes de Junio?" Erik dijo casualmente, mirando a Mystique.

Peter balbuceo casi sin voz. Erik sonrió un poco, deseando que fuese un día que él pudiese celebrar también.

"Si yo fuera un padre, estaría feliz de tan sólo saber que tengo un hijo." Su voz se quebró mientras pensaba en pétalos secos y paginas coloreadas y dulces medio derretidos puestos bajo su almohada. Los padres eran celebrados el veintitrés de Junio en Polonia, pero cada día era celebrado en el corazón de Nina. Este año Erik estaría solo.

Algunos otros padres se regocijarían de saber que no han sido olvidados.

"¿Quieres decir así?" Peter exclamó, y como una ráfaga ya se encontraba frente a Erik, sosteniendo una pieza de papel doblada con dos figuras de palos y las palabras "Erez mi padre te quiero" garabateadas debajo.

Luchando contra el escepticismo, Erik intentó apreciar a la figura de palos más alta con sus brazos en jarras, y a la más pequeña con cabello en garabatos corriendo hacia él. Intentó apreciar el valor de una carta hecha a mano.

Honestamente, le diría a Mystique mas tarde (después de que ella lo patease) que en verdad lo intentó.

"Deberías mejorar la ortografía," Sugirió Erik.

No podía comprender por qué el niño lucía como si lo hubiesen pateado fuera del nido.

Después de todo, incluso Nina sabía deletrear mejor.