Hola a toda persona que pase por aquí, ¿están bien? Una amiga mía, de un club de Literatura de internet se enteró de que estaba en un proceso lento de escribir y me ofreció trabajar con ella sobre una historia con la temática de Bella y Edward, será compartida y la mayoría de los capítulos los escribiremos las dos juntas. Yo daré la idea y ella la ampliará, revisará el guión y acomodará la redacción, porque la mía es pésima.
Los personajes son de Stefenie Meyer, la historia pertenece a moretahbefore22 y larose.
EDWARD POV
Iba relativamente tarde, por primera vez en mi vida llegaría tarde al consultorio, jamás podría perdonármelo, no era típico de mi pero era mi culpa por poner el teléfono en vibrador para no interrumpir mi intensa noche con Tanya. Sí, era culpa de la noche que tuvimos. Tomé como loco mi maletín y las llaves del Volvo, salí disparado al elevador.
Mi departamento estaba a media hora del consultorio que había montado hace apenas dos años, no era muy grande pero contaba con al menos dos consultorios para diversas especialidades, sala de urgencias y un pequeño quirófano aunque casi no hacíamos operaciones sino que las mandábamos al hospital, donde mi padre era encargado general.
La especialidad en la que me encontraba era Pediatría, amaba cuidar y curar a los niños, más cuando el pequeño motor que tenía era la pequeña Elizabeth, mi hija, mi sueño y el gran amor de mi vida. Mi madre se encargaba de cuidarla por las mañanas y mi hermana Alice por las tardes hasta que yo salía de las consultas y la llevaba a nuestro departamento. Sólo que ayer fue el primer aniversario de noviazgo con Tanya y no tuve más que dejarla con mis padres, una noche no hacía daño a nadie y a mi pequeña le fascinaba estar con los abuelos.
Sí, su madre murió apenas la dio a luz. Tuvo un embarazo maravilloso, yo cuidaba todo lo necesario, estuvo a cargo de otro pediatra porque yo me ponía muy nervioso de tan sólo tocar la pequeña barriga de Caroline. El parto se complicó, salieron con vida ambas pero en un suspiro, tan sólo en un suspiro, su corazón paró y me dejó a cargo de Elizabeth. La vida fue injusta al arrebatar al amor de mi vida y mamá de nuestras manos, no pudimos hacer nada, no había nada que hacer. Sufrí muchísimo tiempo pero tan solo ver como Eli enroscaba su manita al rededor de mi dedo o se aferraba a mi camisa, decidí poner punto final al sufrimiento y demostrarle a Caroline que podía criar al fruto de nuestro amor.
Entré corriendo al consultorio, no saludé a nadie por los pasillos hasta que llegué a la recepción de mi consultorio y varios pacientes sonrieron al verme llegar.
-Buenos días doctor Cullen- saludó mi secretaria Victoria con la voz seductora y melosa de siempre.
-Buenos días Victoria, ¿cuántos pacientes hay ahora?- respondí con voz fría.
-Sólo tres doctor- quería reírme por su intento de seducción
-Hazme pasar al primero y recuérdame poner mi alarma, no quiero volver a llegar tarde- le dije ignorándola y abriendo la puerta de mi consultorio, tomé mi bata colgada en el perchero y oí un pequeño toquido -Adelante-.
A pesar del retardo de una hora avancé con rapidez todas las citas. Los niños se divertían conmigo, a veces llegaban asustados pero yo tenía el consultorio con juguetes y no hacía tan monótona la consulta, algunos decían que era el mejor doctor o cosas por el estilo y yo simplemente pensaba que hacía bien mi trabajo.
A la 1 del día llamé a mi mamá, a éstas horas estaría recogiéndola del colegio para llevarla a comer a la casa. Tres pitidos y la voz dulce de mi madre se escuchó.
-Hola mi amor ¿cómo estás?, ¿la pasaron bien?- se refería al día de ayer con Tanya.
-Hola mamá, estoy bien y si la pasamos bien, ¿cómo se portó Eli?- yo quería saber sobre mi hija, quería escuchar su vocecita llamándome "papi" -¿ya está contigo?- sonaba con un padre controlador y sobre protector, no sólo sonaba, lo era.
-Está apunto de salir aún no me la entregan- contestó mi madre -cuando la tenga te llamó- respiré resignado y le contesté -Gracias mamá, si llámame- nos despedimos y corté la llamada. Seguí dando consultas hasta que después de una hora vibró mi celular, era la llamada de mamá.
-Hola mamá ¿cómo están?- suponía que ahora ya estaban dos de las mujeres más importantes de mi vida juntas.
-Estamos bien corazón, te paso a tu bebé- sonreí emocionado como todo un enamorado, yo estaba perdidamente enamorado de mi hija, por supuesto, en el buen sentido de padre.
-Papi, soy Eli- escuchar su voz era un privilegio, era clara para su edad y pronuncia la mayoría de palabras a la perfección pero sin dejar atrás el sonido de bebé consentida -¿estás ahí?- me preguntó.
-Estoy aquí bebé, ¿cómo te fue hoy?- le pregunté.
-Bien, hice muchos dibujos y Tita Esme me compró un helado- "Tita Esme" era el diminutivo de abuelita Esme.
-¿Me guardaste un pedazo?- pregunté gracioso.
-Mmmm- se escucharon ruidos y que hablaba con mi mamá pero no pude entender que decía -dijo Tita Esme que hay pay de limón, hay un pedazo para ti- siempre trataba de complacerme, fuera como fuera.
-No te vayas a comer mi parte Eli, déjame un pedazo para en la noche- se oyó su risita nerviosa -¿cómo te portaste ayer?- podía platicar con ella horas.
-Bieeeeeeeeeen- alargó la letra "e" -¿qué hiciste con Tanya?- la relación de novia-hija no era muy buena, Tanya no era muy paciente con los niños y Elizabeth le enojaba mucho no poder jugar o platicar con ella, siempre trataba de que pudieran encajar pero la cosa era difícil.
-Cenamos en un restaurant y le di el collar que compramos con la tía Alice- contesté simple, no quería darle detalles morbosos.
-¿Ella te dio algo?, ¿qué cenaron?, ¿te dio un abrazo?, ¿preguntó por mi?- empezaba a cuestionarme entre celosa y preocupada, aunque no se llevaba bien con ella podía asegurar que veía por que yo fuera feliz. Mi hija era muy inteligente para su corta edad de cinco años.
-Hermosa al rato te cuento todo y me dio un reloj- estaba tomando la actitud de Alice y era de esperarse, pasaba las tardes con ella y algo se le debía de pegar de mi loca hermana. -Ahora tengo que colgar, obedece a tu abuelita, iré a curar pequeños- el paciente ya estaba por llegar.
-Te quiero mucho papi- mi corazón caí rendido ante esas cuatros palabras. -Yo te quiero mucho más, pequeña- corté la llamada con una sonrisa orgullosa.
La jornada había acabado y era hora de pasar por Elizabeth, tomé mi maletín, acomodé un poco el consultorio y lo cerré con llave. La mayoría de doctores y personas que trabajan ahí ya estaban por marcharse. Algunos pacientes salían y los de aseo entraban a limpiar todo. Todos mostraban respeto hacía mi, era el jefe y éste lugar dependía de mi. Subí al Volvo y conduje hasta las afueras de la ciudad de Nueva York, la casa de mis padres se encontraba alejada del ruido y ajetreo de la gran ciudad, en un suburbio adinerado y con grandes áreas verdes.
La casa de mis padres tenía una fachada moderna, de tres plantas con una psicina enorme, tenía la esencia de Nueva York pero lo fino y recatado de la familia Cullen. Yo amaba esta casa y no por los lujos o demás implementos materiales sino porque era un hogar, unido por el amor de mis padres. (Perfil, imagen de casa Cullen)
Acomodé mi coche en el lugar de estacionamiento y corrí a la puerta, entré por una de las puertas de cristal -Mamá, Elizabeth, Alice- grité cuando estuve dentro, el mayordomo William se sobresalto y me miró asustado.
-Joven Edward, ¿está bien?- me reí por su cara pálida.
-Tranquilo William, estoy bien, ¿dónde están las chicas?- William era amigo íntimo de la familia y mayordomo, lo conocíamos desde que éramos niños y cuando nos mudamos a Nueva York él decidió venir con nosotros, prácticamente la única familia que tenía era la nuestra.
-Oh joven la Sra. Cullen, su hija y su hermana salieron desde hace un par de horas- contestó -¿no le avisaron?- me miró gracioso.
-No me dijeron nada- hice una mueca y llevé mis manos a mi cabello, yo sólo quería ir a mi casa junto a mi hija, descansar y oír sus risas.
-Iban de compras navideñas, no creo que tarden mucho ya que llevan un par de horas fuera y la Sra. Cullen no se perdería la hora de la cena por nada- trató de animarme pero sabiendo que iba Alice, la situación podría ser diferente.
-Subiré a mi habitación, si llegan temprano les avisa que estoy ahí- toqué su hombro de modo amistoso.
-Por supuesto joven Edward- me hizo un ademán inglés y me reí, siempre sería lo mismo con él.
No sé cuánto dormí en mi antigua habitación, sólo supe que me tiré en la cama y no medí el tiempo. En esa casa se descansaba completamente, sin medir el tiempo y en calma hasta que sentí un peso sobre mi cuerpo y unas pequeñas manitas tirando de mi cabello, no podía abrir los ojos pero las caricias y jalones se hacían cada vez más fuerte.
-Papi- me susurró al oído -vamos a casa- era Elizabeth, respirando sobre mis ojos.
-Mmmmm- gemí somnoliento -ahí estás pequeña- me removí un poco los ojos para verla con claridad.
Su risa coqueta se escuchó y empezó a darme besitos por todo la cara -Eres muy dormilón- abría mis ojos.
-Y tú muy cariñosa- me incorporé pero la mantuve abrazada -¿cómo estás?-
-Bien, tía Alice me compró unos vestidos- la irremediable loca de las compras hacía su acto -y Tita Esme una muñeca- ¿ahora la abuela también?.
-Me parece bien pero recuerda que dijimos que nada de compras hasta el siguiente año- la regañé pero me miró con sus ojos tiernos y se abrazó a mi cuello para que mi regaño terminara. -Anda, vámonos- me paré con ella en brazos y bajé hasta la cocina, donde mi madre hablaba animada de algunas clases de yoga junto con Alice.
-Hola dormilón- me saludó Alice con un beso en mi mejilla.
-Hola enana- le di un beso -Hola mamá- le deposité un beso en su frente.
-¿Tienes hambre? Eli si te guardo un pedazo de pay- me dijo mi madre dirigiéndose al refrigerador.
-No mucha pero ya nos vamos, es muy tarde y necesitamos dormir- bajé a mi hija al piso -Ve por tus cosas- le di una palmada en su pequeña espalda.
-Eres adorable- Alice me miraba con ternura -eres el segundo mejor papá del mundo- la miré confundido -el primero es el nuestro- le sonreí y recordé a Carlisle, nuestro padre.
-Hablando de él, ¿dónde está?- le pregunté a las dos.
-Está en el hospital, una cirugía se complicó y debe seguir ahí- mi madre suspiro, no le gustaba que los pacientes de mi padre reaccionaran de pésima forma o que las cosas salieran mal pero confiaba en papá, era el mejor doctor que podía existir, mi más grande ejemplo.
Elizabeth entró cargada de cosas y rápido las tome. -Despídete, pequeña- corrió con su abuela y le dio un fuerte abrazo, hizo lo mismo con Alice. Las veía diario y aún así parecía que no las volvería a ver.
-Adiós a las dos- les di un corto beso -las quiero- tomé a Elizabeth de la mano y salimos hacia la puerta de entrada.
El camino fue pacífico, Eli iba muy tranquila mirando las calles y cantando las canciones que aprendía en su escuela, a veces me volteaba a ver y su mirada me cargaba de energía y amor. ¿Algún necesitaría el amor de una madre? Lo tenía, Esme y Alice procuraban dárselo y el recuerdo de Caroline siempre estaba presente pero ¿vería a Tanya, en un futuro, como algo más que mi novia? una pregunta difícil de contestar.
Bajé cargado de su mochila, las bolsas de los "regalos", mi maletín y su pequeña mano en la mía. Subimos el ascensor en silencio, ella iba haciendo caras raras en los espejos del ascensor. Nuestro piso era el penúltimo de 10 departamentos que había.
Apenas entramos a la casa y dejé las cosas en el recibir, sus ojos me atacaron -¿Y el reloj?- tiró de mi muñeca tratando de ver si estaba ahí el costoso regalo de Tanya -¿Puedo verlo?- pidió ahora con voz dulce.
-Siempre puedes verlo- le sonreí y nos encaminamos a mi habitación -Ten- le entregué una caja de terciopelo azul marino con la marca grabada en la parte superior -Ábrelo con cuidado- como pudo subió a mi cama y sus pequeñas manos abrieron al caja despacio. No mostró emoción ni sorpresa, lo sacó de la caja y lo metió en brazo, volteó a verme sonriente -Dame tu mano, papá- me senté a lado de ella y le di mi mano. Puso el reloj en mi muñeca y luego lo sacó.
-¿Te gustó?- le pregunté nervioso.
-Está mejor el que te dio el tío Jasper- parecía que Tanya nunca sería de su agrado.
-Los dos son bonitos, además tiene mi nombre- se lo quité de sus manos y le enseñé la parte interna del reloj donde con un fino garabateo decía:
Edward Cullen
y
Tanya Denali.
-¿Abajo dice Tanya?- preguntó dudosa, ya sabía leer un par de oraciones y nombres.
-Si, dice Edward Cullen y Tanya Denali- me hizo una mueca de disgustoso, negué con mi cabeza.
-Tengo sueño papi- bostezó y dejó el dichoso reloj en mi cama sin guardar.
-Vamos acostarte, hermosa- la cargué y nos metimos en su habitación de ensueño, decorada por mi madre. Una amplia cama con postes simulando estar en el cielo, las paredes azules con nubes.
Me dediqué a bañarla, le puse una pijama limpia y la metí en su cama, justo cuando me iba su voz me llamó -Papi, tu novia no me gusta- y se acomodó dándome la espalda.
Eso era de esperar pero no creía que las cosas empeoraran, tenía que hacer algo para unirlas pero ¿cómo unes a una persona que no soporta a los niños, no le gustan jugar con unos y a alguien que desea jugar las 24hrs del día y le fascina hablar? Compliado pero algo tendría que hacer, si quería a Tanya en mi vida tenía que llevarse bien con la persona más importante de mi vida y corazón, también debía trabajar con Elizabeth, algún día tenía que aceptar que otra mujer formaría parte de nuestro entorno y no precisamente una de mi familia.
Para intentar hacer algo le mandé un mensaje a Tanya antes de dormir.
Buenas noches,
¿tienes planes para el viernes?
-Edward Cullen
Su contestación tardó pocos minutos.
No lo sé, ¿quieres salir a tomar algo?
-Tanya Denali
Si pero a un bar, quería hacer algo con las dos juntas.
Un helado, Elizabeth quiere
salir con los dos.
-Edward Cullen
Mentiría un poco, a lo mejor aceptaba al saber que ella tenía deseos de salir con ambos.
No lo sé...
te aviso mañana. Sueña conmigo, amor.
-Tanya Denali
Rogaba que dijera que si, necesitaba unirlas porque ambas me tenía para ellas. Ambas eran parte esencial de mi, a pesar de guardarle un profundo respeto y amor a Caroline, mi vida había reiniciado con Tanya.
Es corto, lo sabemos jajaja pero es como una introducción para ver que pasa con Edward, ya veremos pronto a Bella, no sé si en el cap que sigue pero es pronto.
FELIZ NOCHE BUENA, EN MI PAÍS MEXICO YA ES 24 Y BUENO QUIERO DESEARLES UNA FELIZ NOCHE, CERCA DE SUS SERES QUERIDOS Y FELICES!
ESPEREMOS SUS SUEÑOS SE CUMPLAN Y LAS FIESTAS LES DEN LO MEJOR (:
