-¡Hooola!, ¿como están? n.n, espero que súper bien, aquí les traigo un fanfic un tanto dramático, pero así se dio y así quedo, sin más lean y espero que lo disfruten y si es así, ¡dejen reviews por favor! XD

-Notas de corrección: ¡Hola a todos los que leen!, voy a reeditar el fanfic, por que no me parece que hubiese suficiente "drama/angust" Este es el resultado de escuchar canciones de Linkin Park y ver la película "Felon", mientras corregía este fanfic. ¡Disfruten y no queden con traumas! n.n

-Disclaimer: Naruto no me pertenece.

"Reflexiones"

Recorrió el pequeño trecho en medio del bosque. Lo que se podía llamar "camino" solo era tierra visible entre la vegetación; probablemente había surgido por las personas que caminaban por ahí con carretillas o cosas así. Siguió caminando, tratando de llegar al final del trecho para... para qué realmente no sabía. A decir verdad, no se explicaba cómo había terminado ahí, deambulando por ese camino.

No podía creer que al final hubiese hecho caso… ¡estaba perdiendo el tiempo, por Kami! ¿Cómo se le ocurría a la "Obaa-chan" mandarlo a ese lugar? Y para más, la estúpida, incoherente e irrelevante misión que le encomendó: "Encontrarte a ti mismo… ¡y dejar de buscar a Sasuke!" palabras textuales de la Hokage y ¡por su puesto que él no iba a buscar a Sasuke! Claro que no… al menos no en esos momentos.

En fin, la Hokage lo había mandado al hueco más recóndito del mundo y su sentido de orientación estaba extraviado, en palabras más simples: no sabía donde estaba parado y ni idea de cómo volver.

Ahora que se percataba de algo, él ni siquiera quería venir. Se rascó la mejilla con un dedo tratando de recordar: al principio sólo fue una orden pero él no hizo caso alguno, luego se lo repitieron insistentemente y… ¡oh, cierto! Le habían vendado los ojos sin que se diese cuenta y para cuando se recuperó ya estaba donde se escontraba ahora, con mochila y todo. Así que al final lo habían obligado.

—¡Esto es una perdida de tiempo! —enfurruñado siguió caminando con el paso pesado y cruzado de brazos, murmurando incoherencias en contra la Hokage.

Se detuvo en cuanto escucho un leve murmullo —¿Uh? — agudizó lo más que pudo el oído y caminó en la dirección que se escuchaba; parecía una cascada, a una distancia más o menos larga— alrededor de un 1km…—dedujo.

Consideró unos instante la idea de ir en aquella dirección, no tenía nada que hacer ni sabía donde estaba; tal vez si iba en dirección a la cascada encontraría un poblado cerca o alguien que le dijese dónde estaba. Se encogió de hombros, le convenía de todas formas.

—No tengo nada mejor que hacer—ni siquiera recordaba su enojo, ahora simplemente trataba de descifrar por donde ir para no perderse, tranquilo y sin mucha prisa.

Al cabo de un tiempo, recorría los tramos con pasmosa lentitud. Ahora sentía sueño. Lo bueno es que la cascada se escuchaba ya cerca; apenas unos metros y estaría frente a ella. Bostezó mientras pasaba entre unos arbustos y árboles, tras ellos se reveló la hermosa cascada de agua.

Quedó maravillado con la vista. Las pequeñas chispas que desprendía cuando caía el agua hacían un hermoso y pequeño arcoíris en cuanto el sol se reflejaba en ellas. Se acercó hasta la orilla del pequeño lago donde terminaba el agua y sumergió sus manos, viéndolas todavía a través del agua cristalina un poco agitada. Las retiró y luego, sujetando el borde de la orilla, sumergió su rostro. Unos cuantos segundos despuéslo sacó, sacudiendo su cabeza para escurrir el exceso de agua.

Observó todo su entorno, era realmente magnífico y pacifico. Una idea apareció en su mente. ¿Cuántas veces había dormido frente a una cascada en medio del bosque sin tener ningún enemigo al acecho o peligro inminente? ¡Ninguna! Mejor aprovechar mientras se le daba esta oportunidad.

Rió un poco, mientras arrastraba su mochila hacia un árbol que hacía bastante sombra. La acomodó de tal forma que le quedara como almohada cuando el viento comenzó a mecer sus cabellos. Esplendida brisa para dormir.

No supo en que instante cayó dormido, pero definitivamente era una de las mejores siestas que había tenido en su vida. Observando una cascada rodeada de bosque, el sol no estaba ni muy fuerte ni muy débil y el viento ¡oh por Kami, el viento! Haría a cualquiera caer rendido, y más si tenía sueño de anticipado.

Se desperezó en cuanto sus parpados se abrieron de nuevo, el sol había bajado un tanto.

—Vaya, dormí bastante— entrelazó ambas manos tras la nuca, observando la ramas del árbol en el cual se resguardaba. Luego su vista se dirigió a la cascada que seguía igual que antes.

Sin imaginar que había algo más allá de aquel manto de agua, siguió con la mirada fija en la cascada. Poco a poco comenzó a distinguir dos tonos de agua en ella, percatandose de que había una parte en medio de la cascada que era de un tono más oscuro y que tenía forma de entrada.

—¿Una cueva? —En seguida se colocó de pie, retrocediendo para juzgar de lejos lo que pensaba haber visto— Sí — confirmó para sí mismo. Se podía apreciar como una parte del agua que caía lucía más oscura, parecía como si detrás de ella hubiese un hueco o faltase algo.

Caminó hasta la orilla y, concentrando chacra en sus pies, cruzó sobre el agua hasta llegar cerca del manto que caía constantemente. Contando hasta tres mentalmente, lo traspasó.

—Pero qué es esto—murmuró impresionado. Desde afuera no lo parecía, pero la cueva era inmensa y profunda. Comenzó a adentrarse en ella, la luz de afuera iluminaba lo suficiente para adentrarse un poco más y ver qué había alrededor.

Mientras caminaba, comenzó a titiritar levemente. Al entrar se había mojado completamente y le causaba frío apesar de la ausencia de brisa. Juntó sus brazos al rededor de sí y siguió su trayecto. La oscuridad que tenía al frente se hacía más y más grande haciendo parecer el camino interminable, y sus pupilas comenzaban a acostumbrase a ella al estar fijadas al frente. Andado un tiempo más, llegó a un punto en el que la oscuridad inundaba completamente el lugar. Paró el paso en seco y giró a penas la cabeza; no divisaba la salida. Cuando volvió la vista al frente, dandose cuenta que no sabía si era su frente o su derecha, su ritmo cardiaco comenzó a subir. Estaba comenzando a sentirse desorientado, y eso es lo peor que puede pasarle a un ninja. Estaba vulnerable a cualquier cosa en estas condiciones.

De pronto, y sin saber de cuál dirección, escuchó un ruido. Lo reconoció al momento.

"Pasos" pensó nervioso, comenzado a sentir el latido de su corazon en el cuello. Miró en todas direcciones, tratando de distiguir la provinencía del ruído sin ningún resultado. Le comenzó a entrar un terror irracional, imaginándose que pudiesen ser los pasos de un fantasma de alguien que hubiese muerto allí. Una alma en pena que se vio aturdida por su ingreso en su santurio. Se le escapó un pequeño chillido nervioso.

Él no era supersticioso ni nada por el estilo, pero algo tenían los cuentos de fantasmas que lo atrapaban y le hacían creer que esas almas en penas podrían rondar por cualquier lado ¡y más en una cueva oscura y tenebrosa como esa! —Esto no me gusta nada…—retrocedió lentamente, sin salir de su aturdimiento, hasta que los pasos, que se escuchaban más insistentes, le hicieron correr.

Los escuchaba aunmentar más y más. ¡Lo único único que pasaba por su cabeza era salir de ese lugar y no dejar que nada extraño se apoderase de su cuerpo, haciéndolo ir de pueblo en pueblo reuniendo almas en pena, matando personas y…! Un leve grito se escapó de sus labios, sus ideas paranoicas lo estaban asustando más de lo debido. Tapó sus oídos con ambas manos para no seguir escuchando los pasos que estaban cada vez más cerca.

Minutos, torturantes y malditos minutos, pasaron hasta a penas divisar la salida como un pequeño punto en la lejanía. No tenía idea que se había adentrado tanto en la cueva. Sus piernas comenzaban a flaquear, su respiración más acelerada por el nerviosismo que por la carrera le hacían desear parar. En momentos de debilidad como esos, se recordaba mentalmente el por qué estaba huyendo y aumentaba el paso.

Cuando vio más cerca la salida, dio un arranque impulsado por la adrenalina del momento. Su agitada respiración se vio interrumpida por el grito que emitió al salir disparado hacia al frente. Se había tropezado con uno de los baches de suelo. No tuvo tiempo de reaccionar y cayó de frente. Estaba lo bastante cerca de la salida que el sonido de su respiración agitada era opacada por el del agua cayendo constante. Se reincorporó a penas lo suficiente para voltear y ver la profunda oscuridad, en la cual podía distinguir aun el sonido de los pasos. Tembló del pánico y se viró completamente, sacando un kunai del pequeño bolso que siempre cargaba encima.

—No te acerques— ordenó lo suficientemente alto para escucharse por sobre el sonido del agua. Por un momento pensó que se estaba volviendo loco, al seguir escuchando los pasos y no ver nada, sólo oscuridad— ¡no te acerques! —gritó desesperado, el sonido parecía como si estuviese en su cabeza, taladrándola.

Intentó nivelar su respiración, de ser valiente, mantener la calma y pensar friamente las cosas. Un ninja siempre debía hacerlo.

Un fantasma no podía ser tan malo, seguro hablando se arreglarían las cosas ¿no? Observó con insistencia la oscuridad, buscando futilmente al responsable por los sonidos. A cada paso que escuchaba, su parpados se cerraban levemente, en su cabeza se escuchaba tan insistente y tan fuerte. Concentró su mirada y entonces los distiguió; en medio de todo lo negro, habían dos puntos rojos.

—¿Qué eres? — preguntó serio, tomando posición defensiva. No obtuvo respuesta, sólo ese sonido peculiar, el de un zapato chocando contra el suelo— ¡Responde! —exigió autoritario.

—Qué soy, dices… los años te han puesto más tonto y redoblado lo miedoso, Uzumaki Naruto— reconoció la voz en ese mismo instante.

—¿S-sasuke? — sus ojos se agrandaron, buscando más insistentemente al frente. ¿Sasuke ahí, en esa cueva? ¡Era imposible! Como repuesta, la figura del otro chico surgió poco a poco de la oscuridad— ¿Qué haces aquí?— preguntó, genuinamente sorprendido.

—Eso no te incumbe, idiota— su voz se escuchaba tan cortante y fría, que lo hizo temblar un poco— me la estás dejando fácil ¿sabes?

—¿Qué cosa? — su curiosidad salió a la luz, sin dejar de lado su asombro.

—Matarte.

—¡¿Eh?! —se escandalizó— ¡Pero Sasuke… tu no eres así! ¿Vas a matarme siendo yo tu mejor amigo?

—Sí.

—¡No puedes hacerlo!—refutó infantilmente, olvidando la tensión que sintió momentos atrás— Primero que todo: no moriré sin antes haberme convertido en Hokage, y segundo: no moriré sin antes haberte devuelto a la aldea— terminó en tonó serio, pero también decidido.

—Hpm, idiota… si piensas tanto en ser Hokage ¿por qué andas tras de mí, en vez de entrenar para logralo?

—Si no puedo salvar a un amigo, ¿cómo pretendes que me convierta en Hokage? — sonrió de lado— ¡y también le hice una promesa a Sakura-chan!

Sasuke se vio tentado a reír, pero no lo hizo— ¿Por esa molestia, que es tan poca cosa que te manda a ti hacer cosas que ella siquiera puede aspirar hacer? —el tono burlesco y las crueles palabras lograron su cometido, Naruto estaba enojado.

—¡¿Qué dices?! —le gritó— ¡No te metas con Sakura-chan, ella se ha vuelto fuerte!

— ¿Dices que eso es ser fuerte? — su voz tranquila, no hizo más que enojar más a Naruto— Estorba y no hace más llorar.

—¡No insultes a Sakura-chan, maldito!— le gritó. Poco a poco, su vieja dinamiza de insultos parecía volver.

—No tengo tiempo para esto— se colocó en posición de combate, colando la mano en la puño de su espada— voy acabar contigo tan rápido que ni siquiera te darás cuenta qué te pasó— sonrió de medio lado, prepotente.

—Con que nos ponemos serios, eh—. Apretó el kunai que tenía en la mano— Hazlo si puedes— retó, sintiendo la adrenalina correr por su sangre; hace mucho que esperaba ese encuentro.

Sasuke desenfundo su espada para terminar con eso rápido. Como había dicho antes, no tenía tiempo para esto. Decidido se acercó a paso lento, mientras que un Chidori que formaba en la palma de su mano se extendía por el mango de la espada y más allá, haciendo que la espada luciera resplandeciente e inundandara la cueva con el particular sonido de esa técnica.

—Este es tu fin,— declaró serio. Corrió hasta el rubio, agarrando impulso.

Naruto tenía su kunai listo para atacar. Aguardó unos instante, anticipando a que Sasuke estuviese lo suficientemente cerca para esquivarlo.

— Te falta práctica, ¿no? — comentó Sasuke, un tanto burlon. Aunque Naruto podía notar en la manera en la que no se incorporó de inmediato que Sasuke no se esperaba su movimiento. Por lo general él era muy predecible y atacaba de frente y sin ningún plan en mente, pero con Sasuke ya era diferente.

— ¡Qu´d lento!— exclamó, en intento de sacar alguna reacción y encontrar debilidades en sus movimientos. La espada de Sasuke dejó de brillar y, de pronto, no le vio más frente a sí.

—Aquí el lento eres tú— le hablaron al oído— ¿no crees?— Deslizó la espada hasta la garganta del rubio, quien sudó frío.— Me siento generoso— susurró acercando un poco más la espada— ¿quieres decir algo antes de morir?— Sasuke no quería alargar ese momento, sólo quería acabarlo e irse. Había esperado mucho por esta oportunidad, una que no vendría en otro momento. Al fin... al fin mataría ese estorbo.

—No creo que yo debería mejorar, ¿sabes?

Sintió su sangre hervir de rabia, ¿ese idiota se atrevía a insultarlo a punto de ser asesinado por él? Qué estupidez— Muere— y en un movimiento limpió y sin piedad, cortó la garganta del chico que, luego de un gritó desgarrador, desapareció en una nube de humo, dejando un tanto desconcertado a Sasuke.

—¡Rasengan! — alcanzó a oír el grito mientras se giraba con su vista tornándose escarlata, muy tarde a su pesar; la técnica estaba impactando en su pecho, tirándolo al suelo, su espada espada cayó a un par de metros lejos.

—I-idiota…— se colocó difícilmente de pie, Naruto seguía erguido a unos metros de él, sin rasguño alguno. ¡¿Cómo no se había dado cuenta que era una copia?! Fulminó con la mirada al rubio, con ganas de acabar con él en ese mismo instante.— Eres un maldito— limpió con el dorso de brazo la sangre que caía por la comisura de sus labios y sonrió confiado— Has firmado tu sentencia de muerte.

—¡Muéstrame lo que tienes, imbécil! — exigió, extendiendo los brazos a los lado a manera de reto.

—No aguantarías nada— alcanzó su espada y se irguió—. Voy acabar con tu insignificante vida.

Dio un grito de guerra y corrió en dirección a su unico objetivo, tratando de clavarle la espada en el pecho, sin éxito. Naruto había utilizado el mismo truco que antes; sin embargo, no le dejó escapar. Ya tenía en cuenta que iba hacer lo mismo, así que en cuanto el rubio dio un salto para escapar, él le siguió plantándosele detrás y sin pensarlo mucho clavó su espada sin miramientos en la pierna izquierda del rubio, hasta atravesarla.

—¡Argh— el gritó desgarrador surgió desde lo más hondo de su garganta. Cayó al suelo, apoyandose de su lado sano mientras hacía presión en su pierna para detener la hemorragia. Su respiración se aceleró, a cada pequeño movimiento, su pierna enviaba señales de dolor que se reflejaban claramente en su rostro. Al salir de su estupor por el dolor, se percató que Sasuke le observaba mientras se retorcía. Le encaró, con rostro desafiante, mientras el otro se erguía más elevando su mentón, sin dejar de observarle.

—Es para que no corras cuando trate de acabar contigo, ¿genial, no?

—M-maldito…—dijo entrecortamente, voz saliendo a duras penas por su mandibula apretada.

Observó a Sasuke desde abajo, tratando de comprenderlo. ¿Por qué aquí, por qué ahora? No estaban rodeados de enemigos, no había Orochimaru, no había gente de Konoha que le estuviese buscando. No tenía por qué ser así. ¿Por qué sólo él sentía que podían volver a ser los de antes? ¿Por qué Sasuke, el malhumorado, con el que siempre competía, el que, a pesar de todo, consideró su mejor amigo, no podía volver? Ahora, no veía rastro de él. La oscuridad había hecho de las suyas en este ser que tenía frente a sí. Se le veía tan soberbio, tan despiadado, tan… cambiado.

Sus ojos se aguaron un poco y tragó con dificultad. Algo dentro de él hizo clic. Su vista se desenfocó y sus ojos se abrieron un poco más. La internalización de una verdad que había ignorado por mucho tiempo le caía como balde de agua fría. Ahora lo compredía, ¡ahora veía la realidad con otros ojos! Se veía tan patético pidiéndole a un Sasuke completamente diferente del que conocía que volviera a Konoha; no tenía caso, ese Sasuke no era el mismo que el de hace tres años, era un asesino, un renegado y un vengador.

—Me cansé…—murmuró sin ganas, bajando la mirada derrotada, fijándola en el suelo húmedo.

—Idiota— pateó el rostro del rubio, haciendo que impactara contra el suelo— débil, después de estos años no aguantas tal herida— escupió sus palabras, mientras se posicionaba para darle el golpe de gracia.

Frunció el ceño, enojado. Eso era último, ¿iba a dejar a este Sasuke humillarlo de esa manera? No iba a permitirlo, así no tuviera la ventaja en la situación actual— Me cansé— repitió más alto, apoyándose en sus manos para colocarse de pie, pero no lo logró. Aun así, encaró a Sasuke— me cansé… me cansé de ti, de la estúpida promesa a Sakura-chan, de tu ridícula venganza, de rogarte que vuelvas, ¡me cansé de ser tan patético! —gritó y recibió otra patada, pero no volvió a desplomarse en el suelo.

—Ahora morirás más patético, y lo mejor de todo, es que lo sabrás— se mostró tranquilo, fijando su vista en Naruto.

Sintió algo dentro de él, revolviéndose, mezclándose y creciendo. Furia, una furia inmensa se apoderaba de él— ¡Callaté, idiota! —Insultó al otro, sin importarle la posición vulnerable en la que se encontraba— eres un idiota, un orgulloso, arrogante, retorcido y vengativo, ¡eres todo lo malo que puede haber en una persona!¡Eso y mucho más! — expulsaba todo el enojo en sus palabras, ya que no podía a los golpes.

Sasuke quedó unos segundos desconcertado, ¿Naruto le estaba insultando? Es más, ¿se mostraba desafiante con una pierna indispuesta y con una gran desventaja? Le molesto de sobremanera, pero no era el coraje del rubio, sino las cosas que le dijo. Restregandole todo sus defectos en cara. Apretó el puno de su espada. El enojo y las ganas de matarlo crecían en su interior, alimentándose por el odio que ya ocupaba su corazón.

—¿Y tú qué eres?— escupió las palabras, queriendo humillar al otro— Un marginado que tiene dentro a una bestia que destruyó a Konoha completa, abre de una buena vez lo ojos ¡todos te odian, Naruto! A un idiota patético que me persigue a cada que puede con el cuento de "los mejores amigos" —bufó— ¡madura, Naruto! ¡Nunca fuiste importante para mí, ni hoy ni nunca!

—¿Sabes, Sasuke? No te voy a preguntar por qué no me mataste— trató de ponerse pie, pero sus fuerzas lo abandonaron, haciendo que cayera de nuevo al suelo.

—Patético— dijo, como si estuviese comprobando lo antes dicho.

—Quiero— prosiguió sin prestarle atención a lo que dijo el moreno, clavó su mirada en el otra— quiero saber… ¿Por qué me quieres matar?

—Acabaré contigo pronto así que no tengo problema en atrasarme un poco.— aclaró— Es para conseguir una técnica muy poderosa del Sharigan y también para deshacerme de ti, me estorbas.

—¿Por qué a mi? ¿Tengo algo de especial? ¿Por qué tengo un zorro de mierda adentro de mi o que?

—Por que fuiste lo más cercano a un amigo que tuve,— se contradijo, sin darse cuenta de ello— y lo más importante, para obtener la técnica debes matar a tu mejor amigo. Es la manera más fácil.

—Aja…— esta vez sus intentos dieron fruto, logró colocarse de pie— ¿y ahora? No estoy muy seguro de que la consigas— el rostro del otro no cambio ni un ápice, pero se podía leer la confusión es sus ojos— ¿Qué? No me mires así Sasuke… acabas de dejarme en claro que no fui nadie importante en tu vida, ¿no? — se escuchó serio, mientras se apoyaba en su pierna derecha para no volver a flaquear.

—Fuiste.

—¿Eres idiota, verdad? La venganza te afecta Sasuke, pero… no vas a conseguirla ¿me oyes? Porque ya no somos amigos y mucho menos conocidos… voy a tratar de olvidarte, de olvidar lo años que perdí mi tiempo en ti—su serenidad hacia enojar al moreno, que seguía observándole mientras apretaba la mandíbula— voy a borrarte de mi memoria y de olvidar que alguna vez, quizás, yo fui tan importante para ti como tu lo fuiste para mi… ahora lo que más importa es que, somos enemigos— sentenció.

—…

—Conste que esto fue lo que tu quisiste, Sasuke; arruinar nuestra amistad por una venganza sin sentido que… no te llevará a ningún lado, después de ella no tendrás nada y a nadie, todos te odiaran por renegado y traidor. Eres escoria, una basura— silenciosas lágrimas resbalaron por sus mejillas.

Se acercó al chico cojeando, sin importarle si le clavaba una espada en el pecho o lo mataba con otra cosa. Colocó ambas manos en cada hombro del chico— Ten en cuenta tu fuiste quien arruinó todo, ni siquiera paraste a pensar que había alguien allí, dispuesto a ayudarte en lo que fuese. Lo hiciste sin reparar en cuantas personas dañabas… Sasuke, lo más importante de todo esto es que ese lazo que nos unía… se ha roto o tú lo has cortado, con tus acciones y palabras.

—De igual forma te mataré y no pienses que tendré piedad.— dijo cortante, su respiración se veía un tanto agitada.

—¡Piensas que lo hago por eso!— reclamó soltándolo, retrocedió con un poco de dificultad— ¡vamos! — Elevó ambos brazos a la altura de los hombros— ¡hazlo, mátame! ¡Clávame aquí tu espada! — señalo en su pecho el lugar donde se encontraba su corazón— pero ten en cuenta que con eso no consigues nada— dejó ambos brazos caer y le dio la espalda a Sasuke, emprendiendo camino hacia la salida— ¿sabes otra cosa, Sasuke Uchiha? Siempre te tuve muy presente, como amigo, el mejor de todos, hasta como hermano… pero, todo era demasiado bueno para ser verdad ¿no? — bajó la cabeza, sonriendo melancólicamente, recordando los buenos tiempos de su niñez. Negó con la cabeza, tratando de alejar esos recuerdos, volviendo a su semblante serio— para serte sincero, acabo de despertar de un sueño y veo la realidad, tan clara como el agua.

—¿Qué ves? ¿Qué eres patético? —elevó un poco la voz, para que el otro escuchase.

—Aparte de eso, veo que eres un maldito que no merece el perdón de nadie… te agradezco lo bueno, no puedo decir que lo malo también pero…—se detuvo, para girar la cabeza a un lado, a penas lo suficiente como para divisar a Sasuke— igual las experiencias te hacen madurar.

—No me interesa cuantas tonterías quieras, te mataré y conse-

—Eres un débil, Sasuke… ya estás tocando fondo, ¿asesinar a alguien para conseguir una técnica? — giró su rostro, observando el agua caer a su frente, negó con la cabeza — ¡entrena! — le gritó— no asesines a otros para conseguir técnicas. Sé alguien, ¡no dejes que tu venganza te consuma!

—¡Callate!— no quería admitir que las palabras del rubio estaban haciendo mella en él.

—¿Sabes lo que creo de esta situación? Que todavía quieres a tu hermano. Él es la única persona que te queda en el mundo y… no puedo creer que lo quieras matar; no justifico las que acciones de él, pero tampoco las tuyas— tuvo que gritar por el sonido del agua opacando sus voces; sin embargo, su voz no denotaba odio o enojo. Se escuchaba monótona, vacía— supongo que así ha de ser un demente, ¿cierto?

—¡No me conoces, calla de una maldita vez!— enunció alterado.

—Adiós, Sasuke— se despidió antes de atravesar la cascada, abandonando al otro dentro de la cueva.

Sasuke lo sabía, ¡maldita sea, él lo sabía! Sabía que Naruto tenía razón, todavía una parte de su ser no estaba lista para matar a Itachi, por mucho que le odiase y que su deseo de venganza haya sido tan grande como para alejarse todo lo que quería, él no estaba listo.

Y su busqueda insesante de venganza había acabado con lo mejor que había tenido hasta el momento… Naruto, había acabado con el vinculo que habían creado. A pesar de que él le quiso matar dos veces, Naruto no se rendía, creía que él todavía podía ser redimido, insistía en que todavía tenían ese lazo. Y lo tenían, por más que lo negase, lo tenían. Y por su culpa, ya no existía. Lo cortó, lo destrozó y lo quemó.

Jadeó por aire mientras un fuerte dolor inundó su pecho, peor que el de la técnica impactando contra el. Soltó su espada debido al shock del dolor que le sacudía el cuerpo. Colocó las manos en su pecho, presionando en un intento de amenguar las punzadas que sentía. "El dolor llega con el tiempo," recordó las palabras dichas por el rubio. Presionó más su pecho, dolía horrores. Sus rodillas le fallaron y cayó al suelo, desplomándose completamente al no poder mantener la postura. Se rescostó de lado en el suelo, su respiración saliendo entrecortada.

Hubiera sido diferente si tan solo fuera tomado otra decisión. Si tan sólo se fuera vuelto a su equipo y buscado apoyo en ellos, en Naruto. Diablos, qué le pasaba. Se sentía un idiota y un insensible, torturándose a sí mismo, rememorando sus mejores años en Konoha, con Naruto, con el Equipo 7, sus misiones, sus peleas, todo quemándose y perdiéndose, dejándolo con absolutamente nada.

Si tan sólo hubiese confiado… confiado en sus amigos, tal vez hubiese logrado sus metas— Lo perdí…— se dijo a sí mismo, derrumbando las barreras que había antepuesto entre él y sus sentimientos, pensando en su pasado y reflexionando al respecto.

-¡Espero que les haya encantado!, como verán no es ningún fanfic yaoi ni nada, la verdad no era la idea, es que siempre me pregunte: ¿y si Naruto se diera cuenta de lo desgraciado que es Sasuke? (si ofender a sus fans u_u), bueno, trate de plasmar más o menos mi repuesta con este fanfic. Sin más que decir ¡me despido!, ¡dejen reviews por favor! XDD

-Notas de corrección: Eso fue todo, espero que haya sido de su agrado, la verdad no se si me pase con Sasuke o le falto algo más, pero me parece que así quedo bien. ¡Ah! una cosilla, hay una parte que dice: "El dolor llega con el tiempo"- recordó las palabras dichas por el rubio", bien, esto lo inventé yo, no lo van a escuchar en el anime ni nada por el estilo xD, por si acaso. Una ultima cosa, espero no ofender a nadie con esto –aunque creo que no lo hago, pero por si acaso- y como leerán en mi perfil, doy disculpas de anticipado. ¡Ya, eso es todo! xD

-ATE-LOGO!

-SAYONARA!

-BYE!

-¡ADIÓS!

Amlg-fan1NS, XD