Leyó una vez más el significado del nombre de su hija. A pesar de que ya habían pasado tres años y medio, le seguía fascinando, como el primer día en que la tuvo entre sus brazos. Recordó aquella temporada, con Katherine, y todos esos problemas. Se abstuvo de seguir recordándolos, dibujando una amarga sonrisa en su cara.
Naiara: significa querer.
Naiara: significa deseada.
Naiara: significa serena, entre todas las flores.
Era perfecto, como ella, como su hija.
La pequeña se agarró a la pierna de su madre.
- Mamá… - sollozó.
- ¿Qué pasa, mi vida? – dijo Elena, cogiendo a su niña en brazos y alejándose de la pantalla del ordenador.
- ¿Cuándo volverá papá? – dijo jugando con algún mechón de Elena.
- Pues… - justo en ese momento la puerta se cerró. – creo que ya está aquí.
Damon entró, hacia el comedor. Parecía enfadado. Dejó su mochila al suelo y se dejó caer en el sofá.
- ¿Qué pasa Damon?
- Alaric. Tuve una reunión con él.
- ¿Y…? - Elena balanceó un poco a Naiara, dejándola al lado de Damon en el sofá.
- Elijah está en Nueva York. – susurró. – demasiado cerca para evitar lo que planea…
- Oh. - Elena se sentó en el respaldo y acarició la mejilla de Damon.
- No te preocupes papi, todo se arregla. – dijo Naiara, quitándole la palabra a Elena.
- Mi vida… - Damon la cogió y le besó la frente – si, lo sé, lo sé. ¿Esto que lo aprendiste? ¿De tu madre, cierto? – miró a Elena y sonrió. – No quiero que te pase nada, mi amor, eso es todo.
- Está bien Damon, no creo que pase nada. Aun que al menos, no es una ex novia furiosa. – se burló Elena. – pero bueno, se ve que todos quieren matarme.
Damon se levantó, vacilante. Apoyó su frente con la de Elena, teniendo a Naiara entremedio de ellos dos. La pequeña se zafó del abrazo de Damon y saltó al suelo. Ambos sonrieron, viendo como se iba hacia su habitación de juegos. Damon besó los labios de Elena.
- Por encima de mi cadáver. ¿Me oyes? Y menos aún cuando faltan dos meses para que nos casemos. – la cogió de la cintura y se la llevó hacia su propia habitación matrimonial.