Miraculous Ladybug no es de mi propiedad,pero ésta historia sí. Si no te gusta, te sugiero que vayas a leer más de mi material. Si te quedas, espero que lo disfrutes.
Como el amor tiene variados significados, y ninguna explicación, así Adrien Agreste y Marinette Dupain-Cheng.
Después de revelar sus identidades una relación como la de ellos era de esperarse, aún más después de tantos años cubriendo tal sentimentalismo con un compañerismo incondicional, el florecer del amor era más que evidente, tanto en los héroes como en los civiles.
Porque sí, Adrien Agreste estaba perdidamente enamorado de Marinette, le enloquecía pensar en que se pudieran alejar, que cualquier acto generara una ruptura irreparable en su relación. Así pues Ladybug se había enamorado de Chat Noir, del valiente joven que arriesgaba su vida día a día sólo para mirar una bella sonrisa en su hermoso rostro femenino.
Pero como toda historia de amor, siempre hay una abertura que se piensa puede cubrirse con algo más. Pero la vida no puede ser tan fácilmente solucionada y Marinette lo entendía. Cuando no llegaba por las noches al apartamento que desde hacía meses compartían, cuando cancelaba sus citas, cuando la olvidaba sin más. Aquella actitud tenía nombre, y su mismo apellido.
Gabriel Agreste
Y no es como si el hombre no quisiera a la novia de su hijo, al contrario, la respetaba y admiraba como bien se daba cuenta, el Agreste menor no lo hacía muchas veces. Y aquello resultaba caótico, pues aún con los años, Adrien sólo tenía como propósito enorgullecer a su padre, incluso si dejaba a Marinette entre sus últimas prioridades.
-Pienso que deberías hablar con ella si tanto te preocupa lo que pasa -habló Adrien a Nino. Era la primera vez en mucho tiempo que se veían, por lo menos el moreno interactuaba más con las chicas, salían a bailar, a cenar, y a un sin fin de actividades a las que Adrien no podía ir por exceso de trabajo.
-Tengo miedo, ¿Y si ya no me ama? No podría superar aquello - al finalizar su comentario, el moreno tomó su taza de café,bebió lentamente debido a la alta temperatura del líquido, luego visualizó al Agreste nuevamente quien parecía perdido en uno más de sus tantos planes- Espero que el modelo en ti no te esté recomendando otro plan que saldrá catastróficamente mal- rió burlón.
-Muy gracioso -bufó el muchacho mientras sacaba su teléfono del bolsillo interno en su saco - Todo saldrá bien- guiñó- Amor, necesito que te comuniques con Alya- habló a la bocina del aparato.
Alya y Marinette seguían teniendo la misma relación de siempre, al otro lado de donde los chicos tomaban un buen café, simultáneamente ellas iban de compras, revisando uno a uno los aparadores de sus tiendas favoritas. Caminaban al compás que marcaban sus sofisticados tacones mientras sus curvados cuerpos se mecían y las ondas de sus ya largas cabelleras bailaban con el viento húmedo que ofrecía el verano.
-Se suponía que saldríamos hoy en la noche. - habló Marinette a su amiga.
-Las cosas no van bien, ¿eh?-la heroína negó con la cabeza y luego entró con decisión a una tienda más, seguida por Alya.
-Todo va exactamente igual,quiere que nos veamos junto contigo y Nino -la morena hizo un gesto extraño en la cara para después dejar sus cosas sobre una pequeña banca en la tienda.
-Apuesto lo que quieras a que Nino ya fue a llorarle a tu rubio amor.
-No le veo lo malo, tú vienes a llorarme a mí.
Marinette quedó viendo un vestido largo e intensamente rojo y precioso, la morena se reincorporó y caminó con lentitud hacia ella.
-Sabes, pienso que ésto ya no está bien-susurró.
-Alya...
-No me malentiendas, Mari...-soltó un pesado suspiro - Lo amo, y mucho pero presiento que no me está importando tanto como antes de la carrera, de mi trabajo, y me pone mal pensar que estoy dejando de quererlo.
Como la tarde había corrido, así las palabras de su amiga. Marinette arreglaba una y otra vez su vestido mientras iba en camino al restaurante donde Adrien los había citado, sentía emoción de poder pasar un rato juntos después de tanto tiempo, una vez llegando el rubor se apoderó de su rostro y ante el hostess* pidió informes de la mesa reservada al Agreste, éste la miró con pena y la llevó a una mesa para cuatro con sólo un lugar ocupado.
Inmediatamente miró su teléfono, ésto tenía que pasar, ella era consciente de eso y aún así decidió confiar.
~Amor, surgió un imprevisto, mi papá llegó a la ciudad y me ofrecí a llevarlo a la mansión, no creo llegar a la cena, pero por favor, diviértase mucho, te amo ~Decía el mensaje de voz en su celular.
Le dolió, todo aquello le dolió y no sólo porque su novio hubiese preferido ir a donde su padre en lugar de salir con ella y sus amigos, sino también porque ver ahí solo a Nino con una botella de vino y la corbata del traje floja, le daba a entender que su amiga había decidido no ir a la cita tampoco.
Se acercó, el olor a alcohol penetró sus poros de inmediato, una sonrisa apenada le ofreció y Nino no hizo más que asentir con la cabeza. Marinette tomó con brusquedad una de las copas y sin discreción la llenó.
-Por nuestros amores correspondidamente no correspondidos - y bebió.
Atravesó su garganta como millones de dagas calientes y pensó que aquello lo solucionaría, pero no. Vinieron dos, tres, cuatro copas más igual de mal servidas y aún el dolor estaba ahí, por más que quisiera acabarlo.
Nino al igual que ella se encontraba perdido, asqueado de él mismo, harto con todo aquello que pasaba, cómo el amor de su vida parecía ser ya sólo un amor pasajero, pero dolía como uno eterno.
Entonces miró a Marinette, y recordó por qué había creído estar enamorado de ella durante la secundaria, tenía un cuerpo hermoso, pero su rostro, ¡oh su rostro! Esos enormes ojos azules que te dejan náufrago dentro de tu propia mente,sus labios rosados y sus mejillas salpicadas de magia llamada pecas. Seguía tan angelical como en ese entonces, y quizá la amaba como entonces.
No estaba seguro, quizá era el alcohol.
Pero Marinette pensaba lo mismo, amaba a Adrien pero, deseaba con su alma que volviera a ser un poco atenta con ella, justo como el moreno de enfrente lo era con su mejor amiga. Y las palabras brotaron de su estómago hasta su pecho, saliendo finalmente de su boca como vómito verbal.
-Por favor, hazme sentirme querida una vez más.
Lejos de todos, de todo.
La tomó en sus brazos como la delicada belleza que era, recorría su cara con besos y veneno etílico, mientras sus manos marcaban como brasas sus piernas largas y su pequeña cintura. Era más de lo que podía controlar. El alcohol no permitió darse cuenta como le había sacado la ropa interior dejando su vestido aún en su lugar.
Hurgaba con los labios entre sus piernas y más allá, sus manos subían ya de su cintura hasta sus pecho ligeramente expuestos ya por el deshecho nudo del vestido.
Su cuerpo se movía al ritmo que las caderas de Nino marcaban, no importaba nada entonces, ni Adrien, ni su "amor" ni Alya y su desprecio. Sólo ellos, sólo Marinette gimiendo su nombre, sólo Nino probando su piel.
Entraron a un mundo de plenitud, un nirvana donde se sentían completos, extrañamente amados, pero ya no encontraron salida.
¿Cómo lo miraría a la cara? ¿Cómo?si se había acostado con el amor de su él, de su mejor amigo.
Mentiría si dijera que se arrepentía, si dijera que no lo habían hecho más, mentiría si por su mente pasara el decir que no lo había disfrutado todas esas veces en que se habían vuelto a ver. No, no, no. Jamás iba a negar que amaba su pequeño cuerpo, esos pechos que había tocado y besado hasta agotarse, sus largas piernas que rodeaban su cintura cuando la penetraba, su intimidad, tan húmeda y cálida, que se contraía cada vez que él aumentaba el ritmo. Él lo adoraba.
Mirar a Adrien, salir a comer con él para charlar regresaba en sí a Marinette. Apretaba sus labios con fuerza para no soltar suspiros y comenzar a imaginar la voz de la muchacha.
-He tomado ya una decisión -anunció el rubio a su amigo.
-¿De qué? - preguntó temeroso.
-Le propondré matrimonio a Marinette.
Su estómago se revolvió en ese instante. Las millones de escenas en su cabeza se borraron para darle paso a un espacio completamente blanco, y la palabra traición llegó para no borrarse más.
A ella, casada con él... No.
Llamó a Marinette, quizá estaría trabajando, o con Alya, ni siquiera tenía tiempo de ponerse a pensar en aquello.
-¿Sucede algo malo?
-Él se quiere casar, y yo también.
Y como valde de agua fría le cayó a la heroína, no sólo el descubrí dentro de su conciencia que la traición había llegado tan lejos como para hacerle pensar a Adrien que de verdad todo iba bien, también todo lo que llegó después.
-Me voy a casar - anunció Alya con alegría en su rostro y una brillante sortija en su anular.
*hostess: Son los hombres que están en la entrada de los restaurantes y revisan los libros de reservaciones, etc.
Esta historia está basada en uno de los OS de mi libro "Fragmentos"(fragmento cuatro) y lo hago como regalo la bella MarinetteHernandez ❤ será un TwoShot y sé que es muy rápido, pero así surgió en mi mente y uff, saben que me gusta complicarme la vida.
Para cualquier cosa siganme en todos lados como CjDeLarge, o lean mis demás historias... Hasta pronto ❤
