Holaa, soy Lampnia. Antes "Antonia Lamperouge Sutcliff". Me cambié el nickname porque quería algo más original xD. Tal vez nadie espera a que suba más capítulos de mis fics de Hetalia, pero no tengo las ganas para seguir esas fics... Prácticamente he dejado el fandom de Hetalia.
En fin, esto es de Shingeki no Kyojin así que no debería de hablar de Hetalia alsjdñsa. Pues... éste es mi primer fanfic de Shingeki, y éste solo es el prólogo. Espero que les guste uwu
Disclaimer: Shingeki no Kyojin no me pertenece, blablablá. Es de Hajime Isayama, y si fuera mío Rivaille le daría duro a Eren en cada capítulo.
Eren Jeager.
Ese era el nombre de aquel chico que se encontraba en su "habitación" (que no era nada más ni nada menos que un feo sótano con apenas un agujero como "ventana"), mirando lo que estaba fuera de la ventana con la mirada perdida.
A lo lejos se podía ver a un hombre, de estatura algo pequeña para la edad que tenía, limpiando un caballo cuidadosamente.
Ese hombre correspondía al nombre de Rivaille, o Levi para algunos.
No es como si Eren estuviera enamorado de él, pff. Para nada. Lo admiraba mucho, demasiado. Tanto que pensaba todo el día en él y en qué se sentiría ser él, o estar junto a él.
...Como su mano derecha, claro está.
Y como si lo hubiera invocado con los pensamientos, la mirada de aquel hombre se posó en la del más joven. Sintió un escalofrío, era como si con esa sola mirada le estuviera diciendo "Te voy a azotar duro contra la pared por osar mirarme tanto rato, Jaeger". Bueno, tal vez eso no. Pero sentía que quería golpearlo, como siempre lo hacía cuando estaba aburrido o necesitaba quitarse el estrés de encima.
Desechó esa idea cuando vio como el Sargento se retiraba con su caballo, a resguardarlo en su respectivo corral junto a los otros caballos.
Cerró los ojos unos minutos. Se sentía cansado, así que decidió reposar un rato antes de la cena.
No se dio cuenta de cuánto tiempo había pasado, hasta que miró por su ventana nuevamente para darse cuenta de que ya era de noche y seguramente la cena ya estaría lista.
No se había equivocado, ya todos habían comenzado a sentarse en la mesa cuando él llegó. Miró a Petra unos instantes y ésta le dedicó una sonrisa antes de hablarle.
-Estabas durmiendo cuando fui a avisarte sobre la cena. No quise despertarte, te veías muy cansado.-
-Ah... Ya veo, gracias por preocuparse de todos modos.-
Se sentó en la mesa, de frente al Sargento Rivaille. No quiso levantar la mirada y verle, se sentía incómodo cuando él le miraba a los ojos. Sentía como si su mirada penetrara en lo más profundo de su ser, y esa sensación hacía que le doliera el trasero.
La cena transcurrió con normalidad. Todos comiendo comida comestible, uno que otro mordiéndose la lengua mientras comía y nada más.
-Mañana es su día libre.- Informó de pronto Rivaille.
Todos lo miraron de reojo un segundo y no dijeron nada al respecto.
Si pasaras unos días con todos ellos, te darías cuenta de que la cena era como un ritual sagrado, donde nadie habla si no es necesario y solo se disfruta de la comida que se turnaban en hacer. Es decir, cada día alguien diferente cocinada. Hoy había sido el turno de Petra, nombrada como la mejor cocinera del escuadrón.
Al cabo de menos de media hora ya todos habían terminado, menos Eren y Rivaille. Ambos preferían disfrutar más tiempo la comida de la única mujer del escuadrón, por lo tanto comían más lento para saborear mejor.
Todos, menos ellos dos, se retiraron de la mesa ya que tenían cosas que terminar de hacer.
El chico-titán se sentía más que incómodo a solas con aquel hombre. No le molestaba su presencia, pero sentía que al otro si le molestaba la presencia del castaño.
Se decidió por comer más rápido finalmente para poder salir allí pronto y volver a su habitación, aunque no tenía sueño aún ya que había dormido un buen rato hace unos momentos, antes de la cena.
-Con permiso. –Dijo antes de levantarse y llevar su plato vació a la cocina, donde Auruo estaba lavando los platos sucios en el fregadero. Se lo dejó a un lado, sin decir palabra alguna.
Aunque se suponía que mañana sería su día libre, Eren sentía que el día de hoy lo había sido también. Practicamente no le asignaron tareas, más que limpiar el baño y su propia habitación pero como siempre éstos estaban limpios por las esporádicas intervenciones del más pequeño del escuadrón, no fue muy difícil sacarle más brillo del que ya tenía.
Finalmente se retiró a su hermosa y acogedora habitación.
Al estar dentro, se colocó el pijama sin apuros. No tenía ganas de dormir aún, pero sí de recostarse en su cama, que era algo dura ya que el colchón que ésta tenía no se había usado en años y estaba bastante viejo.
Se acostó bajo la tapa y miró al techo, buscando si éste tenía algo entretenido que ofrecerle. Ya rendido, se dio vuelta quedando bocabajo y cerró los ojos. Al hacer esto, su mente fue invadida por un pequeño ser que siempre estaba de mal humor. Como se ha dicho antes, Eren no está enamorado del sargento, solo lo admira tanto que siempre piensa en él.
Y como sería ser él.
Se comenzó a imaginar a él mismo, con la misma apariencia pero con la personalidad fría del sargento. Se imaginó como sería que le llamaran "Sargento" y que le hablaran con respeto mirándole a los ojos. Así mismo se imaginó a Rivaille con su actitud, diciendo a cada segundo "lucha" y poniéndose nervioso cada vez que estuviera cerca suyo.
Si… sería algo hermoso. Rivaille sería más lindo de lo que ya era y él más varonil y superior (bueno, no se consideraba superior más que en altura comparado con Rivaille) de lo que ya era.
No sabe cuanto tiempo estuvo pensando en aquello, tal vez horas o solo minutos, el caso es que terminó quedándose dormido con aquellos pensamientos invadiéndolo.
Antes de rendirse completamente ante Morfeo, una pequeña sonrisa cruzó su rostro y se dijo a sí mismo.
-Sería tan genial que eso sucediera…-
A veces las cosas que uno desea se cumplen sin que lo imaginemos, pero…
¿Será para bien o para mal? Quien sabe.
Soy pésima en esto... Pero el título y éste prólogo ya dice claramente de qué va todo esto, ¿no?.
No sé cuando vaya a subir el capítulo 1, aún debo escribirlo y no prometo nada... Bueno, eso sería pues.
Nos vemos!
