Dawin: En busca de la Esmeralda.
Buenas dias/Tardes /Noches/Madrugadas, me presento mi nombre es Andy algunos me conocen por Siguiendo tu Mirada, que aun esta en proceso, les traigo ahora una completa y diferente historia donde he tomado prestados a nuestrs personajes favoritos de Sakura Card Captor que por cierto no me pertenece a mi si no a Clamp esta historia es cmpletamente de mi autoria sin fines de lucro solo por entretenimiento, no permito o dejo que alguien mas la adapte o publique sin mi consentimiento o sin los debidos creditos.
Acepto cualquier critica constructiva.
Sin mas preambulos les dejo el Prólogo y nos leemos pronto.
Atte: Andy101797
Sinopsis:
Hace muchos años en un reino donde la gente vivía en paz y armonía junto con personas que solían poseer un Don Mágico llamado Dawin, fue invadido y atacado por un despiadado hombre que quería poseer poder más de él que cualquiera pudiera imaginar, llevándolo a la locura y sed de poder, "Barlott", sabiendo que la familia real era quienes poseían un linaje puro y poderoso de Dawins, decidió atacar y poder extraer de una forma cruel los dones de la familia, pero se corre los rumores que la más pequeña sigue con vida, buscada por 17 años por el ejército de Barlott sin éxito alguno, ahora es turno de los sobrevivientes Dawin que están trabajando encubierto para poder encontrar aquella joven que con su poder ayudar a vencer aquellas tinieblas y restaurar la paz y seguridad del reino.
25 de Marzo 2017 by Andy.
"Aprendí que el coraje no era la ausencia de miedo, sino el triunfo sobre él. El valiente no es quien no siente miedo, sino aquel que conquista ese miedo."- Nelson Mandela.
Capítulo 1: Prólogo.
Como en todos los días, la pequeña princesa iba de un lado a otro en busca de su hermano mayor y como era de esperarse siempre lo encontraba en aquella sala donde estaba él junto con otros dos jóvenes, uno de la edad de su hermano y otro más pequeño.
Touya estaba practicando con su Begle, una pequeña creatura que poseían aquellas personas que eran bendecidos con el Dawin, la pequeña Begle tenía una forma de una clase de nutria alargada, no tenía alas, pero podía flotar, su hermano la había bautizado como "Nout"
-Touya, Touya aquí estas – respondió la princesa de cinco años, el hermano mayor que no pasaba de unos diez años miro a su hermana, soltó un suspiro.
-Sakura te he dicho que no vengas aquí podrías lastimarte – le respondió el mayor – Tú no tienes un Begle y puedes salir lastimada mientras Yukito, Shaoran y yo entrenamos – dijo señalando a los niños, Yukito, mejor amigo de su hermano e hijo de uno de los maestros reales, y Shaoran, que tendría unos siete años, él era un chico del pueblo pero según su madre ese niño tenía un poder especial más poderoso que el de un Dawin y es por eso que siempre venia al castillo a aprender de ese poder, ella no entendía como es que su madre sabía que él era más especial que su propio hermano pues ante sus ojos se veía como un niño normal, solo que siempre se veía enojado y poseía un Begle normal.
-Pero yo quiero verlos -Susurro la pequeña viendo el piso, siempre sentía que su hermano no la quería ver por su falta de Dawin, no tenía magia o por lo menos no lo manifestaba y era normal que a partir de los 4 años se dieran a conocer, aunque sea un poco y aparecería el Begle quien sería su lazo con el mundo mágico y sus poderes, Sakura estaba a casi nada de cumplir los seis años y no había manifestado nada.
-Vamos Touya no pasara nada, trataremos de no usar Smauts peligrosos – dijo el joven de melena plateado y de ojos cariñosos como solia describirlo la pequeña Sakura, Yukito, como se llamaba, siempre la trataba de forma cariñosa y amable – Además Silver estará ahí por si pasa algo ¿verdad que si mi querida amiga? – le pregunto a su begle una clase de conejo blanco con alas de ángel.
-Si Yuki – dijo el animal con una voz chillona.
-Ya ves, Silver no dejara que le pase nada – dijo el joven dándole una sonrisa a su mejor amigo, a lo que el pelinegro solo negó con la cabeza, siempre hacia lo mismo para consentir a la pequeña princesa. – Ademas Shaoran aún no aprende a convocar bien y esa lección le ha dicho mi padre que podrá hacerla hasta dentro de un mes.
-Es que aún no he podido hacer el juramento con Wolf -dijo el niño de ojos ámbar que abrazaba a su pequeño compañero de magia, este último tenía forma de un pequeño lobito en color gris pero con manchas blancas – Es tarde y debo de retirarme – dijo el pequeño con una seriedad que los niños de su edad no poseían, dio una reverencia y con su compañero camino a la salida. Sakura, seguía con la mirada a ese niño, siempre era serio y respetuoso con ellos, sin pensarlo dos veces, la princesa siguió al castaño.
-Ahora a donde va – dijo Touya al aire, a lo que su mejor amigo sonrió y poso una mano en el hombro del pelinegro.
-Quieras o no Sakura tiene curiosidad de estar con alguien de su edad, ¿crees que no se aburre de estar con nosotros siempre? Tiene cinco años y nosotros estamos próximos a los once, hay una brecha de edad demasiado larga – respondió Yukito, a lo que Touya no hizo más que fruncir el ceño.
-Lo sé– Dijo Touya en voz baja casi como un susurro para sí mismo.
Mientras que en otro lado Sakura seguía a Shaoran, por un momento al niño se le hizo raro, pero en cierta forma estaba acostumbrado a que esa niña lo siguiera siempre después de que el terminara de entrenar con el príncipe y el joven Yukito, Shaoran conociendo la rutina se detuvo de golpe causando que la princesa chocara con su espalda, Shaoran dio media vuelta con su amigo en brazos.
-Buenas noches princesa -Le regalo una sonrisa, la pequeña al principio sonrió y acaricio la cabeza del pequeño Wolfe como le decía ella, después subió la cabeza viendo los ojos e inflo las mejillas haciendo un puchero.
-Dime Sakura, ya te he dicho, verdad que si Wolfe – A lo que el pequeño lobito movió la cola en señal de afirmación, Shaoran aún no había hecho el juramento con Wolf, por eso el begle no podía hablar, su única forma de comunicarse era telepáticamente con su compañero humano. – Eso lo tomare como un sí.
-Él dijo que es más fácil hacer que caiga nieve a que yo deje de ser tan formal – dijo Shaoran, ambos niños rieron, pero sus risas inocentes fueron calladas por el sonido de la campana del reloj dando a entender que ya era hora de irse a su casa, Sakura en un principio no dijo nada solo seguía acariciando a la lobito.
-Lo siento princesa Sakura, pero es hora de que me retire – Dijo cabizbajo, a lo que la princesa respondió solo con la cabeza.
-Shaoran siempre has tenido ese lunar en forma de rayo – le pregunto mientras ambos caminaban en la salida, Shaoran vio su lunar, lo tenía desde que poseía memoria, su lunar de rayo en la muñeca derecha, el niño asintió y Sakura sonrió – yo también tengo uno, pero es en forma de estrella, pero el mío esta en mi cuello, mira lo ves – dijo Sakura mostrándole su cuello, cualquiera podía verlo pues poseía un cabello corto.
Ambos niños llegaron a la salida, y se despidieron sin saber que sería la última vez que se verían por lo menos en muchos años más.
Esa noche como todas la Reina Nadeshiko le contaba una historia a su hija menor, Sakura amaba las historias de su madre, pues siempre usaba su bello Don para hacerle figuras de luces, la reina era la mujer más hermosa de todo el reino, pues no solo se basaban en su belleza física si no porque era la mujer más noble y amable, a cualquiera quedaba encantado con esos orbes color esmeralda, cosa que Sakura había heredado de ella, había días en las que el Rey le decía a su pequeña hija que era una replica exacta de su bella madre a excepción de su melena, pues Nadeshiko tenía la cabellera negra y larga.
-Mami – llamo Sakura una vez acostada, a lo que la reina acaricio la pequeña cabeza de la castaña
-Mande amor mío
- ¿Por qué yo no poseo el Dawin, así como tú, papa, mi hermano, Yukito y Shaoran? -pregunto la oji-verde, a lo que la madre solo acaricio las mejillas de su niña.
-Tú tienes algo mucho más especial mi amor – contesto la reina, la castaña no supo que decir por lo que empezaba a caer en brazos de Morfeo. - Tu eres algo muchas que especial mi pequeña princesa – beso la frente de su hija menor y salió de la habitación.
Estaba siendo una noche tranquila, todo mundo dormía, hasta que lo peor pudo suceder, había mucho escándalo en el castillo, causando que la pequeña Sakura se despertara, como toda una niña pequeña tenía curiosidad, opto por asomarse por la ventana del castillo, pero lo que vio la asusto, su hogar estaba siendo quemado, había hombres tirados llenos de sangre mientras que otros estaba abriendo paso para entrar, pero en el fondo de ese grupo había un señor, un hombre de con solo verlo empezabas a temblar, usaba una capa negra que cubría su cara, Sakura retrocedió de la ventana, sentía miedo y no entendía que pasaba.
El sonido de su puerta abriéndose causo que la pequeña niña diera un brinco, vio que era su madre junto con su padre ambos cansados y preocupados, el rey y la reina sabían que su hija corría peligro, pero nunca pensaron lo duro y doloroso seria ayudarla, debían borrar su memoria, hacerla olvidar que eran sus padres y mandarla a un lugar aleatorio para que nadie la encontrara y la lastimara.
La pequeña corrió con su mama para abrazarla, con un último abrazo le dio un beso en la frente, el rey sabía que su esposa estaba sufriendo, era doloroso separarse de sus hijos, así como hace minutos mandaron a Touya a otro lugar lejos, pero era diferente mandar a Sakura a un lugar que ni ellos sabia donde, sin saber si podría continuar con su destino, pero era lo mejor para ella.
Con un último adiós silencioso, el rey y la reina pusieron a dormir a su hija menor, con la esperanza de que algún día se vuelvan a ver, borraron sus preciosos recuerdos, nombres y personas, lo único que le permitieron conservar era su nombre y su edad, olvidando su cumpleaños y su familia.
-Lo siento tanto mi amor – le dijo su madre llorando y abrazándola, el rey con su corazón partido uso un Smaut para que fuera llevada a otra parte, ambos reyes rezaban que algún día estarían los cuatro juntos, rogaban al cielo y a los dioses poder estar juntos como una familia.
Esa noche cerca de una pequeña posada había aparecido una niña de cabellos castaños parecía estar desmayada ahí tirada en medio del suelo. Una pareja junto con su única hija la vieron cuando regresaban a esa posada que les pertenecía.
-Mami, mira esta niña esta tirada cerca de la casa – dijo una pequeña de cabellos negros y ojos amatistas, la madre corrió preocupada a donde la castaña se encontraba, checo si respiraba y por fortuna aún seguía con vida, la niña poco a poco abrió los ojos, enseñando sus bellos orbes verdes, asustada se sentó de golpe.
-Tranquila estas bien, ¿Cómo te llamas? ¿Dónde está tu familia? -pregunto la señora de melena corta – Tomoyo abre la casa, Ikuto ayúdame a que esta niña entre.
-Soy Sa... Sakura – dijo la pequeña
- ¿Dónde está tu familia? – Pregunto con amabilidad.
-Yo no lo sé – empezó a llorar la pequeña niña, y es que en efecto la pequeña Sakura no sabía nada, sentía que algo malo había pasado, pero nunca supo que.
Al paso de los años la familia Daidoji decidió adoptar a la pequeña Sakura pues no podían dejar que una niña tan inocente y pequeña anduviera sola, Tomoyo por fin podía tener una hermana y que mejor que alguien de su edad. Aquella niña empezó a crecer y con ello su destino empezaba a llegar.
Hola de nuevo creaturas de la creacion, espero les haya gustado y si tienen algun consejo, critica felicitacion o mala impresion, sobre todo lo que piensan haganmelo saber.
Nos leemos.
Atte. Andy
