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Nos encontramos en la ciudad de Countfield, situada en el pequeño estado americano de Delaware. Es un sábado por la noche. Atardece una noche fría en pleno mes de febrero, la mar está en calma y la ciudad iluminada. En un edificio ubicado en el centro de la calle Beaver, viven dos amigos y compañeros de piso: Luke Cooper y Davis Pane.
Se conocen desde hace más de siete años, pero comparten piso desde hace casi dos.
Luke es asistente de bibliotecario en la universidad más importante de la ciudad. No es un gran estudiante pero su trabajo se lo toma con ganas. Su padre viudo está casado con la subdirectora de la universidad. A Luke le encanta leer ficción y fantasía.
Davis por su parte es contable. Hasta hace unos días estuvo trabajando en la modesta entidad bancaria JanGo Fit, pero debido a recorte de personal fue despedido. Es un buen chico que no suele tener suerte en la vida.
Con 27 años de edad y apenas unos meses de diferencia, estos dos amigos no sólo comparten piso sino también tiene aficiones comunes. Son entre otras leer comics, coleccionar, jugar a videojuegos, ir a los estrenos de cine, acudir a eventos o jugar online con el ordenador. Puede que no sean las mejores aficiones del mundo, pero están orgulloso y además se muestran tal y como son. Su piso aunque simple, sí tenía algunos posters de películas, una consola de videojuegos, figuras de colección o elementos decorativos que resaltaban sus aficiones.
De ambos, la historia nos atañe en torno a Davis. En sólo unos meses, su vida ha dado un cambio sin rumbo al parecer. Todo parece inclinarse hacia un abismo sin fondo. A pesar que todos cuando somos infantes soñamos con una vida deseada, parecía que el destino de Davis se precipitaba a seguir otro camino. Uno del cual no podría escapar. A veces se sentía destinado a algo... pero no sabía qué.
Aquella noche reinaba la tranquilidad y el silencio en el piso. Luke estaba en su habitación con la radio encendida. Escuchaba su programa favorito sobre misterio, mientras ultimaba en escribir su primera novela gráfica "Hatcher: el visionario". Tenía intención de presentarlo en el venidero ECPAN (Evento Cultural Para Autores Nóveles) que se celebraba anualmente en la ciudad. Luke estaba convencido de que este año ganaría… o al menos eso quería creer.
Davis también se encontraba en su habitación. Un pequeño lugar donde había un armario, un escritorio, una cama y una silla. Algunos detalles de sus aficiones y un título universitario terminaban de adornar su cuarto. Estaba tumbado en su cama mirando al techo. Aun vestido con una camiseta y unos pantalones vaqueros. Pensaba en sí mismo y de cómo había llegado a aquella situación. Pero aquella reflexión no era perpetua ya que tenía el ordenador encendido situado en su escritorio. Estaba esperando un correo electrónico. Aquel silencio y soledad que rebosaban parecían mostrar una espera eterna pero Davis aunque algo ansioso, sí estaba tranquilo. No tenía ninguna prisa. Después de todo lo que le había sucedido recientemente, no le quedaba otro remedio a qué atenerse. Pero tras unos minutos, escuchó el inconfundible sonido virtual de la llegada de un correo electrónico. De un salto de la cama, se dirigió a su silla. Cogió el ratón y seleccionó la debida página. Tuvo suerte, Moira le contestó.
Abrió entonces el mail que le había mandado aquella mujer donde decía: "Hola Davis, estoy disponible en Skype. Si quieres nos conectamos y hablamos. Saludos."
En efecto, Davis abrió su perfil de Skype y ahí estaba ella conectada. No era algo nuevo ya que habían conversado una vez antes, además había conocido a aquella chica en un foro. Ella se había interesado especialmente por sus comentarios y tras unas semanas de charlas, finalmente se comunicaron más privadamente. Cogió su micrófono y encendió la cámara web de su ordenador. Tras los debidos saludos iniciales, Moira expresó en tono jocoso:
- Bueno Davis, pues aquí estoy. Desembucha cuando quieras.
- Pues todo sigue igual aunque las repeticiones de mis sueños cada vez son más frecuentes. La misma historia. La misma palabra.
- Suele pasar. A veces tenemos sueños que se repiten a menudo sin quererlo y no sabemos a ciencia cierta qué significado pueden tener. – manifestó Moira.
- No sabía que las arqueólogas también estudiaban psicología… – ironizó sonriente Davis.
Moira rió:
- Según para qué buscamos o queremos interesarnos sí hay que estar algo loco, Davis.
Tras esta amena conversación, Davis se puso serio y dictó:
- ¿Preparada? Tal y como te confirmé voy a explicarte mi sueño:
"Aparece la ciudad de Countfield envuelta en el caos, apenas se divisan personas en las calles. El cielo está rojo y multitud de llamas envuelven los edificios. Yo me sitúo en la torre Queensaw, el edificio más alto de la ciudad, a salvo. Estoy junto con otras personas pero totalmente desconocidas. Divisamos sin inmutarnos todo aquel espeluznante paisaje. Entonces todo se vuelve oscuro y una potente luz brillantemente cegadora se muestra susurrando cada vez más alto una palabra. Hasta tres veces la repite: Nozolux. Al tercer nombramiento, hay un pequeño estruendo en el edificio. Pero para sorpresa de todos, el único que se cae soy yo. Cayendo al vacío desde ese edificio... en ese momento abro los ojos y me despierto de un golpe, como su me hubiesen dado el susto de mi vida."
Aquí termina.
El sueño para mí es lo de menos, sólo quiero saber el significado de esa palabra. Al principio no la di ninguna importancia pero conforme más se manifiesta ese sueño y más se repetía esa palabra, pues no niego que ya me entró la curiosidad. La he buscado por internet, libros y preguntado pero sin obtener ninguna respuesta. Como medida desesperada me registré en el foro virtual "Respuestas Increíbles". No me sirvió de nada pero bueno tras un par de días, te conocí por ese medio. Ahí está todo.
Tras unos instantes analizando tal información Moira contestó:
- Menudo drama tienes. Bueno no te preocupes, puedes confiar en mí y te agradezco este valiente gesto por tu parte. Presiento que no es nada fácil contar algo así sin que se burlen o te tomen por un lunático.
Ahora mismo no puedo prometerte nada y si te soy sincera ignoro completamente el posible significado de esa palabra que mencionas. ¿Me la podrías deletrear, por favor?
- N – O – Z – O – L – U – X
- Interesante. Suena a latín.
- ¿Latín? ¿Esa lengua antigua? Puede ser pero no creo que su origen tenga importancia…
- Todo en estos asuntos tiene importancia. – reafirmó Moira.
En ese mismo la chica parecía estar buscando algo en su ordenador a juzgar de su mirada y sus movimientos.
- ¿Buscas algo? – preguntó Davis.
- No tranquilo, sólo estaba guardando la información que me distes. ¿Algo más que quieras contarme?
- En principio no. Por mi parte eso es todo.
- De acuerdo. Oye cualquier cosa que pienses o si recuerdas algo más sin problemas, me lo comentas, ¿te parece?
- ¡Claro! Estate seguro que así lo haré. Muchas gracias por tu ayuda, Moira.
- Y si también te apetece hacer otros planes para desconectar, también.
- Pues... Te tomo la palabra entonces señorita Devlin. – concluyó un sonrojado Davis. – Ahora si me disculpas voy cerrando ya mi sesión que empieza a hacerse tarde y mañana he de llamar a un amigo que había quedado con él para comer.
- Sí no te preocupes. Ves que los buenos amigos no te faltarán y esos suelen ser para toda la vida, señor Pane. Gracias por la información y ten presente que cuando sepa algo sobre "Nozolux" te informaré de inmediato. No te prometo nada pero…
- Como dijo el maestro Yoda: "Hazlo o no lo hagas. Pero no lo intentes."
- Mira que bien: guapo, listo y nerd, ¿Qué más puede pedir una mujer, eh? – sonrió con un guiño Moira. – Yo también me despido que estoy preparando una conferencia que daré en unos días en la universidad Suffolk. Cuando acabe me pongo con lo tuyo. Buenas noches y hasta pronto Davis. ¡Nos vemos!
- No tengas prisa y muchas gracias por todo. Cuídate y mucha suerte con la conferencia en Boston. Buenas noches. ¡Hasta pronto!
Ya estaba hecho, ahora sólo tocaba esperar a obtener una respuesta dentro de la lógica y confiar. A pesar que había cerrado el programa Skype, Davis tenía la mirada perdida delante de la pantalla. Curiosamente no estaba nervioso por lo revelado a Moira.
Antes de apagar el ordenador, entró en su correo electrónico. Había recibido tres correos electrónicos aquella noche. Un mail sobre publicidad, otro sobre la venidera actualización de su juego multijugador masivo en línea y un último mensaje de su amigo Bruce Trivette. Junto a su novia Renee, estaban disfrutando de unos días en la ciudad de La Habana, Cuba, con otros amigos. En el mail además de incluir algunas fotos explicaba que se lo estaban pasando realmente bien. También le preguntaba a Davis su situación actual y anímicamente cómo se encontraba. Como buen amigo le enviaba todo su apoyo y ayuda para lo que fuese. Hacia el final del correo Bruce le pedía si cuando regresaran a Countfield, podrían quedar y ponerse al día.
Davis continuó quedándose quieto observando la pantalla, unos segundos después apagó el ordenador y se puso el pijama para irse a dormir. Deshizo la cama y se sentó sobre la sábana. Estaba confuso por todo lo que le acontecía. Dicen que en la vida hay que arriesgarse y más cuando deseas saber la verdad de las cosas. Aunque no estaba obsesionado con aquella palabra y sus sueños, sí tenía ganas de conocer porque algo tan banal le podía llegar a intrigar tanto. No obstante todo aquello no podía hacerle olvidar los momentos trágicos que ha vivido en los últimos dos meses, haciéndole creer que todo lo malo le sucedía a él sólo.
Unos minutos más tarde sintió sed y se levantó. Se dirigió a la nevera y cogió un botellín de agua. Mientras bebía, escuchó unos pasos y a su vez una voz. Era Luke.
- Hola socio. ¿Cómo es que no estás dormido? ¿Todo bien?
- Sí… sólo estaba chateando con Moira. Nada relevante. Acabé de hablar y no podía dormir. – contestó Davis.
- Ah y ¿cómo le va a la exploradora? ¿consiguió ayudarte?
- Más o menos.
- Bueno algo es algo. – sonrió Luke.
- Imagino que trabajando en el comic, ¿no? ¿Cómo lo llevas? - cambió de tema Davis.
- Terminándolo a velocidad supersónica, ya que debo presentarlo en unos días. Recuerda que lo expongo en el evento.
- Cierto. Bueno seguro que triunfarás, eres un crack.
- ¿Cuento contigo? ¿Vendrás?
- ¡Claro! Ya sabes que yo este tipo de eventos no me los pierdo.
Entonces Luke cogió unas galletas y le comentó:
- Sabes, ayer estuve viendo la trilogía de Regreso al futuro con los audio-comentarios del director. ¿Crees en los viajes en el tiempo y la teoría del multiverso? Es decir, me fijé principalmente en la segunda parte y creo que contiene algunos errores… bueno eso leí en foros pero no sabría explicarlos a ciencia cierta.
Tú eres más fan que yo.
Davis sonrió.
- ¿Quieres saber qué gazapos existen en la secuela, no?
- Gazapos no exactamente, sino si es posible que Jennifer y Marty se encuentren con sus yo futuros…
- ¡Imposible! – imperó Davis.
- Ostras… y ¿cómo lo explicas?
- Te explico el planteamiento:
Jennifer, Marty y Doc viajan al futuro, hasta ahí todo correcto. Ahora pon atención, una vez que viajan al futuro, ninguno de ellos podrá encontrarse consigo mismo. La razón: han dejado de existir en el presente. Es como si hubieran muerto. Por lo tanto ese "presente" continuará sin ellos… así que cuando viajen podrían ver el nuevo futuro, pero sin ellos.
- Luke interrumpió:
¡Entiendo! Es como sucedió con Fry en la serie Futurama. Es congelado en el año 2.000 y la vida pasa, los años, siglos… hasta que es descongelado en el año 3.000 y allá se despierta como nuevo.
- ¡Equilicuá!
- Pues vaya error se les debió escapar… oye y la teoría del multiverso, ¿dónde encaja en todo esto?
- Bueno es una mera teoría, pero supongo que a raíz de conocimiento friki se acaba obteniendo la debida respuesta. Te explico al menos mi versión:
Sabes que un multiverso es el significado de una convivencia de muchos universos o también llamadas realidades paralelas. Es decir, ahora mismo nosotros en otro universo podríamos ser o estar haciendo otras cosas.
- Interesante. Algo así como si en otro universo pues… los humanos pudieran ser las mascotas o que ambos tuviéramos tres ojos. – interrumpió Luke.
- Bueno, es una forma de verlo. – asintió con la cabeza Davis. – Bien continúo:
El nacimiento de una nueva realidad o universo, se determina a consecuencia de nuestros actos y decisiones que tomemos al momento. Pongamos el ejemplo de la película Regreso al futuro parte II: cuando Biff Tannen, el malo, roba el almanaque deportivo del futuro y se lo entrega a su versión joven del pasado, eso es crear un nuevo presente. Ese simple gesto, el cambiar una situación determina el nacimiento de una nueva realidad. ¿Por qué? Te explico: el presente continúa como está pero cuando el Biff Tannen del futuro le entrega a su versión joven una revista con resultados deportivos que acontecerán, eso provoca que el joven Biff vaya sobre seguro y siempre acierte apostando. Como ese hecho jamás había estado previsto, esa consecuencia crea una tangente: una nueva línea temporal. Entonces ahora tenemos dos presentes: el primer presente donde Biff Tannen era un simple matón de instituto y un nuevo presente donde Biff Tannen se forra con los resultados del almanaque deportivo del futuro. Ambos presentes continúan cada uno por su lado y con respectivas consecuencias. Por lo tanto, ya tenemos dos presentes, dos realidades, dos universos: un multiverso.
Luke se empezó a reír mucho:
- Joder Davis, ¡y yo que pensaba que era un friki! Aunque muy rebuscado, conseguí entenderlo.
- Ya te dije al principio que no era fácil de entender, pero me alegra que lo hayas conseguido. – dijo el joven.
- Bueno ya me marcho que mañana mismo voy a fardar en el foro de lo qué es un multiverso y ante todo mi saber… ¡se arrodillarán ante Luke!
Ambos soltaron una carcajada ante lo que argumentaban.
- De acuerdo Luke. Tienes mi permiso para dictar mis palabras… pero a condición que esta semana me laves la ropa. – sonrió ironizando Davis.
- ¡No me jodas! No voy a tocar tus calzoncillos de Garfield…
- Es broma. Lo imaginé. De acuerdo, sermonea y pavonéate mañana ante tus colegas virtuales.
Aquella conversación entre amigos, transcendió de forma muy agradable y divertida para ambos. Entre bromas e ironías. Eran este tipo de conversaciones, las cuales podían demostrar y expresarse ambos como muchas veces ante otros, no podían. Quizás por no ser entendidos o por miedo al rechazo.
Tras aquellas palabras, Davis se dirigía hacia su habitación. Pero no sin antes decir a su amigo:
- Por cierto Luke, gracias por este surrealista rato. Sinceramente con toda la mierda que estoy pasando… se agradece, en serio.
- ¡Ánimo tío! – dijo Luke mientras se disponía a beber un trago de leche.
Antes de acostarse se dirigió hasta su estantería. Tras su apreciada figura de Linterna Verde, se hallaba un pequeño cofre donde solía guardar dinero o aquello que sentía que debía salvar para recordar. Cogió la llave que tenía en su mesita de noche y lo abrió. Entre sus pocas posesiones, tomó una fotografía. Se sentó sobre la cama, sin dejar de observar con tristeza aquella imagen. En la fotografía aparecía una mujer joven, con el cabello liso y castaño. Sonreía y miraba al frente. Entonces una lágrima se dejó caer de su ojo derecho y con un tono para sí mismo muy bajo dijo: "Te echo mucho de menos, Nadine".
