Título: Por el bien mayor.
Fandom: Twilight.
Disclaimer: Los personajes no me pertenecen, la trama sí.
Claim: Charlie/Renée.
Rated: K+
Advertencias: Nada, nadita.
Summary: Se miente inclusive a sí misma; le duele, pero no puede seguir así.
Dedicatoria: A Rosary, por aguantarme en el msn.
Notas: Participa en el reto Palabras para el recuerdo, del foro lol, (Palabra clave: Mentir).


Por el bien mayor.

«One day you'll get sick of
saying that everything's alright»

La rutina cansa, aburre; la rutina arruina relaciones. Ya está fastidiada de lo mismo todos los días: Él llega, deja la chaqueta y el arma en el perchero, ella lo abraza y le da un beso en los labios, cenan juntos y luego van a la cama (a veces duermen, otras —muy pocas— hacen el amor).

Esa noche prepara las maletas; no dejará que Isabella crezca en un hogar donde claramente no habrá amor, prefiere irse ahora que ella no comprende a tener que hacerlo luego frente a ella.

Él llega, cuelga la chaqueta y el arma en el perchero, pero algo ha cambiado. No hay abrazo, un beso mucho menos, no hay cena y Renée está en sofá (tiene a Isabella en brazos y las maletas a los pies). Le molesta tener que irse porque lo ama, pero el amor no es suficiente; prefiere dejarlo ahora, aunque duela, que luego con una gran pelea.

—Esto no funcionó, ¡odio Forks más que a nada!

Él no dice nada, Charlie no la mira (él mira a cualquier lado, pero nunca a sus ojos). Charlie no sabe que miente, que la mentira le quema los labios.

«Yo sólo no quiero que todo se arruine más adelante», piensa y suspira. Toma las maletas y comienza a rodarlas; una mano le sujeta con firmeza.

—Podemos hacer que funcione, pediré cambio a un lugar soleado. Todo estará bien —pide. Ella niega con la cabeza.

—Nada estará bien, Charlie, por mucho que te lo repitas. Y algún día te cansarás de, inclusive, pensarlo —una lágrima traicionera rueda por su mejilla.

—Te amo.

«Miente, Renée, miente; que él no sepa que te duele. Esto es por el bien mayor, por Isabella, por ustedes dos».

—Déjame ir, Charlie —voz apagada, sin vida. Los ojos de él están vidriosos y eso le duele, pero no puede apartar la mirada.

Él la deja ir.

«No regreses, Renée. Miéntete a ti misma de ser necesario».

Y ella no regresa.