Discleimer: Katekyo Hitman Reborn! Le pertenece a Akira Amano yo sólo tomo a sus personajes por diversión y sin animo de lucro
Buena Esposa
Haru sabia que convertirse en la esposa de un mafioso no seria nada fácil, pero el amor que sentía por Tsuna era lo suficientemente grande como para enfrentarse a todo lo que se interpusiera en su camino.
Cuando comenzaron a salir Haru fue la mujer más feliz del mundo y así fue por casi nueve años, tiempo en el que Tsuna fue oficialmente nombrado Décimo Vongola, años en los que él junto a Haru y sus amigos se graduaron, y Tsuna y sus guardianes se mudaron a Italia, dejándola a ella sola por un año, hasta que convenció a sus padres de irse a estudiar al extrajeron y se junto con ellos.
Fue en uno de esos días, después de conocerse por casi cinco años, que Tsuna le propuso que se casaran.
Fueron cinco años de matrimonio en los que Haru pudo ver como diariamente él se esforzaba para proteger a su familia… para protegerla a ella
Cinco años en los que Haru aprendió a no hacer preguntas y sólo abrazarlo cuando llegaba a casa con aquella mirada triste que se iba haciendo tan frecuente. Fue por esa razón que aprendió a ocultarle su tristeza, porque Haru sabia que Tsuna sólo le mostraba su dolor a ella.
Fue mucho tiempo el que pasaron juntos.
Y fue una noche, tres meses antes de que cumplieran diez años de conocerse, que él llegó a casa, y Haru notó que era momento de callar y abrazarlo, sólo abrazarlo, y dejar que se apoyara en su hombro. Esa noche Tsuna lloró.
Lloró como no lo hacia hace diez años, se desahogó mientras ella lo abrazaba.
Y a la noche siguiente todo había pasado tan rápido. Era una junta como muchas otras, tan sólo una más. Pero él ya no regresó.
Tsuna ya no regresaría.
Ese día todos lloraban. Ella quería acompañarlos, quería dejarse caer y deshacerse en lagrimas, quería golpear el suelo con sus puños hasta que sangraran, quería gritarle al cielo por habérselo arrebatado, pero no podía, debía mantenerse en pie, debía aguantarse las ganas de llorar y gritar.
Debía ser fuerte para Tsuna… para su esposo.
