Esta es una historia

De dos amantes que al dejarse…

12 de Enero, 2018. Actualidad.

Esta es una historia de la que pocos saben la verdad. Él es una de las personas que quiere saberla, en parte porque es su trabajo y por otro lado porque últimamente sus pasiones no lo han dejado tranquilo; no duerme y trata de tranquilizarse con alcohol por las noches, esa bebida es su dulce canción de cuna sin embargo nada parece funcionarle excepto descubrir qué sucedió.

春野サクラ, Haruno Sakura

(28 de marzo 1984 – 17 de abril de 2016)

Él suspira mientras remueve el polvo que se ha asentado en la blanca lápida. A diferencia de los amantes —de los muchos— él no se apacigua vertiendo lágrimas con sabor a soledad con tintes sombríos de desilusiones. A diferencia de los amantes, él busca respuestas.

—Akasuna.

Voltea y se quita su sombrero negro en señal de respeto, le debe mucho al hombre que está frente a él, en principios le debe su empleo y buena reputación.

—Señor Uchiha.

Poco más de treinta años han pasado por los orbes de aquél que porta el apellido Uchiha. Su semblante es serio, mas en el fondo esconde el pecado de la pasión, aquél que lo llevó a su propia perdición.

—¿Qué has encontrado?

—Mucho, en realidad. Aunque quizá haya cosas que me ha estado ocultando, ¿o me equivoco?

Akasuna no Sasori, el hombre que comenzaba a tener fama por sus brillantes investigaciones. La policía lo buscaba pero todos sabían que él tenía un solo señor y amo: Sasuke Uchiha. No había nada que Sasori no conociera, incluso si sus clientes no se lo decían. Él anticipaba la verdad desde antes, desde luego que él ya conocía una pequeña parte de la historia: la historia de mi muerte.

Sasuke alza los hombros y fuma un cigarrillo —solía hacerlo después del sexo— y le dice a Sasori que lo demás ya lo sabe.

. . .

17 de abril de 2016.

Cuando alguien recibía una llamada de Sasuke Uchiha es porque algo importante sucedía. Él no llamaba sólo porque sí, y menos si no eras de sus más íntimos amigos. Eso sucedió aquella mañana de abril pasadas las 9 de la mañana.

Akasuna no Sasori era un abogado, quizá muy amante de Sherlock, tal vez un detective frustrado que terminó en una escuela de leyes. Puede que fuera un marionetista por convicción o un mero artista innato. Fuese quién fuese, Sasori había conocido a Sasuke Uchiha un par de años atrás en una de las tantas juntas que la familia Uchiha organizó. No eran íntimos amigos, de hecho solo se habían cruzado unas tres veces las caras en su vida. Ese día, Sasori respondió la llamada de Sasuke Uchiha sin saber que cambiaría su vida para siempre.

—Está bien.

Colgó. Se quedó pensativo una vez que finalizó la llamada. Se colocó su gabardina negra y un sombrero oscuro, después de todo no le gustaba hacer esperar a las personas. Tomó un taxi hacia el Hospital Ottaka y se replanteó porqué decidió ayudar a Sasuke Uchiha. ¿Fue el hecho de que Sasuke emanaba un poder increíblemente fuerte? ¿El hecho de que él tenía influencia? No lo sabía a ciencia cierta, pero en cuanto escuchó los motivos no lo dudó y contestó de forma firme y clara "Está bien". Quien ayudaba a Sasuke Uchiha tenía un lugar de cielo asegurado, pues si ayudabas a Sasuke Uchiha ayudabas a alguien todavía más grande… Itachi Uchiha. Pero en aquel momento, aquel personaje carecía de sentido. O tal vez no era tan relevante para los demás.

"No" se respondió Sasori "Itachi era el esposo de Sakura Haruno".

Poco se sabía de nuestra relación. Itachi y yo teníamos cinco años de matrimonio. Los ojos se pusieron sobre nosotros cuando nos casamos y de ahí poco se supo de nuestra vida pública. Llamaba más la atención el matrimonio de Sasuke Uchiha con Hinata Hyuga, ese matrimonio le era más atrayente a los medios, Itachi y yo éramos cosa del pasado… hasta ese día.

Sasori llegó bien vestido y mostrando respeto hacia la familia Uchiha. Sasuke estaba afuera del cuarto 560 mirando hacia el pasillo, parecía alguien desinteresado pero por su parte Sasori intuyó que se trataba de algo más. La mujercita a su lado estaba afligida, parecía recién levantada con el cabello un tanto enredado, sin embargo se le veía como un ángel blanco en medio de la oscuridad que recién se formaba. En cuanto Sasuke vio a Sasori dejó a su mujer y se acercó al abogado —y recién miembro de confianza—.

—Qué bueno que llegas—dijo Sasuke un tanto agitado—, Sakura Haruno ha muerto.

Sasori asintió, en realidad él me conoció una sola vez. Lo recuerdo. Era un hombre sombrío en aquel entonces, pero atractivo. De cabello rojo y tez un tanto morena, alto y de buen parecer. Se le veía agradable en un sentido estricto. La reacción de Sasori era obvia, mi muerte poco pudo haber afectado su estado de ánimo, ¿quién era yo para él después de todo? Sólo me vio una vez.

"Mucho gusto" fueron las palabras que profesó, las primeras y las últimas.

—Hay cosas que deben hablarse en privado, Akasuna—dijo Sasuke entre dientes—, te debes estar preguntando el porqué. ¿Verdad?

—No en realidad—Sasori sonrió de lado, él era inteligente— me quieres porque nadie sabe sobre mí y porque quieres que te sea fiel en tus pecados, ¿no?

Sasuke asintió aliviado. Sería fácil entablar conversaciones con ese hombre, su sexto sentido no le había fallado.

—Finjamos que eras un viejo amigo que recibió mi llamada, hay asuntos que tratar.

—No fue una simple muerte—dedujo Sasori—, ¿hay peces gordos detrás?

—No… Bueno, en realidad no lo sé.

En aquel momento Sasori descubrió algo en la mirada filosa de Sasuke Uchiha: Era rabia y tristeza. Podía jurar que Sasuke Uchiha estaba destrozado y que algo se había roto en su interior pero no podía asegurarlo puesto que no lo conocía, no sabía de sus expresiones faciales como para concluir gran cosa. Lo que era cierto es que era bastante sospechoso que el hermano menor del esposo de Sakura Haruno acudiera a él.

—¿Amantes?—preguntó en voz baja Sasori, de forma desinteresada poniendo una mano en el hombro de Sasuke.

Sasuke abrió los ojos y le dirigió una mirada de sorpresa, sin embargo el efecto sólo duro pocos segundos y después se recompuso. Cerró los ojos y asintió ligeramente. Sasori sonrió triunfante, claro que el asunto era todo un cliché, una novela.

—Ella era tan buena—Hinata se encontraba hablando sola, gimiendo de tristeza—era como mi hermana. Oh Sasuke, ¿por qué Sakura murió?

—Un accidente automovilístico—explicó de forma breve a Sasori frente a Hinata—, por cierto Hinata él es Akasuna No Sasori, un viejo amigo.

Hinata era una mujercita, se veía pequeña incluso de estatura. Delgada. Era más bien como un angelito que emanaba paz, nada de lo que dijera ella podía ser tomado a mal. Era silenciosa y rara vez decía algo en público, salvo que de verdad fuera importante. Así que, no cuestionó más sobre la relación de ese extraño hombre con su marido. No hizo preguntas —que bueno—, simplemente extendió su mano temblorosa y asintió dulcemente.

A Sasori comenzaba a parecerle un buen caso, tal vez era un cliché el que un amante se hubiese muerto, pero la forma le parecía atrayente porque desde luego que no era un simple accidente automovilístico.

Y de verdad que no era tan sencillo…

Itachi Uchiha llegó acompañado de al menos una docena de personas, entre escoltas y hombres de suma confianza de la familia. Tenía puestos lentes oscuros y estaba bien parecido. Oh, Itachi… corazón. Difícil saber que pasaba por su cabeza en ese momento, lo cierto es que se acercó a Sasuke y ambos se fundieron en un abrazo que sorprendió a propios y a extraños.

—Lo siento—dijo Sasuke—, lo siento mucho hermano.

Un nudo se formó en el corazón de Sasuke, difícil de parar. Las heridas comenzaron a sangrarle, la pasión comenzó a apagarse. El fuego que iniciamos años atrás se había consumido, con todo y las cenizas. La yaga de un amor prohibido comenzaba a dolerle, a dolernos. Para Sasuke, mi muerte era un castigo por todo lo que tuvimos que pasar, por todos aquellos a los que tuvimos que traicionar. Sasuke jamás se perdonaría dos cosas: traicionar a su hermano y haberme amado. Porque amarme implicó haber traicionado a Itachi Uchiha. Nuestro pecado fue amarnos y no haber aceptado nuestro amor ante los demás.

Yo quería a Itachi Uchiha, si es que puedo abogar. Lo quise como puedes querer a un hermano, lo admiré como hombre… Pero jamás lo amé. Jamás deseé su cuerpo, y nunca me sentí tentada a caer en tentación frente a él, nunca imaginé una vida a su lado por toda la eternidad. Oh, mi corazón… Mi corazón no le perteneció nunca a mi esposo y ese fue mi pecado.

Sasuke siempre supo fingir, puede que él fuese mi maestro en el arte de mentir y engañar a los demás. No puedo echar culpas, pero él me adoctrinó bastante bien en ese arte. Cara a cara, frente a frente, los hermanos se miraban e Itachi soltó a llorar. Sasuke lo detuvo y en todo momento se mantuvo sereno.

—Encontraremos a los culpables, hermano. Los encontraremos cueste lo que cueste.

Todos sabían que mi muerte fue por conducir en un aparente exceso de velocidad, fue de madrugada pero todos sabían que esa no era mi verdadera muerte ya que los Uchiha tenían bastantes enemigos, gente que no los quería ver en paz. Pero nadie sabía la verdad… ningún vivo la sabía, salvo yo.

Así pues me enterraron, siendo yo Sakura Haruno al séptimo día, después de una serie de investigaciones y carpetazos. Morí para jamás volver a cometer los mismos pecados. No creo en el cielo ni tampoco en el infierno, no creo en renacer ni regenerarme. Mi única religión era él, y le era fiel a él y a sus creencias. Éramos uno solo. Intentamos huir de nosotros y de nuestro pequeño pecado en un sinfín de ocasiones, pero cada que lo intentábamos fuimos cobardes y tontos.

—No puedo abandonar a Itachi—me decía Sasuke— te amo, pero no puedo dejar a mi hermano.

A veces, la pena nos consumía a tal grado que después de amarnos él entre sueños le pedía perdón a Itachi. Éramos criminales al final.

Frente a mi tumba estaba Itachi y Sasuke. Sasuke servía de sostén y apoyo, era los brazos y las piernas de mi esposo, aquél hombre que se había hecho uno con los lentes oscuros. Nunca vi desmoronarse a Itachi de tal manera, se caía sobre mi tumba y gritaba mi nombre a los cuatro vientos mientras de su garganta emanaba gritos de dolor. Sasuke se mantenía ahí para ayudarlo, estoico, parado sin decir nada. Así sería de ahora en más, ese era su castigo…

Sasuke dejó a Itachi en la mansión Uchiha y le pidió a su esposa que cuidara de su hermano, porque cuidar a Itachi Uchiha era cuidar a la familia.

—Akasuna—llamó Sasuke—, tenemos que vernos.

( 2 )

Mayo, 2017.

Sasori estaba encerrado en su habitación, no salía a menos que fuera estrictamente necesario. El alcohol era su mejor amigo junto con una buena dosis de nicotina. Tenía puestas las fotografías sobre la mesa. Era yo con Sasuke Uchiha, yo con Itachi Uchiha, yo con ambos hermanos. El común denominador era yo.

Fue entonces que Sasori comenzó a dibujarme y a imaginar todos los escenarios posibles.

"¿Cómo pudieron esconderse?" se preguntaba. No le cabía duda de que alguien más sabía de nuestro pecado y que ese alguien había tratado de perjudicarnos. Miraba mi rostro, mis ojos jade brillosos y admiraba mi boca rosada en forma de corazón. Sasori miraba a la mujer de las fotografías.

Menuda, sin pechos, cabello corto. En resumen, una mujer con una belleza inusual. Trataba de ocultar su fanatismo recientemente descubierto, le era atrayente admirarme de una manera casi obsesiva pero no podía dejar de hacerlo. No culpaba a Sasuke, pero tampoco lo entendía.

"Sakura se casó con un hombre doce años mayor. Se casó y en cuanto se casó la historia comenzó…"

Me casé con Itachi por obligación, por deseo de mi madre y por un capricho tal vez. El status de la familia Haruno peligraba. Después de la muerte de mi padre, mi madre no supo administrar el dinero que teníamos y al final, nos vimos con un sinfín de deudas que nos dejarían sin nada. Fue entonces, que en una fiesta conocí al mayor de los hermanos. Él sintió una chispa hacía mí, y yo vi el interés. Fue entonces que inició todo. Pude haber vivido con Itachi, y eventualmente quererlo porque al final así fue, lo quise y lo admiré. Pude haber vivido de esa manera, siendo una oportunista que sólo vio por sus intereses. Sí, pudo haber sido de esa manera y no hubiese sido la primera ni la última en el mundo. Sin embargo, las cosas no sucedieron de esa manera y fue entonces que conocí a Sasuke Uchiha.

Cuando lo vi, sentí que algo nació en mi corazón, algo me tocó en mis entrañas. Yo nunca supe de amor real, pero cuando lo vi supe lo que eso era. Tenía un mes de casada con Itachi Uchiha, le fui fiel a Itachi Uchiha solo un mes. Era electricidad, era algo más. Algo se removía y no me dejaba dormir. Soñaba son Sasuke, comenzó mi obsesión. Él hablaba poco, pero eso lo hacía atrayente, él era el polo Sur y yo el polo Norte, estábamos destinados a estar juntos.

—Sakura—Sasuke me susurró al oído.

En aquel momento me asusté y sobresalté, yo iba a tomar un vaso con agua a mitad de la madrugada. Sasuke vivía en la misma casa, compartíamos la misma vivienda, y eso hacía que mi corazón palpitara con mucha fuerza.

—¿Qué haces aquí?—pregunté, zafándome de su agarre.

—Tenía curiosidad de saber… cómo es la esposa de mi hermano.

Y así fue noche tras noche, Sasuke me acorralaba y yo hacía todo intento humano posible por salir de sus redes. Lo vi tantas veces con nuevas invitadas, incluso escuché como Itachi le decía que esperaba que llegase el día en que conociera a la mujer correcta que lo hiciera sentar cabeza.

Pero…

—Fue una noche en el que mi hermano y ella cumplían 1 año de casados—le dijo Sasuke a Sasori—, ella se veía… espectacularmente hermosa. Jamás vi a una mujer igual. Yo, yo que conquisté mujeres, yo que las tuve a mis pies, yo que las hice sufrir, yo que las castigué, yo que las desprecié. Criaturas infernales, ella… ella era la reina de todas ellas. Cualquier mujer se hubiese visto grotesca a su lado, ella era la reina de reinas.

Sasuke dejó su copa y se sirvió una más. Sasori lo observaba expectante, Sasuke al fin estaba hablando después de semanas sin hacerlo.

—Llevaba meses acorralándola por las noches, he de admitir que me divertía la manera en que se sorprendía, era una presa fácil. Lo hice por mera diversión, para entretenerme un rato pero me salió el tiro por la culata pues ella era la mujer de mi hermano.

—Entonces, fue esa noche—Sasori fumó de su cigarrillo—, aquella noche te hiciste amante de Sakura.

—No es tan simple, no fue así como lo dices—Sasuke dejó la copa a un lado y un brillo peligroso apareció en sus ojos—en ese momento sentí algo surgir en mí, recordé todo lo que me decían las mujeres acerca del amor y cómo este inicia. Nunca creí en esos cuentos hasta que me sucedió. ¿Desearla? No sé lo que me pasó por la cabeza pero en ese instante éramos ella y yo contra el mundo, quería tenerla en mis brazos, quería que fuera solo mía y de nadie más… pero mi hermano apareció. Aquello sólo me recordó que ella nunca podría ser mía.

Sasori asintió, él no era amigo de Sasuke. De hecho, su función era meramente la de investigar y de desviar cualquier tipo de información referente a Sakura. Ellos maquillarían los hechos para que Itachi no sufriera. Sasori no supo si aquello era lo moralmente correcto ya que al final, estábamos pagando por nuestros propios pecados.

Sasuke y yo nos veíamos en las madrugadas, en los tiempos muertos. En las cenas y desayunos familiares. Mientras yo sostenía la mano de Itachi Uchiha, Sasuke rozaba mi pierna. Mientras yo tenía sexo con Itachi Uchiha pensaba en cómo Sasuke me recorría por dentro y me llenaba. Mientras Itachi me hablaba yo escuchaba la voz de Sasuke en mi oído. Aquello sólo me volvía loca, me desesperaba, me carcomía. Nos escondíamos de los demás para poder amarnos.

—Si te hubiese conocido antes, si yo te hubiese conocido antes mi amor…—le dije a Sasuke una noche mientras me vestía frente a él.

—¿Si me hubieses conocido antes me habrías elegido a mí?—Sasuke se mostró sombrío y se sentó en la cama, mirándome de pies a cabeza—¿o lo habrías elegido a él?

—Cariño, te habría elegido a ti por siempre y para siempre.

Esa misma noche, encontré a Sasuke teniendo sexo con otra mujer pero… ¿qué podía decir yo?

Itachi Uchiha habló de nuevo con Sasuke, con su pequeño hermano. Le dijo que debía replantear el camino por el que estaba llevando su vida.

—Hoy es una mujer, mañana es otra. Sasuke, ¿qué planes tienes?—preguntó Itachi con tono serio—, una vida sin amor no es vida y un hombre sin aspiraciones no tiene vida.

No quería verlo, quería huir y fingir que Sasuke no importaba nada. Traté de enmendar mi error y amar a Itachi, traté de ser buena esposa pero todos los caminos me llevaban a lo mismo. Cansada de verlo con nuevas mujeres decidí renunciar a Sasuke. Pero no por mucho, pues los dos sabíamos que nos pertenecíamos el uno al otro, y que él no podía estar sin mí así como yo no podía estar sin él.

—Escapemos amor mío, escapemos lejos de todos—le dije después de un orgasmo, aquella suplica sonó celestial con un deje de agitación en mi quebrada voz. El sudor caía por mi piel, y mis ojos lo miraban fijamente.

El perfume de nuestros cuerpos desnudos se desvanecía en el aire. Sasuke retiró su pene de mí y tomó mi cabeza con sus manos. Me miró fijamente.

—Antes de ti yo no conocía al amor Sakura, te adoro pero…

Lo retiré de mí como si su tacto me quemara y me intoxicara. Le di la espalda y no me atreví a mirarlo más.

—"Pero". Ah, he escuchado esa palabra tantas veces que siento que mis oídos sangrarán. Eres un cobarde Sasuke Uchiha.

Él tocó mi hombro y obligó a que me girara hacía él, la fiereza de su mirada me asustó.

—Cada que te toco, cada que te miro, cada que te hablo… Todo es increíble, pero al final nunca serás mía. Eres de mi hermano. Estoy traicionando a mi hermano. Quiero no traicionarlo, quiero dejarte, quiero abandonarte y deshacerme de ti sin embargo siempre eres tú, tú, tú. Me hechizas, quiero ignorarte, quiero fingir que no me excitas, quiero fingir que no te quiero, pero lo hago. Eres ajena, estoy traicionando a mi hermano y ese es mi pecado.

—Estoy engañando a mi esposo con su propio hermano—escupí—si queremos amarnos solo debemos ser honestos y decirles al mundo lo que sentimos. Nos odiaran, nos echaran. Mi madre me odiara para siempre. Tu hermano tal vez te odie, pero al final estaremos nosotros y seré completa y eternamente tuya.

—No puedo Sakura…

. . .

12 de Enero, 2018. Actualidad.

—Dices que lo demás ya lo sé, ¿no?

Sasori ríe y Sasuke no entiende a lo que se refiere.

—Todo te lo he dicho, hemos salido triunfantes de esto. Incluso yo debería cuestionar que haces aquí visitando a Sakura.

—Dime, ¿crees en los fantasmas?

Sasuke no entiende las palabras de Sasori. Últimamente lo ha notado un tanto distante y desalineado. Confía en él, no lo considera íntimo puesto que no conocía todo pero tampoco lo considera un hombre para tomar a la ligera ya que Sasori podría tener el mismo destino que tuvo su mejor amigo, muchos años atrás. No quería llegar a ese punto. Le era sumamente doloroso.

—No.

—Una lástima. Un fantasma, un espíritu, ¿una visión? He tenido una visión, Sasuke.

—Explícate Sasori.

—En América, hay alguien… una niña. Le llaman Sarada.

Sasuke al escuchar el nombre se sobresalta y toma inmediatamente a Sasori de los hombros.

—Ella era mi hija. Era la hija que habría tenido con Sakura. Era la hija muerta de Itachi.

Rabioso. Iracundo. El rostro de Sasuke era un poema destructivo fácil de leer, sus facciones —bellas— se habían desfigurado por el dolor. De sus ojos comenzaron a surgir lágrimas que inmediatamente se secaron al contacto con su piel. Los ojos, siempre negros, comenzaron a tornarse rojos. Su corazón palpitaba de forma dolorosa.

Sarada. Sarada. Sarada.

—Una niña de cuatro años, es realmente hermosa. Tiene los genes Uchiha corriendo por sus venas, diría que se parece a Itachi… o quizá a ti.

—¡Imposible!—Sasuke arroja a Sasori a la tierra y lo mira desde arriba—Sarada murió apenas nació.

. . .

Junio, 2017.

—He estado muy ebrio últimamente, eso me hace hablar mucho, ¿no crees?

Sasori mira mis fotografías sin cesar. Él suele hablarme en voz alta como si yo le fuera a responder. A veces creo que se ha obsesionado conmigo, pero otras veces me reconforta saber que incluso sigo siendo la esperanza de alguien.

Me acerqué a él y traté de tocarlo, mi mano se extiende para tocar un mechón de su rojo cabello.

Es tan suave.

Es tan irreal.

—¿Cómo es posible que estoy admirando la belleza de alguien que ha muerto? ¿Es posible admirarte, Sakura? De haberte conocido antes, de haberte conocido antes te habría liberado de tu obsesión, habría expiado tu pecado. No merecías morir, no lo merecías pequeña belleza. Si el arte tiene un nombre debería tener tu nombre, Sakura.

Sasori…

. . .

29 de mayo, 2016.

—Así que al final lo harás. No puedes estar conmigo ni sin mí, pero te casarás.

Estaba dolida y con el corazón roto. No esperaba que alguien me entendiera puesto que ni yo lo hacía. Sabía que éramos ajenos, que él y yo nunca podríamos ser. Cometimos un sinfín de atrocidades, traicionamos a nuestros amigos, a nuestra familia. Pisamos nuestro honor y pasamos por todo lo demás. Nada nos importó. Fuimos egoístas. Pero al final del día nos teníamos a nosotros. Nos encontrábamos en la cama y ese era nuestro placebo. Lo abandonamos todo por tener cinco minutos de gloria.

—Ella me ha amado desde hace mucho tiempo, está ilusionada conmigo. Sé que no habrá… alguien como ella. No puedo escapar, eres tú, eres ella. Ella es la paz que necesito Sakura, tú eres mi tentación. Somos prohibidos, no podemos estar juntos. Debemos aceptar ese hecho y seguir con nuestras vidas.

Entonces, me reí.

Me sentí por primera vez en mi vida usada, desechada por el hombre que más había amado en mi vida. Sentí la desilusión carcomer mis entrañas, yo que nunca había sufrido por amor me encontraba desnuda frente al hombre que me había corrompido en todos los sentidos, me robó mi corazón y todos mis sentimientos. Sintiéndome cruel y desdichada no tuve otra opción que vestirme frente a él. Sasuke no me miró, simplemente se dio la vuelta.

—Sé feliz con ella Sasuke. Te deseo lo mejor.

Después de aquello cerré la puerta y comencé a llorar.

Le lloré un inmenso mar en el nido de nuestro amor prohibido, vertí mi alma y la arrojé al piso.

De todos a los que pude amar, amé al hombre equivocado.

Yo que toqué el infierno y el cielo en incontables veces, yo que fui un cerezo de paso en un jardín seco y árido… yo que fui una amante más.

Sí, yo fui la amante del hermano de mi esposo.

Yo. Sakura Haruno.

. . .

Julio, 2014.

La noche olía a nuestro perfume corporal. La casa estaba tan silenciosa como siempre, los guardias estarían en la entrada y las mucamas en sus recámaras. Mi esposo dormía plácidamente en su recámara, en nuestra recámara, pero yo no dormiría ahí una vez más.

Un beso tras otro, y ese beso nos llevó a algo más. No podíamos contenernos, nuestras manos recorrían nuestros cuerpos desnudos sin mayor preámbulo. Fuimos silenciosos y salvajes, no decíamos ni una sola palabra, solo escuchábamos los latidos de nuestro corazón y nos fundíamos en nosotros mismos. Nos amábamos, nos deseábamos, queríamos estar juntos para siempre.

Me abrí, abrí mi cuerpo y mi alma a él como cada noche. Lo sentía recorrerme y su tacto quemaba, me ardía por todo el cuerpo. Aquello sólo recordaba lo hermoso que era poder tocar un poco del infierno y lo lejos que estaríamos del cielo mismo. No existía nadie más que nosotros. Cuando él me llenaba yo terminaba el acto con un beso cargado de pasión y de amor con sabor a "quédate para siempre y no te vayas, soy tuya". La realidad distaba de ello, pues una vez que terminábamos tenía que vestirme y marcharme de su habitación.

Me iba y miraba a la Luna, exigía respuestas a la nada. Quería escapar, escapar con Sasuke. Se lo propuse tantas veces… y tantas veces tuvo miedo. Su cobardía nos mató.

—Estoy traicionando a mi hermano, estoy…


N/A Hola a ía tiempo sin publicar algo, ah. Pero aquí estoy de nuevo regresando con algunas ideas que desde hace tiempo quise publicar pero que nunca me atreví (who knows why, not me) en fin, este es el primer capítulo la siguiente semana publicaré el siguiente (ya está listo, no se preocupen).

Les envío muchos saludos y abrazos con amor de Blossom .