EPÍGRAFE
Abrí los ojos a pesar de que sentía que me pesaban los parpados, estaba tirada en el suelo. Todavía estamos en guerra, había gente que corría mientras gritaban hechizos que no lograba entender, las voces se sentían lejanas. Intenté pararme pero no pude, no recuerdo lo que pasó, solo que estaba con Ron y todo se volvió oscuro, solo escuché la voz de Ron gritando mi nombre. Miré a mí alrededor, había varias personas tiradas en el piso, busqué mi varita, pero no la tenía, tampoco estaba en el suelo.
Percibí que alguien se acercaba, cerré los ojos y fingí estar muerta.
-Parece desmayada señor, ¿Qué hacemos con ella?
-Llévenla –Sentí que alguien me agarraba, abrí los ojos y lo vi. Voldemort. Luego no recuerdo nada más.
Cuando recupero la conciencia abro los ojos pero la oscuridad no me deja ver nada, había un olor a humedad y hacia frío, intento pararme pero estoy encadenada, recuerdo que Voldemort me había capturado, solo espero que no haya atrapado a Harry, recuerdo que habíamos quedado que huiríamos con Ron a Caracas, ahí jamás nos encontrarían.
-¿Hermione? –Oigo mi nombre, yo conozco esa voz, busco con la mirada pero está demasiado oscuro.
-¡Luna! –La llamo pero enseguida noto que ella también está encadenada.
-Hermione tienes que escapar de aquí, ellos te van a obligar a decir el paradero de Harry.
-Lo sé, voy a buscar una forma para que escapemos de aq… -Escucho unos pasos y me cayo, y se abre una puerta, una luz tenue alumbra apenas la habitación, logro ver a Luna, en un rincón, ella me mira con una sonrisa y un mortífago se le acerca, le saca las cadenas y la agarra del brazo para llevársela.
-¡NO! Suéltala –Intento zafarme de las cadenas pero es imposible-
-Cierra la boca maldita sangresucia –Me grita el mortífago y cierra la puerta.
No puede ser, Luna… que harán con ella.
El tiempo pasaba, no tenía la certeza de cuanto, pero me pareció una eternidad, si mi lógica no me fallaba habían pasado varios días, porque dejaban comida una vez al día y ya había perdido la cuenta de cuantas veces lo habían hecho.
Miro la bandeja que depositaba el mortífago con asco, era un pan duro con agua, por mas hambre que tuviera no podía ni morder el pan, estaba muy duro, solo tomaba agua. Tomé un poco de agua, aprendí que no tenía que tomarlo todo porque era el único vaso que me daban por día y así guardaba para después.
No entiendo para que me tienen acá, sin decirme nada, ni matarme… o sacarme información…
Ya no tengo fuerzas, no puedo moverme, no tengo fuerzas para pararme, estoy sucia, todo me da vueltas, me arden las muñecas por las cadenas, ya me da lo mismo si me matan o no. Ya no puedo pensar.
Voy cerrando mis ojos de apoco y siento que abren la puerta, me agarran y me llevan por un pasillo, la luz me quema los ojos así que los cierro, me tiran al suelo y ahí me quedo, ya no tengo fuerzas para ver alrededor, para ver en donde estoy.
-Granger, mi bella Granger, tanto tiempo. –Esa voz…. Ese murmullo. Voldemort. – No te asustes, pronto estarás bien... Empiezen… -Le dice a otra persona, luego siento un cosquilleo por todo mi cuerpo abro los ojos y solo veo a Voldemort que me mira con una sonrisa en su rostro, y luego todo se vuelve oscuro.
