¡Hola!
Somos, como nuestro nick indica claramente Val y Rose, dos proyectos de escritoras que se mueren por historias de merodeadores. Como unas buenas merodeafans que somos, decidimos crear nuestra Propia versión de los hechos, a ver que os parece. :)
Disclaimer: Todo lo que te suene a partir de ahora es propiedad de la inigualable JotaKá, lo que no es parte de nuestras perversas e imaginativas mentes...
Por cierto, ese botoncito que sirve para dejar comentarios no es un Horrorcrux ni nada parecido ;)
¡Esperamos que os gusten nuestras locuras!
xoxo
Val and Rose
Primer Asalto
— ¡TE ODIO POTTER!—gritó Lilian Evans. Una pelirroja de ojos verdes que cursaba el 7º curso de magia en Hogwarts.
— No dirás lo mismo cuando tengamos a nuestros seis preciosos hijos morenos de ojos verdes—replicó el objetó de sus gritos, James Potter.
La enfurecida Lily pareció calmarse por un momento y se acercó a James como con intención de besarlo… la esperanza brillaba en los ojos del moreno cuando… ¡plaf! La bofetada más sonada del siglo.
Y en el preciso momento en que la mano de la pelirroja tocaba la cara del moreno, todo el andén se giró para ver lo que ocurría.
Se oyeron carcajadas acompañadas por fingidos gritos de dolor.
— Pero, pero, pero…—musitó James.
— ¡Y a la próxima te dejo sin día del padre, Potter!—gritó encolerizada. Ese comentario hizo dejar de reír a Sirius, quien se entrometió inmediatamente.
— ¿A mi Jimmy? A mi Jimmy nenuco no. ¡Que no me entere yo de que dejas a mi pobre Jimmy así…! Vale, que me lo desgastes por el uso… pero estéril, ¡ni de broma! Porque si no… ¿De quién voy a ser yo padrino? ¿De los hijos súper correctos de Rose y Remus? ¿De los medio ratas de Colagusano…? ¡Qué emocionante!— mientras que Peter pareció no oírlo, los dos primeros eludidos lo miraron con ganas de que el estéril fuera él— ¡Oh, Merlín! Remus, Rosie, no me miréis a sí… se ve clarísimo que vais a acabar juntos. Bueno, como iba diciendo… ¡A mi pobre Jimmy estéril no! Víbora pelirroja.
— ¿Ya está este cabestro con sus idioteces matutinas?—preguntó con sorna Valerie White, una morena de ojos marrones oscuros. Lily y Rose saludaron contentas a su mejor amiga mientras se acercaba.
James sonrió divertido. Los espectáculos de Val y Sirius siempre eran dignos de ver, y este no iba a ser menos…
— Yo también te he echado de menos, cariño. ¡A mis brazos!—dijo Sirius extendiendo abiertamente los brazos.
— Ni aunque me estuviese cayendo por un precipicio acudiría a tus brazos, pedazo de Neandertal.
— No disimules, se ve que estás loquita por mis huesos.
— Sí, por verlos bajo tierra.
— Mientras nuestros huesos estén enterrados juntos tras una muerte llena de pasión como en Romeo y Julieta, me vale—la gente de su alrededor se lo quedó mirando extrañada—¡Que se leer!—protestó él.
— ¿Algo más que revistas porno? Me sorprendes Black.
— Yo no leo esas revistas, cielo, me entretengo con las fotos que te saqué en la ducha.
— ¿Montándomelo con tu hermanito?
— No sabía que eras tan zorra.
— Y yo no sabía que eras estéril—replicó cortantemente la ya harta Val. Esta vez Black se había pasado.
— ¿Bromeas? Yo no soy…—sin embargo su frase se quedó interrumpida por una patada en su valiosa entrepierna.
— Pero pronto lo serás—contestó la chica triunfante mientras él se retorcía en el suelo. Las tres chicas se giraron y se dispusieron a subir al tren pero alguien se interpuso entre Rose y la entrada.
— Venga, dame ya que seguro que acabaré mereciéndolo—bromeó Remus.
— Como quieras—Contestó la chica seria antes de darle una bofetada. Con orgullo y la cabeza bien alta, las tres amigas subieron al tren que se disponía a partir hacia Hogwarts.
Tras una larga y aburrida reunión de prefectos, seguida de una larga y aburrida ronda de prefectos, Lily y Remus fueron a sus respectivos compartimentos a charlar con sus amigos.
Media hora después, la señora portadora del maravilloso carrito de los dulces, hizo su aparición.
— Me muero de hambre, vamos a comprar algo y así nos da un poco el fresco — comentó Lily alegre.
— Id vosotras, a mi no me apetece nada — dijo Rose con cara de asco.
— Aburrida — la criticó Val riendo. La chica sonrió y le sacó la lengua. Sus amigas se marcharon del compartimento en el mismo momento en el que Remus entraba en él.
— Como nuestros amigos nos dejan por los dulces, ¿te importa si paso? — preguntó.
— Para nada — le contestó Rosalind Swam... la castaña de ojos marrones claros sonriendo.
— Oye, que sepas que la bofetada de antes me dolió.
— Esa era la intención. Además, fuiste tú quien la pidió.
— Ya, pero pensé que eras mas mansa—replicó él.
— Solo si me lo piden — contestó ella, pícaramente.
— ¿Y si yo te lo pidiera serías salvaje conmigo? — preguntó con una sonrisa pícara.
— Remus, te estás ganando otra… — el rió pero inmediatamente cambió de tema. Tras un rato conversando sobre temas sin importancia, él se quedo callado mirándola. Rose lo miró extrañada. — ¿Qué te pasa?
— Nada, que nunca me había fijado en que tus ojos se vuelven color miel bajo la luz del sol—otra vez la sinceridad apabullante de los merodeadores salía a la luz en él. Rose se quedó completamente estática sin saber que decir. En ese mismo momento entró en el compartimento una Ravenclaw de su mismo curso. Llevaba una minifalda bastante corta y una camiseta de tiras muy fina.
— ¡Remusín!—gritó contenta.
— ...lava tu ropa con total protección—susurró la castaña molesta.
— ¿Qué?—preguntó Remus extrañado a la chica.
— Te trata como a un detergente — contestó ella. La otra chica la miró raro pero decidió continuar como si no hubiera habido interrupción.
— Ya bueno, ¿tú te acuerdas de lo que me tenías que buscar que empieza por G?
— Será fresca — gritó Rose indignada. ¿Cómo se le ocurre decir eso? Además delante de alguien… porque está clarísimo que la muy zorra se refiere al punto G… pensaba cada vez más enfadada— Sí, como el pescado recién cogido — soltó Remus sarcásticamente — ¿se puede saber qué mosca te ha picado ahora?
— Pero que estoy presente — gritó la Ravenclaw haciéndose notar.
— Y yo futuro. Venga Remusín, vete a buscarle el G—dijo enfadada la castaña. Antes de que a este le diera tiempo a contestar, la Ravenclaw ya había tirado de él por un brazo y se lo llevaba del compartimento.
— Zorra —murmuró Rose.
En el momento que dijo eso, sus dos mejores amigas entraban en el compartimento mascando unos calderos de chocolate, mientras, James y Sirius pasaban por delante. Al oír el insulto por parte de la inocente Rose, se giraron y la miraron extrañados.
— ¿Tenéis todas la regla o qué?—dijo Sirius.
— Black, mantén tu bocaza cerrada si no quieres pisar la enfermería antes de llegar a Hogwarts.
— Como si fueras capaz…
— ¿Me estás provocando? Siriusín, Siriusín…
— ¡Joder!—gritó histérica Rose, — ¿Pero qué hostia os dio hoy a todas con los putos detergentes? — y sin una palabra o una explicación más, salió del compartimento furiosa.
— Vale, a esta hoy le dio fuerte… — comentó James— o tiene la regla o está embarazada.
Sirius sonrió esperanzado y se giró hacia Remus, quien se dirigía hacia allí.
— Lunático, ¿me vais a hacer tío?
— Vale, Black, ahora sí que te la has cargado — dijo su amigo enfadado.
Él, Val y Lily sacaron sus varitas a la vez y los apuntaron. James miró a Sirius preocupado.
— Tío, dime que tienes tu varita porque yo la mía la dejé en el compartimento.
— ¿Y dónde la llevo, en la boca? Ya te dije yo que teníamos que agenciarnos unos pantalones con bolsillos…
— Fuiste tú quien quería los ajustados de D&G, así que ahora no pongas disculpas.
— ¡Podías haber sido más previsor!
— Ahora va a ser culpa mía... — protestó.
— No hombre, pero es que me quedan tan bien…
Los otros tres, anonadados, los hechizaron sin más y se marcharon.
— Cornamenta, odio a tu futura esposa — dijo Sirius enfadado mientras intentaban revertir los encantamientos lanzados por los otros.
— Con mi Lily no te metas.
— De tuya, de momento, nada.
— Que te den.
— Si me da Lily…—comentó pensativo antes de llevarse una colleja y una mala mirada por parte de James— ¿Qué? Está muy buena y uno no es de piedra.
Y así siguieron discutiendo todo el camino.
:)
