Aclaraciones del fic:

Es un Drabble.

Esta narrado en tercera persona, desde la perspectiva de Axel.

Pensamientos

Menciones de contenido de temática slash o yaoi.


Los personajes de Kingdom Hearts no me pertenecen por desgracia, o sino la historia sería totalmente diferente.

Espero disfruten la lectura.


Mira hacia la puesta de sol, fijándose entre la gama de colores cálidos que se apropian del cielo mientras el astro rey se esconde lentamente entre el horizonte.

Una brisa le mese los cabellos pelirrojos a un compás suave y baja los ojos hacia el helado medio derretido que tiene en la mano. Sus dedos están algo pegajosos, mientras algunos trozos de esa jodida cosa caen varios metros más abajo estrellándose contra el suelo frente a la torre del reloj. Chasquea la lengua y, en un intento por deshacerse del él, estira la mano para dejar caer el helado e irse de ese lugar para no volver jamás, no obstante, sus dedos están aferrados fuertemente al palo de ese helado, porque simplemente es incapaz de dejarlo caer.

Y está cansado de esa rutina, de ir siempre al mismo lugar y observar al cielo hasta que se oscurezca mientras se derrite el helado de sal marina entre sus dedos. Está cansado de no poder tener las fuerzas para continuar con su media existencia. Está cansado de estar solo y pensar que jamás volverá a sentirse vivo.

Entonces, las imágenes vuelven a él de nuevo, como siempre lo hacen en el momento en que está pensando en terminar con esa repetitiva práctica inútil. Su mente se niega a abandonar los recuerdos de ese chico rubio, la forma en que su cabello brillaba bajo el sol o la risa melodiosa que salía de sus labios, la forma divertida que fruncía el ceño cuando se burlaba de él, la profundidad de esos ojos azules que le encantaban, la facilidad con que se avergonzaba por el simple contacto físico, y en especial extrañaba el dulce sabor que le dejaba en la boca el besarlo.

Es ahora cuando se le escapa una sonrisa dolorosa de los labios, y le resulta irónico que, ya que por más que pareciera que estuviera vació y Roxas no estuviera allí, de todas formas lo hacía sentir vivo. Porque sentía el dolor, percibía con claridad el hueco que nunca volvería a llenarse con nada que no fuera él, ese agujero en su pecho que lo estaba pudriendo por dentro.

Es cruelmente divertido, piensa a la vez que el helado termina por derretirse. Mira al palo con nostalgia y finalmente lo deja caer.

Sí, definitivamente ese chico era el único que lo hacía sentir como si tuviera un corazón, y con eso le bastaba, aunque por el momento sólo estuviera sintiendo ese angustioso y sofocante dolor. No le importaba tener que convivir con ello y volver día tras día a esa torre, comprando un helado que jamás volvería a comer.