Disclaimer: todo el mundo de Harry Potter pertenece a J.K Rowling, y la mayoría de los personajes son de su propiedad.

N/A: este es el prólogo de una historia que sucede en el año 2017, a la par con Albus S. Potter, pero trata sobre otro personaje.

Prólogo.

El edificio estaba abandonado, no había nadie cerca más que los aurores, vestidos con sus túnicas negras, y un par de personas que corrían tratando de esconderse de ellos, aunque los aurores sólo estaban persiguiendo a uno de ellos

-Corre, escóndete, no saben que estás aquí- dijo ella, la preocupación se veía en su cara, mientras sus ojos se tornaban cada vez más vidriosos gracias a las lágrimas que estaban a punto de rodar por sus mejillas

-No, no te dejaré aquí sola, no te puedo dejar sola, ni a él- contesto una voz masculina, quebrándose por lo que decía, el hombre la abrazaba contra su pecho, y en su mano sostenía un pequeño bulto envuelto en mantas.

Llegó el ruido de explosiones a sus espaldas, los aurores se acercaban cada vez más a donde estaban, ya no quedaba tiempo para discutir más sobre lo que harían, tomó el pequeño bulto que cargaba con sus manos y lo depositó sobre la tierra, cubriéndolo un poco, esperando que, con suerte, alguien lo encontrara.

-Te amo- susurró ella, ahora con las mejillas llenas de lágrima, mientras él la abrazaba con más fuerza que antes - Y yo a ti - contestó mientras se separaba de ella y la besaba en los labios, y se desapareció.


Era un día soleado, que hubieran considerado perfecto de no ser por la notica que acababan de recibir hace menos de una hora. El joven matrimonio Parker salía de la clínica de fertilidad, después de haber escuchado lo que para ellos era la peor noticia de su vida, habían intentado tener hijos desde hace un año, pero no lo conseguían, y ahora que sabían que nunca podrían, estaban más tristes que nunca.

Iban pasando al lado de un edificio abandonado, querían caminar un poco, pensar que no era verdad lo que decía el médico, la mujer se veía devastada, sus ojos hinchados por llorar, los de él vidriosos y apagados, ambos iban sumidos en sus pensamientos, la mano de él caía sobre los hombros de ella, abrazándola, sumidos en sus pensamientos, hasta que un ruido llamó su atención, -!Waaaaa!- sonaba a lo lejos, una especie de quejido, un grito, pensaron ambos, buscaron de dónde procedía y entonces lo vieron, venía del edificio de al lado, se miraron el uno al otro y fueron a investigar.

Entraron al edificio tomados de la mano, guiándose por el sonido que se escuchaba cada vez más cerca, llegaron a una parte de la construcción que no tenía techo, y vieron un pequeño bulto moviéndose entre varias mantas cubiertas de tierra, se acercaron sutilmente y removieron las mantas, dejando al descubierto lo que entre ellas se encontraba, se dieron una mirada entre los dos, y después lo voltearon a ver a él, que había parado de llorar, y ahora se mantenía en silencio, con los ojos aún cerrados. Ella lo acunó en sus brazos, besó a su esposo, y se miraron durante un momento, hasta que rompieron el silencio diciendo al unísono

-Vladimir Parker-.