El lado ciego del amor
"Historia de Sakura Haruno, una actriz famosa patea traseros pero con un lado más melancólico cuando esta fuera de escena y de Hinata Hyuuga, una joven artista que aspira a ser una gran pintora. Las dos viven en escenarios completamente distintos, sus vidas son totalmente incompatibles, no tienen nada en común excepto una cosa, el internet." YURI SakuHina
Esta historia no es de mi propiedad, le pertenece a Ingrid Díaz, esta es una adaptación de su historia original a los personajes de Naruto . Espero que les guste y dejen sus reviews para que se de a conocer .
El joven miró atentamente el agua, desafiándole a cobrar vida. Desafiándole a explicar por qué su vida había tomado, de repente, tan violento giro. Su largo cabello rubio era encrespado y después alisado por el viento. Sus ojos azul-verdes brillaban con lágrimas sin derramar. Mantenía las manos embutidas en los bolsillos de sus raídos vaqueros, los puños tensándose con frustración y rabia.
El lago, en contestación, brillaba mudo a la luz del atardecer. Si tenía respuestas, estaban bien ocultas en sus lóbregas aguas.
Kiara estaba allí, vigilándole como era su deber. Sus alas extendidas detrás de ella con silenciosa resignación. Si había algo que pudiera hacer para ayudarle, ella lo desconocía. El muchacho echó una última mirada al agua y entonces se alejó, pasando junto a Kiara sin verla.
La ángel suspiró para sí, bajando sus ojos verdes jade con pesar y tristeza. "A veces es un asco ser guardián," susurró.
"¡Y corten!" gritó la director. "Gran trabajo, Sakura. Es el final, chicos."
El set de Guardian de repente cobró vida mientras un desfile de ansiosos miembros de plantilla empezaban la rutina diaria de desmantelar y reunir escenarios. La una vez pacífica escena del lago se convirtió en una vorágine de ruido y actividad.
Sakura Haruno salió de estampida del set, deshaciéndose de las alas de ángel de su espalda con un fluido movimiento. Se los tiró a la persona más cercana en su camino. "Que arreglen las correas," ordenó. "Estaban clavándose en el hombro todo el tiempo."
"En seguida, Srta. Haruno" contestó la señora, apresurándose a llevar a cabo la orden.
Una vez dentro de su remolque, Sakura suspiró ruidosamente. "Otro día sin final," le murmuró al vacío cuarto. Un golpe en la puerta interrumpió sus dos segundos de paz. "¡Entra!" gritó con impaciencia. La ayudante de Sakura, Tenten Ama, estaba de pie nerviosamente en la puerta. En la mano llevaba una pila de sobres. "Su correo, Srta. Haruno."
Sakura ojeó fatigadamente el bulto de correspondencia. "Envíales a todos una foto y una carta de agradecimiento," contestó despachándolo.
"¿No quieres leer ninguno?" preguntó Tenten.
Con impaciencia, Sakura miró con fiereza a su ayudante. "¿Cuándo lo he hecho?"
Tenten asintió e hizo una anotación en su portapapeles. "No olvide que tiene esa entrevista en Nueva York este fin de semana. Y la MTV llamó de nuevo. Dos veces. Quieren que haga una aparición especial como co-presentadora de un episodio de—" revisó sus notas, "—TRL?" Miró a Sakura. "¿Qué debiera decirles?"
"Estaré en Nueva York de todas formas," Sakura lo consideró. "Puedo encajarlo. Diles que lo haré. Pero no voy a firmar autógrafos después."
"Muy bien," Tenten dijo apuntando algo.
"¿Es todo?" preguntó Sakura, el tono desvelando su impaciencia.
Si no lo era, ahora sí. "Sí, es todo." Tenten cerró la puerta detrás de ella cuando salió.
Sakura agitó la cabeza y volvió su atención al espejo ante ella. Sus ojos reflejaban la actitud que sentía. Su largo cabello recorría su espalda en una única trenza que procedió a soltar.
"Toc, toc," dijo una voz masculina desde la, ahora, abierta puerta.
Sakura se dio la vuelta, una sonrisa separando sus labios. "Naruto" le saludó. "Me alegra que seas tú."
"¿De nuevo aterrorizando a la gente insignificante?" adivinó él cerrando la puerta. Apoyó su musculosa figura contra la mesa donde descansaba el espejo.
"Es una situación de toma y daca," contestó Sakura fácilmente agitando la cabeza para liberar los restantes mechones de cabello rosa de sus restricciones. Ahora que Naruto estaba allí se sentía diez veces mejor.
"¿Ellos dan, tú tomas?"
Sakura sonrió. "Algo así." Empezó a quitarse el maquillaje. "Ey, ¿qué harás este fin de semana?"
Naruto lo consideró larga e intensamente. "¿Algo contigo?" preguntó.
"Nueva York, nene," le anunció. "Tengo publicidad de la que ocuparme, pero después me pondré peluca y gafas de sol y nos podremos escapar al gran desconocido."
"Adoro cuando eres espontánea," dijo con una sonrisa. "Bueno, ¿sobre qué estaba mascullando Tenten? Algo de correo de fans y que no firmas autógrafos."
La actriz miró al cielo. "Quiere que me siente y lea todo el correo que recibo. Probablemente también querrá que les conteste. Por favor. No tengo tiempo para eso."
Naruto estudió a Sakura silenciosamente durante un instante. Sus ojos azules buscaron en los esmeraldas de Sakura una razón detrás de las palabras. "Tus fans te adoran," dijo finalmente.
"No me conocen," contestó Sakura mirando fijamente su reflejo. "Adoran a Kiara. La adorarían independientemente de la actriz detrás del papel."
"¿De veras lo crees?"
Sakura terminó quitando los últimos rastros de Kiara de su cara. Ahora sólo quedaba ella.
"Es la pura verdad, mi querido Naruto," le explicó atando su amuleto, una flor de cerezo en su sitio -que era alrededor de su cuello-. Era la única posesión sin la que nunca estaba. Le echó una mirada a su mejor amigo. "Uno de estos días la serie acabará. Mi momento bajo el sol pasará. Y caminaré con el resto de vosotros, meros mortales, preguntándome que rayos le pasó a Sakura Haruno. Y seré la única a quién le importe."
...
Hinata Hyuuga tomó un sorbo de su capuchino grande, sus ojos violeta claros fijados en el monitor ante ella. Iba a terminar de escribir este ensayo esta noche, así la matara.
Starbucks estaba en pleno apogeo. Las masas cafeína-adictas continuaban fluyendo a través de las puertas necesitando un chute y Hinata lo observaba todo desde su sitio en el sofá. Su portátil la miraba fijamente desde su lugar en su regazo, y Hinata le echó una ojeada desalentadamente. El por qué le obligaban a tener la asignatura de lengua estaba más allá de ella. Todo lo que le importaba era el arte. ¿A quién le importaba Shakespeare? Él ya estaba muerto. Pero el arte… el arte viviría para siempre.
No se demoró en el hecho de que la mayoría de la gente consideraba que Shakespeare era arte. Eso era aparte y no ayudaba a su remoloneo en lo más mínimo.
"¿Cómo está saliendo?" preguntó Ino Yamanaka, la mejor amiga y compañera de piso de Hinata. Vestía el uniforme de Starbucks, completo con el delantal verde y todo. Llevaba una bayeta en una mano y una botella de líquido limpiador azul en la otra. Procedió a limpiar la mesa más cercana a Hinata.
Hinata agitó la cabeza, no molestándose en recordar a la Rubia que ya había limpiado esa mesa. Dos veces. "Te leeré lo que tengo hasta ahora," dijo Hinata. Se aclaró la garganta de una forma exagerada. "En la obra de Shakespeare, Sueño de una noche de verano…"
Ino estaba esperando que continuase. "Sí," le instó.
"Es todo."
"Llevas cuatro horas ahí sentada," declaró Ino. "¿Qué rayos has estado haciendo todo el tiempo?"
"Estaba pensando esquemas de color para mi última pintura," admitió Hinata. "No puedo decidir si darle un sentido cálido al ocaso… o un sentido de frío desapego. Quizá haré ambos. Oh, además está esa fotografía realmente guay que revelé hace poco. Estoy pensando en hacer un tipo de collage con ella. Quizá incluso…" Hizo una pausa en su parloteo para notar la mirada en la cara de Ino. "Sí, vale. El ensayo." Resignada, regresó al monitor del ordenador.
Dos horas más tarde encontraron a Hinata en el mismo lugar exacto. El capuchino había sido reemplazado por un moka al caramelo y un caro pedazo de pastel. Estaba segura de que uno u otro, o quizás incluso ambos, sería la causa del insomnio de esa noche.
Ino se desplomó al lado de Hinata con un largo suspiro. "Creí que nunca saldría de aquí."
"Todavía estás aquí," le señaló Hinata.
"Sí, tienes razón." Le echó una ojeada a su mejor amiga con curiosidad. "Bueno, ¿lograste escribir al menos una frase entera?" le embromó Ino.
"Dos, de hecho," contestó orgullosamente Hinata. "Hora de descansar," dijo. "Vamos."
Dejando atrás Starbucks, se bajaron por la ajetreada calle de Times Square donde una gran muchedumbre de gente enfebrecida se reunía bajo las ventanas de los estudios de la MTV.
Gritaban y chillaban, alzando pancartas y letreros.
"Hora de alimentar a los gorrones," comentó secamente Hinata, echando una mirada por la calle a la locura reunida. "Supongo los Backstreet Boys deben haber regresado a la ciudad."
Ino agitó la cabeza, distraída por los carteles colgando por fuera de Virgin Records. "Es esa chica de esa serie que odias," dijo Ino. "¿Quieres ir a una película, o tienes que volver al ensayo?"
"No, veré algo contigo," contestó Hinata, contenta por tener una razón para demorarlo. Era sólo viernes, después de todo. Todavía tenía hasta el lunes para entregarlo. El ensayo podía esperar. De nuevo ojeó la calle. "¿Sakura?"
"Esa misma," confirmó Ino.
"Es toda una esnob," murmuró Hianta volviéndose para encarar a su compañera de piso. "¿La viste en Lenola semana pasada? Al menos podría fingir no ser tan estirada."
"Es talentosa, famosa y hermosa," contestó Ino con un encogimiento de hombros.
"Bueno, no tiene que restregárselo a todos en la cara," contestó Hinata. "Es actriz, al menos podría fingir ser un ser humano decente."
Ino le echó una mirada a su mejor amiga. "Espero que cuando esté yo en la gran pantalla no seas tan crítica."
Hinata se rió. "Seré tu fan número uno."
Ino sostuvo su portalibros delante de ella. "Me gustaría agradecer a la Academia este prestigioso premio. A el director, el reparto y la plantilla Tal-y-tal, y a mi mejor amiga… uh… espera, tenía su nombre escrito en alguna parte."
"Ay," dijo Hinata asiendo su corazón. "Después de todo lo que he hecho por ti. He visto una obra horrible tras otra."
"¿Horrible?" se quejó Ino su ofensa obvia. Pareció considerarlo. "De acuerdo, te concederé que la de la monja drogadicta no era tan maravillosa. Pero en la que interpreté a una rapera pseudo-intelectual con olfato para la decoración casera era bastante original."
"¿El musical de Martha Steward?"
"Martha Stewart no es rapera," defendió Ino. "Me tomé mi papel muy en serio. Desearía que no te burlaras así de mí."
Hinata tuvo que reírse. "Era horrible."
"Vale, sí, era bastante mala." Ino se encogió de hombros. "Quizá si entro en Tisch."
"¿Lo solicitaste?"
"¿Cual es el sentido? No puedo permitirme la NYU. Pero al menos está Starbucks."
"Amén," estuvo de acuerdo Hinata.
Más tarde esa noche, Hinata se sentó con su portátil abierto y lo pies apoyados en la mesa de café delante de ella. Ino se sentó a su lado en el sofá, armada con el control remoto de la televisión y preparada para hacerse con el mundo. O, en cualquier caso, con el pequeño mundo dentro de la TV.
La TV fluctuó con el cambio de canales. Ino era zapeadora de canales profesional. Tenía trofeos para demostrarlo. "No hay nada," masculló.
"Bueno, quizá si te detuvieras en algo lo bastante para darle una oportunidad," sugirió Hinata sabiendo que era una causa perdida. En tanto habían sido compañeras de piso —dos años para ser exacta— el ritual había sido el mismo. Hinata miró al monitor y se concentró en el email que estaba escribiendo.
Ino se agachó para ver lo que Hinata estaba haciendo. "¿Escribiendo a Toneri?" preguntó.
"No," contestó Hinata, moviendo el portátil para que Ino no pudiera ver lo que había escrito.
"Excúsame, entrometida." Ino volvió a su posición original. "Bien. Pero si estás engañando a tu novio, quiero saberlo."
"Si debes saberlo, estoy escribiéndole un correo-e a mi papá."
"Oh," dijo Ino pareciendo defraudada. "Y aquí yo teniendo esperanzas."
"No entiendo por qué no te gusta Toneri" dijo Hinata. "Es un buen tipo."
"Me aburre hasta llorar," explicó Ino de manera exasperada. "Todo de lo que habla es su coche. Y si no está hablando de su coche, está hablando sobre cómo no puede esperar a la facultad de Derecho y cómo va a ser, algún día, rico y poderoso. Blablabla. ¡Ten vida propia, digo yo!"
Hinata sonrió. "Sólo está orgulloso porque entró en Harvard."
"Y yo estoy orgullosa porque entré en Starbucks," respondió, "pero no voy presumiendo de ello. El café, querida mía, es un estilo de vida. La facultad de Derecho es…" Se encogió de hombros continuando la búsqueda del canal perfecto. "Y, de todas formas, ¿qué estás haciendo con un bachiller? Ahora eres universitaria."
"Es sólo un par de años más joven," argumentó Hinata. "Hemos estado juntos desde siempre."
"Siendo siempre la palabra clave," contestó Ino. "Ahora que Toneri se marcha para la facultad, ¿no crees que debiérais darle un descanso? No es como si vuestra relación sea toda fuegos artificiales y esas cosas."
Hinata frunció el entrecejo. "Hay fuegos artificiales."
"Ya. Apenas le llamas. Apenas hablas de él. Cuando está aquí es como si fueseis un par de colegas en lugar de novio-novia. Ni siquiera has dormido con él."
"No hasta que estamos casados," explicó Hinata. "¿Sabes lo que pasaría si mi mamá averiguara que estaba teniendo sexo pre-matrimonial?"
"Lo que me lleva a mi siguiente punto," declaró Ino. "Tienes veinte años. ¿No deberías dejar de preocuparte tanto por lo que digan tus padres?"
Hinata se encogió de hombros. "No funciona de esa manera en mi familia. Y, de todas formas, no hago todo lo que dicen. Querían que viviera con ellos mientras estaba en la universidad y me negué"-Declaro con orgullo
"¡Porque me metí y discutí con ellos! Estabas lista para ceder."
Hinata no tenía argumento. Era verdad. Pero no podía ir contra los deseos de sus padres. Eran sus padres después de todo. La criaron, vistieron, alimentaron y pagaron su educación con el poco dinero que tenían. Lo menos que podía hacer era obedecer sus deseos.
"Y, de todas formas, no le amas."
Hinata miró fijamente a su mejor amiga con shock. "¿Qué?"
"Te conozco, Hinata" dijo seriamente Ino. "Estás con él sólo porque tus padres están enamorados de él. No porque lo estés tú."
Ahora se sentía ofendida. "Estoy completamente enamorada de Toneri."
"Lo que tú digas" contestó Ino.
Decidiendo dejar el asunto, Hinata volvió a su e-mail. Su padre vivía ahora en San Francisco, así que raramente le veía. Pero mantenían contacto a través del ordenador. De vez en cuando incluso le pillaba online. Tras enviar la carta, Hinata alejó el portátil y se retrepó para mirar el desfile de canales. Para su sorpresa, Ino se detuvo finalmente en algo.
"Mira, es tu mejor amiga" bromeó Ino.
Hinata miró al cielo. "Puedes cambiarlo cuando quieras." Hizo un intento a por el control remoto. Ino lo sostuvo fuera de su alcance. "Espera, quiero ver lo que tiene que decir."
Hinata se sentó atrás con resignación.
"Bueno, Sakura", estaba diciendo el presentador en la TV, "he oído que te has conseguido novio. Háblanos de él."
"Es mi amigo mejor," contestó Sakura. "Y el hombre más maravilloso que jamás he conocido."
"¿Campanas de boda en un futuro cercano?" le preguntó el presentador.
Sakura se rió. "Aún no contaría con eso."
El presentador siguió con otro tema y Hinata notó que Sakura pareció relajarse. "Supongo que no le gusta hablar de su vida personal," dijo.
"Imagino," dijo Ino con un encogimiento de hombros. "Cualquier cosa que diga estará en los titulares de mañana."
Hinata tenía que admitir que era verdad. Devolvió su atención al plató de televisión.
"¿Alguna película en perspectiva?"
Sakura asintió. "Hay una de próximo estreno. Está basada en la serie de TV, Guardian." Hubo un rugido de aplausos del público.
"¿Dónde interpretas a una ángel?"
"Exacto. Interpreto una ángel guardián llamada Kiara."
"¿Así que estarás interpretando el mismo papel en la película?"
"Sí," confirmó Sakura.
"¿Cómo es interpretar a una ángel?"
Sakura lo consideró. "Es interesante," dijo. "Kiara es la encarnación de todo lo que es bueno. Me hace sentirme un poco más cerca de Dios."
"Oh, por favor," murmuró Hinata. "Más cerca de Dios, narices. Es una serie de TV."
"Shhh, esto es lo mejor," dijo Ino.
"Traje un clip," anunció Sakura para placer de la muchedumbre.
Ino se rió alegremente. "Me encanta."
Hinata la miró con una ceja levantada. "Eres tan rara."
Ino apagó la televisión y se puso en pie delante del sofá. "Es lo primero que te enseñan en clase de actuación," le informó. "Una vez que tienes un clip, fama y la fortuna están a tu alcance."
"¿No tienes que ser ya famosa para tener un clip que exhibir?" preguntó Nanoha.
"Silencio," le dijo Ino. "He estado practicando." Tosió para aclararse la garganta y asumió un aire dramático. En un tono muy grave dijo, "Traje un clip."
Hinata observó esto con diversión.
"O," dijo Ino, sonriendo brillantemente hasta que no pudo exponer más dientes. Adoptó un horrible falso acento sureño. "Que tal, os traje un clip."
"Creí que eras de Brooklyn."
Ino lo consideró. "Bueno, he estado pensando en mi persona pública, y creo que puedo ir a por lo de beldad sureña. ¿Qué crees?"
"Creo que estás demente."
"Noticias gloriosas," contestó Ino dejándose caer sobre el sofá con orgullosa sonrisa. "La marca del verdadero artista."
"Eso me ofende," dijo Hinata con una sonrisa.
Su conversación fue interrumpida de repente por el timbre del teléfono. Ino extendió la mano sobre la mesa de café donde descansaba el teléfono inalámbrico. "Tanatorio de Nueva York," dijo al teléfono. "Tú los matas, nosotros los congelamos. Oh, hola, Sra. Hyuuga. Sí, está justo aquí."
Hinata tomó al receptor. "Ohayo, mami," saludó en japonés a su madre. "¿Cómo andas?"
"Bien, Hinata" replicó Hana Hyuuga. "Neji viene mañana. Quiere decirnos algo, así que pasa por acá."
Hinata cubrió al receptor un momento. "Neji estará mañana donde mamá. ¿Quieres venir conmigo?"
"¿Para ver a tu hermanastro de ensueño?" preguntó Ino. "Pero, por supuesto. ¿Qué pasa con los japoneses?" preguntó de repente.
"Ino viene también," informó a su mamá, ignorando el último comentario de su mejor amiga.
"Está bien," consintió Hana. "¿Todo bien contigo? ¿Cómo anda la facultad?"
"Tengo un ensayo para el lunes," contestó.
"¿Y cómo va?"
"Oh, está saliendo maravillosamente," mintió Hinata.
"Bueno, pues nos vemos pronto. Cuídate. Te quiero mucho, recuerda."
"También te quiero, mamá. Te veo pronto." Hinata colgó el teléfono y contempló a su compañera de piso. "Neji no se ha pasado en un tiempo. Me pregunto qué pasa. Mamá dijo que quiere decirnos algo."
Ino lo consideró. "Quizá encontró a la mujer de sus sueños. Probablemente se casa. Ahí se van mis oportunidades de amor verdadero." Suspiró hiper-dramáticamente colocando una mano en su corazón.
Hinata se rió. "Quizá. Pero, de algún modo, no lo creo."
...
"¿Te hace sentirte más cerca de Dios?" preguntó Naruto sardónicamente, incapaz para quedarse callado más. "¿De qué iba todo eso?"
Sakura miraba por la ventanilla de la limousine, observando Nueva York pasar en un flash de preciosas y vibrantes luces. "¿Realmente fue tan malo?"
"No" concedió Naruto. "Estoy seguro que la Dr. Laura te agregó a su lista de famosos con los que contactar en caso de emergencia".
Sakura suspiró, sintiéndose deprimida de repente.
"Pero me alegra ser el hombre más grande que jamás has conocido" comentó orgullosamente.
Sakura le echó una ojeada. "Que no se te suba a la cabeza" le dijo. "La competencia no es muy impresionante."
"Aceptaré lo que pueda pillar" dijo Naruto con una sonrisa. "Creo que tu imagen como heterosexual temerosa de Dios quedó bastante bien establecida. Debieras estar orgullosa."
"¿Orgullosa de qué?" se preguntó Sakura. "¿De que mis habilidades escénicas prevalezcan incluso sin guión? Todo es actuación. Mi vida, mi imagen. A veces me veo tan envuelta en todas las mentiras que ya no sé qué es verdad."
Naruto le tocó la pierna. "Al menos me tienes para recordártelo," le dijo.
Esto trajo una sonrisa a su cara. "Mi única y verdadera salvación."
"Creo que fingir ser tu novio será bueno para mi carrera," dijo embromadoramente. "¿Qué crees?"
"Creo que eres un maravilloso guionista y director," le contestó sinceramente. "Y, si me lo permitieras, produciría tus películas al instante."
Naruto se encogió de hombros. "Eso es hacer trampas, querida mía," contestó él.
"Es Hollywood, querido mío. Va de a quién conoces. El talento viene después."
La limusina se detuvo delante del Plaza. "Hora de evadir a las masas," dijo Sakura con un suspiro, notando la muchedumbre ya reunida. "¿Cómo saben siempre dónde voy a estar?"
"Magia" contestó Naruto.
Escondida en la seguridad del ático que compartía con Narruto, Sakura se encontraba en el balcón. Disfrutando la fresca brisa de primavera en su cabello y la vista de Central Park abajo.
"Vas a morirte aquí fuera," dijo Verossa, temblando al lado de ella. "Vuelve dentro."
"Después."
"¿Algo de lo que quieras hablar?"
"Verossa, dime algo. Si el mundo es un escenario, ¿cómo siento que soy la única intérprete?" preguntó Sakura.
Naruto consideró la cuestión durante un momento, entonces se encogió de hombros. "Porque eres ególatra y egoísta."
Sakura se rió, entonces se calmó. "¿Realmente lo crees?"
"No. Pero creo que has hecho un maravilloso trabajo convenciendo a todos de que lo eres. Tú incluida."
"Una heterosexual, temerosa de Dios, ególatra y egoísta bruja". Sakura ponderó esto. "Es una buena imagen a tener".
"¿Incluso si es por completo opuesta a lo que eres?" preguntó Naruto seriamente.
"Es más seguro de esta manera" contestó Sakura.
"¿Más seguro para quien?"
"Para mí."
Naruto besó su mejilla. "Me voy a acostar."
"Duerme bien" le dijo, su mirada fija en la vista más allá de la barandilla de balcón.
"Buenas noches" canturreó Naruto.
Sakura permaneció fuera durante un rato, ponderando el significado de su vida. Se rió entre dientes amargamente. ¿Qué significado?, pensó tristemente. Por un instante, contempló el saltar. Se preguntó brevemente qué dirían los titulares. "El ángel despega, el aterrizar resulta letal." Jugarían con todo el concepto de ángel, sin duda.
Alejándose de la baranda, regresó al cuarto, sintiendo el peso del mundo sobre sus hombros. Se tumbó en el sofá, cerrando sus ojos, sabiendo que, a pesar de su agotamiento, el sueño no vendría.
"Eh, ¿no eres la nena de esa serie de TV?"
Sakura entrecerró los ojos, actualmente ocultos por las oscuras gafas de sol que lucía. "Ni siquiera lo pienses, Naruto", le advirtió. "Te mataré." Naruto sonrió abiertamente. "Error mío," se disculpó, apoyándose en sus brazos. "Por un instante creí que eras otra persona." Echó una mirada al gentío que pasaba. Washington
Square Park estaba a rebosar de energía mientras los artistas reclamaban sus justos sitios y empezaban sus rutinas. Había acróbatas, pintores, cantantes y bailarines. Parecía que toda Nueva York estaba fuera disfrutando el delicioso clima.
La identidad de Sakura estaba bien disimulada tras enormes gafas de sol y una corta peluca castaña. Vestía informalmente con vaqueros y una camiseta de los Mets de Nueva York. "Se está bien aquí fuera," dijo desde su sitio junto a la fuente. Era agradable estar fuera recreándose en el anonimato del enorme gentío en una gran ciudad. Hasta ahora nadie la había mirado dos veces. "Quizá me mude a Nueva York cuando la serie acabe."
La atención de Naruto estaba en otra parte.
"Y me monte un trio con elefantes del espacio exterior," continuó Sakura despreocupadamente.
"¿Uh?" Verossa miró. "Lo siento. Estaba sólo… um…"
"¿Comprobando la carne blanca local?" adivinó con una ceja ligeramente alzada Sakura.
"Es lo que hay de cena," contestó Naruto con una sonrisa zorruna.
Sakura miró al cielo aunque él no podía verlo. "Es asqueroso."
"No hay nada asqueroso en la unión de un hombre y una mujer," contestó Naruto. "O incluso un hombre y dos mujeres. O tres…"
Sakura se rió. "Apenas puedes arreglártelas solo, ¿qué vas a hacer con tres mujeres?"
Naruto parecía ofendido. "Mi querida e inocente muchacha. Hay un gran plantel de cosas que no sabes de mí. Soy un semental, después de todo."
Sakura sólo sonrió, incapaz de discutir. Naruto era guapísimo y él lo sabía. Estaba segura que Hollywood lo pescaría en nada de tiempo si tan sólo considera el actuar como opción.
Pero estaba decidido a ser director y guionista, y Sakura admiraba su persistencia. Pero más que nada, admiraba su determinación a tener éxito por su cuenta. No había tantos aspirantes hollywoodenses ahí fuera que, siendo los mejores amigos de alguien con un pie en la puerta, rechazaran un poco de ayuda.
"Tengo ganas de comprar algo," declaró Sakura ausentemente, sus ojos yendo por los diferentes artistas. Consideró comprar un collar o algo simple, pero entonces un cuadro captó su atención. Era un boceto a carboncillo de una figura solitaria de pie entre una muchedumbre, la mirada fija en un objeto distante. "Naruto, ve y cómprame eso." Señaló con la cabeza a la imagen había estado mirando.
"Ve y cómpratelo tú misma," replicó Naruto. "No soy tu esclavo."
Sakura le miró con esos enormes ojos esmeralda. "Por favor."
"Bien," cedió Naruto. Miró en la dirección general que le había indicado. "¿Ése con esa cosa?"
Sakura se rió. "Sí, exactamente. Ése con esa cosa."
"Vale." Naruto fue para allá, mascullando algo sobre estar domesticado.
Sakura observó para asegurarse que seleccionaba el cuadro correcto. Entonces arqueó una ceja cuando la conversación entre Naruto y la chica detrás de la mesa se alargaba unos momentos más de lo necesario.
Cuando él volvió a su sitio, portaba una luminosa sonrisa en la cara. "Aquí está su cuadro, vuestra alteza," dijo, entregándolo.
"Ligando con la artista, ¿no?" le preguntó Sakura, ojeando la imagen con genuina admiración. Es como si la hubieran dibujado con ella en mente.
Naruto negó con la cabeza y se sentó. "No es la artista," explicó. "Es amiga de la artista. La muy mona amiga de la artista que acaba de darme su número." Alzó una tarjeta comercial en énfasis. Orgullosamente volvió la tarjeta para mostrar donde la chica había garrapateado sus cifras.
"Rauda operación," le dijo Sakura. "Estoy impresionada."
"Algún día puede que seas así de hábil," le aseguró Naruto. "Sólo sigue conmigo."
"Eh," Sakura se quejó, ligeramente ofendida. "Podría agenciarme una cita en dos segundos."
Naruto arqueó una rubia ceja mientras observaba a su mejor amiga con mirada dudosa. "¿Y cuándo, si puedo preguntar, fue la última vez que te diste un revolcón?"
"Eso," Sakura respondió, poniéndose en pie "no es asunto tuyo."
Naruto también se incorporó, disfrutando el hecho de que estaba ganando esta discusión.
"Tanto hace, ¿eh?"
Sakura empezó a alejarse, no queriendo participar más en esta conversación. Podía encontrar con quien dormir. Había montones de personas que dormirían con ella. Millones de ellas, en realidad. "Hay cosas más importante que el sexo," le informó a Naruto una vez que se hubo puesto a la par de ella.
"Eh, Sakura, sabes que sólo estoy bromeando, ¿verdad?" preguntó, repentinamente serio.
"Sé que es difícil para ti."
"Lo sé." Pero todavía le molestaba. No iba de sexo… realmente eso no le importaba. Era todo lo demás. Era encontrar a alguien que la amase por ella. No por la atención de los medios, o el dinero, o el glamour, o quién ella fingía ser.
Naruto suspiró. "No vas a encontrar a nadie a quién amar si no le permites acercarse a ti."
Sakura no le dirigió la mirada. "Te permití acercarte a mí."
Él sonrió. "Sí pero, para mi desaliento, no parezco ser tu tipo."
"Y en eso yace el quid," le contestó Sakura.
...
"Odio a Shakespeare," murmuró Hinata, poniendo un mechón de cabello azulado detrás de su oreja. El mechón que se había teñido de rojo estaba decolorándose. Quizás era hora de cambiar de color. Rojo, quizá verde o amarillo…
"Si estuviera vivo, le mataría."
"Estoy segura que es ilegal," le dijo Ino, cuando el ascensor vino a detenerse en el piso 12. Empezaron a caminar hacia el apartamento. "Y, de todas formas, no veo por qué estás de tan asqueroso humor. Vendí dos de tus pinturas hoy. Y, más importante, Neji está en casa."
Hinata sonrió cuando alcanzaron su destino. "Tienes razón. Hoy es un buen día. No voy a permitir que un estúpido ensayo lo arruine." Llamó ruidosamente.
Cuando la puerta se abrió, su sonrisa se ensanchó. Nejiarrebató a su hermanastra en sus brazos y la abrazó fuertemente. Besó su mejilla unas cuantas veces antes de permitirle irse. "¡Llego la fea!" anunció.
Hinatale palmeó el brazo. "No soy fea," le discutió.
Neji miró a Ino y le guiñó. "No, no. Ino no es fea. Pero tú…" Recibió otra palmada de Hinata.
La Sra. Hyuuga vino un momento después, una sonrisa iluminando su cara. Sus ojos castaños se encendieron a la vista de su hija. " Hinata", le saludó, besando su mejilla.
"Hola, mami," dijo Hinata.
"Ino, bienvenida." Hana Hyuuga se volvió a su hijastro. "Deja de hablar en Japonés delante de la invitada. Es grosero." A las chicas les dijo, "Hiashi y Hanabi fueron a la tienda a por hielo. Volverán pronto." Se volvió para llevarles hacia la sala. "Venga, sentaos. Os traeré algo de beber."
Hinata se sentó como le dijeron y miró por el apartamento. Era pequeño según todos los cánones. En la sala apenas entraba el sofá en que estaba sentada. Pero era el hogar. Pinturas y fotos enmarcadas de Japón decoraban las paredes. Junto con máscaras de vejigantes, del pueblo natal de Hiashi, Loiza. Hinata nunca había estado en la isla, pero Hiashi y Neji hablaban de ella todo el tiempo. Se habían mudado a Nueva York al poco de casarse Hiashi y la madre de Hinata.
Una vez su madre había desaparecido en la cocina, Hinata se volvió a su hermano. "Bueno, ¿cual es la gran noticia que tienes?" le susurró. La alegre disposición de Neji se tornó sombría. "Lo averiguarás en un ratito," dijo, su inquietud obvia. Hinata estaba segura que, fuera la que fuera, no sería buena.
Dándose cuenta de la tensión en el aire, Ino decidió hablar. "Bueno, Neji, ¿qué estás haciendo estos días?"
Él volvió sus amables ojos perla hacia Ino. "Estoy intentando entrar en programación de ordenadores," contestó. "Pero es difícil aterrizar por aquí en un trabajo bien pagado sin una buena educación. Y la facultad es cara."
La Sra. Hyuuga volvió con una bandeja, dándoles a cada uno una taza de zumo de naranja.
"Lo siento, es lo único frío en la casa hasta que Hiashi vuelva con hielo."
Cada uno aceptó la bebida y la agradeció.
"¿Cómo va el negocio del arte?" Neji le preguntó a Hinata.
Hinata se animó. "Hoy vendí un par de cosas," contestó. "Es un día precioso así que hay mucha gente fuera."
"No hay dinero en el arte," declaró su madre con una sacudida de la cabeza. No era la primera vez que lo decía, pero como todas las otras, el comentario cayó en oídos sordos.
"Bueno, Nanoha es muy talentosa," respondió Ino. "Debiera ver cómo la gente se detiene a mirar su trabajo." Le sonrió a su mejor amiga. "Tendrá su propia galería uno de estos días." Hinata le devolvió la sonrisa, adulada.
Hana agitó la cabeza. "Bueno, me alegra que Hinata tenga a Toneri para cuidar de ella," dijo, sonriéndole a su hija.
Neji se aclaró la garganta. "Bueno, estoy bastante seguro de que Hinata es capaz de cuidarse sola," dijo.
"Bueno, por supuesto que lo es," concordó Hana. "Pero toda mujer necesita un hombre que cuide de ella en este mundo. Y viceversa."
Neji dejó caer la mirada.
Hinata apreciaba los esfuerzos de todos, pero ¿se daban cuenta que estaba sentada allí mismo, por tanto era innecesario que hablasen de ella como si no estuviera?
Antes que tuviera oportunidad de decir algo, la puerta se abrió y Hiashi Tachikawa entró, llevando una bolsa de hielo sobre un hombro y unas bolsas llenas en su mano izquierda.
Como Neji, era alto con cabello largo castaño y ojos Perla, y su piel naturalmente clara aun más bronceada por las largas horas al sol.
Hanabi, la hermana de dieciséis años de Hinata, entró tras su padrastro. Llevaba un par de botellas de Coca-cola, meticulosamente equilibradas en una mano, mientras otra bolsa de hielo descansaba en el hombro opuesto. Hanabi se parecía mucho a Hinata, aunque quizás un poco más a su padre que a su madre. La pubertad aún no había arreglado su forma larguirucha, así que su postura era bastante desgarbada, pero lo ocultaba bien dentro de los límites de su ropa hiperholgada. Una bandana negra escondía su pelo castaño.
Neji se levantó en seguida para ayudar a su padre y hermana.
"Pon el hielo en el freezer," le instruyó Hiashi a su hijo. Entonces notó a Hinata y se acercó para saludarla. Hanabi y Neji desaparecieron en la cocina para guardarlo todo. "Bella," dijo, inclinándose para besar la mejilla de su hija.
Hinata sonrió. Por lo menos alguien pensaba que era bonita. "Hola, papá," le dijo.
"Hola, Ino", dijo él, besando también su mejilla. "¿Cómo es la vida de vender café?"
"Realmente de maravilla, Sr. T," le contestó. "Se precisa un tipo especial de persona para prepararlo adecuadamente."
"Estoy seguro que sí," le contestó el Sr. Tachikawa, yendo a saludar a su esposa. " Hinata, ¿cómo va la facultad?"
"¿Terminaste ese ejercicio?" agregó la Sra. Hyuuga.
Hinata se rebuyó en su asiento. "Uh, casi," contestó, esperando ser mejor mentirosa que escritora "Tienes que adorar a Shakespeare." Muere, muere, muere…
Para su alivio, Neji y Hanabi volvieron a la sala, llevando sillas de la cocina para tener donde sentarse.
Hanabi le cabeceó a su hermana. "'Pasa, 'manita."
Hinata la miró con una ceja cuestionadora. "Eh, Doña Zoquete. ¿De qué va la ropa de aspirante a pandillero?"
En respuesta ella le lanzó una mirada aviesa. Hinata le sacó la lengua, insegura de qué pasaba entre hermanos que hacía desplomarse el grado de madurez.
Hiashi se volvió a su hijo. "Bueno, Neji, ¿cual es la gran noticia, eh? Ya nos tienes a todos aquí."
Neji deglutió cuando se sintió bajo los focos. "Uhh…"
"Probablemente dejó embarazada a una chica," comentó Hanabi.
"No…" dijo Neji, mirando hacia su taza de zumo.
"¿Te mudas?" adivinó Hinata.
Neji negó con la cabeza.
Ino se metió. "¿Te alístate al ejército?"
"¿Te casas?" preguntó Hanabi.
"Soy gay" dijo Neji levantando la mirada.
El cuarto se quedó mortalmente silencioso mientras cada miembro de la familia absorbía la información. La taza cayó de la mano de Hana Hyuuga, derramando el resto de su zumo por la alfombra. Y, como una bandera cayendo a la salida de una carrera, hubo un estallido de griterío.
Hinata se hundió en el sofá, aún incapaz de discernir una respuesta. ¿Neji… gay? ¿Cómo podía ser? Era tan… poco gay. Concedido, no podía recordar haberle visto nunca saliendo con una chica, pero sólo había vivido con él durante un año. Ahora que se había mudado, no tenía idea de qué hacía. Bueno, evidentemente.
Por su parte, Ino parecía estar catatónica. Hinata intentó espabilar a Ino moviendo la mano delante de su cara pero sin éxito. Su mejor amiga continuaba mirando fijamente al espacio con una expresión distante.
Hanabi salió en desbandada del apartamento, murmurando algo sobre estar en el mismo cuarto con un "Maricón". Shiro estaba furibundo y adquiriendo extraños tonos de rojo y púrpura, como Hinata nunca había visto antes. Su madre estaba medio llorando, medio rezando. Y Neji estaba sentado en el mismo lugar, no mirando a nada. No parecía estar escuchando a su padre despotricando sobre moralidad. Neji tensó la mandíbula, entonces se incorporó, irguiéndose sobre su padre. Sin una palabra, salió del apartamento y cerró de golpe la puerta detrás de él.
"¡Maldita sea!" maldijo Hiashi. Abandonó la sala en un arrebato y desapareció por el vestíbulo. El portazo de la puerta del dormitorio resonó por el pequeño apartamento. Hana también se puso de pie, alisando el largo de su falda. Se excusó y también se retiró por el vestíbulo.
Hinata se preguntó qué rayos le acababa de suceder a su familia. Presente un instante. Desaparecida al siguiente. Consideró ir tras Neji. Pero, ¿qué diría si le pillaba?
Suspiró. Vaya con que iba a ser un buen día...
...
Neko-chan(autora): Mi primera adaptación espero y les guste, me costo decidirme quienes harían los papeles como protagonistas, pero al final lo hice, amo demasiado el SakuHina (SakuraxHinata) y este libro ya me lo eh leeído varia veces y aunque la serie de Naruto no es de mis favoritas si lo es la pareja y bueno ¡TADAAAAN! aquí esta esta señores y señ...-Su monologó es interrumpido por una pared que se viene abajo.
La pobre autora estuvo apunto de quedar atrapada bajo los escombros, gracia a sus agiles reflejos logro esconderse bajo su cama y cuando salio solo pudo balbucear.
Neko-chan: Mi...mi...mi...mi...mi ¡MI PARED! ¡¿Quien demonios lo hizo?! que salga para que lo golpeee.
El polvo que levanto de los escombros de la pobre pared de la habitación de la autora se alzaron y una figura aparecio que hizo la autora palieciera y que una boba sonrisa apareciera en su cara al ver a su personaje favorito.
Sakura Haruno entro a la escena con un puño lleno de chakra dispuesto a enterrarlo en la hermosa cara de la autora...
Neko-chan: Sa-Sakura-sama, yo bueno... no era enserio lo de golpearla...-se rasco la nuca nerviosa- jeje... usted puede destruir mi casa si quiere -aconsejo tirando una lampara que estaba a lado de ella- ve...jeje por favor no me mate... aun no eh saltado en paracaidas-Suplico de rodillas con lagrimas.
Sakura- Sera mejor que vayas despidiendote -dijo con una voz calmada que erizo cada pelo del cuerpo de la autora.
Neko-chan: Noooo..."donde esta Hinata cuando se nesecita" Yo bueno esto ...esto..esto- se goléa ella misma- Ya estoy empezando a sonar como porki, esto es todo nos leeemos...si sobrevivo...Por favor comenten así tal vez esta pelirosada no me mate...
Sakura: SHANNAROOOOO!
Matta ne... XD (10/08/15)
(BGRR)
