Introduccion: El hijo del herrero
-Mi nombre es Beleg. Soy un adolescente (como odio la palabra niño) de la ciudad-puerto de Alberta, donde el mar es tan profundo como la mente de quienes viven ahi. Mi padre es Valar, pero la gente lo llama "El guardián del martillo", porque el es uno de los herreros del gran concilio de Alberta, ciudad de mercaderes. Mi madre es Morwen, una curandera (también del alto concilio), que siempre esta en Prontera, orando por nosotros, y ayudando a quines nos necesitan. Aparte de eso, mi familia es mi mascota, Eldor, mi mapache (lo encontre cuando viajaba a hacerle un favor a mi padre, en los bosques de Payon, de eso hace más de 2 meses), que es una vaca de tres colores, aunque siempre me trae mis cosas cuando se me olvidan. Me acuerdo que...-
En ese momento, el niño levanta la cara del libro, al oír el lejano sonido de una gaviota, en la mar. Una vez que el sonido se extinguió, intento seguir escribiendo, pero la idea se le fue de la cabeza. Cerro el libro, y se fue a su cama; El vivía en el segundo piso de una casa en la calle principal de Alberta. El sonido de la gente, las monedas que se pasan de una a otra mano, el mar al chocar con las piedras, pero sobre todo, el sonido del metal al chocar. A Beleg, todo lo que tenia que ver con espadas, o combate (no con flechas, el no consideraba que eso se llamar combate) lo atraía, como jellopy al poring, por eso el quizo ser un espadachin, o un herrero, como su padre. - Se acostó en su cama, asegurandose de no aplastar a Eldor, que dormia en la almohada. Le hizo cariño como gran amigo que era-. En ese momento suena una voz del piso de abajo.
-Beleg! Ven un momento!- Era su padre.
Como siempre, su voz tenia el tono de pedir un favor, que de seguro, lo llevara al otro lado del puerto. Haciendo un esfuerzo, se levanto, y empezo a bajar las escaleras. No habiendo dado dos pasos, Eldor se subio a su hombro, llevando consigo una bolsa de cuero de Sabage (para llevar su dinero).
-Gracias, Eldor. Quizas necesitemos comprar agua, o algo asi.- Mientras bajaba, le hacia cariño con la mano en la cara. Se le ocurrió que quizas podria llevarse consigo su cuchillo, para cazar uno que otro lunatic, o poring. Al bajar, su padre lo esperaba en la cocina, con un paquete de tamaño pequeño (le cabia en el bolsillo a Beleg).
-Beleg, necesito que me lleves esto al almacen de pescados. A Mager ya le repare su cuchillo, asique no hay razón para tenerlo más.- Mager era el mercader vendedor de los mejores pescados de la region; pero su almacen (como Beleg predijo), estaba en la otra esquina de la ciudad. - Por eso, necesito que lleves esto -Se acerca a Beleg, llevando un cuchillo con mango morado (una Main Gauche) -, porque los ladrones nunca están demás.
-Si padre (el ya se esperaba eso) -Toma el cuchillo- Papa, puedo llevar a Eldor conmigo?-
-Si te dijiera que no, Eldor igual se iria contigo, aunque lo atara con cadenas a la mesa- Respondio este oviamente divertido por su comentario. Se pone serio – Recuerda las reglas.-
-No darle zeny a los mendigos, y no robar -Se disponía a ir, apresurado, pero su padre lo detuvo-
-Y que más?-
-No dejar que Eldor le robe cosas a las mujeres -Oviamente aburrido; generalmente, Eldor se robaba uno que otro headgear de color brillante, dinero, o cualquier cosa al alcanze de sus mapachosas manos.-
-Ahora ve, hijo mio, que no tengas que usar el Gauche-
-Papa...-
-Si?-
-Cuando hablaremos de mi profesión futura?-
-Estuve pensando en eso. Que tal mañana, cuando termines de ayudarme en la forja?-
-Gracias- Se va.
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Alberta, ciudad de zeny, ciudad de gente, ciudad de pescados, y de infinidad de entes. La mar es tan azul, como es el cielo. Beleg esta caminando por la plaza, acercandose al centro de esta (donde hay un arbol que esta ahi desde tiempos inmensos), cuando Eldor se baja de su hombro, y empieza a jugar en los árboles. Beleg, divertido, lo sigue con la mirada. Los niños, encantados por tan exotico animal, se distraen tambien, oportunidad que aprovechan los ladrones para salir de sus escondites, y hacer de las suyas. Uno, por error o estupidez, se acerca a beleg, con el fin de quitarle su bolsa. Cuando estaba a punto de quitarsela, Eldor salta del arbol en donde se encuentra, y ataca al ladron.
-Agh! Maldito gato de tres colores, SAL DE AQUI! - Intenta golpear a Eldor, pero antes que no pudiera hacer nada, un cuchillo se asomó en su cuello.- P...madre. -Eldor salta del pecho del ladron al hombro de Beleg, gruñendo-
-Nadie llama a Eldor "gato de tres colores", niño mezquino. Ahora vete, o me asegurare que este cuchillo te atraviese -Beleg era así: Cuando insultaban a Eldor, o hacían algo para el imperdonable, perdía su "niñez".-
El ladron no necesito una segunda advertencia, saltando hacia atrás, para evitar ser cortado, corre hacia el lado contrario, evitando la mirada de la gente. Beleg, luego de aseurarse, que el ladron no volvía, siguio su camino. Eldor volvio a tranquilizarse, siguiendo con su juego entre los árboles.
Ya pasado un tiempo, cuando el Sol empezó a descender, Beleg llego a la pescadería, al tocar, unas velas se empezaron a encender en el piso superior, y luego abajo, como una lluvia. Al abrirse la puerta, un hombre viejo, de cara angosta, vistido con un delantal de pescadería abre la puerta. Se alegría era evidente.
-Beleg! Finalmente llegas! Pense que esta noche no llegarías.
-Lo siento, Mager, tuve una dificultad en la plaza, pero nada que Eldor ni yo podamos superar -Sonríe-
-Ya lo creo. Bueno pasa, la noche se acerca, y no creo que quieras resfriarte.- Beleg pasa, al entrar, le llego altiro el olor a pescado, que por cierto era del agrado de Eldor. Luego de dar las gracias, Beleg le pasó el cuchillo a Mager- Bueno, gracias denuevo. -Se acerca a una caja, y saca un Salmon entero. Eldor se inquieta- Ten, creo que te lo mereces. -Eldor salta del hombro de Beleg y agarrando el Salmon, se lo lleva lejos; era una desventaja de Eldor: Si se trata de salmones, no habia espacio para nadie, solo para Beleg.- Bueno, que te ha pasado hoy, mira que eso de ladrones en plena Alberta es raro.
Beleg le cuenta a Mager todo lo que le paso hoy, desde el diario, hasta el ladron. Cuando terminó, ya había pasado un buen rato. Mager miro la hora en su reloj de pared.
-Dios, que tarde es. Mejor le escribes una carta a tu padre antes que se enoje. Por cierto, iré a buscar comida, mira que o sino, esos musculos no le serviran a la forja a tu papa. El papel, y la tinta estan en ese cajon -Señala un cajon en la cocina. Despues se va. Beleg, empieza a relatarle el dia a su papa, como buen escritor que es. Despues de escribirle la carta. Llama a Eldor. Este aparece, molesto porque interrumpieron su cena-
-Eldor, lamento tu comida, pero necesito que lleves esto a papa. Sino, nos castigara a los dos. -Eldor lo mira con cara de duda- Si, si puedes llevarte el salmon. Pero que no te vean -Eldor mueve la cola, feliz. Despues que Beleg le puso la carta, Eldor salio por la ventana, hacia la casa de Beleg.-
Despues de la cena, abundante, Beleg se fue a dormir. Cuando se estaba acostando, Eldor aparecio por la ventana, trayendo la carta, y lo que sobraba de salmon. Eldor se puso en la almohada, en su poscicion original. Beleg, como siempre, se durmio, como quien se merece un largo descanzo despues de una carrera.
