Naruto, el legado del emperador celestial
Los derechos de los animes que use no me pertenecen.
Capitulo 1: El nacimiento de un guerrero
En el mundo hay seres de mucho poder, tales como demonios, ángeles, dragones, dioses, y una gran lista casi sin fin. Pero ahora mismo observamos a un dios, Indra el rey de los dioses, dios de la guerra, la tormenta, el rayo, la atmósfera, el cielo visible planeando su estrategia contra Shiva, el dios de la destrucción.
Indra y Shiva tenían una guerra por delante, una en donde sus ejércitos chocarían y combatirán hasta la muerte e Indra no planeaba perder, el pelearía contra Shiva y ganaría, ese era su plan. El repasaba el pasado y recordaba cada choque que tuvo con Shiva tanto que recordó a alguien que él odiaba y amaba con mucha pasión.
Arjuna, su hijo con Kunti, uno de los héroes del Mahabharata el llamado "héroe premiado" por su gran suerte. Mientras que el quería a Arjuna por ser su hijo, no podía evitar tenerle rencor por aliarse con Shiva, pero aun así lo amaba, tanto que por ese amor le arrebato su armadura a Karna, el hijo de su hermano Suria el dios del sol, para que su hijo tuviera alguna oportunidad de ganar a su pelea con él, aunque en el proceso perdió a su amada lanza Vasavi Shakti, no le importaba, mientras su hijo viviera el estaría feliz. Indra recordó tanto que llego a una revelación, un hijo suyo podría cambiar la balanza a su favor en esta guerra que estaba por llegar. Mientras que antes la idea de tener un hijo y criarlo solo para la guerra le habría desagradado, este era un tiempo diferente y el era diferente que antes, aun le quedaba algo de honor pero no tanto. El ya se decido, tendría un hijo y lo criaría el mismo para que sea leal a él y para ser su máxima arma contra el ejército de Shiva. La parte fácil ya estaba hecha ahora quedaba la difícil, buscar a una mujer fuerte para que su hijo fuera el más poderoso semidiós.
Japón
Indra estaba frustrado, había pasado meses buscando a una mujer fuerte digna de tener su hijo y no había encontrado ninguna. Todas las mujeres que encontró hasta ahora habían sido débiles y fáciles de seducir, las únicas mujeres fuertes no eran humanas o trabajaban para la santa iglesia. Su viaje buscando a una mujer lo había llevado de la India a España, Francia, Italia, Rusia y ahora Japón recordando que había un clan en la antigüedad que eran guerreros y magos de gran poderío, esperaba que no se hubieran extinto porque si no había hecho otro viaje en vano.
En este momento el se encontraba en un pueblo por los valles de Japón viendo a la multitud de personas que pasaban frente a sus ojos con una mirada sin emociones que denotaba aburrimiento. El se encontraba apoyado en un poste de luz vestido con zapatos negros, pantalones negros informales, una camisa blanca con las mangas algo arremangadas, mi entras que a él le daba igual como se veía en un espejo las mujeres con las que había estado le habían dicho que se veía muy guapo, con su altura de 1.80, su físico musculoso y marcado, sus ojos azules eléctricos, piel algo bronceada y su pelo rubio dorado algo corto. En este momento el se estaba arrepintiendo de su venir cuando sus ojos captaron algo que destacaba muy fácilmente entre la multitud, una mujer muy hermosa. Por lo que él podía ver se veía entre sus veinte años de edad, tenia pelo rojo algo oscuro que separaba de su rostro con una pinza de color verde y con su vista podía ver sus ceja quedando levemente sorprendido al ver que su pelo no estaba teñido, tenia ojos violetas, piel blanca, era algo alta midiendo 1.65, estaba usando un vestido verde sobre una blusa blanca que no escondía sus pechos copa D, su estrecha cintura y gran trasero. Indra estaba algo impresionado, esa mujer fácilmente superaba a las bellezas que había visto en sus viajes, estaba tan concentrado en ella que no le prestó atención a la mujer pelinegra caminando con la pelirroja que tenía una belleza igual. No solo quedo impresionado con su aspecto, tratando de descubrir si ella tenía algo especial, el concentro sus habilidades censoras y descubrió que la mujer pelirroja poseía sangre especial. Tal vez ella era una mestiza, porque sentía sangre humana en ella. Sonriendo levemente, decidió que ella seria la madre de su futuro hijo, caminando hacia ella preparo su sonrisa que usaba para seducir se paro en medio de la dirección en que las mujeres iban, sin quitar la mirada de la pelirroja.
Hola, soy…
Lo siento,- dijo la pelirroja interrumpiéndolo-ahora estamos ocupadas quizá otro dia.
Kushina, no….
Vamos Shuri.
Luego las dos mujeres siguieron caminando, sin voltear atrás ni mirar el rosto de puro shock en la cara del dios. Indra aun no salía de su impresión, siguió quieto sin importar que las personas lo miraran y algunos niños los señalaran y rieran levemente. El gran dios solo pudo decir una cosa cuando despertó de su shock.
…Que acaba de pasar?
Con las dos mujeres
Ara ara creo que no debiste interrumpirlo,- dijo la mujer pelinegra un poco sorprendida- pudo ser algo importante.
No es importante- dijo la mujer pelirroja con desinterés- solo era un tipo idiota que buscaba algo de diversión nada más.
Estas segura?
Sí, he visto cientos de hombres con esa mirada.
Y después de eso las dos mujeres siguieron caminando hablando de cosas tribales y sin mencionar al hombre con que se toparon.
Indra estaba emocionado, no había sentido esta emoción en mucho tiempo, esta mujer lo ignoro, a él, un dios, puede que ella no supiera quién era pero cientos de mujeres chillaban de emoción cuando iba a hablar con ellas, y ella solo lo ignoro. Sin duda eso demostraba que ella era más interesante que las otras mujeres. Kushina era su nombre, ahora solo tenía que seducirla y embarazarla.
1 año después
Mas fácil decirlo que hacerlo, era la frase que Indra se repetía cada vez que se encontraba con Kushina y ella lo ignoraba, pero eso solo lo hacía más emocionante, le tomo meses pero por fin ella le hablo, y después de eso empezaron con las citas y reuniones accidentales, para Kushina eran accidentales, porque Indra la seguía de tal manera que haría orgulloso a un acosador. En el transcurso de su tiempo con ella descubrió muchas cosas interesantes de ella, su nombre completo era Uzumaki Kushina, aparentemente no tenía padres pero sus hermanos la cuidaron desde que nació, era impulsiva, muy terca, su terquedad estaba a la par de él, pero alegre, sensata, generosa y honesta. Luego de mucho tiempo Kushina le había pedido que fueran novios, impresionando a Indra que no se había dado cuenta que ella llego a verlo de tal manera. Puede que Indra tenga experiencia seduciendo mujeres, pero era solo eso, le era un poco difícil descubrir que pensaban las mujeres cuando no se trataba de seducción. Luego de ser novios Indra hizo avanzar la relación hasta que por fin tuvieron sexo, luego de 2 meses Kushina empezó a presentar los síntomas de embarazo.
Indra después de que Kushina le contara de su embarazo estaba eufórico, tanto que no podía esperar para ver a su hijo, y si fuera una niña le daba un poco igual, claro el quería un niño pero él había visto que a veces los hombre y las mujeres estaban iguales en términos de poder, pero eso no lo detendría de matar a todos sus pretendientes, no matarlos era muy poco, el los torturaría por la osadía de pensar en su hija de esa manera. Pero para Kushina no todo era felicidad, Indra mintiendo levemente le dijo que tenía que irse a ver a sus padres, cuando en realidad tenía que ir al Monte Meru a preparar la llegada de su hijo y asegurarse de que nada se haya salido de control durante su viaje, aunque confiaba en que sus súbditos no hicieron nada raro.
Con Kushina
Kushina estaba muy feliz, tal vez felicidad era poco para describir lo que sentía pero era lo que más se acercaba, hace más de un año al ver a Indra ella había pensado que él era otro hombre que intentaba seducirla, y aunque el confeso que en un principio solo la veía por su apariencia, ella vio que él quería enserio hablar con ella, un día ella acepto salir a caminar con el diciéndole que era muy terco, ignorando que ella era igual o más terca que él, durante esa cita ella vio que él cuando no pensaba en seducirla podía ser muy atento y perspicaz, escuchándola cuando hablaba y haciendo comentarios con su humor un algo sarcástico, al terminar su cita ella decido salir mas seguido con él, ya que, aunque él era un seductor cuando no lo era, era una persona con la que a ella no le importaría pasar su tiempo, además tenía esa presencia que le recordaba a sus hermanos.
Cuando le conto a su mejor amiga Himejima Shuri sobre su noviazgo con Indra, ella estaba muy feliz, dándole consejos y diciéndole que tome la iniciativa ya que ella era algo inexperta en temas del amor y algo impulsiva, contándole que le pidió que fueran novios por nervios. Luego le conto sobre su embarazo y Shuri estaba tan feliz como ella, pidiendo si se podía convertir en su madrina y preguntando millones de cosas referente al bebe.
Kushina al escuchar que Indra debía ver a sus padres estaba algo triste y un poco feliz ante la perspectiva de algún día conocer a sus suegros y le dijo que volviera pronto, claro ella no sabía quién era él y que planeaba hacer.
Solo espero que vuelva pronto- dijo una Kushina algo deprimida con el vientre algo abultado- ya ha pasado un mes desde que se fue.
No te preocupes,- dijo Shuri tratando de subirle el ánimo- tal vez solo tenga problemas y este por venir.
Shuri no tenía muchas esperanzas, pero tenía que consolar a Kushina, desde que ella le conto que Indra se fue para "ver a sus padres" ella sospechaba un poco, pero no le dio mucha importancia ya que pensaba que como Kushina estaba embarazada Indra no se iría muy lejos, se equivoco rotundamente, luego de un mes de a verse ido Shuri no creía que el volvería. Tal parece que Kushina tenía razón y el era un seductor que no le importaba embarazar a una mujer si eso significaba divertirse, y desgraciadamente Kushina fue su víctima.
Tengo que ir a ver a mis hermanos- dijo Kushina de repente- no les he contado de Indra y que estoy embarazada, solo espero que oni-sama no esté muy enojado.
Tranquila, no pasara nada- dijo Shuri con una sonrisa- que podría hacer él?
Kushina ante ese comentario le recorrió un escalofrió por la espalda, ella no conocía a su hermano en lo absoluto por decir ese comentario, conociéndolo bien seguramente cuando le diga que esta tiene novio el querrá destripar a Indra por tratar de corromper a su "pequeño remolino rojo" y cuando le diga que está embarazada le dará una crisis y lo más probable es que se rompa, aun recordaba cuando tenía 14 y su hermano amenazaba con su katana a todo niño que mirara a su hermanita.
Shuri- dijo Kushina llamando su atención- tu cuidarías mi casa mientras no estoy.
Si- dijo la pelinegra con una sonrisa- lo que sea para ustedes dos.
Kushina sonrió levemente masajeando su vientre ante ese comentario, aun no había decidido un nombre y el doctor le dijo que el bebe era un niño, esperaba que sus hermanos e Indra la ayudaran con eso.
Susanoo era un hombre fuerte y de una altura de 1.85, el tenia los ojos violetas, un tono de piel algo bronceado, pelo negro alborotado como la noche y regularmente usaba un kimono, el estaba en un santuario con sus hermanas, Amaterasu la diosa del sol y Tsukuyomi la diosa de la luna. Amaterasu era una mujer hermosa con ojos violetas, tono de piel algo bronceado como su hermano, pelo negro igual de oscuro como el de su hermano que le llegaba a la cintura, tenía una altura promedio de 1.60, y usaba un kimono parecido al de una sacerdotisa miko con colores predominantes en negro y rojo, que ocultaba sus pechos copa C, estrecha cintura y gran trasero. Tsukuyomi a diferencia de sus hermanos que tenían pelo negro y piel algo bronceada, ella tenía el pelo de un color plateado y la piel muy pálida, sus ojos eran iguales a los de sus hermanos, ella era más alta que Amaterasu midiendo 1.70, vestía de manera similar a ella pero con colores diferentes siendo blanco y morado, pero ella a diferencia de sus hermanas tenia los pechos aun más grandes, siendo de un copa EE. Ahora vemos a los tres hermanos esperando la llegada de su hermanita cundo las puertas se abrieron y la vieron entrar. Susanoo quedo en shock al verla caminar hacia ellos, el sabia que ella habría cambiado desde que se fue hace 4 años pero no sabía cuánto cambiaria, con el vientre así de abultado se veía como si estuviera embarazada. Susanoo no quería pensar eso, ni sabia porque lo pensó, era imposible que ella se embarazara. Seguramente ella sería una doncella virgen como sus hermanas.
Amaterasu y Tsukuyomi estaban distintas a él, ellas directamente fueron a abrazarla ya que se veían muy poco y la última vez que se vieron fue hace 4 años cuando Kushina les dijo que planeaba vivir sola a partir de ahora, estaban tan emocionadas que no notaron su estomago hasta poco después del abrazo, y vieron con asombro vientre algo hinchado.
Susanoo saliendo de su shock rio levemente creyendo o tratando de convencerse ha si mismo que era una mala broma.
Kushina,- dijo Susanoo con una sonrisa algo temblorosa y caminando a abrasarla- has crecido mucho desde la última vez que nos vimos.
Oni-sama,-dijo con una sonrisa- te extrañe.
Aun recuerdo cuando eras joven y más delgada-decía Susanoo recordando los viejos tiempos- has engordado mucho desde que te fuiste-decía riendo levemente-.
A Kushina se le marco una vena en la frente por ese comentario, una regla universal de todo hombre es nunca comentar el peso de una mujer y Susanoo la rompió rotundamente.
Oye- dijo Kushina con las cejas temblorosas- no estoy gorda idiota, estoy embarazada.
Susanoo nuevamente entro en shock, todo color en su rostro se había ido, el se quedo en silencio hasta que lentamente su rostro fue recuperando su color y su cara gano una gran mueca de pura furia.
¡Imposible!- Susanoo grito con pura ira con pequeños truenos retumbando en su cuerpo- ese idiota deseara una muerte rápida cuando lo encuentre, quien es!?
Tsukuyomi, siendo la voz de la razón y la más tranquila de los hermanos, decidió tranquilizarlo, antes de que el salga y destruya algún pueblo,
Susanoo- hablo con severidad- cálmate.
El nombrado viendo como su hermana mayor la veía con una mirada fría, se calmo con resistencia, luego poso su vista sobre Kushina viendo como ella estaba con las manos sobre su estomago en una postura algo protectora y sus ojos se suavizaron y se sintió un completo idiota al hacer creer a su hermana que su bebe podría estar en peligro y noto que podría estarlo, con los rayos que antes liberaba de su cuerpo en su estado de furia alguno podría dañar a Kushina y al bebe, y mientras que antes Kushina podría haber recibido un rayo y aguantarlo ahora estaba embarazada y tanto ella como el bebe podrían salir heridos, se sintió muy culpable al ver una probabilidad de que dañara a Kushina y a su hijo. No podía evitarlo, después de todo, fue él quien tuvo mayor participación en el crecimiento de Kushina.
Aun recordaba el día que su padre Izanagi vino con un bebe en brazos diciendo que era su hija, estuvo enojado y sorprendido, le pregunto a su padre como era posible y el no le dio explicaciones, solo dejo al bebe en sus brazos diciendo que de los tres hermanos, él era en quien más confiaba y luego se fue.
Incluso su nombre, Kushina, viene del nombre de una mujer con quien estuvo casado hace años, Kushinada, la mujer que rescato de ser devorada por Yamata no Orochi, la serpiente de 8 cabezas.
Susanoo volviendo de sus recuerdos, miro a Kushina que todavía estaba en una posición protectora de su bebe y hablo.
Lo siento,- decía arrepentido- en serio lo siento Kushina.
La nombrada se recompuso de su impresión y bajo la mirada hasta que su pelo oculto sus ojos, luego sus hombros comenzaron a temblar levemente y camino lentamente hasta Susanoo y en un rápido movimiento lo abrazo y comenzó a llorar en su hombro.
Susanoo, sorprendido por la acción de Kushina, no dudo en corresponder al abrazo y acariciar su cabello y espalda, haciendo una seña con sus ojos a sus hermanas para que vinieran a ayudar.
Luego los tres hermanos tenían rodeada a Kushina en un abrazo cada uno consolando a la pelirroja que no detenía su llanto. Al calmarse, Kushina comenzó a contar lo que le paso a sus hermanos.
Luego de la explicación Susanoo no mejoro, estaba peor pero se controlaba para no dañar al bebe, sus hermanas no eran diferentes a él estando muy enojadas.
Kushina,- empezó hablando Tsukuyomi con una voz tranquila- cuál es el nombre de ese hombre?
Dijo que se llamaba Indra,- hablo dudando al final- Indra Meru.
Los tres hermanos se quedaron callados ante su nombre, puede que sea una coincidencia, pero los hermanos creían que las coincidencias no existen. Susanoo se quedo callado recordando lo que sus informantes en Asia decían que en el Monte Meru, el dios Indra estaba y su ejército estaban muy callados.
Kushina escúchame,- comenzó diciendo Susanoo- hay una gran posibilidad de que el Indra que te encontraras se él Indra que es un dios.
Ella se quedo en shock ante lo dicho por su hermano, tenía algo de sentido teniendo en cuenta el porte divino y real que tenia Indra, pero ella pensaba que era porque el tenia algún tipo de poder o sangre era un semidiós como ella.
Como es posible,- decía recuperando de su shock- y porque yo habiendo tantas mujeres.
Tengo muchas teorías,- decía Susanoo con una vos sin emociones- pero ahora no es tiempo de pensar en eso, debemos decidir qué hacer con el bebe.
Lo tendré y lo criare- decía Kushina con una voz segura- es mi hijo, no me lo quitaran.
Estas segura?- decía Amaterasu con una voz algo preocupada- los hijos semidioses no son normales, además este niño es hijo de el dios Indra y nieto del dios Izanagi.
Aun así,- siguió diciendo sin vacilación- no importa lo que pase, yo lo tendré.
Kushina, piénsalo bien,- Tsukuyomi dijo con una voz sin emociones- por su ascendencia, este niño pasara por muchas cosas y sin duda tendrá un gran poder, el poder atrae a la gente tanto buena como mala, cosas malas podrían pasarte a ti y a él.
No me importa,- decía exasperada- lo criare, lo entrenare para que sea fuerte y detenga a quien se interponga en su camino.
Las dos diosas seguían intentando hacer que Kushina cambiara de opinión hasta que fueron detenidas por unas risitas provenientes de Susanoo.
Tan terca como siempre,- decía riendo levemente- bien, todos cuidaremos del bebe y nos aseguraremos de que se fuerte y siga con el camino que él decida
Gracias oni-sama- decía Kushina abrazando a Susanoo- muchas gracias.
Susanoo rio levemente acariciando la espalda de Kushina, mirando con sus hermanas y viendo sus rostros que mostraban un poco de preocupación. Tendría que hablar con ellas más tarde.
Luego de eso el resto del día para la pelirroja fue uno de los mejores que recordaba, pasando la tarde tomando té y conversando con sus hermanos diciéndoles y riendo de todo lo que hizo desde que se fue de su casa.
Al llegar la noche y luego de una cena con sus hermanos Kushina se fue a dormir feliz.
Con los tres hermanos
Susanoo,- empezó hablando Tsukuyomi con su mirada fría- espero que tengas una buena razón para hacer lo que hiciste.
No tengo escusas,- decía despreocupado- solo quería que nuestro sobrino viviera- decía haciendo énfasis en nuestro para ganar una mueca de su hermana con pelo plateado-.
Puede que sea nuestro sobrino- empezó Tsukuyomi- pero las cosas que podrían pasar por su existencias serian catastróficas, además Indra no se quedaría callado, tarde o temprano vendrá por nuestro sobrino para llevárselo o matarlo.
Así que te diste cuenta,- decía Susanoo sin parecer sorprendido, no tendría que estarlo, la diosa de la luna fácilmente era la más inteligente de los tres- aunque los dioses dejaron de bajar a divertirse con mortales hace mucho, esta podría ser esta ocasión.
Y si no lo es,- hablo por primera vez Amaterasu- y si Indra viniera a llevarse a nuestro sobrino.
No lo creo,- hablo Susanoo- por lo que se, Indra ya tiene suficientes problemas con Shiva, si se lleva a nuestro sobrino tendrá problemas con el sintonismo.
Espero que no suceda nada malo,- decía Amaterasu con una voz agotada- hay tiempos de paz aunque cortos son valiosos, no sería bueno que se rompan por una pelea como esta.
Luego de eso la conversación termino, y los hermanos se separaron para organizarse y esperar que Kushina despierte.
5 meses después
Kushina creía que conocía el dolor, ella fue entrenada por su hermano mayor en el arte de la espada y el era muy estricto, no era raro que ella terminara los entrenamientos con muchos cortes, el no nunca fue suave, también ella estuvo metida en alguna pelea contra los yokai ayudando a su amiga Yasaka la esposa del líder de la facción yokai en Kyoto, en esas peleas ella gano experiencia y algunas lesiones. Por el dolor del parto era totalmente distinto y absolutamente peor que todas las heridas que se había hecho juntas en toda su vida.
Ella se encontraba en una cama con su amiga Yasaka sosteniendo su mano izquierda y con Amaterasu y Tsukuyomi recibiendo al bebe entre sus piernas.
Yasaka era una yokai kitsune kyubi con el pelo rubio, ojos dorados y era muy hermoso, ella llevaba un kimono verde claro y tenía una sonrisa feliz mientras decía palabras de ánimo a Kushina que tenía una mueca de dolor y esfuerzo en su rostro.
Vamos Kushina,-decía Yasaka con una sonrisa que ocultaba algo de dolor por lo fuerte que Kushina estaba sosteniendo su mano- solo puja un poco más.
Veo la cabeza,- decía Amaterasu con felicidad- puja Kushina.
Eso es lo que estoy haciendo,- decía Kushina entre gritos hasta que fueron cortados por el sonido del llanto de un bebe-…..eh?
Ya esta,- dijo Tsukuyomi sosteniendo al bebe que no paraba de llorar- es tan lindo- decía riendo-.
Déjame ver,- decía Amaterasu con entusiasmo- ahhh es tan lindo- decía arrebatándoselo de las manos y abrasándolo-.
Dénmelo,- decía Kushina con un tono de voz anhelante- quiero verlo,- Amaterasu entrego el bebe a su hermana más pequeña y ella se quedo sin habla viendo a su bebe- es tan pequeño y tan lindo,- decía llorando y riendo de felicidad- miren- decía mostrándoles el bebe a las dos diosas y a la zorra- tiene pelo rubio y ojos azules.
El pequeño bebe en el momento que estuvo en los brazos de su madre se detuvo de llorar y abrió los ojos viendo a su madre y a las demás en la habitación con ojos cansados y curiosos. Las mujeres en la habitación no paraban de chillar de lo adorable que se veía, incluso Tsukuyomi, la más fría de los hermanos, soltaba un suave chillido cuando el pequeño posaba su mirada sobre ella.
Como se llamara,- preguntaba Yasaka absolutamente sin habla viendo al bebe- Kushina- la llamo ya que ella se había quedado viendo al niño-.
Hay que esperar a Susanoo para saber su nombre,- decía Kushina ansiosa- le dije que quería que el decidiera el nombre.
Con Susanoo
El dios de las tormentas estaba tenso, el se encontraba un poco lejos del santuario con unos compañeros, asegurando que nada interrumpiera el nacimiento de su sobrino.
Muchas cosas podrían pasar mientras esperaba, el era muy consciente de que en el peor de los casos y con mucha mala suerte, Indra podría venir a buscar a su hijo, si tenían suerte tal vez algunos vasallos del dios Indra vendrían a buscarlo y él con sus compañeros podrían detenerlos.
El ahora se encontraba con Kurama, un yokai kitsune kyubi que era el esposo de Yasaka, hablando sobre qué tipo de suerte tendrían y de cómo reaccionar si tendrían mala suerte.
Quiero que le digas a mi esposa que la amo,- decía en un tono serio Kurama- y que lamento no haber tenido cachorros con ella, también quiero que le digas a …
Para de dramatismos,- lo interrumpió Susanoo- no va a pasar nada.
Kurama era un hombre pelirrojo de un tono parecido al de su hermana, era alto, casi tan alto como él, tenía su pelo hasta un poco por debajo de sus hombros, ojos rojos con la pupila rasgado, usaba un kimono negro y rojo modificado para tener sus nueve colas libres que estaban un poco tensas, ahora tenía una katana en su mano para encargarse de los devas que vinieran a interrumpir a Kushina en su labor de parto. Pero ahora Kurama miraba al dios con una mirada de pocos amigos por interrumpirlo en lo que, si venia Indra, serian sus últimas palabras. Mientras que el era fuerte, más fuerte que su esposa que era la líder junto con el de la fracción yokai, el estaba seguro que no podría encargarse de Indra, el dios hindú estaba en uno de los puestos de los seres más poderosos del universo. Contra devas si podría, estaba seguro de que él y Susanoo junto con los otros yokai que estaban patrullando podrían detener a una armada de esos dioses menores.
Porque estas tan seguro,- decía el zorro en un tono curioso- recuerdas que yo no soy un dios y que tú eres más fuerte que yo, y que el que tiene más probabilidades de vivir en el pequeño caso pero posible de que venga Indra eres tú.
Susanoo puso los ojos en blanco ante eso, Kurama era muy dramático, no tenía nada que ver ser un dios con tener más probabilidades de vivir. Seguro estaba enojado porque lo llamo para hacer esto cuando él podría estar durmiendo o haciendo nada, era un maldito muy perezoso.
Por lo que me han dicho mis informantes,- comenzó Susanoo en un tono tranquilo- Indra en el Monte Meru ha estado muy ocupado y muy raro, si tuviera que hacer algo fuera del monte enviaría a una armada de devas o sus vasallos, nosotros junto con los otros debemos poder contra ellos.
Kurama no estaba muy satisfecho con esa respuesta, pero se quedo callado a pensar en su siguiente movimiento y en lo que haría si llegaba a casa vivo. Ya era hora de tener cachorros.
Que nombre le pondrán al cachorro,- decía Kurama curioso- si voy a morir, quiero saber por quien.
Susanoo con un suspiro ante el dramatismo del zorro estaba por responder pero su hermana mayor lo estaba llamando, haciendo una seña a Kurama para que venga con él, los dos fueron al santuario para ver si Kushina ya había terminado. Tuvo suerte de tener la escusa de la vigilancia para no estar adentro con Kushina, el no quería ser el que sostuviera su mano y se rompiera los huesos.
Susanoo al entrar al santuario con Kurama se encontró con una escena que hizo que toda la vigilancia y tención valieran la pena. Kushina se encontraba en una cama con su bebe envuelto en una sabana y tenía una sonrisa cansada mirando hacia él.
Oni-sama,- decía la pelirroja algo cansada- ven y levanta a tu sobrino.
Susanoo sonriendo levemente y con algo de nervios fue a levantarlo y mirar su rostro. Al mirarlo no pudo evitar el sabor algo amargo al ver algo de pelo rubio y su piel, pero no le importo, si Kushina amaba al niño él también lo haría.
Como se llamara,- pregunto Amaterasu sentada en la cama con Kushina- recuerdas que tú tenías que decidir el nombre.
Si lo recuerdo,- decía algo irritado- su nombre será Naruto.
Pastel de pescado,- decía Tsukuyomi impresionada igual que sus hermanas- enserio.
Pobre cachorro,- decía Kurama negando con la cabeza- las burlas que tendrá que pasar…
Kurama haría seguido si Yasaka con un golpe en la cabeza no lo hubiera detenido.
Significa torbellino,- dijo Susanoo con sus cejas temblando- yo soy el dios de las tormentas por lo que tal vez el también pueda usarlas.
Tsukuyomi ante esa explicación se quedo callada, sabia la verdadera razón de Susanoo por dar una explicación tan patética y sin sentido, Susanoo decía que Naruto podría convocar tormentas como el porqué no quería decir como Indra, ya que él lo odiaba y había una gran probabilidad que Naruto heredara mucho de su padre.
Tsukuyomi fue con Susanoo y silenciosamente le pregunto si podría sostener al bebe, el dios de las tormentas viendo que no habría problema se lo dio con resistencia.
Naruto-kun,- dijo Tsukuyomi en un pequeño susurro y acercando su dedo hacia él para acariciar sus mejillas, sorprendiéndose al darse cuenta que él se estaba despertando y tomando su dedo más grande con su mano- hola Naruto-kun- decía con una sonrisa siendo correspondida cuando el niño dio una pequeña sonrisa-.
Creo que es tiempo de que todos descansemos,- decía Susanoo con una voz de mando- Kurama, ve y mueve a los yokai, diles que ya pueden volver.
No puedes hacerlo tú,- decía con un suspiro y una mirada cansada, que fue borrada cuando su esposa puso su mirada sobre el- a la orden.
Susanoo solo suspiro ante lo perezoso de que era el zorro, poso su vista sobre Yasaka y le dijo que era libre de hacer lo que quisiera, respondiendo que se iría a ayudar a su esposo.
Luego cuanto Kushina pudo dormir con Naruto a su lado, Susanoo continuo vigilante sobre su habitación, sabía que no era rival para Indra pero algo podría hacer.
Con Indra en el Monte Meru
Indra estaba enojado, no, estaba furioso, consigo mismo y con el futuro por mostrarle lo que él vio y fue su peor pesadilla. Todo empezó hace unas horas, se estaba preparando para buscar a su hijo y se encontraba ansioso preguntándose qué cosas heredaría de él, las tormentas, la estrategia o todo, Indra ante la idea de que su hijo heredaría todo de él no pudo evitar quitar de su ojo una lágrima de orgullo y de añoranza. El estaba cansado de esperar, así que usando su habilidad para ver el futuro tenía la idea de ver como seria su hijo. Lo que vio no le gusto, fue una pesadilla.
En ese futuro su hijo era el emperador celestial, el emperador que gobernaba sobre el cielo, y el, solo rebajado a un simple concejero, su concejero, ante eso Indra busco en sus visiones porque él era el emperador, y encontrar que llevo a su yo futuro a darle el trono a él, lo único que vio fueron visiones sobre su poder, en algo tenía razón su hijo sería muy poderoso, sus ojos eran lo que le extrañaban.
Así que por mucho que le doliera, el no podría llevarse a su hijo, su trono estaba en peligro con el estando aquí, tampoco podría matarlo, el todavía no callo tan bajo, aunque en su visión vio que sus ojos resultaron ser muy poderosos, tal vez tendría que quitárselos, aunque eso le daría problemas con el sintonismo, ya que en su tiempo estando lejos de Kushina descubrió a su familia, ser hija del gran dios Izanagi era algo que lo impresiono, por lo que sabía, Izanagi amaba mucho a Izanami para tener algún hijo con una mortal, tal vez mucho tiempo sin estar con su esposa lo llevo a buscar diversión con mortales.
Indra suspiro pensado que tal vez una nueva era de semidioses está por venir, esa idea le agradaba y desagradaba, nuevos soldados que él y Shiva podrían tener, seguramente los del panteón griego sean los primeros en bajar a divertirse con mortales. Solo esperaba que Shiva todavía le fuera fiel a Parvati, y que no fuera como él y engendraría un hijo solo para la guerra, su hijo ya seria poderoso por su ascendencia, pero un hijo de Shiva tal vez este a su altura.
Nota del autor:
Yo no soy ningún escritor ni nada, solo hago esto porque estoy algo aburrido, quiero darle mi más sincero agradecimiento a quien se tome su tiempo para leer esto, muchas gracias. Si alguien lee esto y si hago otro capítulo, creo que en ese pondré una lista explicando mejor todo y como va hacer.
