DISCLAIMER: todo lo que se reconozca en la historia es propiedad de J.K. Rowling.

Personajes: Ted Tonks y Andromeda Black. De la época de los merodeadores.

Espero que os guste!


Decisión

Después de un largo recorrido por los pasillos oscuros y fríos, apenas iluminados por la luna llena que penetraba a través de las delgadas ventanas, subí junto al hombre que amaba por unas amplias escaleras.

Ted Tonks me cogió de la mano para subir el último escalón a la torre de astronomía.

Se paseaba intranquilo por la estancia dándome la espalda por lo que no pude ver su cara de infinita tristeza, y mientras mi preocupación iba a mayores.

- Ted…- murmuré – me estas asustando…

Se dio la vuelta y me asusté aun más al ver su expresión. Se acercó lentamente y me cogió las manos con dificultad.

- Lo siento – susurró tan bajo que me costó escucharle – Perdóname. No debes estar conmigo…

Sentí que iba a descomponerme y que se me partía el corazón.

- ¡Ted, no! – se volvió al oír mi exclamación. No me soltó, en cambio me acercó más a él y me miro con atención, como si memorizara mis facciones. Observé sus ojos, llenos de dolor.

- Andromeda… - pronunció con suavidad - tu sitio no está conmigo. No serás feliz conmigo.

- No… - conseguí pronunciar, estaba demasiada dolida y desconcertada por sus palabras. Le miré intensamente con ojos llorosos, como si quisiera creer que se trataba de una horrible pesadilla.

- Andromeda, por favor – prosiguió con urgencia, me cogió de los hombros y me sacudió ligeramente en señal de suplica – Si estás conmigo tu familia te repudiará, ¡y eso no lo voy a permitir! ¡Aquí no tienes nada! ¡Vete!

Me empujó hacia a la puerta que daba al acceso de las escaleras. Me volví hacia él, le cogí de las manos. No estaba todavía decidida a rendirme. Yo soy Andromeda Black. No iba a dejar escapar fácilmente a Ted Tonks. No después de haberme dado cuenta que durante esos siete años en Howgarts fue el único chico que no tenía en cuenta mi apellido, el que me trataba como a una igual.

Y además era el único que me llamaba Andromeda. Y me quiere por mí y no por mi apellido.

Con él, solo eran Andromeda y Ted.

Con él era inmensamente feliz. Era amada.

Por eso cada vez que ambos se escapaban para reunirse en su aula o a la torre de astronomía, el resto de Hogwarts dejaba de importar. Porque entonces no eran un sangre pura y una sangre sucia, un Tonks y una Black. Entonces eran sólo dos personas. Dos personas que se amaban.

Tras el primer beso, en una tarde, bajo los altos árboles que custodiaban la orilla del lago, sentí que estaba flotando en las nubes con las mariposas revoloteando en mi estomago y ahí lo supe, supe que debía estar ligada para siempre a Ted Tonks. Mi corazón pertenecía definitivamente a Ted. Ya no había vuelta atrás.

Le amaba.

- ¿Realmente no tengo nada aquí? – le pregunté con ansiedad.

Coloqué ambas manos en su nuca y acaricie ese pelo castaño, sedoso que me encantaba. Me acerqué a su oído y le besé con ternura. Él suspiró. Apoyé mi frente contra la suya, inclinando el resto de mi cabeza para poder acercarme más a sus labios:

- Quiero estar contigo para siempre. Solo contigo soy feliz. Déjame estar contigo.

Ted me miró fijamente, con sus ojos llenos de amor. Unió sus labios a los míos. Me besó lenta y profundamente, lleno de amor y deseo. El beso fue poco a poco intensificando.

Nunca en mi vida había amado y deseado tanto a alguien. Poco me importaban las consecuencias.

Se separó unos milímetros. Exhaló a la par que cerraba los ojos y apoyaba su frente contra la mía.

- Te amo – me susurró.

Le abracé con todas mis fuerzas. Era mío.


Me ha quedado un poco empalagoso, pero espero que os haya conmovido y gustado! Admiro la valentía de Andromeda de dejarlo todo por amor.

Besitos

Karmele