Tres Deseos

Shino despierta con la sensación de algo húmedo y rasposo paseándose por su rostro, una y otra vez.

— ¡Akamaru!, deja algo para nosotros. —Sin abrir los ojos del todo escucha la voz de Kiba, antes de sentir un bulto enorme caer en la cama, a su lado, logrando espabilarlo por completo.

— ¡Kiba-kun!

—Lo siento Hinata, la primera foto con el cumpleañero será mía. Sonríe —dice Kiba, tomándolo por el cuello juntando sus cabezas, y sin darle tiempo a reaccionar hace "Clic" en el disparador de la cámara, cegándolo momentáneamente con el flash. Shino; encandilado y un tanto azorado, tantea infructuosamente en su mesita de noche, hasta que siente una pequeña mano tomando la suya y colocando sus preciadas gafas en ella.

—Feliz cumpleaños Shino-kun.

—Gracias Hinata, Kiba…, Akamaru —dice, devolviéndole la sonrisa a su amiga y acariciando la cabeza del enorme perro, ya que Kiba está ocupado mirando la instantánea que acaba de tomar. Ahora que puede ver se siente más azorado aún. Un pastel descansa en el escritorio, hay globos inflados con Helio amarrados a la pata de la cama y un letrero de ¡Feliz Cumpleaños! cuelga rudimentariamente en el marco de su puerta. No sabe que lo incomoda más: no haberlos sentido antes, que se hayan tomado todas esas molestias por él, saber que son las casi las diez de la mañana, o, no saber cómo decirles que la noche anterior tomo mucho líquido y necesita ir al baño—. En serio, muchas gracias. No me lo esperaba.

—No es para tanto Shino. No todos los días cumples dieciocho.

—Sí, Shino-kun. Hoy es un día especial, y como Shibi-san está de viaje, no podíamos permitir se lo pases solo.

—Que conste, que igual hubiéramos venido ¡he! —Hinata asiente sonriente mientras empieza a encender las dieciocho velitas del pastel. Shino sonríe nuevamente. Sabe que no tiene sentido preguntar como entraron, Kiba sabe dónde guarda su llave de repuesto y además conoce sus sellos. Pero tiene una duda.

— ¿Hace cuánto tiempo están aquí?

—Llegamos como hace una hora, tal vez más, pero Hinata insistía en que te dejemos dormir; que es tu cumpleaños, que estabas con gripe, que es día libre y etcétera, pero Akamaru y yo, ya no aguantamos las ganas de comer pastel. ¿No es cierto amigo? —El can asiente con un ladrido y menea la cola. Hinata ya terminó de encender las velitas y se acerca con el pastel—. Por cierto, roncas peor mi abuelo —agrega con voz jocosa y echa a reír al notar la mirada ofendida de Shino

—No es cierto, Shino-kun, no ronca —dice Hinata en forma conciliadora y como si acabara de recordarlo agrega—: Ah, Kurenai-sensei y Mirai-chan, vienen para almorzar.

—Y mamá y Hana, te mandan saludos. Bueno, Hana dijo específicamente, que te mandaba un beso (que ni se te ocurra recibirlo) —refunfuña—, y posiblemente se nos une más tarde.

—Aquí esta —indica Hinata, acercando el pastel al rostro de Shino, quien sigue sentado en su cama—. Shino-kun, hora de soplar las velas. —Sonríe.

—Pide tres deseos —señala su amigo con una ancha sonrisa en el rostro, apuntándolos con la cámara.

Shino cierra los y finge que lo hace, en realidad siente que no lo necesita, tiene la certeza absoluta que sus tres deseos están ahí con él, en ese instante. Otros tres están por venir. Y el pilar fundamental en su vida, que es su padre, siempre está presente, no importa cuán lejos esté.

¿Qué más puede pedir?

N/A: ¿Cortito? Lo sé. De hecho tenía pensado hacer algo más grande, n ShinoHina o algo más, pero el tiempo apremia y el cansancio hace mella, Así que….

Espero les guste.

Los quiere, cada día un poquito más:

Gaby