Inspirado en una historia original de MadLori.

UA ubicado en la "X Temporada" de la serie de televisión norteamericana Mentes Criminales" (fiel al canon hasta el episodio "The forever people" en adelante, se inicia un Universo Alternativo que podrá o no incluir escenas/diálogos/referencias de los episodios siguientes).

.:*DECLARACION*:.

Con esta publicación no se pretenden infringir derechos de autor, tanto de los personajes/argumentos propios del Show de Televisión, o del argumento en el cual se ha inspirado el relato. El crédito va para quienes corresponde.

No se persiguen tampoco los fines de lucro


EDITADO Y CORREGIDO: 24/01/2017


Entre un hombre y una mujer la amistad es

tan sólo una pasarela que conduce al amor.

(Jules Renard)


CAPITULO I

.:*Huellas del pasado*:.

"¡SPENCE!"

No había respuesta. Él sólo seguía aplicando presión sobre el pecho de la víctima. Su cabello enmarañado le ocultaba la mitad del rostro.

Le puso la mano en el hombro. "¡Spence! ¡Detente!... Ya no…"

Él ni siquiera parpadeó, sólo se inclinó para sellar su boca sobre la de la víctima: Una, dos, tres respiraciones, y de nuevo los masajes.

Las cosas no cambiaron.

Reid estaba cubierto de sangre, pero no tenía ninguna herida visible. JJ estaba segura de ello. Aun así estaba muy preocupada.

"¡Spence!" repitió con urgencia.

Continuaba con sus intentos por devolver el aliento a un cuerpo inerte, dándole la impresión que ni siquiera la escuchaba. Jennifer podía ver como el aire que él soplaba terminaba formando suaves burbujas de sangre en cada agujero del pecho. Le lanzó una mirada de súplica a su jefe cuando lo vio venir caminando en dirección de donde estaban.

Hotch enfundó su arma de reglamento y se inclinó cerca de la mujer tendida en el suelo, en el lado opuesto a él y le sostuvo los brazos a la fuerza "¡Reid!... ¡Para!..." Le ordenó. Mantuvo la vista fija en el rostro de su colega hasta obtener su atención, agregó "no hay nada qué hacer. Es momento de dejarla"

La mirada en los ojos de su subordinado era como una señal de alerta, Hotch lo sabía, lo había visto incontables veces en su oficio: Las pupilas dilatadas y el rostro en un trance aparente, no eran un buen indicio de nada. Por un instante, el jefe del equipo pensó que el genio estaba peligrosamente cerca de un quiebre emocional, "por Dios, Reid… No te conviertas en Gideón…No termines así"

En voz alta remarcó "¡déjala ya!", y aquello fue como un imperativo que no admitía discusión. Lo soltó y se puso en pie.

Reid no se movió por unos segundos, sólo observaba todo con los ojos muy abiertos.

Como si acabaran de despertarlo de su peor pesadilla.

O un déjà vu

… …

Cuando el joven agente se dejó caer de nuevo junto a la víctima, la rubia temió que iba a rebelarse e insistir en la maniobra de resucitación, pero él no lo hizo. Se mantuvo ahí, en cuclillas, con los ojos distantes. Al cabo murmuró un: "¡Demonios!" Aquello no era una maldición, se parecía más a un lamento. "Cinco minutos antes... Si hubiéramos llegado aquí cinco minutos antes"

Callahan estaba cerca y mostró su acuerdo con él "¡lo sabemos, Reid!... Todos sabemos…" Luego vaciló un poco, antes de añadir. "Al menos no podrá hacérselo a nadie más"

"Pero se lo hizo a ella, ¿no?, ¡¿no te parece suficiente?!"

Nadie respondió.

… …

JJ miró a su alrededor. Una creciente multitud de curiosos comenzaba a rodearlos, mientras que el aparcamiento se llenaba de vehículos oficiales. La policromía de luces que irradiaban las patrullas se mezclaba con las caras de choque de las personas y el ulular de la sirena de la ambulancia que inútilmente había llegado a socorrerlos…

Era demasiado tarde.

… …

Los uniformados ya estaban acordonando el sitio con la cinta que lo identifica como la escena de un crimen. La rubia se alejó unos pasos de donde yacía la joven asesinada para dar espacio a los técnicos de urgencias. Callahan y Reid hicieron lo mismo, un poco después. Hotch dio la vuelta y se puso al lado de los dos últimos. "¡Tienes que limpiarte!", le dijo a Spencer, mirando en dirección de sus manos ensangrentadas

El federal más joven asintió, como si se tratase de una respuesta en automático. Acto seguido, echó a andar en dirección al interior del bar cutre donde la cacería había iniciado.

Kate no se percató cuando Reid se apartó del grupo. Estaba concentrada en la escena frente a ella: Vio cuando el médico declaró muerta a la joven y ordenó el traslado del cuerpo al equipo de sanitaristas. Morgan y Rossi ya habían aparecido, y venían andando con el sospechoso a cuestas por entre la maraña de coches de la policía.

Jennifer, que había ido a contener a unos reporteros que llegaron al lugar como zamuros en busca de carne, si lo vio alejarse. Suspiró antes de volver a donde estaba su jefe.

"¡Dame tu camiseta!", le dijo a Hotch

El equipo se encontraba descansando en el hotel en el momento en que les fue notificada la alerta de «sospechoso a la vista». Su jefe estaba usando una chaqueta deportiva sobre una camiseta. Cuando oyó el pedido extraño de JJ, él no tuvo que preguntar para qué. Él entendía.

Expuso brevemente su pecho, y el montón de cicatrices que Foyet le había heredado, mientras se quitaba ambas prendas. Le entregó la camiseta a JJ y volvió a colocarse la chaqueta.

La mujer se separó del grupo en silencio, de la misma forma que Reid lo hizo, pocos minutos antes.


El bar seguía en plena efervescencia, como si nada hubiese pasado.

El humo de los cigarrillos hacía pesada la visibilidad, junto con el ruido, el baile y la indiferencia de los ocupantes de la zona de la barra, las mesas, la pista de baile y el billar. Nadie parecía perturbado a causa de la mujer que fue asesinada a pocos metros de ahí. Sólo algunos se habían marchado con el trajín inicial, pero luego, la noche de juerga continuó sin más.

Reid tenía que estar en alguna parte, probablemente se había dirigido al aseo.

Le hizo señas al cantinero. "¿Has visto pasar por aquí a un tipo alto, flaco y con la camisa manchada de sangre?" se sintió ridícula por el simple hecho de haber formulado aquella pregunta

Inesperadamente, él hombre asintió, como si eso fuera algo muy normal. "Sí, se fue por allá", le mostró el camino al señalarle con un dedo la dirección de los aseos

… …

Jennifer se preparó mentalmente para el desastre que podía resultar el baño de hombres de un lugar como ese. Se detuvo frente a la puerta y llamó "¿Spence? Soy yo… JJ"

Pausa.

"Entra, está abierto"

Empujó la puerta, entró y la cerró tras de sí. El baño de los hombres estaba increíblemente pulcro.

Pero eso no fue lo primero que llamó su atención.

… …

La camisa ensangrentada de Reid, yacía enrollada en el suelo.

Él estaba de pie frente a un lavamanos, con las manos apoyadas en la loza y la cabeza descolgada. Se veía más pálido que de costumbre. Tenía húmedos los brazos y las manos. Líneas de sangre goteaban por el lavabo de porcelana.

La manera en que se aferraba al fregadero hacía que su musculatura quedara bien definida bajo su torso delgado, su pecho desnudo y su espalda curvada.

… …

La miró por encima del hombro, respiró con fuerza y se enderezó.

"¡Toma!", le dijo ella cuándo le entregó la camiseta. "Imagino que no te volverás a poner esa" hizo un gesto hacia el suelo

Él negó con la cabeza.

Después de haberle dado la de Hotch, JJ echó la otra al cesto de basura más cercano.

"Gracias", dijo él, en un tono muy, muy bajo, pero sin llegar a ser un susurro. Se dio la vuelta y comenzó a vestirse.

Jennifer sentía que estaba muy callado para su gusto y decidió que no quería dejarlo solo. A través del espejo, observó algo más: Reid tenía un tatuaje en el pecho. Sobre su corazón. Cuatro líneas, una frase. La caligrafía minuciosa, bonita, tal vez femenina… No se trataba de su propia escritura… Tras años de trabajar con él y leer sus informes manuscritos, podía decirlo con propiedad.

… …

Él se dio cuenta de la atención que había creado sobre sí mismo y, casi casi por reflejo, se cubrió con la mayor rapidez posible. Luego se giró para verla frente a frente.

Y ella, ahora, había cambiado su atención hasta su cara.

Lo miraba fijamente.

En ese par de segundos que siguieron al encuentro de sus ojos con los de ella, él lo supo. Ella había visto su tatuaje… Y, probablemente, también sabía lo que significaba para él.

Lo que todo esto significaba para él…

Dentro de su cabeza maldijo su destino y el hecho de ser un libro abierto para todos los del equipo, en especial para JJ…. También renegó por sentirse tan frustrado, tan harto del mundo… Por creerse sin rumbo… Por no tener raíces ni frutos, por su maldita memoria que no le permitía borrar los peores recuerdos de su vida, y por la suerte absurda de haber sido testigo del último aliento de esa pobre chica

Desvió la vista al suelo, cuando ya no pudo sostener la intensidad de aquellos ojos de mar -y porque no estaba seguro de encontrarse preparado para evadir las preguntas que ella de seguro iba a hacerle-

… …

JJ cayó en cuenta que él se había puesto agua en la cara, lo que hacía que su pelo mojado le colgara por encima de los pómulos, ocultando un poco sus ojos. Cuando él bajó la cabeza, ella estiró la mano y le acomodó el cabello para verlo mejor.

Él no se resistió a pesar de que su primer instinto había sido negarle la mirada otra vez.

La expresión de él carecía del mínimo autocontrol. Lucía agotado y molesto, como si no tuviera más fortaleza mental para accionar sus mecanismos de distanciamiento emocional. Y había algo más, tenía los ojos enrojecidos y cristalinos, tal y como si hubiese estado llorando, justo antes que ella lo interrumpiera llamando a la puerta.

"¡Sabía que esto iba a pasar!... ¡Lo sabía!" JJ se quejó para sus adentros pero, cuidó de no permitirle a sus facciones que reflejaran alguna emoción

… …

Ella había estado preocupada por él desde el instante mismo en que aceptaron el caso. La tenía muy asustada la forma personal en que se lo estaba tomando, y la manera impulsiva con la que tomaba algunas decisiones… No entendía por qué Hotch no se había impuesto antes, por qué no lo había tratado con la fuerza de la autoridad con la que lo apartó del cuerpo de la chica minutos atrás… Lo único que era completamente irrefutable ahora, es que los últimos dos días que llevaban en Seattle, habían sido como una mala repetición de la búsqueda de Maeve… Incluyendo el resultado… Y que todo en la conducta de Spencer se parecía mucho a un llamado de auxilio. Un grito desesperado… Un pedido de paz… Y lo peor era que sabía que ninguno de ellos podía hacer nada por él…

Hasta cierto punto, creyó entender cómo pudo hacerlo sentir cuando la vio a ella misma desplegando los indiscutibles signos de estrés post traumático… Entendió su impotencia cuando ella se negó a aceptar su ayuda... Haciendo memoria de todo y volviendo a esa oficinucha oscura donde le confesó que había abortado a causa de un atentado con explosivos… Más que exigir de él una frase -o un término- para definir sus miedos… Ella deseaba poder devolver el tiempo y pedirle que la abrazara con fuerza… Porque era eso lo que ella quería de él en ese momento, aunque no pudo admitirlo entonces, ni lo admitiría ahora…

Jennifer sintió como si una corriente eléctrica le recorriera la columna vertebral y se estremeció sin más. Volvió al momento actual y trasladó la mirada hasta dónde había visto el tatuaje. Señaló con el dedo extendido el lugar en que quedaba. "¿Qué es eso, Spence?"

"Un tatuaje" respondió simple, como una cuestión de hecho

Creía que lo conocía. Después de todo, eran los mejores amigos. Pero allí estaba, otra vez, otra parte de su vida que escondió de todos, y que no sabía si estaría dispuesto a compartir. Aunque fuera con ella.

Especialmente, con ella.

"¿Quieres mostrármelo?"

… …

Reid había anticipado que éste sería su pedido, y sin embargo dudó… Era cierto, JJ tenía una ventaja natural: Nunca, nadie, le negaba nada. ¡No!, ¡no se trataba de eso!... Más bien, él no era capaz de negarle nada... Pero esta era una parte de su vida que había reservado para él mismo.

Hasta hoy…

… …

Ella lo seguía observando.

Comenzó a alzarse la camiseta hasta llegar a la marca. JJ se acercó.

Sus labios se movieron sobre las palabras mientras susurraba: "El amor es nuestro verdadero destino. No encontramos el sentido de la vida solos, lo encontramos junto a alguien más."Levantó la vista y encontró sus ojos avellanos. "¿Maeve?"

Reid asintió, entre afligido y perturbado.

Él no dejaba que nadie se acercara al libro donde Maeve había escrito aquella cita y, ciertamente, no había hablado de la referencia de Merton que ella le dejó como su última voluntad. Tampoco había imaginado que sería a través de una desconocida que le tocaría revivir el día en que la había perdido… A ella, su Maeve… La mujer con quien soñó un futuro…

¡No!... Él no estaba acostumbrado a ventilar esta parte de su vida con nadie…

Pero esta era JJ. Su mejor amiga… Y JJ lo conocía en sus mejores y peores…

Más allá de sus silencios.

"Es irracional si lo piensas" comenzó a decir, o más bien a murmurar, "tengo memoria fotográfica y es imposible que lo olvide" sacudió la cabeza como si se quisiera aclarar, "pero yo necesitaba recordármelo… Recordar que la vida no terminó ahí… Que sigo vivo… Que si en verdad existe el destino, debo encontrar a la persona con quien voy a compartirlo… Me había ilusionado con tener una familia con ella, nuestros propios hijos… Todavía deseo eso… Y creo que a ella le hubiese gustado que yo siguiera viviendo mi vida, a pesar de su…"

Jennifer dio un paso más cerca. "¡Spence!"

Con la mención de su nombre, Reid se detuvo. Pareció que iba a bloquearse y JJ casi entró en pánico. Su atención dividida entre los ojos tristes de él y el pecho masculino que ahora oscilaba con fuerza. Sus músculos firmes, sorprendentemente bien tonificados. Y las letras negras que destacaban en agudo contraste con su tez blanca.

No pudo evitarlo.

Sus dedos parecieron tener voluntad propia y tomaron la decisión de acariciar el sitio donde estaba su corazón, donde tenía aquella marca.

Ahora, él fue quien se estremeció al contacto. Saliendo de su repentino estupor.

… …

De pie, tan próximos, se hizo consciente de cuan alto era. No solía pensar en él como en un hombre hecho y derecho, se empeñaba en mirarlo como a un hermano… Un hermano confiable y pequeño, que necesita de alguien que interpretara el mundo para él… Al menos en lo superfluo… En lo social…

Pero ese Reid no era el que estaba ahora ahí, frente a ella. Con el que estaba ahora, tenía un aspecto, si se quiere: Salvaje, primitivo. Estaba siendo un hombre, sólo eso: Un hombre… Uno que se alzaba sobre ella: Tan alto como Hotch, quizás más alto que Morgan.

¿Por qué no lo noté antes? ¿Es por qué no actúa como un macho alfa y eso lo hace parecer más pequeño?... ¿Inocente?... ¿Qué significa eso?… Por qué, de repente, estoy cayendo en cuenta que no es ningún niñito… ¿Fue por Maeve?

… …

La cabeza de él se hundió hacia abajo. ¡Estaba temblando!... Y no era un simple escalofrío sino un verdadero temblor. Jennifer le acomodó mejor la camiseta y lo abrazó con fuerza… Se dijo en su mente que era sólo para darle calor...

… …

No era la primera vez que se abrazaban, ¡no, señor!

Si bien era cierto que Reid nunca fue el más contributivo en lo que se refiere al contacto cuerpo a cuerpo, tratándose de ella, siempre era un participante muy dispuesto a esta forma de acercamiento físico. Abrazarse con JJ se había convertido para él en la cosa más natural del mundo.

Con la cara enterrada en el cuello de la rubia finalmente admitió su pena, "se parecía tanto a ella… No pude salvarla"

"¡Oh, por Dios!... Deja de pensar como un ignoto" se dijo a sí misma. Hablando para él susurró: "No… Spence" lo apretó contra sí y le acarició la espalda. "Ya pasó, no fue tu culpa… No te hagas eso, por favor"

Las manos de él habían vagado hasta alcanzar la cintura de JJ y la envolvió en silencio, permitiéndose llorar.

… …

Esta no era la primera vez que ella le ofrecía consuelo. Pero si era la primera vez que lo veía como algo más que a su pequeño hermano, perdido y roto: Sabía que a quien tenía entre sus brazos no era a ningún niñito frágil, sino a un hombre muy hombre que había sobrevivido a mucho.

Y fue imposible para ella obviar el aroma de su piel mezclado con su perfume, tan limpio y masculino…

Todo eso teñido por el hedor metálico e inconfundible de la sangre.

… …

La puerta se abrió de golpe dejando entrar el sonido estridente que provenía del mesón de mezclas del Dj. Sus pechos vibraron, haciéndolos separar abruptamente. El borracho que había entrado, al verlos juntos ahí, interpretó la situación y decidió marcharse por donde mismo había llegado.

Él se frotó las manos por la cara y la miró con una expresión de serenidad largamente ensayada. "Será mejor que regresemos con los demás"

Ella quiso preguntarle si se encontraba bien, pero pensó que iba a enfrentarlo a una respuesta complicada. También quiso saber si prefería volver directamente al hotel, y que se quedara con él, pero estaba segura que, una vez superada la vulnerabilidad inicial, su orgullo se antepondría, cerrándose a todos, incluso a ella.

No preguntó nada. Y no era algo nuevo.

Desde días atrás, JJ ya venía almacenando preguntas en su cabeza, basadas en las emociones que vio talladas en su rostro desde el momento mismo en que se presentó en el tablón de víctimas la fotografía de la chica que acaban de perder -y que tenía un abrumante parecido con Maeve.- Con el resultado de esta noche, esas dudas era mejor dejarlas sin respuesta. Por lo tanto, cuando estaban a solas en el coche, de regreso al hotel, le hizo la única pregunta no relacionada con la mujer que acaba de morir en sus brazos. "¿Cuándo te lo hiciste?" su voz sonó baja, la mirada firme en la carretera… ¡Sí!, era mejor así… No podía verlo a la cara, porque si ella lo miraba, no estaba segura de poder controlar su necesidad de abrazarlo.

¿Necesidad?

Reid desvió la vista a su propio modo. "Hace diez meses, exactamente. Cuando creí que era el momento de avanzar… Y, al mismo tiempo, no tenía intención de olvidarla"... Lo dijo con tanta sencillez, como si aquella herida sangrante ya estuviese completamente curada.

Ella lo conocía mejor, pero no pudo decir nada: Un nudo se le formó en la garganta al recordar que acababa de sostenerlo mientras lloraba, viéndolo revivir uno de los peores momentos de su vida… Aunque él quisiera pretender ante ella que ya no le dolía, JJ sabía que el dolor estaba ahí y tal vez nunca lo dejaría… Como su propio dolor por aquel hijo que perdió antes de poder acunarlo tan solo una vez

Y de un modo extraño, sus pensamientos hicieron un recorrido hacía las torturas televisadas de Hankel, la escena horrible cuando lo consiguieron tumbado en el césped con su rodilla herida o la imagen de su cuerpo tendido en el asfalto con un disparo en el cuello… No lo hizo conscientemente, pero sacudió la cabeza y apretó un poco el acelerador al traer a su mente todas y cada una de las situaciones por las que el hombre junto a ella había pasado.

¿Qué hizo él para merecerlo? El maltrato juvenil por su extraordinario intelecto, el estrés constante por su madre enferma, el abandono de su padre…

Spencer había notado el cambio de velocidad del vehículo y su cambio de humor, "¡hey!", le susurró, recordándole su presencia. De seguido, metió la mano y le apartó una lágrima que involuntariamente escapó de sus ojos azules. "No JJ… No llores… No por mí. Nunca llores por mí, ¿de acuerdo?"

Ella resopló y asintió. "Por supuesto, sabe que es por él" se reprochó en su cabeza por no haber podido contenerse de su estallido. Para él sólo dijo "lo sé, Spence… Lo siento…"

Él se hundió en el asiento y respiró hondo. Se cruzó de brazos y se quedó muy quieto.

La luz roja del semáforo le permitió dar un vistazo sobre su acompañante… Y de repente... Él estaba de vuelta. El Reid normal estaba de vuelta. El sereno y tranquilo Spencer Reid que ella conocía y al cual se sentía tan cercana.

Su hermano pequeño estaba de nuevo ahí.

El hombre que creyó haber descubierto minutos antes se había esfumado.

El hechizo se rompió.

… … …

Cuando llegaron a su destino, y el coche estaba aparcado, Spencer se pasó una mano por el pelo mojado, antes de alargar el brazo para tomarla del codo. "Gracias, JJ", dijo

Jennifer le ofreció un guiño "siempre, Spence… Si no, ¿para qué sirven los amigos?"

"Por cierto… ¿De quién es la camisa que estoy usando?"

"De Hotch"

"¡Claro!… Por eso me queda enorme". Él hizo un intento por bromear al estirar la tela y demostrar que no le entallaba y que le faltaba mucho para poderla rellenar: En sentido real y figurado

Ella reaccionó con una sonrisa

Hubo una pausa en la que se quedaron viéndose el uno al otro, sin decir nada. Tras varios segundos, ambos se giraron para abrir sus respectivas puertas y salir del vehículo.

Entonces, él suspiró "Jennifer…" comenzó a hablar, con cierta vacilación en la voz

«¿Jennifer? ¡¿En serio Spence?! ¿Por qué me llamas así?» ella pensó. En voz alta le dijo "¿Sí?"

Reid se volvió para encontrar que ella ya esperaba en él, con algo de aprensión. Sus ojos volvieron a humedecerse cuando bajó la vista en dirección de su pecho, a donde sabían que tenía el tatuaje. "Que quede entre nosotros"

Ella le dio una sonrisa pequeña y un asentimiento. Había sido lo mismo que le había pedido días atrás, cuando hablaron en el recinto policial, a puertas cerradas…

Cuando le contó sobre su aborto en Afganistán…


Nota de autor:

Esta historia es sólo un ejercicio creativo, de adaptación y traducción que he realizado por encontrarme en un período de gran estrés profesional. Me disculpo de antemano por sus deficiencias y agradezco su retroalimentación a fines de mejorar el proceso de escritura