Nota: Este fue un reto impuesto por mi socia 8D. Un párrafo Tyki x Allen que mientras lo escribía resultó ser un poquito más de un párrafo (?) y mutó en drabble.
Adevertencias: Violación, angst, sadismo, muchas metáforas extrañas (?). Nada demasiado explícito, pero fuerte.
Sin más, espero que disfruten esta cosa retorcida de mi maginación~
La luz y la oscuridad son dos entes tan opuestos que su mutua dependencia puede resultar una ironía cruel. Porque es el resplandor quien causa las sombras, y finalmente, las sombras quienes lo absorben en su ciego mundo.
Ciego de esperanzas, de vida, incluso de razón. ¿Cómo podría conservarla? La ha perdido, pensar en su pecado es sólo más patético. En esta obra, lo lógica es hiriente, la moral un suplicio. Pero lo que más duele, son esas manos. Esas manos ásperas, expertas en su fechoría, enardecidas en su malicia, exquisitas en su lujuria. Le reclaman impetuosas, como si tuviesen derecho absoluto sobre ese trozo de carne que tiembla de rabia ante cada centímetro que el tacto se profundiza.
Tiembla de rabia, pero también de miedo.
Miedo a que ese tormento pierda su nombre. Miedo a la electricidad que cada poro de su cuerpo se está viendo obligado a disfrutar. Se siente sucio, corrupto, atrapado.
En momentos como ese, ¿dónde estaba Dios?
Riéndose de su debilidad, deleitándose, tal vez, de su impúdico espectáculo, en su cómodo lugar desde el palco presidencial.
Esa sonrisa amable, esas expresivas orbes plata; sucumben ante las lacerantes caricias, ante cada estocada que le desgarra por dentro. Y los gritos de horror se vuelven una excusa para ocultar la maldita fruición que es más grande que su propia voluntad. Una vez, y otra, y otra, es penetrado con crueldad y su voz se quiebra, sus uñas resquebrajan con desesperación la superficie.
Sólo ruega que termine, sólo clama por dejar de ver esa curvatura en los labios ajenos que se ensalzan en una inclemente lascivia y aprisionan los suyos con desenfreno.
Pero rogar no es suficiente.
Es sólo un conjuro, un escape. Una actuación.
Porque le enloquece.
Quiere hundirse en esas sombras y perderse en ellas.
Porque después de todo, la claridad del día se ha desvanecido con el ocaso.
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