Bienvenidas, los personajes de Twilight no me pertenecen, la historia es de Tatyperry, solo me adjudico la traducción.
Canción del capítulo:
Hiding My Heart Away - Adele
DISFRÚTENLO
Hiding My Heart Away
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No necesitaba cerrar los ojos o hacer cualquier tipo de esfuerzo para recordar aquel día. Para acordarme de la morena con rostro en forma de corazón y los ojos más profundos que vi en toda mi vida, que trajo un poco de luz al día que, por una ironía del destino, debía olvidar, pero simplemente no podía. La morena que, hace exactos seis meses, le dio a mi vida un giro de 180° y me trajo hasta aquí, de regreso a mi casa, a mi familia y a todo aquello que por tanto tiempo renegué.
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This is how the story went
I met someone by accident,
That blew me away
That blew me away
It was in the darkest of my days
When you took my sorrow and you took my pain
And buried them away
You buried them away
I wish I could lay down beside you
When the day is done
And wake up to your face against the morning sun
But like everything I've ever known
You'll disappear one day
So I'll spend my whole life hiding my heart away
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Miraba hacia la botella a la mitad de whisky en mi mano y me preguntaba cuándo todo había comenzado a desmoronarse en mi cabeza. Por alguna estúpida convención de sociedad, ese sería el día más feliz de mi vida, pero estaba mostrándose como el peor de todos. O el segundo peor, comparado con aquella mañana lluviosa de hace tres años. La mirada de decepción de mi padre y de mis dos hermanos, y el llanto de mi madre nunca me permitirían olvidar aquel viernes, por más que intentara convencerme de lo contrario.
Estaba tan perdido en mis recuerdos y lamentaciones que no me di cuenta de la presencia de ellas cerca al lugar donde me encontraba sentado, de traje, bajo un árbol cualquiera en el Hyde Park, con los brazos alrededor de las rodillas, y una botella por la mitad en una de mis manos. Solo sentí cuando algo golpeó mi mano, regando el líquido amargo sobre mí. ¿Qué era eso, el día en el que todo salía mal en la vida de Edward Cullen?
Alcé mi rostro a tiempo de ver a una niñita de no más de dos años, mirando de mí a pelota que se alejaba rodando por la hierba, con una carita desconfiada, la frente arrugada y los ojitos medio cerrados como si no supiese bien qué hacer. Era linda, con el cabello castaño cayendo en risos por su rostro y la piel blanca, donde sus ojos chocolate destacaban, vestida con un vestidito lila que dejaba parte de sus regordetas piernas a la vista. Y por más desastroso que el día estuviera, pude sentir a mis labios intentando arrancar la primera sonrisa genuina desde que me levanté esa mañana.
―¡Ay, Sophia, mira lo que hiciste! ― dijo una chica, acercándose, haciendo que la niña se girara asustada y perdiera el equilibrio durante el movimiento. Habría caído sentada en medio del pasto si no hubiese extendido mis brazos para sostenerla.
No podía negar que la mujer, que ahora estaba arrodillada frente a mí, mirando de mí a la pequeña que ahora abría una inmensa sonrisa ―mostrando sus hoyuelos― era la madre de la pequeña. Podía ver claramente de dónde la niña había heredado su belleza.
―Solo mira tú pantalón, está todo mojado ―dijo, dándome una sonrisa tímida antes de mirar hacia la botella tirada a mi lado y regresar su mirada a mí, levemente con desconfianza―. No te preocupes, voy a comprar otra botella para ti, a pesar de creer que no deberías estar bebiendo tan temprano ―prácticamente susurró la última parte, como si no fuera para que yo la escuchara―. Ven, Sophia ―dijo levantándose antes de alzar a la pequeña en su regazo y girarse nuevamente hacia mí―. Por favor, espera aquí, no demoro.
―Hey… Espera ―dije, colocándome en pié y corriendo para alcanzarlas―. No necesitas hacer eso. Ya debo estar yéndome a casa. Al fin de cuentas tienes razón, no debo estar bebiendo tan temprano. A pesar de que, en mi defensa, me gustaría decir que aún no he dormido, entonces para mí aún es ayer.
Medio sonrió, pero pareció cambiar de idea en medio del camino, regresando a mirarme una vez más―. Disculpa, no tengo nada que ver con tu vida, no debí haber dicho aquello.
―No te preocupes. Quién sabe, si escuchara más a las personas no cometería tantas estupideces ―me vi hablando, sin saber bien el porqué de haber expresado ese pensamiento―. Por cierto… me llamo Edward ―dije, extendiendo mi mano.
―Eh… Isabella, pero, por favor, llámame Bella. Y la muñequita que causó todo este estrago es Sophia.
Al ver que la madre hablaba de ella, la pequeña niña se giró, sonriendo una vez más. Y me vi pensando en cómo hasta hace muy poco tiempo estaba loco por tener un hijo, pero hasta ese sueño Tanya lo había sacado de mí, convenciéndome que un niño solo dificultaría nuestras vidas. Ese pensamiento me hizo cerrar los puños a mis costados, al mismo tiempo en que sentía la rabia consumiendo todo mi cuerpo. ¿Cómo pude ser tan estúpido? Pensé mientras apretaba los ojos con fuerza. Pero la sensación de una mano calentita acariciando mis puños me hizo abrir los ojos inmediatamente, solo para encontrarme de frente con aquella mirada profunda una vez más. Era como si Sophia supiera que solo necesitaba de alguien a quien realmente le importara. Hace tanto tiempo que no sabía qué era eso…
―Gracias princesa ―dije, tomando su pequeña mano y depositando un beso ahí, arrancándole una pequeña carcajada.
―A ella parece que le gustas ―dijo Bella, observando nuestra interacción.
―Es una nena linda.
―En ese punto tengo que concordar ―dijo, apartando unos mechones que insistían en caer por la frente de la niña.
Un pequeño silencio se extendió sobre nosotros, interrumpido apenas por las risas de Sophia, que parecía divertirse viendo a los pájaros sobre los árboles.
―Bien, ¿estás seguro que no quieres que te compre otra botella? No me cuesta nada…
―No, está bien, no es necesario.
―Ok, entonces, creo que es mejor que nos vayamos. Dile adiós al joven, Sophia.
―Ow ―dijo ella, girándose y mostrándome sus hoyuelos una vez más. Sacando risas mías y de su madre.
―Chao, princesa. Chao, Bella.
Sophia continuaba girando su rostro, mirándome mientras las dos se alejaban. Y antes de que lograra entender qué estaba haciendo, ya estaba corriendo detrás de ellas.
―Eh… ¡Bella, espera! ¿Será que puedo invitarte a un café?
Pareció un poco sorprendida con la invitación, mirándome por algunos instantes antes de mirar la hora en el reloj y, finalmente, asentir con la cabeza.
―Está bien, ¿pero podría ser en Kings Cross? Necesito tomar el próximo tren hacia Leeds ―respondió, mordiéndose el labio inferior.
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Dropped you off at the train station
And put a kiss on top of your head
I watched you wave
I watched you wave
Then I went on home to my skyscrapers
Neon lights and waiting papers
That I call home
I call it home
I wish I could lay down beside you
When the day is done
And wake up to your face against the morning sun
But like everything I've ever known
You'll disappear one day
So I'll spend my whole life hiding my heart away
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―Y entonces me vi embarazada, sola y sin trabajo. Fue difícil al principio, pero terminé descubriéndome más fuerte de lo que suponía que era. Y claro que hay momentos en el que siento me hace falta tener a alguien para que me ayude con Sophia, pera enorgullecerse conmigo, pero creo que las relaciones están sobrevaloradas. Es bueno tener a alguien para compartir las cosas, pero creo que somos totalmente capaces de estar así como estamos. No soy una persona sola por no tener marido. Estoy mucho mejor sin el papá de ella de lo que estaría si estuviese a mi lado. Aprendí eso de la peor manera posible, pero finalmente… aprendí, y hoy mi corazón no está abierto para cualquiera. Esto lo dijeron en una película, sin embargo es muy cierto: "Ese concepto es absurdo. ¡La idea de que solo podemos estar completos con otra persona es terrible!* ―dijo Bella, tomando un largo trago de café que el mesero acababa de traer.
Optamos por irnos caminando hasta la estación, luego de terminar con nuestro café. La distancia no era mucha, y así podíamos aprovechar el agradable clima que hacía en la capital inglesa y conversaríamos un poco más, lo que se mostró ser algo extremadamente fácil entre nosotros. Sophia apuntaba hacia los autobuses, hacia los barcos del Támesis y, a veces, aplaudía como si quisiera llamar nuestra atención hacia ella, cuando estábamos demasiado concentrados en nosotros mismos.
Estaba a punto de comentar cuán estúpido debió ser el tipo para dejarla abandonada y por nunca haber querido ver aquella sonrisa todavía sin dientes que hacía a mi corazón hincharse en mi pecho, cuando su celular sonó. No quería ponerle atención a la conversa, entonces me giré hacia Sophia, haciéndole cosquillas en su barriguita. Pero fue imposible no oír parte de lo que hablaba.
―No mamá, aún estoy en Londres.
…
―Conocí a un chico en el parque mientras paseaba con Sophia y estoy aquí, tomando un café en la estación. Debemos tomar el próximo tren.
…
―¡Mamá! ―prácticamente grito, haciendo que todos alrededor la miraran mientras sus mejillas asumían un todo rosa.
…
―Ya, ya… cuando tome el tren te llamo avisando.
…
―Era mi mamá ―dijo Bella, guardando su celular en el bolsillo―. Ella tiende a preocuparse cuando vengo a Londres sola con Sophia.
―¿Encontró mal que estuvieras sola conmigo?
―¿Mi mamá? Ah, no… ella sabe que me se cuidar.
―¿Puedo preguntarte entonces qué te dijo que te dejó así, tan sonrojada?
―¿Puedo preguntarte qué sucedió para que tu hayas estado bebiendo solo en el parque, corriendo el riesgo de ser apresado? ―preguntó mientras fingía arreglar algo en la ropa de la pequeña niña a su lado, como si estuviese avergonzada.
―Me iba a casar hoy ―dije, cerrando los ojos y sintiendo el calor del chocolate caliente llenar mi cuerpo―: estaba completamente ciego por ella. Nos conocimos en la facultad y luego estábamos compartiendo más que información sobre las materias que teníamos en común.
Bella me miraba con atención genuina, como si realmente estuviese interesada en aquello, mientras Sophia se divertía desmoronando los scones que habíamos pedido.
«En la navidad de hace tres años, la llevé a mi casa para presentarla a mis padres y hermanos, y no necesitó ni de 24 horas completas para que a ellos no les agradara. Solo sabía hablar de cuán grande era la casa, los dos carros en el garaje, las obras de arte de mi mamá… y mi papá intentó alertarme, diciéndome que era una oportunista, pero no lo escuché. Hasta que mi hermana apareció en la escalera, arrastrando a Tanya por los cabellos, armando un escándalo, diciendo que la había encontrado encima de su marido. ―Me detuve, tomando un sorbo más de chocolate, sintiendo a mis ojos ardiendo mientras desviaba la mirada de aquellas orbes chocolate que parecían incendiarme. Aquella imagen aún estaba muy viva en mi memoria.
―¿Y qué dijo ella? ―preguntó Bella, intentando darme fuerzas para continuar.
―La llevé al jardín para pedirle explicaciones y dijo que todo no pasaba de un malentendido. Que estaba oscuro cuando entró al cuarto y que creía que ese era mi cuarto, y que era yo acostado ahí. Claro que fui el único idiota que caí en sus explicaciones. Continuamos ahí, pero no había ya ánimos para la Navidad. Al día siguiente, después de una nueva discusión, esta vez con mi cuñada, Tanya entró al cuarto bufando y me dio a escoger. O ella o mi familia.
―Oh Dios mío, Edward, no me digas que… ―dijo Bella con la mano en la boca, pareciendo horrorizada con lo que le acababa de contar.
―La dejé arreglando las maletas y fui hasta la oficina de papá, a reclamar la parte de la herencia que mi abuelo me había dejado. Poco después de que mi papá me hiciera un cheque dejé la casa bajo las miradas reprobatorias de mis hermanos y del llanto de mi madre, sin mirar atrás.
Podía sentir a las lágrimas que por tanto tiempo las detuve empapar mi rostro. Años de culpa, tristeza y la nostalgia invadiéndome y, esta vez, no tenía por qué hacerme el fuerte. De pronto, sentí dos manitas en rodilla y, al abrir los ojos y mirar hacia abajo, vi que Sophia había salido de los brazos de su madre y me extendía sus bracitos. Así que atendí a su pedido silencioso, ella pasó los brazos alrededor de mi cuello en un abrazo apretado, dejándome aún más emocionado.
―¿Y por qué no te casaste con ella? ―preguntó Bella, viendo que estaba más calmado.
―Anoche, al salir de mi despedida de soltero, decidí sorprenderla e ir hasta su casa. Me había dicho que no iba a hacer nada y no se había mostrado muy feliz con la idea de que saliera con los tipos de mi oficina. Quería tener la seguridad de que todo estaba realmente bien entre nosotros y quería mostrarle que no había hecho nada malo. Pero no necesité dar más que dos pasos en el corredor para oír los gemidos que venían de su cuarto. No quería creer en mis ojos al abrir la puerta del cuarto. Ella estaba en la cama, con uno de los gerentes de la oficina de arquitectos donde ella trabaja y, por la manera cómo gemía y se tocaban, esa no era la primera vez ―dije, golpeando mi mano en la mesa, haciendo que Sophia alzara la cabeza, mirándome con la frente fruncida.
―Lo siento mucho, Edward. Pero volviendo a aquello que te dije antes. Por esa idea de que debemos tener a alguien, que debemos encontrar un amor, acabamos cegándonos hacia lo que está a nuestro alrededor. Todas las señales estaban delante de tus ojos, pero te reusaste a verlas. Porque al hacerlo, tenías que admitir tus errores y por eso quedarías solo nuevamente.
―Sí, lo sé. Tal vez estés en lo cierto. Pero siempre fui del tipo que se tira de cabeza en cualquier cosa, y en las relaciones nuca fue diferente. Por eso tal vez siempre me lastimé tanto al darme cuenta que mis novias no se comprometían tanto como yo.
―Ahí está tu error. No podemos hacer algo esperando que el otro nos pague con la misma moneda. No podemos esperar amor incondicional, Edward. Eso solo nuestra familia nos da, y rechazaste eso sin pensarlo dos veces.
―"Tenía un mejor concepto de mí, ¿sabes? Quería encontrar eso aunque pasara por encima de mi honestidad. En ese momento, creí que quien yo era, de donde venía, nada de eso tenía importancia." ** Quería vivir, ser esa persona que ella me motivaba a ser. No me daba cuenta cuán egoísta y manipulable era ese Edward. Hasta en los momentos en que me detenía con los recuerdos, aún en toda mi arrogancia, encontraba una manera de apartarlos.
―Los recuerdos son muy buenos si la gente sabe lidiar con el pasado.
―Es una gran verdad.
―De nada ―dijo riendo, intentando claramente hacerme sonreír. Sophia pesaba en mi regazo, señal de que se había dormido.
El celular de Bella sonó, indicando que faltaba poco tiempo para su partida. Pagué por nuestro café y fuimos caminando a pasos lentos, ambos perdidos en sus propios pensamientos, hasta la plataforma de donde el tren hacia Leeds saldría. Sintiendo a mi corazón pesado, dejé un pequeño beso en la mejilla de la pequeña, dormida como un ángel en mis brazos, antes de entregarla de vuelta a la morena frente a mí.
―¿Sabes lo que creo, Edward? ―preguntó, girándose en la puerta del vagón y mirándome con intensidad―. Creo que debes dar el primer paso. ¿Sabes? Buscar a tu familia nuevamente, contarles todo esto a ellos, mostrarles que aprendiste la lección y pedir perdón por todo el sufrimiento que les causaste. Por más que crea que siempre herimos a las personas por desear andar con nuestras propias piernas. Hace parte de la vida. Pero puedo apostar que todos los días, tu mamá y papá, miran hacia la puerta, esperando por el momento en que el hijo pródigo regrese.
―No lo sé… los lastimé demasiado.
―Claro que sí, Edward, y cada día que continúas lejos los lastimas un poco más. Pruébalo. Ya perdiste todo, cualquier cosa que venga de regreso es ganancia.
―Gracias, Bella ―dije abrazándola y depositando un beso en el tope de su cabeza.
―¿Por qué?
―Por haberme abierto los ojos y por haber transformado este horrible día en uno de aquellos que estará para siempre en mi memoria.
Solo sonrió y asintió con la cabeza antes de girarse nuevamente, buscando su lugar. Permanecí parado cerca de la ventana de su compartimiento hasta que el tren comenzó a andar, lentamente, agitando mi mano hasta que desaparecieron de mi vista. Todavía permanecí parado ahí por un buen tiempo, repasando todos los eventos de ese día, todas sus palabras, hasta tomar la decisión que mi corazón había tomado incluso antes que mi razón se diera cuenta. Atravesé corriendo la plataforma, sorteando a los pasajeros que buscaban sus caminos, entré a la sala principal de la estación y caminé hasta estar delante de uno de los taquilleros.
―¿A qué hora sale el próximo tren a Newcastle?
―Dentro de 30 minutos.
―Quiero un tiquete.
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I woke up feeling heavy hearted
I'm going back to where I started
The morning rain
The morning rain
Now though I wish that you were here
That same old road that brought me here
Is calling me home
Is calling me home
I wish I could lay down beside you
When the day is done
And wake up to your face against the morning sun
But like everything I've ever known
You'll disappear one day
So I'll spend my whole life hiding my heart away
And I can't spend my whole life hiding my heart away
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―¿Qué estás haciendo ahí sentado mirando a la nada, Edward? ―mi hermana Alice preguntó, sentándose a mi lado con una expresión desconfiada.
Diferente de mis padres, que me recibieron de vuelta como si aquellos tres años no hubiesen existido, Alice y Emmett se mostraron más reacios. Ellos parecían temer que decepcionara a nuestros padres una vez más. Se encargaron de hacerme sentir culpable por el estado casi vegetativo en que nuestra madre quedó los primeros meses, y sabía que esa sería solo una más de las culpas que cargaría para siempre. Así como el haber dejado que Bella y Sophia tomaran ese tren sin al menos pedir su teléfono o cualquier otra cosa.
―Nada, Ali, solo pensando en que iré a Ledds el fin de semana.
―¿Leeds? ¿Qué tienes que hacer allá?
―Realmente no lo sé. Pero espero sea un reinicio.
* y ** Hacen parte de la película: Antes del Atardecer.
. La canción que aparece en mitad del capítulo es de Adele, colocaré el link y traducción en el grupo de Facebook.
Obrigada demais, Taty.
Hasta aquí llego, por hoy. ¿Qué les pareció? Espero les haya gustado tanto como a mí, espero sus opiniones con ansias.
Este fic estaba pensado como OS, sin embargo, hay un bonus y dos outtake, los publicaré pasando una semana.
Muchas gracias por leer hasta aquí.
Tengo un grupo en Facebook, invitación abierta a quien desee unirse. Link en mi perfil.
Nos leemos pronto.
Beijos
Merce
