Título: Our Bloody and Deadly Love
Pareja: JoKer o UsUk OwO
Capítulos: (de nuevo este dilema -.-u) Bueno será pasional e intenso, así que estipulo unos 10 capítulos.
Disclaimer: Hetalia no me pertenece Dx
Advertencia: Puede que al principio a alguien le parezca medio Twilight pero terminen de leer todo antes de decirme algo ¬¬
By Ray H. Kirkland
Our Bloody and Deadly Love
...
Parecía que estaba destinado a dar con aquel lugar, que me toparía con el peligro del que debería estar alejándome; que al mismo tiempo que me invadía una sensación de terror y pánico, la fascinación y el estupor me sobrecogieran...
Que acabaría siendo arrastrado a lo que cualquiera llamaría una pesadilla viviente, pero que para mi fue un sueño tan sublime y deleitable del que jamás me arrepentiría...
...Aun cuando mi vida estaba apunto de acabar de una forma que nunca hubiera creído, ni querido...
"Te amaré siempre" –susurré antes de que los portones se abrieran dando paso a mi cruel asesino…
...
"No olvides nunca que el primer beso no se da con la boca, sin con los ojos"
-OK Bernhardt-
Chapter One
How it all started
Como cualquier mañana, el pueblo de Castle Combe, amaneció para encontrarse con el cielo encapotado como siempre, una brisa helada proveniente de las montañas heló a los primeros transeúntes y comerciantes, con el tiempo las calles se llenaron de su típica población, rezagada y calmada. En la plaza central del pueblo habían puesto un anuncio enorme de color rojo escarlata con las letras blancas y un símbolo dorado. Había anuncios similares por casi todo el pueblo; algunos se acercaban para leerlos. Aunque la gran mayoría ya sabía que decían, los habían visto tantas veces.
En una mansión, lejos del centro del pueblo donde estaba casi todo el movimiento, en una calle con altos árboles cuyas hojas ya amarillentas comenzaban a caer, un muchacho despertó algo cansado. Su nombre; Arthur Kirkland, el segundo hijo mayor de la familia Kirkland, de 19 años, había heredado el cabello rubio y los ojos verdes de su madre, y tenía unas cejas de lo más espesas y llamativas. El muchacho que se había quedado despierto hasta tarde la noche anterior se levantó con pesadez y se acercó a la ventana para echarle un vistazo al clima, que era como cualquier otro día otoñal en el pueblecillo.
A veces extrañaba el cálido clima de París, sin embargo se sentía más cómodo ahí, en su tierra natal, en Inglaterra. A pesar de que la idea era que ahí se enliste para ser parte de la Armada, como su hermano mayor, había preferido volver a su tierra natal en Castle Combe, Wiltshire, Inglaterra, para llevar una vida más tranquila. Lo cual de cierta forma preocupó a su madre que trató de convencerlo que volviera a Francia, y su padre, por otra parte, se mostró hostil y molesto frente a su llegada hace ya muchos meses. Sin embargo Arthur estaba decidido a trabajar ahí y ganarse la vida ahí, sin importar si tenía el apoyo o no de su familia.
Se cambió lo más de prisa que pudo y bajó a desayunar. En el comedor solo estaban dos personas, el más pequeño de los hermanos Kirkland; Peter y su padre; William sentado a la cabeza de la mesa, el cabello castaño claro; al igual que la barba y el bigote, y sus ojos eran azules. Este le saludo apenas con una mirada y volvió a leer los papeles que tenía y Peter le saludo casi a gritos.
"No hagas bullicios Peter" –replicó su padre.
"P-perdón" –dijo el niño avergonzado.
"Señor Arthur, su desayuno" –dijo uno de los sirvientes dejándole una bandeja de comida.
"Gracias" –dijo Arthur y comenzó a comer en silencio y con calma, la verdad no tenía hambre.
"Oye Arthur" –le llamó su hermano menor sentándose a su lado.
"¿qué quieres?" –replicó el otro procurando no alterarse mucho por la presencia de su padre. Arthur perdía la paciencia con mucha facilidad, sobretodo con Peter, que llegaba a ser muy molesto.
"¿qué soñaste ayer?" –preguntó con avidez.
"¿Y para que dia...para qué quieres saber?" –rectificó.
"Para que me cuentes tu sueño y yo te cuento el mío" –dijo el niño como si Arthur fuera un idiota y le estuviera explicando algo de lo más simple.
"Ajá...bueno..." –Arthur trató de recordar algo de su sueño anterior, pero no era del todo bueno a la hora de recordar sus sueños. Sin embargo alcanzó a recordar un lugar inhóspito, las ramas de los árboles crujían, estaba solo, y vio una silueta que se le acercaba...
"¿Y bien?" –preguntó impaciente el niño.
"Ehh...no...No recuerdo bien...creo que era algo de la biblioteca" –dijo con lo primero que se le vino a la cabeza.
"¡Tú y tu biblioteca! ¿Es que no piensas en otra cosa?" –dijo Peter desilusionado.
"¡Me gusta y qué!" –replicó Arthur mientras tomaba su té, adoraba el té, siempre lo tomaba según su estado de animo, y generalmente le calmaba los nervios y lo relajaba. Justamente lo que necesitaba para empezar bien un día.
"bueno, a diferencia de ti yo soñé algo mucho mejor –dijo el niño con superioridad- verás soñaba que..." –pero Arthur no le prestó la más mínima atención, se puso a meditar sobre el sueño que había tenido.
Trató de recordar algo más, pero no lo logró, solo veía esa silueta –algo siniestra- acercarse. Por lo oscuro que estaba seguramente era de noche. A demás no reconocía el inhóspito lugar donde se encontraba ¿en un bosque? ¿Era el bosque que rodeaba el pueblo?
"...y así... ¿qué te parece?" –preguntó Peter con orgullo.
"Ahh...si...bien...bueno ya tengo que irme" –dijo levantándose de la mesa, ya había tomado su taza de té matutina.
"¿Me llevas a la biblioteca?" –preguntó Peter acercándosele. Desde que había llegado a casa de vuelta Peter había demostrado bastante interés en él, tal vez porque de todos los hermanos, era el único que se había revelado a su padre.
"¿Eh? ¿Quieres que me despidan o qué?...haces demasiada bulla y esa es una BI-BLIO-TE-CA" –dijo haciendo énfasis.
"Pero, pero..." –iba a replicar, cuando una mujer hermosa, de cabello rubio y ojos verdes entró. Era su madre, Elise.
"Arthur cielo, llévalo...le hará bien salir de la mansión de vez en cuando" –dijo con melodiosa voz.
"Madre... –Arthur no podía decirle 'no' a nada que le pidiera su madre, la quería mucho, después de todo había aceptado su elección de tener una vida 'tranquila'- e-está bien... ¡pero dile que se comporte!" –replicó rápidamente antes de volver a la escalera.
"¡Sii!" –exclamó el niño, Arthur alcanzó a oír como su padre le reprendía y luego a su madre pidiéndole que se comportara como es debido. Entró a su habitación, fue a su escritorio y metió en una bolsa algunos papeles y libros, agarró un abrigo y se lo puso y salió de vuelta al piso de abajo.
Le esperaban su madre sonriente y su hermano, ya con su abrigo, y entusiasmado, no salía mucho desde que les habían dado receso en la escuela.
"Recuerda portarte bien –dijo su madre con dulzura- y obedece a Arthur en todo"
"Lo haré, lo haré" –dijo desesperado.
"Arthur te lo encargo por favor" –dijo su madre entregándole una bolsita con algo de dinero, Arthur sonrió algo apenado, no le gustaba que le diera dinero, podía valerse por si mismo, pero no podía rechazar nada viniendo de su querida madre.
"Gracias... Lo haré –dijo sonriéndole de vuelta- no te preocupes"
Entonces su padre entró al vestíbulo con los papeles bajo el brazo.
"Tendré que salir para encontrarme con Scott –dijo mirando con severidad- al parecer hay otra alerta en el pueblo al otro lado del río" –explicó.
"¿Otra alerta? No creerás que pasen por aquí "–preguntó su madre con algo de temor.
"Lo dudo, el pueblo está bien protegido –dijo negando con la cabeza. Pero su esposa continuaba afligida- procuraré dejar una guardia en la calle"
"si...gracias" –dijo con una pequeña sonrisa.
"Arthur –se dirigió a su hijo con algo de brusquedad y desinterés- procura llegar temprano para cuidar de tu madre" –esa fue una orden.
"Si, lo haré" –respondió Arthur con sequedad, no había necesidad de que se lo ordenara.
"bien...yo me iré en unas horas...hasta entonces" –se despidió casi sin mirarlo.
"Hasta entonces...que les vaya bien –dijo secamente y extendió una mano a su hermano menor- vamos" –sentenció. Peter se acercó y tomó a su hermano de la mano, algo confundido por la reciente charla entre los adultos.
"no le causes problemas a tu hermano" –dijo su padre antes de desaparecer por un pasillo.
"no lo haré" –replicó el niño.
"Cuídense los dos, y no lleguen tarde" –dijo su madre con una sonrisa, ambos asintieron y salieron de la mansión. Arthur con paso algo apresurado molesto por la 'charla' con su padre, mientras Peter le trataba de seguir el paso. Cruzaron el pequeño jardín delante de la casa y cruzaron la reja, saliendo a la cale tapizada con hojas secas. Comenzaron a caminar en dirección al centro de la ciudad.
"Oye Arthur –dijo Peter que no podía contener la curiosidad- ¿De qué hablaban con nuestro padre? ¿Qué es eso de una alerta?"
"Se refieren a la Alerta de Vampiros –dijo tratando de deshacerse de la molestia- cuando uno entra en un pueblo o es detectado demasiado cerca de uno, lanzan un alerta en el pueblo para mantener precavidos a los habitantes y traen guardias de la Armada Y cuando hay un gran riesgo dan toques de queda y redoblan la seguridad"
"¿Ha pasado alguna vez aquí?" –preguntó Peter interesado en el tema.
"Tengo entendido que hace como 10 años hubo una alerta máxima, un vampiro había entrado al pueblo causado estragos…" –dijo haciendo memoria.
"¿Y lo mataron?"
"No, creo que consiguió escapar" –dijo Arthur.
"¿Cómo matas un vampiro?
"hmm...bueno depende de su procedencia –dijo mientras doblaban una calle para acercarse más a la plaza central- si ha sido mordido por otro vampiro se lo puede matar con la luz de sol, pero los de 'Pura Sangre' pueden caminar bajo la luz del sol, a eso solo se los puede matar quemándolos creo…"
"¿Y qué hay del agua bendita, y las cruces?" –preguntó el niño. Arthur bufó.
"Esas son solo creencias de la Iglesia, no son ciertas" –dijo algo divertido.
"¿y lo de la estaca en el corazón?"
"Ah, eso...pues creo que consigues hacerles cierto daño, pero a forma más eficiente de matarlos en la otra" –dijo recuperando su buen humor.
"Espera –dijo callándose y pensando- ¿significa que hay vampiros en el pueblo ese?"
"Lo más probable es que sí..." –dijo Arthur meditándolo.
"¿Y-y queda cerca de aquí?" –preguntó temeroso.
"No mucho, pero hablamos de vampiros, hasta donde sé pueden desplazarse muy rápidamente... –se percató de que había espantado a su hermano menor- p-pero la mayor parte de las veces las alertas son falsas" –se apresuró a decir.
"¿S-si?"
"Si, puesto que los vampiros no se atreven a atacar desde que la Armada se hizo más fuerte…solo atacan a viajeros" –dijo para calmarlo.
"¿si es una alerta realmente?"
"bueno..." –habían llegado a la plaza central, el gran anuncio rojo llamó la atención del niño que se soltó para ir a leerlo. Arthur se acercó con algo se curiosidad. Decía:
...
AVISO IMPORTANTE
En vista de las alertas de vampiros en pueblos no muy lejos de Castle Combe se ha decidido, por el bien de los habitantes lanzar una alerta clase B en todo el pueblo.
Recomendamos no quedarse hasta muy entrada la noche en las calles, y regresar lo más pronto a sus residencias.
Habrá guardias de la Armada patrullando por las calles, cualquier situación sospechosa deberá ser informada inmediatamente a ellos.
En caso de la intrusión de uno de ellos; se lanzará por todo el pueblo una alerta máxima de clase A, de ser escuchada esta, lo mejor es buscar un rápido refugio y esconderse hasta que se cese la alarma y sea seguro salir a las calles.
La Armada
...
Había un león dorado con una corona y una espada, el emblema de la Armada, donde su padre y su hermano mayor trabajaban.
"V-ves Arthur –dijo Peter- pueden venir"
"bueno, en caso de que vengan; lo mejor será dejárselo a los guardias" –dijo tomando de nuevo la mano de su hermano y reanudando su camino. Fueron por una calle algo llena.
"Tengo miedo" –dijo el niño temeroso de que en cualquier momento suene la alarma máxima.
"no tienes de qué preocuparte, ellos saben pelear con ellos" –dijo Arthur lanzándole una mirada de desprecio a un guardia que patrullaba con su uniforme rojo escarlata y con una espada enfundada y un arma de fuego.
"¿alguna vez has visto un vampiro?" –preguntó Peter.
"claro que no –dijo Arthur- la última alerta verdadera fue esa hace años, después no ha vuelto a pasar. Siempre eran falsas o ellos no entraban al pueblo.
"que alivio" –dijo Peter.
Por fin llegaron al trabajo de Arthur, una pequeña biblioteca en una calle no muy transitada. Arthur entró seguido de su hermano menor, que miraba por todas partes el lugar de trabajo que Arthur tanto disfrutaba. El recibidor era acogedor, había colgadores y un porta-paraguas. Si dirigieron detrás del escritorio donde había un sector con algunos libreros, un sofá y un perchero. Un anciano sonriente apareció entre los estantes de libros.
"¡Arthur llegaste!" –le saludó
"disculpe señor Reamer –dijo Arthur quitándose el abrigo y colgándolo en el perchero, Peter hizo lo mismo y saludo al anciano con entusiasmo.
"Hola, soy Peter" –dijo con entusiasmo.
"hola pequeño... ¿tu hermano menor?" –preguntó a Arthur.
"Así es, mi madre me pidió que lo trajera..." –dijo a modo de disculpa.
"no hay problema hijo, no hay problema" –dijo sonriente el señor Reamer.
"Entonces iré a continuar con la organización de ayer" –dijo Arthur más animado.
"Por favor...después en la tarde puedes quedarte aquí a recibir a los clientes" –dijo amablemente.
"Esta bien...vamos Peter" –le llamó.
"¿Puedo llevarme un libro?" –le preguntó el niño al anciano.
"claro, el que gustes –dijo el señor Reamer- ¿algún tema en particular?"
"De Vampiros" –dijo Peter con avidez.
Arthur suspiró y el Señor Reamer lo miró con sorpresa.
"¡Madre mía! Seguramente están al tanto de las alertas ¿no? Espérame un momento –se desapareció entre los estantes, y volvió después con un libro no muy grande y otro más pequeño, delgado y algo viejo- toma, este explica todo lo referente a ellos, y no es muy pesado. Y este es un registro...puede que te interese" –dijo entregándole los dos libros al sonriente niño.
"Gracias"
Arthur llevó a Peter por un pasillo detrás de una cortina, al otro lado había un cuarto abarrotado de libros y archivos, Había otro sofá algo viejo y una mesa amplia donde Arthur había dejado los libros que estaba organizando el día anterior. Peter se sentó en el sofá y se pudo a leer el libro, dejando de lado el registro pequeño. Arthur se sentó en la mesa, saco algunos papeles y se puso a trabajar con muchas ganas.
Las horas pasaron entre registros de libros y archivos, y páginas que explicaba todo lo referente a los bebedores de sangre. Hasta que el señor Reamer entró al cuartito, interrumpiendo a los hermanos.
"¿qué tal va Arthur?" –preguntó acercándose.
"Ya registré y reasigné casi todos los de la lista que me entregó –dijo con soltura Arthur- pero no estoy del todo seguro de donde acomodar estos" –dijo mostrándole unos señalados en una larga lista.
"Pero si has hecho un buen trabajo muchacho, más rápido y mejor de lo que yo lo hubiera hecho. Déjalo ahí, yo los reasignaré...ahora vayan a almorzar" –dijo con una sonrisa.
"Gracias –dijo Arthur y se restregó los ojos de tanto trabajar.
Salieron de la biblioteca a la calle, estaba ligeramente más soleado que en la mañana, pero las nubes no se retiraban. Caminaron hacia una restaurante donde Arthur siempre iba a comer, mientras esperaban la comida, Peter se puso a hablar de lo que había leído.
"Aun no se sabe exactamente de donde descendieron los vampiros, pero al parecer las familias más antiguas, fueron en otra época familia adineradas que pasaban desapercibidas entre los humanos, algunas llegaron a ser sanguinarias. Cuando descubrieron lo que realmente eran comenzaron a cazarlos, aunque en algunos territorios hicieron treguas contad de que no atacasen a los habitantes" –dijo emocionado.
"wow...jamás llegué a creer que te gustaría leer algo" –dijo Arthur con ironía.
"Es que los libros de la escuela son pesados y aburridos, en cambio en ese había guerras, persecuciones y es algo que me interesa" –se defendió el menor.
"Si... ¿y qué mas?" –a Arthur le alegró de cierta forma que su hermano menor este interesado en un libro, aunque sea de vampiros, un libro al fin y al cabo.
"Si, hablaban de algunas familias de vampiros de lo más antiguas, que fueron exterminadas por la Iglesia, por ejemplo está la Bonnefoy que es considerada una de las más peligrosas en Francia, por que les gustaba secuestrar a jóvenes mujeres, luego la Beilschmidt en Alemania, también era conocida, luego la Hedérvary en Hungría, y...a ver..."
"¿Alguna aquí en Inglaterra?" –preguntó Arthur mientras les traían su comida.
"¡Por supuesto! La Liddel, era una familia de vampiros pacífica pero aun así fue perseguida, y desapareció. Era la familia más importante y antigua, hay otras, pero no son tan prestigiosas" –dijo mientras comenzaba a comer.
Arthur comenzó a meditar sobre lo que su hermano recién le había contado, nunca antes se había visto atraído por ese tipo de temas, y ahora que salía a flote parecía interesarle.
Vampiros...
La verdad es que nunca se había detenido a pensar siquiera su existencia, de no haber sido porque había pruebas contundentes de que realmente existían semejantes criaturas, no habría creído en ellas. Hasta donde se había informado –no mucho- los vampiros eran fuertes, rápido e inteligentes, en sí podría decir que eran perfectos, hasta una gran belleza poseían, pero eran 'asesinos' por instinto, puesto que necesitaban de la sangre para sobrevivir, sino perderían sus cualidades o eso le habían explicado.
Otra razón por la que Arthur ignoraba el tema era por su padre, aquella persona con la que nunca se había llevado bien, este tenía una extraña obsesión por matar vampiros, siempre que daba un alerta de clase B partía de inmediato hacia el lugar. Cuando se sacaba el tema de los vampiros siempre demostraba repugnancia y desprecio. Y por otro lado su madre también parecía afectada por el tema, siempre que oía noticias relacionadas, se afligía y algunas veces la había visto llorar de angustia.
Por esas y otras razones, Arthur nunca les había dado importancia a los llamados bebedores de sangre, y ahora su hermano y la 'charla' son su padre en la mañana, le habían hecho interesarse por el tema.
Después del trabajo le pediría esos libros prestados al señor Reamer...
Un par de guardias se sentaron en una mesa cercana a ellos, Peter ni cuenta de dio, pero Arthur reconoció su uniforme escarlata y sus armas. Evitó mirarlos, por el desprecio que le tenía a la Armada, pero no pudo evitar escuchar su conversación, que era relacionada con los vampiros precisamente.
"Malditos chupasangres... no hacen otra cosa que causar problemas" –decía uno.
"Es verdad pero... Me pregunto ¿qué diablos quieren en este pueblo o en los alrededores?" –dijo el otro con cansancio.
"¿Eh?" –Arthur agudizó el oído.
"Si porque, las alertas son todas en pueblos que rodean a este, o en su alrededores...el Teniente Kirkland dice que su objetivo es este pueblo, donde él y su familia viven"
"¿y cómo diablos puede llegar a esa conclusión?"
"bueno, ya sabes que él está más que obsesionado con la matanza de los vampiros, pero desde que comenzó hace 10 años no ha encontrado a muchos, y esta vez sí se ha habido avistamientos reales, así que podríamos decir con certeza que nos enfrentamos realmente a una horda de vampiros" –dijo el otro.
"¿Y porqué tiene esa obsesión con los vampiros?"
"Nadie lo sabe con exactitud, pero creo que su familia se vio afectada en ese ataque hace ya 10 años...fue de Clase A" –a Arthur le hubiera encantado que hablaran más del asunto, el no sabía nada de lo que habían dicho anteriormente, y era una gran sorpresa para él. Pero cambiaron de tema.
"¿Y han identificado a alguno de los vampiros?"
"No, ya sabes que son muy escurridizos, pero tenemos una descripción de dos –Arthur prestó más atención, no vaya a ser que se crucen con ellos sin saberlo y los ataquen- alto, cabello rubio...ojos azules…"
"maldición casi todos son así...son 'perfectos'" –dijo usando un tono molesto.
"Este usa lentes al parecer…tal vez para parecer humano… y tiene una gran velocidad y fuerza, suponemos que es el líder de grupo...al parecer no tiene ningún don"
"Mejor así, ya es suficiente con que tengan gran velocidad y fuerza descomunal, es una jodida molestia que tengan esos dones raros" –dijo el otro molesto.
"También se ha visto a una mujer –continuó el otro- solo pudieron ver que tenía cabello castaño, pero nada más, igual de gran fuerza y velocidad, pero sin ningún don en particular..."
"Arthur... ¿Ya acabaste tu comida?" –preguntó Peter haciendo reaccionar al mayor.
"Ehh...no...Pero vamos" –dijo dejando su comida a medio acabar y levantándose.
Vampiros... ¿dones? ¿Fuerza descomunal? ¿Gran velocidad? ¿Un vampiro de ojos azules como los de su padre? ¿Su familia se vio afectada por le ataque de ese vampiro hace ya años? ¿Qué les hizo? ¿Qué paso hace 10 años antes de que lo enviaran a Francia? ¿Eso explicaría la obsesión de su padre? ¿Estaban acechando el pueblo? ¿Por qué decía eso su padre?...tantas preguntas y ninguna respuesta clara...
Tenía ganas de preguntarle a su madre acerca de lo que ocurrió hace años, pero podría asustarla o preocuparla...y su padre...ni se le ocurriría preguntarle...podría serlo último que hiciera...
Pero la curiosidad echaba chispas dentro de él; necesitaba saber con exactitud qué había pasado hace 10 años. Quería saberlo, tenía que ver con su familia después de todo...sobretodo por su madre...
Y también lo abrumaron la cantidad de datos sobre vampiros que ignoraba, como eso de los dones, jamás había escuchado que los vampiros poseyeran dones aparte de su velocidad y fuerza. Había muchas cosas que ignoraba acerca de los dichosos vampiros...
Cundo llegaron a la biblioteca encontraron a un oficial de la Armada hablando con el señor Reamer. Este les saludó algo nervioso y les dijo que le esperaran en el cuartito en la trastienda. Peter ni se interesó y volvió a leer el libro. A Arthur le entraron ganas de arrancarle el libro de las manos, pero en vez de eso agarró el registro que su hermano había dejado de lado.
En el pequeño libro viejo había registrado muchos ataques de vampiros de hace ya 50 años de otros pueblos de la región, explicando los ataques, describiendo al atacante y a la víctima. En algunos casos tenían que ver con grandes grupos de vampiros que atacaban casas y arrasaban con toda una familia. Se le hizo un nudo en el estómago de solo imaginarse un grupo atacando a su pequeña familia hace años. Pero estos ataques violentos acabaron hace unos 20 años aproximadamente, sin explicación alguna. Después de eso solo encontraba ataques de un solo individuo, ya más leves y menos violentos. Y cuando finalmente llegó a 10 años atrás, entró el señor Reamer, con el semblante algo serio. Arthur dejó de leer ni bien lo vio entrar, de pronto se extrañó por su extraña actitud ¿Por qué ocultaba el libro?
"Señor Reamer... ¿sucedió algo?" –preguntó.
"Ahh...no...Nada...solo era un viejo amigo...me estaba contando algunas...cosas..." –dijo aun con semblante serio.
"¿tiene que ver con las alertas de vampiros?" –preguntó Arthur expectante.
"Si, es respecto a las alertas en los pueblos vecinos...hubo un ataque esta madrugada, un niño ha sido atacado por un vampiro" –dijo entristecido.
"El pueblo al lado del rió" –dijo Arthur, esa no era una pregunta sino una afirmación.
"¿C-cómo lo sabes?" –preguntó sorprendido"
"Bueno es que...mi padre salió para allá esta mañana después de recibir un informe" –dijo con tono cansino.
"Ah claro...tu padre es un teniente de la Armada...a veces se me olvida –dijo algo desorientado- cierto, cierto...bueno sí, ha sido ahí, esta vez los han visto...espero que...espero que no vengan aquí" –dijo temeroso. Menos mal Peter estaba comenzando a dormirse y no prestaba atención a la conversación; sino estaría temblando.
"si...esperemos que no... –entonces a Arthur se le vino una buena idea- Señor Reamer...estuve...leyendo –mintió- y me enteré que...hubo un alerta Clase A en le pueblo...hace..."
"Hace 10 años sí...pero me temo que en ese entonces yo no me encontraba en el pueblo; había ido a Londres" –dijo con una pequeña sonrisa de disculpa.
"Ah...ya veo –dijo desilusionado- pero...no escucho nada sobresaliente..." –dejo la frase en el aire.
"Bueno, escuché que no hubieron muchos ataques, salvo...una familia...pero no rebelaron cual fue...puesto que todos estaban tan aterrados que nadie se preocupo salvo por si mismo"
"¿Y no sabe que familia fue?" –preguntó Arthur con el corazón palpitante.
"Pues no Arthur...como dije no lo rebelaron"
"Ya veo...disculpe que le moleste por estas cosas"
"A no claro que no Arthur, es entendible que quieras saber...con todas estas alertas alterando la tranquilidad...en fin...puedes ir a atender afuera, yo me quedaré aquí terminando el registro" –dijo acercándose a la mesa.
"De acuerdo –se acercó al niño que ya casi se quedaba dormido- vamos allá, así podrás dormir en el sofá" –le dijo mientras lo llevaba afuera.
"No tengo sueño" –replicó Peter, pero ni bien se echó en el sofá se puso a roncar.
Arthur aprovechó la situación para poder leer el libro que tenía junto con el pequeño registro. Dejó de lado el registro marcando donde se había quedado doblando la esquina de la hoja. Y se puso a leer el libro de vampiros. Llevaba un título sencillo y fácil: "Vampiros" Después del título, había una página con una frase de bienvenida a lector:
...
"No hay en todo el vasto mundo de espectros y demonios ninguna criatura tan terrible, ninguna tan temida y aborrecida, y aun así aureolada por un aterradora fascinación como el vampiro, que en sí mismo no es espectro ni demonio, pero comparte con ellos su naturaleza oscura y posee las misteriosas y terribles cualidades de ambos"
Reverendo Montague Summers (1)
...
Arthur releyó la frase una y otra vez, pensando en lo que describía; un ser similar a los espectros y demonios, terrible, temido, aborrecido...pero fascinante...ahí una prueba de la belleza de los vampiros...
Arthur comenzó a leer saltándose capítulos. Se pasó las teorías de sus orígenes, e historias de las familias más antiguas de vampiros, las persecuciones de la Iglesia, y llegó a un capítulo donde hablaban de sus características. Explicaban su gran velocidad, sus reflejos, su fuerza descomunal...descubrió que poseían los sentidos bastante desarrollados, podías sanar sus heridas, que tenían una excelente memoria, y que algunos, los de familias muy antiguas, podían desarrollar dones excepcionales por lo poderosa que era su sangre. Algunos podían controlar o leer la mente de los otros, otros podía hacer premoniciones y ver el pasado, otros podían ver los sentimientos de los otros, pero esos dones se daban solo en los de familias muy antiguas y prestigiosas... que por cierto ya casi no existían por las persecuciones de la iglesia y la Armada.
Arthur estaba leyendo sobre otros extraordinarios dones cuando entraron algunos clientes tuvo que atenderlos dejando el libro sin marcar el lugar donde lo había dejado.
Estuvo paseándose por las estanterías ayudando a sus clientes con los libros; con forme llegaban más clientes Arthur tenía que ayudarles, y también vigilar que nada raro este pasando o que no se estén dañando los libros. Cuando se cercioró que no pasara nada volvió a escritorio e el recibidor y volvió a tomar el libro. Abrió el libro en una página donde comenzaba un nuevo capítulo cuyo título era: La sed de sangre.
Era un capítulo medianamente largo, y a Arthur le entró curiosidad el porqué sería así. A los vampiros les gusta la sangre y listo, punto final. Entonces se puso a leer, en las primeras páginas explicaban la sed de sangre, cómo funcionaba, y en qué beneficiaba a los vampiros, Arthur pasó los ojos por las líneas casi ni prestando atención, cuando un párrafo le llamó la atención.
...
"Sin embargo, sucede que a veces un vampiro percibe el aroma de la sangre de un humano en particular, un aroma que lo atrae de forma inexplicable y frenética. Una vez percibe este aroma, este no lo deja en paz hasta que se haya saciado con la sangre que tanto le atrae. El riesgo para el humano es enorme, puesto que una vez probada la sangre, el vampiro no desea otra cosa más que eso. Sin embargo resistirse a ese aroma tan embelesante y atrayente, puede traer al decaimiento del vampiro, hasta llegar a la locura. Aun no se sabe a ciencia cierta, cómo es que el aroma de un humano puede afectar de tal forma a un inmortal. Algunos relacionan esto con el llamado: "amor a primera vista", puesto que el vampiro queda prendido de ese humano a ni bien lo ve, mejor dicho, ni bien lo huele. Sin embargo, como se ha dicho anteriormente, el riesgo para aquel humano es inminente, puesto que los frenéticos deseos de probar su sangre, acabarían al final con su vida. Así que no se ha podido registrar hasta ahora que un vampiro realmente quede 'enamorado' de ese humano después de percibir su aroma. Pero es bien sabido que algunos vampiros a lo largo de la historia, que tenían actitudes pacifistas, al percibir ese aroma y resistir los deseos de probar esa sangre, han caído en la locura y el decaimiento..."
...
Arthur, contad, iba leyendo, comenzó a sentir sueño, leyó unas líneas más sobre aquel misterioso aroma que enloquecía a un vampiro, cuando sus párpados le pesaron a tal grado que se quedo dormido encima del libro...
En las afueras del concurrido pueblo, se encontraba un grupo, escondiéndose, unos ojos ávidos y codiciosos escudriñaron aquel pueblo tan pacífico y calmado, buscando en las calles su presa, olfateó tratando de percibir ese aroma que lo había enloquecido entre los miles de olores del pueblo, ese aroma que hace ya muchos años había percibido y del que jamás se olvidaría, y no estaría satisfecho hasta saciar su deseo de probarlo...sin importar lo que tuviera que hacer...
El Teniente Kirkland, llegó al pequeño pueblo donde se había dado el ataque y analizó la escena del crimen, no dijo absolutamente nada al respecto, ni bien vio la escena unos instantes y pidió revisar el cuerpo...después de hacerlo, pidió estar a solas... Una vez estuvo solo, descargó un puñetazo en el mueble más cercano y gruñó de ira y...excitación.
"Eres tú...te encontré finalmente...después de tanto tiempo de búsqueda...no has cambiado ni un poco en tu repugnante modo de asesinar...te encontré maldición...ahora... ahora...pagarás por lo que nos hiciste desgraciado...pagaras por haber siquiera tratado de lastimarlos..." –rugió mientras sonreía frenéticamente.
Ya estaba atardeciendo y el cielo de teñía de rojo por el atardecer, las calles comenzaban a vaciarse lentamente, los habitantes más atemorizados ya se habían refugiado en sus hogares. Los guardias patrullaban las calles con más ímpetu, sin saber lo que les caería pronto. Una tormenta se aproximaba al pueblo...
"Arthur... ¡Arthur!" –dijo el señor Reamer cuando ya era hora de cerrar, aunque estaba cerrando antes por las precauciones. Arthur le había quedado dormido a media tarde, y el señor Reamer le había dejado descansar, pero ya era mejor que se vaya a su casa antes de que oscureciera mucho, a demás que tenía al pequeño Peter bajo su cuidado.
Arthur abrió los ojos con pesadez, el sueño que estaba teniendo, era de lo más agradable y lo molestó un poco el que lo despertasen...entonces saltó.
"¡q-ué hora es!" –replicó.
"Hijo, ya es hora de cerrar, será mejor que se vayan a su casa cuanto antes, no es bueno estar hasta tarde en las calles –se asomó por la puerta de vidrio- la mayoría también ya se está retirando"
"D-disculpe...me quede dormido y..."
"No hace falta que te disculpes, entiendo que has trabajado duro y necesitabas un descanso... ¡Ahora vayan!" –Arthur comenzó a recoger sus cosas, Peter que ya llevaba despierto un buen tiempo se reía de que su hermano se haya dormido en medio del trabajo.
"Cállate enano –Peter le replicó, pero Arthur hizo oído sordos y se acercó al señor Reamer- este...señor será que me puede prestar esos libros hasta mañana" –dijo mostrándole ambos ejemplares.
"Por supuesto, cuando no te he prestado un libro, se que lo cuidas bien a demás –miro las portadas- es mejor que te informes como es debido. Ese libro da información muy certera de ellos, es extraño...pero es útil..."
Arthur y Peter se despidieron del anciano y salieron de la biblioteca, en las calles los vendedores recogían sus puestos con algo de prisa para irse rápido. Peter le pidió si podían comprar algo dulce, y a Arthur le pareció una buena idea llevarle algo a su madre y se detuvieron por una pastelería.
El grupo esperaba alerta, cuando aquel que miraba las calles con ansiedad escuchó un susurro que venía de los árboles.
"Ya lo encontré...está en las calles...indefenso..."
"¡Vamos!" –rugió ansioso y el grupo se lanzó en carrera hacia el pueblo, casi todos dispuestos a alimentarse, mientras él...solo quería llegar lo más pronto para encontrar a su presa...atraparla...y por fin saciarse de su sangre... hasta la última gota...
Arthur y Peter salieron de la pastelería, Peter llevaba la caja con los pasteles, mientras Arthur lo tomó de la mano para dirigirse a su hogar, que estaba algo lejos. Peter hablaba pero Arthur no le prestaba mucha atención, quería llegar a casa para leer más de ese misterioso libro, quería revisar el registro para ver lo ocurrido hace 10 años...quería ver a su madre y asegurarse de que estaba bien...no iba a preguntarle nada, no quería incomodarla, pero buscaría a alguien que pudiera explicarle lo que...
Una fuerte y retumbante alarma sonó en todo el pueblo, sacándolo de sus cavilaciones... Peter se aferró a él con miedo y nerviosismo, las personas a su alrededor se quedaron tiesas como ellos escuchando aquel sonido que no parecía indicar nada bueno. Y cuando este se hubo apagado unos instantes, cundió el pánico y los gritos.
"¡ES LA ALARMA! ¡ES LA ALARMA!"
"¡HAY VAMPIROS EN EL PUEBLO!"
"¡A-Arthur!" –chilló Peter. Arthur se quedo tieso unos instantes cortos, y salió corriendo jalando de su hermano hacia una calle que los llevaba a su casa. Como las calles comenzaron a ser asediadas por la gente espantada, Arthur decidió tomar un camino más despejado...mala idea...era más peligroso ir por caminos vacíos, que por caminos atestados de gente y guardias...
Los gritos, la alarma resonando en todo el pueblo hicieron que a Arthur le entrara más miedo y se pusiera más nervioso. Sin embargo aun así no se detuvo, jalando a Peter; que parecía querer llorar, corrió a todo lo que daban sus piernas. Quería salvarse y salvar a su hermano...entonces recordó que su madre estaba sola...recordó su temor por los vampiros...y le entró pánico no podía dejarla sola...tenía que protegerla...aun sin la orden de su padre...
Pero supo que con Peter no lograrían llegar a la casa, este se cansaba muy rápidamente y estaba asustado. Corrían por una calle donde habían casas, todas con las luces apagadas, cuando vio que una perta se abría dejando ver un haz de luz, corrió hacia ella con todas sus fuerzas jalando lo más que pudo a Peter.
Llegó a la puerta cuando esta se cerraba y toco con desesperación, se escuchó un grito ahogado y abrió la puerta un hombre dispuesto a dar la pelea, y tras una mujer asustada.
"disculpen –jadeó Arthur- ¿pueden cuidarlo? –dijo señalando a Peter que lo miró con sorpresa, pero no replicó nada, por el miedo tal vez- por favor, hasta que haya pasado el peligro, solo cuídenlo" –rogó Arthur angustiado, tenía que ir ya.
"claro" –dijo la mujer más tranquila y agarró a Peter que se había vuelto una piedra y lo metió a la casa.
"¿no entras?" –preguntó el hombre, Arthur retrocedió negando la cabeza.
"Tengo que ir a nuestra casa...nuestra madre está sola...debo ir...muchas gracias" –dijo antes de salir corriendo en dirección a su casa, escuchó un grito de la mujer.
"¡no, no vayas es peligroso!"
"¡Arthur!" –chilló Peter recuperando el habla.
Pero Arthur ya había dado la vuelta a otra calle par acercarse más a su casa, del centro escuchó gritos, algunos de terror, otros de pelea...la alarma seguía sonando causando más pánico, y poniendo más nervioso a Arthur.
Entonces le pareció escuchar el horroroso sonido de pasos increíblemente rápidos detrás suyo, junto a una agitada respiración...juntando todo el valor que tenía miró hacia atrás y casi se le cae el alma a los pies y casi se le sale un grito cuando vio una sombra acercarse a él... lo habían atrapado...miró la frente buscando algo o alguien que pudiera sacarlo de aquella situación...
"¡NO!" –rugió una voz tosca cuando escuchó un golpe seco y gruñidos. Miró de nuevo atrás y vio otra sombra atacando a la primera, ni lo pensó dos veces cuando apretó más el paso para alejarse de ese lugar. Continuó corriendo por calles como alma perseguida por el diablo, en este caso; alma perseguida por un vampiro... Cuando dio vuelta a una calle vio en lo más lejos una sombra que desaparecía con otra calle. El miedo le entró, pero... ¡Estaba a solo 3 cuadras de la mansión! Su madre estaba tan cerca...
Corrió por la calle a toda velocidad, evitando mirar a su alrededor, pero atento a cada sonido, por si volvía a escuchar ese aterrador correteo, pero nada, corrió más rápido...
Sus piernas ya casi le dolían del esfuerzo que hacía, nunca había sido bueno en los deportes, pero ahora debía esforzarse al máximo para llegar lo más pronto posible. Estaba agotado, jadeando y sudando...pero no se detuvo ni a tomar un respiro...escuchó algo similar a una pelea pero extrañamente silenciosa una calle más allá y apresuró más el paso. Cruzó por fin la tercera cuadra y dio la vuelta a la esquina para correr el último tramo que le quedaba para llegar a la reja de su casa, cuando el corazón le dio un fuerte brinco y pensó que se le iba a salir...
Ahí, delante de la mansión, delante de la reja, había un grupo de personas, bajo la sombra de los árboles de hojas amarillentas. Arthur suspiro más que aliviado al ver que su madre estaba protegida, seguramente era la gurdia que había dejado su padre en la calle. Dio unos pasos hacia ellos, cuando vio bultos rojos en la calle, con algo de miedo los inspeccionó, y su corazón se detuvo al ver que eran los guardias...no los vampiros... entonces miró rápidamente al grupo de personas, y puedo ver con claridad a cuatro personas con capas negras y algo viejas, una era una mujer, por su cabello largo y castaño...la de la descripción...
Entonces reparó en algo más que hizo que se helara de pies a cabeza...la reja estaba abierta...
"no..." –gimió en un susurro...un susurro que ellos escucharon, porque cuatro pares de ojos giraron hacia él con rapidez... Arthur se quedo plantado ahí mirándolos y luego la reja...estaba en medio de una batalla interna...ir a por su madre y morir...o correr abandonándola...
"¡Hanz, él está aquí!" –rugió uno de los hombres con una sonrisa mirando a Arthur, los otros tres dieron un paso hacia él...en esas milésimas de segundo que les costo mover su pié, Arthur se percató de que no iban por su madre ni nada por le estilo... ¡Iban por él! Aun sin saber el porqué lo querrían a él, pensó...que si se alejaba, ellos irían tras él y su madre podría estar a salvo...
Rápidamente dio la vuelta y corrió escapando por donde había venido, escuchó otro grito más parecido a un rugido y el susurro de un correteo frenético de varios que le hizo poner los pelos de punta, pero no se detuvo aun cuando esperaba pronto su muerte...corrió a todo lo que daban sus piernas, pero no podría ganarles a ellos, que corrían como el viento...supo entonces que no lograría llegar siquiera hasta la siguiente esquina cuando otras sombras, aparecieron corriendo en dirección contraria y escuchó más golpes secos y gruñidos, miró atrás y vio como entre sombras se peleaban con golpes certeros y rápidos...
Entonces vio una sombra que esquivaba todas la otras y se acercaba a toda velocidad hacia él...directo a él...le pareció escuchar una risa histérica y alcanzó a ver un par de ojos grises apagados lo miraban, unos ojos codiciosos y espeluznantes... miró de nuevo al frente y vio una sombra acercarse suavemente hacia él, alcanzó a ver como una melena rubia ondeaba y una sonrisa burlona, algo suave y terso toco su mano, le hizo dar una vuelta, como en los bailes con tal gracilidad y tal rapidez, que se mareó sintió una fuerte ventisca y cuando terminó de dar la vuelta y abrió los ojos se dio cuenta de que estaba solo...
Miró a su alrededor sorprendido, buscando señal de la pelea, de esa sombra aterradora, de esa sombra grácil y de aquel que le había tomado la mano y le había hecho bailar...pero no había absolutamente nadie...no sabía tampoco donde estaba...los árboles se alzaban a su alrededor, la maleza crecía a sus anchas y el musgo también, estaba oscuro, puesto que ya había anochecido y las ramas tapaban la poca luz que daba la luna...estaba en medio del bosque...
Su corazón comenzó a latir de prisa, no sabía en qué parte del inmenso bosque estaba, no sabía si aun habían vampiros cerca...aunque parecía que la mayoría estaba en el pueblo causando estragos... entonces alcanzó a oír la lejana alarma que resonaba aun, y caminó rápidamente en la dirección que venía el ruido, apartó algunas ramas y alcanzó a ver el pueblo...
No estaba tan lejos del pueblo como temió, podía verlo con total claridad...en el centro había fuego en algunas calles y también escuchaba gritos...
"Espero que el señor Reamer esté bien..."
Vio luego un sector que parecía ajeno a todo el alboroto y caos, un sector donde solo había casas...
"Espero que Peter esté bien...más le vale a ese mocoso no causarle problemas a esas personas..."
Buscó entonces aquella calle, donde se encontraba la mansión...donde estaba su madre... pero era imposible encontrarla entre tantas calles...
"Mamá...espero que no te hayan hecho nada...espero haber logrado captar su atención justo a tiempo... –recordó entonces que uno de ellos había gritado: 'Hanz, él está aquí'- me buscaban a mi...pero... ¿Por qué?..." –recordó el susodicho ataque hace 10 años...
¿Tenía que ver con eso? ¿Él tenía que ver con ese asunto?... ¿Quién era ese tal Hanz? ¿El líder del grupo de vampiros? ¿Habían atacado el pueblo solo por él?
Se sintió culpable y molesto, podrían habérselo llevado sin la necesidad de causar tantos problemas a todos...
Pensó también en como estuvo a poco de morir, y fue salvado por quién sabe que...Cómo había aparecido mágicamente ahí, en medio del bosque, escapando del peligro...pensó es esas sombras que parecieron ir a su rescate... ¿qué sería de ellos? Habrían logrado acabar con el enemigo o los habían vencido, y ahora el grupo de vampiro estaba tras él...buscándolo...
Como si fuera una respuesta a sus preguntas escuchó el sonido de ramas crujiendo a pocos metros de él, tal vez fue producto de su imaginación o del miedo que aun sentía al haber estado tan cerca de la muerte, que vio un par de ojos sedientos entre las hojas. Rápidamente giró y se adentró en el bosque corriendo con las pocas fuerzas que le quedaban. Se abrió paso entre maleza y ramas, casi tropezando con algunas raíces pero siguió en movimiento -aun cuando ese sonido de ramas crujiendo se detuvo- ...no se rendiría tan fácilmente de ser necesario intentaría defenderse, aun sabiendo que sería inútil en vista de que su asesino era una máquina de matar...mientras continuaba perdiéndose en el bosque, huyendo, formulo muchas preguntas...demasiadas...y una se repetía constantemente: ¿Por qué me persiguen a MI? No podía encontrar la respuesta por más que lo intentara, en su vida se había interesado por el tema de lo vampiros como ese día, y ahora le venían con que lo querían a él... ¡Pero si el jamás se había involucrado con ellos!
Sintió un ramalazo de ira... era injusto que lo molestaran justo a él...recordó entonces lo del aroma ese...que podía llegar a enloquecer a un vampiro...
Pero antes de formular más hipótesis, chocó contra una pared de ramas y enredaderas, cerró los ojos apartando los obstáculos, y avanzó unos cuantos pasos con los ojos cerrados y los abrió...
Estaba en un claro, circular, la débil luz de la luna llena tapada por nubes iluminaba apenas ese pequeño espacio, una fuerte brisa recorrió el lugar meciendo las ramas y las hojas cayeron de muchos árboles...como una lluvia dorada...la maleza amarillenta le llegaba hasta las rodillas a él...y a la figura que estaba parada en medio del claro...
Arthur se quedo parado donde estaba, a unos tres metros de la figura alta y esbelta ahí parada...lo miró con un nudo en la garganta. Alcanzó a ver sus rasgos que le resultaron conocidos y ahogó un gemido al darse cuenta que era tal y como habían descrito los guardias, alto, cabello rubio y lentes...no alcanzó a ver sus ojos por los lentes y porque estaba oscuro, pero estaba más que seguro que era el líder... pero... ¿Cómo pudo haber llegado ahí tan rápido?... ¿acaso lo esperaba?... Se dio cuenta entonces de la horrorosa realidad: no lo había llevado a ese lugar para salvarlo...sino para traerlo con su líder...era él quien lo quería...y el mismo había ido directo a la trampa...había dejado que sus pies los condujeran a su muerte...
Por una milésima quiso replicarle el porqué le hacia pasar todo eso...pero no podía articular palabra alguna o mover un músculo siquiera...cerró los ojos sabiendo que era su fin...de esa no se escapaba...moriría ahí y en ese instante, con un montón de dudas que no se le habían resuelto, con un montón de cosas pendientes... Le hubiera gustado poder despedirse mejor de hermano menor, que al parecer era el único de todos sus hermanos que lo quería un poco, despedirse de su madre...asegurarse que no le había hecho nada...de su padre...a pesar de su pésima relación...trató de convencerse que había tenido una buena vida...y en cierta forma así lo había sido...pero habían muchas cosas que la oscurecían...
Sopesó la posibilidad de escapar, pero esta era remota...no lo lograría...pero...podía intentarlo ¿no?
La nube se retiró dejando que la luz lunar penetrara hasta aquel claro e iluminara a ambas siluetas ahí paradas. Arthur que ya pensaba en correr con todo lo que tenía, miró una última vez a su asesino...por lo menos vería su rostro...pero cuando alcanzó a verlo por completo se olvido de todo y lo miró con los ojos bien abiertos...
Los rumores, y ese libro que aun llevaba consigo en su bolsa...tenían toda la razón. Los vampiros poseían un atractivo...shokeante...una belleza inhumana...
Bajo la luz de la luna, alcanzó a ver a un muchacho que podría jurar era de su misma edad, alto, esbelto, claramente musculoso, y de rasgos juveniles y sin ninguna imperfección... su piel era clara; sus ojos, eran de un vívido azul como el cielo, lo miraban a través de un par de lentes, con asombro...su rostro estaba crispado, ambos ojos clavados en Arthur...
Arthur se quedo fascinado con aquel ser...que sería su asesino...tragó saliva con nerviosismo...no había visto jamás antes a alguien tan...atractivo...bien podría ser una ilusión suya...
Pero comprobó que era real cuando el otro camino apresuradamente hasta él y tocó su mejilla...su corazón latió desbocadamente cuando sintió su suave y fría mano en su acalorada mejilla, que por cierto estaba sonrojada...no se había dado cuenta en qué momento se había ruborizado...soltó un suspiro al mismo tiempo que sentía un brazo pasarse por su cintura, acercándolo más al otro...sabía lo que pretendía... Lo iba a morder, bebería su sangre hasta la última gota y lo mataría...
Miró esos ojos azules, que tampoco habían dejado de mirarlo, por última vez...supo que no los volvería a ver...
Entonces el otro con suavidad y rapidez le levantó el mentón echando su cabeza para tras y dejando descubierto su cuello... e inclinándose hacia él...
En el instante que dejaron de mirarse, que sus miradas se desconectaron Arthur despertó de esa ensoñación y se percató que se estaba entregando a las garras del enemigo sin oponer resistencia alguna...
"¡Espe...AH!" –Arthur jadeó cuando sintió unos labios suaves sobre su cuello y luego un par de afilados dientes atravesar su piel con rapidez, causándole un dolor agudo que duró unos segundos...y luego...se quedo quieto...
Arthur quedó conmocionado por la muy agradable y placentera sensación que recorrió su cuerpo cuando el vampiro comenzó a beber su sangre….se revolvió tratando de separarse del otro, pero este lo tenía bien agarrado…trató de golpearlo, peros su débiles puños no le hacían nada…
Arthur trato enormemente de contener los suspiros que amenazaban salir de sus labios, a causa del placer que sentía, porque no quería demostrar debilidad alguna, pero cada vez era más difícil ignorar los estremecimientos de su propio cuerpo…
Entonces comenzó a sentirse muy cansado, sin fuerzas…la vista comenzó a nublársele…y su respiración se hizo más pausada y entrecortada, sus latidos comenzaron a ser cada vez más lentos… ya iba a morir…
Una lágrima de rabia y tristeza surcó su mejilla…no quería morir y menos de esa forma…maldijo con todo su ser a aquel desgraciado vampiro que le arrebataba la vida…
Antes de cerrar sus ojos miró la luna por última vez, le pareció que esta estaba roja…manchada de sangre, aterrado cerró los ojos pensando que jamás los abriría de nuevo...
Perdió la noción de todo, aquella sensación placentera y agradable se desvaneció lentamente, los sonidos del bosque y, a lo lejos la alarma se esfumaron, dejó de sentir el brazo que lo sujetaba fuertemente y esos labios sobre su piel…y se sumió en las tinieblas…pero…
"NO" –alcanzó a oír un jadeo y una respiración acelerada…
Estuvo en la oscuridad unos instantes cuando sintió algo dulce y cálido recorrer su garganta, entonces volvió a la realidad de forma brusca y casi violenta…a la fuerza… Sintió de nuevo su respiración normal y acompasada, los latidos de su corazón recuperando fuerza, todo a su alrededor, la brisa, los sonidos del bosque y la alarma, esos brazos que lo agarraban y uno labios sobre los suyos…se sacudió y abrió los ojos desmesuradamente…
Lo estaba besando…
Arthur sintió sus mejillas arder y se separó para tomar una bocanada de aire, ni bien movió su cabeza, sintió el dolor estridente de la herida que le había hecho… Le dolía bastante, era imposible creer que había sentido tanto agrado cuando lo había mordido… El otro se inclinó de nuevo hacia su cuello, Arthur creyó que lo mordería otra vez y trato de resistirse, pero el otro lo inmovilizó sin dificultad y posó sus labios sobre la sangrante herida.
"Ah…ngh…" –Arthur gimió cuando sintió aquel beso en la sangrante herida; y para su sorpresa el dolor se alivio casi de inmediato.
El vampiro se enderezó mirándolo con ¿Angustia? Arthur parpadeó al ver aquella expresión plasmada en su rostro, parecía como si…
Estaba agotado…los párpados le pesaban, pero no porque su vida estuviera acabándose, sino porque tenía sueño… no pudo hacer mucho para evitar dormirse, intentaba mantener lo ojos abiertos y enfocados por si el otro lo atacaba de nuevo, pero la sensación de miedo se había esfumado…
"¿Tu nombre…?" –preguntó el otro. Arthur lo miró confundido, sin entender de qué le serviría saber su nombre.
"…Ar….thur…" –murmuró antes de caer en el sueño…
...
To be Continued…
...
(1): Esa frase la saqué del libro de Twilight.
Notas de Ray:
Ajá! Otro fic owó…ni sé de donde he sacado tanta inspiración últimamente XD
Le temática de vampiros siempre me ha gustado, en especial en romances porque es pasional y peligrosa jejeje y qué mejor que un cupo de pasión y peligro con Alfred y Arthur ^w^
Como se habrán dado cuenta le he dejado a Arthur el papel de la débil e indefensa presa y a Alfred el sexy vampiro. Por más que intente voltear los papeles no me convencía :I
En cuanto a las 'características' de los vampiros, son de mi parecer personal y algunas las saqué de películas y libros, para que nadie me ande diciendo que es plagio, ya con los otros capítulos aclararé cuales.
Dije al principio que podrían encontrar cierta similitud con Twilight, porque yo misma la encontré, eso de que vuelva a un pueblo en medio de la nada, y blah blah blah pero se habrán dado cuenta de que luego se va por otro camino, así que les aviso que no voy a copiarme de Twilight.
Escogí este pueblecito porque es conocido como el 'Pueblo más bonito de Inglaterra' lo encontré mientras buscaba pueblitos ahí con las características que buscaba, pequeño, tranquilo, rodeado de bosques y este me gusto, tiene el toque antiguo medieval que me gusta jejeje busquen imágenes de este y estoy segura de que les gustara xD Me iré a vivir ahí cuando sea grande xD
Ah! Y en lo referente a la época en la que todo esto está sucediendo, los situaré por el siglo XIX, esta vez ya no quise una época moderna con tanta tecnología y esas cosas. Me imagino un escenario tipo D-Gray Man jejeje
Y también, habrán otras parejas también, pero no estoy del todo segura cuales; acepto pedidos de alguna pareja en particular que quieran y ya veré como adaptarla xD
Bueno espero que les haya gustado aunque sea un poco =D
Ahh! Antes de irme! Tengo que expresar mi total disgusto frente a esa estúpida ley de SOPA (Stop Online Piracy Act) así que…
STOP SOPA! Todos contra la ley SOPA!
Sin nada más que decir o protestar me despido.
Nos vemos en otra!
Ray H.K.
