Cool
Katniss tenía 26 años, una cabellera morena, larga y ondulada. Su tez aceitunada combinaba perfecto con sus ojos grises oscuros que no dejaban en claro su edad. Era una mujer con buen cuerpo, veterinaria exitosa, con dos hijas, Primrose y Rue, Primrose era hija de su ella y su ex-esposo Peeta Mellark y Rue era hija adoptiva de ambos.
Primrose tenía cuatro años, mientras que su hermana tenía apenas unos tres.
Peeta Mellark tenía 29 años, sus ojos azules siempre se iluminaban al ver a sus dos chicas favoritas, a sus hijas Primrose y Rue. Su cabello era rubio al igual que el de su hija, tenía el cabello algo alborotado. Era bastante alto y atlético, con espalda ancha y un abdomen algo marcado. Era el mejor en su trabajo, arquitecto, esa era su pasión.
Ambos habían estado casados durante cinco años, pero llevaban diez de conocerse.
Esa semana, iba a ser la semana especial de la familia Mellark. Según el contrato de divorcio una semana al año, Peeta y Katniss tenían que estar juntos, sin importar el lugar, junto con sus hijas, conviviendo y sin discutir. Pero esta semana era diferente, esta semana Katniss llevaba a Gale y Peeta llevaba a Delly. Y sin importar la situación ambos acordaron que la decisión de llevar cada quien a su pareja era correcta.
Katniss estaba en la cocina de la cabaña en la que solía escapar cuando era joven con su ex esposo.
-¿Estás bien?
Pregunto Gale mientras abrazaba su cintura y sus labios buscaban su cuello. A Katniss le encantaba ese contacto, los labios de Gale siempre sabían que hacer pero en ese momento no parecían surtir mucho efecto.
-Sí, es solo que Peeta me pone de nervios, es todo.
-¿Es eso? ¿O estás celosa de que venga con su novia?
Katniss se separo rápidamente.
-No estoy celosa, Peeta y yo estamos bien, todo está bien entre nosotros.
Katniss había decidido que ese sería su nuevo mantra con referencia a su ex esposo y es que las últimas veces que se habían visto, las cosas no habían salido muy bien, había discusiones, reclamos del pasado e incluso discusiones que habían llegado a lo físico. Como la bofetada que Katniss le dio cuando Peeta sugirió que ella no era una buena madre.
-Katniss relájate, solo será una semana, no puedes dejar que tus hijas te vean así o pensaran que pasa algo malo.
Katniss asintió, le relajaba la idea de tener a Gale ahí con ella por el simple hecho de que Gale era su mejor sedante.
Peeta tenía las manos tensas sobre el volante, manejando a una alta velocidad por la carretera, comenzaba a poner nerviosa a su novia.
-Ya quiero conocer a esas dos pequeñas, por las fotos que me has enseñado se que son hermosas, pero me imagino que en persona deben de ser dos princesas.
Peeta sonrió un poco, el recuerdo de sus hijas siempre lo hacía sonreír, pero ver a Katniss era todo un calvario, porque Peeta sabía que una parte de él, por mas minúscula que fuera, seguía enamorado de ella.
-Las vas a adorar.
Respondió algo seco.
-Cariño ¿estás bien?
Delly acaricio un poco su mejilla, tratando de tranquilizarlo. Delly sabía que la historia de Peeta con Katniss había sido algo intenso, por lo que ella tenía miedo pero prefería no externarlo, no quería ponerlo más tenso de lo que ya estaba.
-Amor, sé que cuando lleguemos tus hijas te recibirán de lo mejor y eso será más que suficiente para que estés tranquilo el resto de la semana.
Delly desabrocho su cinturón de seguridad para poder besar la mejilla de Peeta sin problemas. Peeta sentía algo por Delly, la quería definitivamente la quería y ver cómo sería con sus hijas sería la prueba final para saber si la amaba.
-Katniss, se aproxima un auto debe ser él.
Katniss se asomo por la ventana y Peeta la vio de inmediato seguía siendo igual de hermosa que cuando la conoció.
Se aproximo con el auto, estacionando lo más lento que podía, temiendo lo peor. Katniss esperaba en el porche con sus dos emocionadas hijas en cada lado y detrás de ella sosteniéndola de la cintura Gale.
Peeta bajo con sus gafas de sol puestas, le abrió la puerta a Delly y tomo su mano, su mano era lo único que lo mantenía en tierra en esos momentos, ver a Katniss con el moreno le había puesto el estomago al revés.
Katniss lo miro por unos instantes y corrió a abrazarlo, oliendo de nuevo su aroma, sintiendo sus brazos de nuevo alrededor de su cintura. A veces le solía ser difícil recordar como era antes, pero ese abrazo le hizo recordar de inmediato a la chica flacucha de una sola trenza que solía practicar arquería.
-Sigues igual que siempre.
Peeta solo sonrió un poco, en realidad no era el mismo de siempre sin ella.
-Me gustaría presentarles a alguien.
Dijo Peeta recordando que tenía a su novia a su lado. Rompió el abrazo y tomo a Delly por la cintura.
-Mis dulces, me gustaría presentarles a alguien.
Las dos pequeñas se acercaron inseguras pero su madre las apoyaba mientras saludaba a Delly.
-Mucho gusto Delly, he oído hablar mucho sobre ti.
Delly relajo los hombros, al parecer sentía mucha presión por la aprobación de la ex de su novio y sus hijas. La madre de Delly le había dicho que si una ex esposa no acepta a la pareja de su ex podría hacer hasta lo imposible para hacer que terminaran.
-Gale, ya conoces a Peeta.
Los dos hombres se saludaron con cierto recelo, casi sin mirarse, por el contrario de cuando saludo a Delly.
-Bueno ¿Qué hacemos aquí? Prepare limonada. Pasemos.
Peeta entro por la ancha puerta de la cabaña, observando a su alrededor podía notar que todo seguía igual que cuando se había ido. Cargo a sus dos hijas en sus brazos, besándolas y haciéndoles pequeños cariños, presentándolas con Delly y observando a su novia ver como trataba a sus dos pequeños dulces.
Katniss servía limonadas tratando de evitar la mirada de Peeta a toda costa, observaba a Delly con sus hijas y el cuadro que hacían los cuatro la ponía un poco celosa. Era su familia.
-Parece que Rue necesita una siesta.
Katniss usaba de excusa el pequeño bostezo que la pequeña había soltado, tomo a su hija en sus brazos casi arrebatándola de las manos de Delly, Peeta lo noto de inmediato.
-Prim, tu también necesitas dormir.
-¿Ahora? Pero Delly dice que trajo regalos.
Delly miro sonriente a Katniss, pero Katniss no correspondió el gesto.
-Pues a menos que Delly quiera escuchar alguna de tus rabietas o ella ponerte a dormir, no creo que sea la hora.
La cara de Delly enrojeció de inmediato. Katniss tomo a su otra hija de la mano y las llevo para ponerlas a dormir, primero a Rue y luego a Primrose.
-¿No te cae bien Delly mamá?
-¿Qué dices?
Prim se giro un poco para verla mejor.
-La miras de manera muy extraña.
Katniss se sorprendió de inmediato, si su pequeña y despistada hija había podido notar sus miradas de odio, no quería ni saber lo que Peeta le diría.
-Es que estoy cansada dulce es todo.
Beso su frente y salió lentamente tratando de no despertarla pero una mano la detuvo y la acorralo contra la puerta.
-¿Qué demonios haces?
Pregunto Peeta enojado.
-¿A qué te refieres?
Peeta la miro burlón.
-Deja de hacerte la tonta, yo me aguanto a tu noviecito, te pido que al menos trates de ser educada con mi pareja.
-¿Por qué debería de hacerlo?
Peeta soltó el brazo de Katniss dejando su mano marcada en el.
-Por qué si no lo haces tomo a mis hijas y me largo de este maldito lugar.
Katniss lo miro asustada y asintió.
-Lo siento, no me había dado cuenta de… de cómo la estaba tratando.
Peeta se volvió sin siquiera mirarla y Katniss camino avergonzada detrás de él.
-Ya se durmieron.
La voz de Peeta sonaba tranquila en comparación de cómo se sentía, tener a Katniss así de cerca, sentir su aliento tan cerca de sus labios, sentir su cuerpo contra el suyo de nuevo habían hecho que le doliera el pecho.
-¿Quieren una cerveza?
Pregunto Gale levantándose de su asiento, los tres asintieron.
-¿Y cómo se conocieron?
Pregunto Katniss tratando de sonar cortes.
-Bueno…
Dijo Delly sonriendo – Nos conocimos en una exposición de arte, a los dos nos gustan los mismos artistas así que quedamos para cenar y desde ahí nos hemos hecho inseparables, en verdad Katniss no sabes cuantas ganas tenía de conocer a tus pequeñas.
Katniss sonreía lo mas diplomática que podía ¿EXPOSICION DE ARTE? Tontos. Pensó, a ella no le gustaban esas cosas.
-¿Y tu Katniss como conociste a Gale?
Pregunto Delly al ver a Gale entrando con las cervezas.
-En un partido de baloncesto. —Contesto Gale sonriente mientras Katniss le daba un pequeño sorbo a su cerveza—Los Celtics de Boston contra los Chicago Bulls. Se veía derrochadoramente sensual en su pequeña playera de un equipo tan malo.
Katniss le dio un pequeño golpe. Katniss siempre había sido fanática del baloncesto, cosa que a Peeta en realidad no le gustaba mucho.
-El traía una playera de los Celtics y en cuanto se me acerco metí la mano en mi bolsa para buscar mi gas pimienta.
Todos rieron al imaginar a Katniss asustada.
-Me costó demasiado conseguir una cita con ella. Pero valió la pena.
Tomo su mano y le dio un pequeño beso en los labios.
La cabeza de Peeta hervía y la mano de Delly comenzaba a entumecerse debido al agarre de Peeta.
-¿Y ustedes como se conocieron?
Pregunto Delly a Katniss y a Peeta. Era claro que los dos se habían puesto más que nerviosos.
-Oh vamos Katniss, es algo que nunca nos han contado.
Las mejillas de Katniss se sonrojaron.
-Nos conocimos hace 10 años- respondió Katniss.
-Aunque creo, que ya es un poco tarde para hablar de ello, tal vez otro día.
Respondió Peeta, tratando de ayudar a Katniss a evadir el tema.
Delly asintió y Gale miró a ambos con cierta cautela. La presencia de Peeta también lo ponía nervioso a él.
Ambas parejas se despidieron y entraron a sus respectivas habitaciones.
Pasaron las horas, y Peeta no podía pegar el ojo, a pesar de que le había encantado la idea de ver a sus hijas convivir con su nueva pareja, la imagen de ver a Gale jugando con sus dulces, y con Katniss, lo estaba volviendo loco.
Quito suavemente la mano de Delly de su pecho, y se levanto para caminar un poco, en el pequeño muelle detrás de la cabaña.
Salió en silencio, y se quedo mirando unos minutos la ventana oscura de la habitación de Katniss y Gale, recordando y tratando de revivir todo aquello que habían pasado juntos.
Camino hasta el muelle y al acercarse hasta la orilla pudo distinguir la figura de Katniss sentada frente al lago.
-¿No puedes dormir?
Katniss se sobresalto un poco y lo miro divertida.
-No, a pesar de que estoy muy cansada.
Peeta la observo unos minutos, seguía igual de hermosa que cuando eran jóvenes, la única diferencia era la pequeña cicatriz en la nariz de Katniss, una cicatriz que se había hecho después del accidente… Peeta sacudió la cabeza, no quería recordarlo.
-Las niñas se ven muy bien, se ve cuanto las quieres…
-Peeta –lo interrumpió Katniss –Lamento la manera en la que trate a Delly hace un rato, es solo que verla con mi familia, me ha destornillado un poco.
Katniss volteo la cara, y Peeta sabía que era porque Katniss odiaba pedir disculpas.
-Está bien, lamento haberte gritado. Te había prometido que no volvería a hacerlo.
Katniss agacho la mirada y Peeta la imito, la última vez que le había hablado de aquella manera, ella lo había abofeteado.
-Debo irme, no quiero que Gale se despierte y no me encuentre.
Peeta simplemente asintió y decidió no mirarla, sabía que si la miraba sentiría una puñalada en el corazón al saber que ella no le daría un beso de buenas noches.
A Katniss le dolía esa indiferencia, pero al mismo tiempo la agradecía, no sabía si tendría fuerzas para rechazarlo o aceptarlo de nuevo.
Peeta miro hacia la otra punta del lago, recordando todo lo que había pasado en aquel lugar, y en aquella cabaña…
