PLAN DE JUEGO
CAPITULO I: APUESTA
Daba la impresión que en toda Ciudad Central no sucedía otra cosa mas peligrosa que no fuera un conato de incendio o alguna misión que era resuelta por los grados inferiores de la milicia. Ninguno de estos era de la incumbencia para la escuadra de Roy; así que desde hace un mes Roy y sus subordinados no se dedicaban a hacer otra cosa que trabajo de oficina.
Trabajo que ya comenzaba a fastidiar a todos, encabezando la lista Roy y cerrándola si esto era posible con su Primer Teniente Riza Hawkeye. Desde que llegaban comenzaban a revisar, pasar en limpio y firmar asuntos de poca monta.
Para el miércoles las cosas no habían mejorado ni siquiera un poco; al contrario el trabajo que les llegó el martes quedó inconcluso para el siguiente día. Pero para ese entonces el Alquimista de la llama y en un futuro no muy lejano Fuhrer, había decidió renunciar a sus labores de oficina; tal vez haría huelga por tiempo indefinido hasta que lo reinstalaran en alguna labor de campo, donde mejor se desempeñaba.
-"Buenos días"- su saludo fue sin ánimos, raro en la teniente Hawkeye.
Fuery y Falman saludaron de la mejor manera posible Havoc y Breda se limitaron a alzar sus manos. Se instaló en su escritorio y a diferencia de otros días tardo en comenzar a trabajar. En primera instancia su vista se fijo en el rostro de fastidio de sus compañeros. Era muy temprano como para que ellos mostraran ya signos de fatiga, así que desvió su vista a la ventana que se ubicaba justo detrás del escritorio de Roy.
Pasó cerca de una hora con la mirada divagando en el césped, de ahí al pasillo de piedra después siguiendo cada movimiento de Black Hayate; aunque eso lo dejó en cuanto el perro se hecho a la sombra de un árbol, ahora sus ojos ámbar localizaron un mejor objetivo; lo siguió con su vista hasta que se perdió de la ventana, lo que le indicaba que ya estaba próximo a llegar. Desvío su vista de la ventana cuando escuchó su voz detrás de ella apagada a causa de las últimas semanas y de su trabajo rutinario.
-"Buenos días, Havoc, Breda, Fuery, Farman, Teniente."- ya no era de sorprenderse que se dirigiera a todos por su nombre, excepto claro con Riza, para él siempre había sido teniente o Hawkeye.
Riza apenas si desvió su mirada del cristal, respondió al saludo esperaba que Roy pasara de frente para iniciar su trabajo, pero en su lugar alcanzó a ver de reojo como tomaba asiento entre Havoc y Fuery incorporándose a la partida de pocker que tenían en esos momentos sus hombres. Llegó la hora del almuerzo y ninguno de los ahí presentes habían siquiera abierto sus expedientes; Riza apenas y había terminado el trabajo del día anterior.
-"Teniente Hawkeye, viene con nosotros vamos al comedor"- le preguntó Fuery mientras se ponía de pie a la par de los demás hombres.
-"Te lo agradezco, me reuniré con ustedes mas tarde. Coronel podría esperar necesito decirle algo"- pronunció antes de que él saliera detrás de los demás hombres. Se volteó y acerco a ella-"Coronel, estos papeles tiene que entregarlos antes de que se valla hoy, ¿no piensa hacerlos?"- cuestionó señalándole los papeles.
-" Si claro que si, pero será después del almuerzo, me muero de hambre competir con Breda en juegos de azar si que es tarea difícil."
-"Coronel, no estoy jugando hablo en serio"
-"Igual yo. Si me quedo a trabajar en ayunas no podré ni siquiera tomar la pluma. Bajemos a comer y regresamos a trabajar"
No teniendo otro argumento, además de que no podía obligar a su superior bajó resignada detrás de él al comedor. Una hora mas tarde todos se reincorporaban a sus labores.
Parecía que Roy cumplía con su promesa se instaló en su sillón de cuero y comenzó a trabajar. Media hora mas tarde dejó en el escritorio los papeles, hizo su silla para atrás subió su pierna derecha sobre la izquierda, cruzó los brazos y se quedo dormido. Todo permanecía en calma, en silenció, demasiado para el gusto de la Teniente, desde hace rato había dejado de escuchar el rasgar de la pluma sobre el papel en su lugar escuchaba una respiración pacífica. Alzó la vista hacia el lugar de Roy y se topó con un hombre perdido en el quinto sueño.
Limite de paciencia para la Primer Teniente Hawkeye 0, tiempo restante de vida para el Coronel Mustang, menos de cinco segundos. Una bala pasó volando muy cerca del alquimista, una detonación, y el choque de este en la pared le hizo abrir los ojos a Roy y girar la cabeza de sus subordinados temerosamente.
-"Coronel"- habló ligeramente enfadada la mujer -"Se suponía que tendría que estar trabajando no durmiendo"
-"Se equivoca no estaba dormido, tan solo reposaba la comida" - habló en defensa el hombre
-"Bien ya lo hizo ahora a los papeles, no quiero pasar otra noche supervisando su trabajo"- Antes de que pudiera alegar nuevamente algo Roy, Riza jaló el gatillo de su arma, sosteniéndola firmemente a la altura de su hombro, antes una posible segunda detonación los cuatro hombres abandonaron la oficina alejando tener asuntos pendientes fuera de ahí.
Enfundo su arma, tomó los papeles y los puso con un fuerte golpe enfrente de Roy. Su mirada detonaba su enojo todo lo contrario al rostro burlón de su superior.
-"Coronel, puedo hacerle una pregunta"- habló tratando de controlar su enojo –"Porque se empecina en negarse hacer su deber, y solo lo hace hasta que yo estoy frente a usted. En verdad no lo entiendo"
-"Hmm, porque será, ¿quiere saberlo realmente?. Acérquese entonces un poco"
Había comenzado a firmar unos documentos pero al escuchar la pregunta tan excéntrica de su teniente apoyo los brazos sobre el escritorio y puso su semblante serio. Riza frunció el seño ante esta petición y el cambio en él. Con el afán de oír su respuesta se inclinó ligeramente hacia Roy, él acerco un poco mas su rostro hasta que solo los separó escasos centímetros uno del otro. Aun con esa actitud seria le respondió.
-"Es que me gusta tenerla cerca y me gusta ver su rostro cuando se molesta"- ahora sonrió ante esa broma-confesión.
Se enderezó nuevamente molesta y sonrosada por las broma del alquimista ,bufó ligeramente.
-"Teniente, alguna vez ha usado faldas"
Ante la mirada de poco amigos de Riza Roy supo la respuesta, agregando
-"Porque acaso le da vergüenza mostrarnos sus piernas"
-"No desde luego que no. La razón por la que no uso faldas es porque mi trabajo así lo requiere; como militar que soy debo de proteger su vida, y las misiones que se nos encomiendan implican estar en constante movimiento, y una falda en esos casos resultaría un impedimento para evitar que a usted le vuelen la cabeza bajo la lluvia.
-"Vamos teniente tenemos mas de un mes sin salir de estas cuatro paredes. Lo único que hacemos desde que llegamos es trabajo de oficina. Que peligro puede existir en eso"
-"Si así es, aún así no creo necesario usar una falda aquí"
Roy sabía bien lo que pretendía obtener al haber iniciado esa platica. Y ya que el tema se estaba dando de una forma natural, por así decirlo, no iba a desaprovechar la oportunidad de ver su mas grande anhelo realizado. Lo que estaba a punto de hacer sin duda implicaba un alto riesgo, pero si no era ahora esa oportunidad se le presentaría hasta dentro de los próximos 500 años.
-"Teniente, hagamos una apuesta"-la retó seguro de si mismo.-"Usted tendrá que usar falda cualquier día de este mes"
-"Ja, y que le hace pensar que voy a caer en sus juegos"- a esto se le sumó una risa burlona –"Además que gano, yo a cambio de la falda"
-"Le prometo que dejare de molestar a Black Hayate todo un mes"-propuso esperanzado
-"Para que yo acepte tendría que ser de por vida. Además si me entero que continua molestando a Hayate se la vera con el cañón de esta arma"
Bien... su primer intento no había dado buenos resultados; ciertamente la amenaza del arma era de temerse, pero no por nada Roy era considerado el alquimista de la llama, el mejor hombre dentro de la milicia. Ya había conquistado la gloria, y ahora esta gloria quimérica, se tendría que volver realidad. Así pasamos al segundo intento.
-"Si usa falda un solo día le prometo que cuando llegue a ser fuhrer, usted será la única que podrá elegir, entre si quiere seguir usando ese feo pantalón o las faldas que tengo pensado implantar"
-"Coronel sigue sin convencerme. Que seguridad tengo yo de que usted llegara a ser fuhrer"
-"Eso será una realidad, o que acaso ya se le olvido que cuento con su ayuda"
-"No... bueno eso es cierto, pero que me asegura que después, cuando sea fuhrer ignore esa regla"
-"La seguridad que es mi promesa. Promesa de alquimista"
Se encontraba en el punto critico de su plan maestro y ahora que tenía casi asegurada su victoria no la iba a dejar escapar así de simple. No ahora que después de tantos años su prioridad y sueño numero uno era ver a su Primer Teniente luciendo esas diminutas y ajustables mini faldas azules, que se veían tan bien en las piernas de algunas secretarias; pero que Roy estaba dispuesto a renunciar a su rango si esa maravilla, invento del hombre blanco no se veía mas que mejor en el cuerpo yermo de Riza.
-"Sabe que taisa, mejor dejemos esta tontería para retomarla... nunca"- terminó fastidiada la mujer
-"No espere un momento. Que le parece si a lo anterior le agrego el no molestar nunca mas a Black Hayate, y por todo este mes yo me encargo de su alimentación"- tercer intento y último, intento desesperado con una probabilidad de ... (insertar la probabilidad que desee)
-"Usted no se va a dar por vencido tan fácil ¿cierto taisa? – ante el gesto de su superior. Riza respiró hondo y sin creerse aun ella misma sus palabras consintió en llevar a cabo la apuesta –"De acuerdo, acepto por lo antes ya mencionado. Pero desde ahora le digo que solo será un día"
-"Si , no podía ser de otra manera. Yo Roy Mustang, siempre obtengo lo que quiero"-de haber gritado ese fugaz pensamiento, seguro estaría con un agujero en la frente y con su plan maestro desecho. Lo mas prudente fue solo pensarlo e inmediatamente su mente comenzó a maquilar como sería el día en que Riza llegara al cuartel con su falda. Tal vez sea la semana que entra, o mejor mañana para que esperar tanto.
Cerró sus ojos para visualizar mejor ese glorioso momento. Un día soleado se cernía en la imaginación de Roy, los pájaros trinando rebosando en las copas de los árboles; él esperando en la entrada, porque desde luego ese día el llegaría temprano, con los brazos detrás de la espalda. Cuando frente a él, allá a lo lejos se aprecia la figura de sus sueños con su cabello amarrado, su saco cerrado nada fuera de lo común; pero al ir bajando una franja de tela azul, ceñida a unas piernas bien torneadas, y contoneándose sus caderas a cada paso. Si otro poco y la figura de su mente se podía materializar si tal vez lo deseara con todas sus fuerzas.
Lo que parecía ser un cuento de ensueño y hadas se vio rápidamente remplazado por la peor pesadilla de la historia. Una, dos, tres, diez, cincuenta, cien, Havoc, Breda, Falman y hasta Fuery, se encontraban inundando los pasillos, su oficina y por donde quiera que pasara la susodicha; y con cada segundo que pasaba la cantidad de hombres y ojos curiosos aumentaban como plaga, todos enfocando y disfrutando de lo que se supondría sería exclusivo para el alquimista de la llama.
Abrió de golpe los ojos ante tal catástrofe su plan maestro se había puesto en su contra y la idea de Riza con falda dentro de la oficina ya no era tan tentadora como minutos antes. Trató de enmendar su error pero fue demasiado tarde.
-"Teniente, tengo pensado unos cambios de último momento"
-"No. ni siquiera lo piense, por nada del mundo voy a acceder a otra de sus grandiosas ideas"-y con una mirada de miedo Roy prefirió cerrar la boca.
La situación no estaba perdida del todo, lo único que necesitaba el hombre era un buen plan tipo E.C.D.A. (En Caso de Disparo no Anticipado) y salvaría la apuesta. El problema radicaba en que no existía dicho plan.
-"Coronel, hombres y Teniente, saludos a todos"- entró saludando efusivamente Alex Louis Armstrog
-"Ahora no mayor estoy trabajando en algo importante"-
-"Trabajando, lo dice enserio taisa"- comentaron a coro los cuatro hombres que regresaban a sus puestos.
-"Nada puede ser tan importante para no prestarle atención a esta nueva noticia. Mi hermana, la linda y tierna Catherine Armstrong, cumplirá la semana próxima 20 años. Y de acuerdo a la tradición transmitida de generación en generación, por 180 años en la casa Armstrong, esa fecha se celebra con una fiesta de disfraces. Y ustedes mis buenos amigos están invitados"- mientras repartía a cada uno las invitaciones continuaba con su discurso –" recuerden sábado por la noche, en la mansión Armstrong, la cual a sido habitada por varias generaciones por nuestra noble familia. Ah! y algo mas, se que todos querrán disfrazarse de mí, pero estos músculos, aprécienlos y tóquenlos, no se logran en una semana, es el resultado de pertenecer a la familia Armstrong. Vamos Havoc tócalos, no hay porque avergonzarse"
CONTINUARA...
Historia rápida es sencilla. La idea surgió en una platica con mi amiga Mika, preguntándonos el como le haría Roy con tal de ver a Riza con minifalda, sin forzarla directamente. Y así nacio la hist, tenía un tiempo que la empecé, pero por razones desconocidas no la había vuelto a ver hasta ahora que finalmente ve la luz, jeje.
Originalmente iba a ser solo un one-shot, pero como el asunto va para largo, la historia será de dos o tres cap. mas largo... hmm... no lo tengo contemplado pero todo depende de como se me den las ideas, y de sus reviews claro.
Así que como siempre sus reviews, comentarios, buenos, malos y de todo tipo me alegran el día. Entre mas reviews mas feliz como una lombriz seré.
Ahh! y gracias a Alis-chan, que me ayudo con el título y me convenció en parte para que lo subiera... ya.
TAO JUN SHINOMORI
&
PAO-MIKA
(que me saco del apuro, con unas ideas)
