Shaman King no me pertenece *se va a un rincón a llorar*


CHOCOLOVE.


Al ser un huérfano a tan poca edad y no tener a ningún pariente cerca, acunó las calles como sus amigas, sus cómplices y sus confidentes.

Creció odiando a la navidad. ¿Qué clase de persona asesinaba a la gente en noche buena? Sin duda la tierra era un lugar cruel, vil y sombrío en donde tenía que aprender a sobrevivir. Y lo hizo. No de la mejor forma ni en las mejores circunstancias, pero al fin de cuentas aún seguía con vida, valiéndose de sus propios medios y de su ingenio, de sus habilidades, de su espíritu de lucha y sobre todo por el resentimiento creado hacia la humanidad.

Ser el jefe de su propia banda lo hacía sentir importante y poderoso y eso le agradaba. Él era el dirigente de su vida, de sus decisiones y no recibía órdenes de nadie; para los demás tenía la vida perfecta, pero él sentía un vacío que cada vez más veía imposible de llenar.

Cada día transcurrido recordaba a sus padres y el dolor que le provocó perderlos y lloraba. Esta no era la vida que quería, pero le tocaba vivirla. Y de nuevo llegó navidad, ese día que tanto odiaba y le dolía rememorar.

Esas 24 horas torturantes lo único que lograban era ponerlo de mal humor y junto con su banda le disparó a un hombre; lo hizo cegado por la ira y el remordimiento, sin embargo: no sintió satisfacción, por el contrario la culpa se adueñó de su mente y de su cuerpo.

¿Qué había hecho? Se había convertido en un asesino. ¿Y si ese hombre tenía familia? ¿Hijos? ¿Esposa?

Sus pensamientos no lo dejaban en paz, alucinaba, lloraba y corría. Quería dejar de pensar en la muerte, pero no podía.

Se alejó de todos y comprendió que estaba solo. No sería fácil recomponer su vida y siendo honesto, tampoco tenía ganas de hacerlo.

Y entonces, apareció él: Orona.

Ese viejo que pudo esquivar sin dificultad las balas; ese viejo le sonreía y lo miraba con ternura; ese viejo lo hizo olvidar todo el odio que sentía.

Orona fue su familia y su primer amigo, gracias a él conoció las cosas bonitas de la vida y comprendió que la risa era la mejor medicina para solucionar los problemas del mundo. Orona, estuvo a su lado y lo ayudó a madurar, le enseñó a perdonar y creer en sí mismo y le había dado motivos para vivir.

Orona le mostró la realidad desde otra perspectiva y le enseñó a sonreír y a transmitir felicidad.

Su vida cambió gracias a él.

Orona había sido lo mejor de su vida y sobre su tumba juró ganar el torneo, le sonrió a Mic y el tigre le devolvió la sonrisa. Juntos llevarían la brisa de la risa a cada rincón del planeta.


FIN :D

Jelou mundo, :')

Perdóóóóóón, debo mil cosas de mis LongFics pero escribo drabbles, que Hao me perdone.

Ahora, si algo no cuadra con el manga, no sé D: pido disculpas, leí el manga a los 14 y ya tengo 19, ay la vejez, pero creo que el propósito era mostrar los sentimientos del chocolatín.

¿Merezco reviews? Yo sé que síííí :B, así sea para insultar, todo es ganancia en esta vida xD.

Os quiero mucho, y espero que mi inspiración no se vaya.

¡Mañana cumplo dos años en FF! La única relación medio estable de mi vida.

Chauuu!