Holaaa…

Chicas y chicos que ya habían leído este cap. Bueno decidí ofrecerle una mejorada historia y por ello estaré reeditando todos los capítulos hasta el último que publique, le agregare cosas nuevas y más emociones, creo que se lo merecen.

Espero que este nuevo comienzo sea de su completo agrado.

Por favor léanlo y déjenme sus comentarios.

Sembrando Un Nuevo Futuro

Capitulo "1¿El final o un nuevo comienzo?"

La batalla había llegado a su final heridos y cuerpos se extendía a lo largo y ancho de sociedad de almas

Aunque trataron de evitar que la ciudad de Karakura fuera destruida algunos habitantes habían muerto tras la última pelea. Aizen había llegado a la principal puerta que lo llevaría ante el rey, pero fue acecinado por Ichigo un mal de sangre se extendía por todo el lugar Urahara, Yoruichi y Isshin se encontraban agonizando debatiéndose en una nueva pelea que era mantenerse con vida y allí estaba Rukia bañada con la sangre de todos los caído de aquella sala y Ichigo volviendo a su forma Shinigami mientras que su armadura de huesos desaparecía lentamente en miles de partículas como si jamás fuera estado pegada a su cuerpo como una segunda piel...

Rukia aun no se movía mantenía su cabeza baja y su katana bañada en sangre, aquel blanco puro característico de su Zampakutou había cambiado a un rojo sangriento.

En la lejanía Rukia podía oír pasos veloces y topes que acercaban asía ellos como ecos que retumbaban en su cabeza, ella no necesitaba girarse para ver quiénes eran lo que se acercaban, podía sentir su energía fluir de sus cuerpos armoniosamente y gracias a ello pudo saber que no estaban heridos y su corazón se alegro por ellos.

-¡Kurosaki –kun! - se oyó la voz de Inoue que se acercaba seguida de Sado, Ishida y Renji los cuales habían sido sanados por Inoue con rostro de preocupación y expectantes. Rukia pudo sentir la tención cuando ellos se acercaron pero aun así siguió en su misma posición sin inmutarse, sabia que lo peor estaba por venir, lo único que pedía era no sentir más dolor ya tenia suficiente con la agonía que sentían en ese momento por el silencio de Ichigo y las heridas que envenenaban su cuerpo.

Ichigo los miro y sonrió. Pero su sonrisa no duro al ver a su padre moribundo y a sus amigos.

Se inclino lentamente hasta su padre. Mientras que Inoue usaba su poder para sanarlos a todos.

Renji se acerco hasta en donde estaba Rukia en una quietud nunca antes vista parecía una estatua mármol de lo quieta que estaba.

-¡Rukia! - la llamo Renji en un susurro.

Pero no tuvo ninguna respuesta. Rukia seguía sumergida en sus pensamientos quieta como una estatua de sal.

-¡Rukia! - la volvió a llamar pero esta seguía inmóvil, una vena se marco en cráneo del peli rojo a la vez que un tic se marco en su ceja, mientras sus ojos mostraban molestia por la forma en que lo estaba ignorando su mejor amiga..

-¡RUKIA! - esta vez grito y la morena giro lentamente para mirarlo.

-¿Que sucede Renji? – pregunto en susurro lastimero.

-Nada solo quería saber si estabas bien. -Dijo el peli rojo cruzando sus brazos a la altura de su pecho girando su rostro para ver asía Ichigo.

-Si… - respondió la morena. -No te preocupes por mí. – le sonrió con una amplia sonrisa que no le llego a sus ojos.

-Estaba preocupado. – le susurro mirándola fijamente con mirada escudriñadora.

-No soy ninguna inútil. - respondió Rukia con una venita en la frente algo molesta porque no reconocía sus habilidades como Shinigami.

-Yo no he dicho eso. - hablo rápidamente Renji viendo la aura oscura que se formaba alrededor de Rukia, y en ese momento que se acaba de recuperar de sus heridas no quería volverse a ver lastimado.

-Solo me preocupe al verte cubierta de sangre. – respondió dejando escapar un poco aire de sus pulmones contenido involuntariamente mientras se llevaba su manos vendadas a su roja cabellera en señal de nerviosismo.

-No te preocupes. – susurro un poco conmovida por las palabras de Renji.

Dirigió su atención hasta los caídos y como Inoue comenzaba el proceso de curación.

El rostro de los tres mal heridos comenzaron a abandonar las muecas de dolor a los minutos que Inoue comenzó a usar su poder.

La primera en abrir los ojos fue Yoruichi mientras se llevaba las manos a la cabeza y buscaba a Urahara con la mirara rápidamente el cual tenía al lado. El siguiente en abrir los ojos fue Isshin solo le sonrió a su hijo el cual se veía preocupado por el estado de su padre

-¿Porque me vez con esa cara de idiota? -pregunto Isshin al ver la cara desfigurada de su hijo, pero este no respondió al comentario de su viejo y solo pudo bajar la cabeza y liberar un sollozo, por un momento Ichigo temió perder a su padre y ese dolor y vacio a pesar de verlo despierto y usando el sarcasmo con él, aun así no se aliviaba aquel vacio que crecía en su estomago...

-Ni creas que te desecharas así como así de tu padre. – continuo Isshin regalándole una amplia sonrisa a su hijo un poco conmovido por su lagrimas.

-Viejo. – fue lo único que pudo decir Ichigo con una sonrisa torcida antes de escuchar la voz preocupada de Yoruichi.

-¡Urahara! ¿Por que aun no responde? - pregunto Yoruichi al ver que Urahara no despertaba a pesar de que sus heridas ya habían desaparecido por completo algo andaba mal y ella lo presentía y le dolía no ver a su amado abrir los ojos.

-Hay algo que lo está impidiendo… -dijo Inoue mientras se forzaba aun mas.

Ichigo giro con brusquedad a mirar ha Rukia con una especie de ira desbordante y perturbadora que sorprendió a todos los presentes.

La morena mantuvo la mirada… ella no se dejaría intimidar por Ichigo, aunque fuera el Shinigami más poderoso de toda la sociedad de almas ella era una Kuchiki y una Kuchiki debía mantener su orgullo aunque se estuviera desgarrando por dentro ante el odio que emanaba el cuerpo de Ichigo que era reflejado en su aura.

-¿Kurosaki que paso en este lugar? - pregunto Ishida atrayendo la mirada de peli naranja cortando un poco aquel ambiente perturbador.

-Pregúntale ha Kuchiki Rukia ella lo sabe mejor que nadie. – respondió mientras le daba la espalda a la morena y caminaba asía el cuerpo caído de Urahara.

Todo se quedo en silencio no entendía la actitud del peli naranja, pero por momento no intervendría en las peleas de ellos.

-Ahora soy Kuchiki Rukia. - dijo la morena con voz indiferente y un poco elevada para Ichigo la escuchara.

Lo cual le dolió al peli naranja.

-De ahora en adelante para mí solo serás eso. – dijo con rencor si girarse a mirar aquella Shinigami que había marcado su vida para siempre.

-No puedo quejar fuera sido peor. -Volvió a hablar la morena con voz indiferente

-¡Que no te puedes quejar!… - se güiro para mirarla. - ya veo para ti yo no soy nadie. – dijo algo dolido.

-Kurosaki Ichigo… - suspiro. - ¿qué es lo que te moleta? ¿Acaso tú no estabas feliz de tenerme a tu lado? ¿Acaso no fuiste tú el que me salvo de la muerte en varias ocasiones?. – le pregunto mirándolo a los ojos esperando una respuesta.

-Sí y no sabes cómo me arrepiento. – escupió con veneno cada palabra, quería lastimarla y el sabia que de alguna forma esas palabras la habían herido. Y la verdad era que no estaba equivocado, aquellas palabras se clavaron en el corazón de Rukia como miles de agujas destrozándola por dentro. Pero no dejo ver sus emociones, ella era una Kuchiki y como tal sabia ocultar sus emociones bajo un velo de indiferencia y arrogancia de cual asía gala en ese momento.

-Hijo déjalo ya. - pidió Isshin evitando que los dos siguieran lastimándose y aun en shock por aquellas palabras a las cual él un no le encontraba sentido.

-¡Que lo deje!... acaso no te diste de cuenta de lo que hizo esta Shinigami. – se señalo de arriba abajo menospreciando su presencia lo cual fue otro golpe para el mal herido corazón de Rukia.

-Que dramático eres Ichigo. -Dijo la morena ante una sonrisa irónica cruzando sus brazos como minutos atrás lo había hecho Renji tomando su pose de superioridad ante el joven…

-¡DRAMATICO!... -grito el Shinigami sustituto a todo pulmón sobre saltando un poco a Inoue que lo miro asustada.

-Pero que gritos son esos… - se quejo Urahara con débil voz mientras habría los ojos.

Todo volvió a quedar en silencio mientras que el rubio se trataba de poner de pie con la ayuda de Yoruichi que se había apresurado a su lado.

-Gracias Inoue. - dijo el comerciante sonriéndole a una sonrojada Inoue que jugaba con sus dedos olvidándose de la discusión que había tenido Rukia y Ichigo segundos antes...

-De nada Urahara-san. -Contesto la peli naranja mostrando su mejor sonrisa.

-Hey parece que ya todos estamos bien ya nos podemos ir… - hablo Yoruichi cortando un poco la tención que se había formado de nuevo tras un extenso silencio.

-Si es lo mejor ya no soporto estar en este lugar… - dijo Ichigo al tiempo que se aparecían Hitsugaya y su escuadrón para recoger el cadáver de Aizen Sasuke traidor de la sociedad de alma y de los Shinigamis.

Todos comenzaron a ponerse en macha de nuevo Rukia iba detrás de todo siguiendo ha Hitsugaya el cual iba detrás de los Shinigamis que llevan el cuerpo de Aizen.

Con cada paso que daba la morena dejaba una huella de sangre y su vista se hacía borrosa, su cuerpo comenzaba a temblar, sentía como su sangre subía hasta su boca y como un sabor metálico la inundaba saliendo de ella dejando un hilo de esta el cual bajaba por su barbilla.

Se llevó las manos hasta la boca apresuradamente para limpiase conteniendo sus temblores.

-¡Estas sangrado! – afirmo Hitsugaya deteniendo la marcha. Viendo fijamente a la morena detrás de el, que limpiaba rápidamente su boca aunque aun se podía ver la palidez de la que ahora era presa al igual que los temblores y el sudor que recorría por su frente.

-¿De qué hablas? -pregunto haciéndose la desentendida tratando de aparentar normalidad y una tranquilidad que no poseía en ese momento.

-¿Que sucede? - pregunto Yoruichi al ver que Hitsugaya que se había detenido frente a Rukia y parecía tener una discusión con la morena.

-Kuchiki Rukia esta herida. – informo el capitán al resto del grupo sin quitarle la mirada a la morena haciendo que todo el grupo se detuviera.

-¿Kuchiki –san aun no te han curado esas heridas? –pregunto Urahara a la vez que regresaba rápidamente parándose frente de la morena abriéndole el kimono dejando ver una profunda herida y algo morado que burbujeaba de ella.

El rostro de todos palideció.

Y en sus caras solo se vio el dolor reflejado.

-¿Cuando te hirieron? -pregunto Yoruichi perpleja dando un paso asía la morena que oculto rápidamente la herida ante los ojos de sus amigos.

-Eso no importa. – respondió rápidamente alejándose de Urahara que era quien más cerca estaba de ella en ese momento.

De nuevo la mirada se le izo borrosa a la morena. El veneno seguía corriendo por sus venas y la sangre parecía no querer dejar de salir de su cuerpo. Ella sabía que Estaba llegando a su límite.

-Kuchiki-san… deja que yo te sane. – se ofreció Inoue saliendo de su estado de shock al ver a la Shinigami con aquella herida mientras caminaba hacia Rukia.

-No te acerques. - dijo Rukia con voz dura y firme.

-Pero esta herida. – argumento la peli naranja dando un paso mas así la morena un poco confundida por su actitud.

-He dicho que no te acerques. –repitió molesta a la vez que daba un paso así atrás.

Pero Inoue siguió avanzando sin prestarle atención a las exigencias de Rukia.

-Inoue no te acerques a ella. – esta vez quien lo pidió fue Urahara. -En estos momentos tu poder la puede lastimar más. – continuo al ver el rostro confundido de Inoue ante su petición.

Renji se acercó corriendo pero Rukia se alejo más de él con un rápido movimiento que izo que se tambaleara en sus propios pies como una mecedora.

-¡No se acerquen! -grito Rukia algo angustiada mirando a todos los presentes mientras tosía sangre.

Ichigo estaba perplejo no entendía nada ¿cuando Rukia había sido herida de esa forma? ¿Y que era eso que había en su herida?.

Un nuevo hilo de sangre apareció en la boca de Rukia asiendo que esta tosiera repentinamente por segunda vez.

Inoue trato de dar un paso más pero Urahara la detuvo nuevamente sosteniéndola del brazo para evitar su avance.

-No te le acerques es peligroso. - dijo el rubio con la mirada seria.

-¿Qué ocurre? - pregunto Isshin mirando a Urahara.

-No se preocupen estoy bien. -Rukia sonrió respondiendo a la pregunta del patriarca de la familia Kurosaki… su familia.

-¿Qué hora es? – pregunto repentinamente Urahara ante la mirada de desconcierto de todos.

-Las 6 de la tarde. - respondió uno de los subordinados de Hitsugaya.

-Hace 20 minutos que te hirió eso significa que te quedan doce horas de vida. ´- concluyo Urahara ante la mirada atónica de todos como si hablara de clima, aunque la realidad era otra.

-No lo digas así por favor. - pidió Rukia con otra sonrisa. - estoy feliz porque he hecho algo bueno después de todo. – su sonrisa se volvió un poco melancólica mostrando un poco de sufrimiento.

Ichigo estaba pasmado acababa de oír que Rukia le quedaban 12 hora de vidas y ella decía que estaba feliz. "Pero que idiotez era esa"

Y no solo Ichigo todos estaban impactados por hecho de que ella moriría y lo aceptaba mostrando una sonrisa.

-Kuchiki-san por favor… por favor deja que te cure. - le suplico Inoue entres lagrimas dando un nuevo paso asía la morena.

-Es necesario que yo muera Inoue… si sigo viviendo esto volverá a pasar de nuevo. – miro a su alrededor viendo aquella destrucción y alguno cuerpos de Shinigami y humanos.

-¿De que hablas Rukia? ¿Cómo te atreves a decir que está bien que tú mueras? - grito Renji desesperado. -¿Y que es eso que ocurrirá de nuevo? – pregunto mostrando dolor y su voz entre cortada por retener sus lagrimas.

-Renji espero que algún día comprendas que es por bien de todos. – cerro sus ojos y se llevo la mano asía su herida para tocar aquella zona ensangrentada y llena de veneno letal y peligroso y si un antídoto que pudiera detener su avance y salvarle la vida a su víctima.

-¿Como alguien se puede darse por vencido sin ni siquiera luchar?. –pregunto Isshin mostrándose serio mirando con decepción a la morena que quería como una hija dándose por vencida sin ni siquiera luchar por su propia vida teniendo una oportunidad para salvase, pero aun así el era consciente que debía de haber una razón poderosa para no hacerlo, él sabía que había algo mas y que solo una persona de ese grupo la conocía y esa persona era Urahara que evitaba levantar la mirada para mirar a Rukia.

-Lamento que pienses así, pero ya estoy cansada de pelear ya no me quedan fuerzas ni voluntad. – susurro bajando su cabeza un poco evitando la mirada de ex Shinigami

-¿De qué hablas? acaso no le dijiste ha Renji que eras fuertes. – intervino Ishida que se había mantenido en silencio, analizando aquella situación. Él conocía a Rukia y conocía tambien su fuerza y valor y tambien mantenía las mismas sospechas que Isshin, que detrás de todo aquello había algo mas y solo Urahara podría responder aquella pregunta.

-Siento mucho en los problemas que los he metido, espero que algún día me perdonen. – sonrió con una sonrisa amarga mientras asía una pequeña reverencia en señal de respeto y despedida.

El cuerpo de Rukia se comenzaba a desvanecer en aire poco a poco.

Ichigo se movió rápidamente quedando frente a Rukia parecía que quería llorar y sus ojos reflejaban dolor.

-¿Qué te pasa Kurosaki? –pregunto la morena al ver el rostro distorsionado del salvador de la sociedad de almas y el mundo de los humanos.

-¿Rukia que estas asiendo? - pregunto el peli naranja con la voz entre cortada aun si asimilar todo lo que había estado oyendo en su estado de shock...

-Acaso no dijiste que era mejor que estuviera muerta, estoy cumpliendo tu deseó Kurosaki Ichigo. –susurro con un hilo de voz a la vez que desaparecía por completo frente los ojos abiertos exageradamente de Ichigo ante aquellas palabras que repitieron en su cerebro miles de veces a una velocidad vertiginosa…

No tardo en reaccionar abalanzándose sobre Rukia pero ella ya no estaba allí se había desvanecido y con ella su vida… un grito desgarrador salió de su garganta con el nombre de Rukia que retumbo por todo aquel lugar.

Todos estaban pasmados Rukia iba a morir y ella lo había aceptando y ahora se había ido a cumplir con su destino, a recibir su muerte sin poner resistencia alguna.

Ichigo callo de rodilla, desamparado y con una angustia que no dejaba latir a su corazón ahogándolo con aquel dolor segador.

-Yo….yo no quiero que mueras… -susurro mientras las lagrimas aparecían en su rostro. – ¡YO NO QUIERO QUE MUERAS! – grito como si ella pudiera estar cerca de allí y oírlo gritar aquellas palabras que eran los gritos desesperados de su alma.

-Tranquilo hijo hay que detenerla. -Isshin se acerco a su hijo mientras al igual que todos reflejaba dolor en sus ojos, para Isshin en ese momento era como si estuviera perdiendo una hija y para su hijo era aun peor porque él estaba perdiendo no solo a una amiga, una hermana si no a la mujer que amaba... y el ya había pasado por ese dolor y sabía exactamente por lo que estaba pasando su hijo en ese momento, solo que el tenia esperanza de encontrarla.

-Urahara-san ¿que es lo que tiene Kuchiki?. - pregunto Sado, haciendo la pregunta del millón, atrayendo todas las miradas asía el rubio.

-Ella fue envenenada por Aizen. -Los ojos de todos se abrieron a lo más no poder, sorprendidos por revelado, pero el que mas sorpresa mostro fue Ichigo que no había dado cuenta cuando había sido herida de esa forma y encima envenenada y se suponía que él debía cuidarla, protégela pero había fracasado.

-¿Cuando sucedió yo no vi nada?. –intervino Yoruichi sorprendida con sus ojos abiertos hasta no poder, mostrando sus sorpresa en ellos y su expresión facial..

-El plan de Aizen era llevarse consigo ha Kuchiki –san, por ello la enveneno para que ella al temer por su muerte se fuera con él. – suspiro el rubio mirando el cuerpo de Aizen bajo aquellas mantas blancas.

Ichigo apretó sus puños aun después de muerto Aizen seguía haciéndole daño a sus seres queridos.

-¡Pero si el siempre trataba de matarla cuando la tenía cerca!. -Reflexiono Renji con la mano en su Zampakutou apretando su empuñadura con fuerza frustrado por no encontrar el reatzu de Rukia para ir en su busca.

-Eso era lo que él quería que pensáramos… nunca se dieron cuenta que cuando alguien intentaba matar a Kuchiki-san siempre aparecía alguien de nosotros interviniendo. – las palabras de Urahara fueron afirmadas por os presentes que se sumergieron en sus recuerdos momentáneamente.

-¿Quieres decir que él había planeado todo?. - hablo Ichigo mientras se ponía de pie aun con la mirada gacha ocultando sus ojos vidriosos a cusas de las lagrimas que quería contener..

-Así es… si el moría con él lo aria Kuchiki -san porque ella es. -No termino de hablar el rubio ya que Ichigo lo interrumpió mostrando una gran sonrisa.

-¡Ya te encontré Rukia!. - dijo ante la mirada sorprendido de todos que la habían estado buscando pero no daban con ningún rastro de la morena.

Rukia corría hacia un reatzu muy conocido para ella cuando en su camino un personaje muy conocido se para frente a ella.

-¿Kuchiki Rukia lo has hecho? - pregunto el anciano con el bastón en la mano en medio de aquél camino solitario donde las estrellas que aprecian en lo alto del firmamento eran las únicas testigos de aquel encuentro.

-Si comandante Yamamoto. – hablo entre jardeos ocultando su herida pero sin ningún éxito, las muecas de dolor adornaban su rostro y la palidez de su piel ya era fantasmal.

-Siento mucho haberte obligado a ello, pero era la única opción para que esto algún día no se volviera a repetir. – el anciano cerro sus ojos con expresión indescifrable, pero lleno de emociones.

-No se preocupe estoy feliz ya que el futuro de los humanos y la sociedad de almas no volverá a ser amenazado. Ahora por favor tengo que verlo. – pidió dando un paso asía adelante, quería ir a ver a esa persona antes de que todo terminara, debía agradecerle todo lo que el había hecho por ella, ese era su último deseo y quería cumplirlo.

-Si ve pequeña y gracias nunca olvidare los que has hecho por nosotros. -Dijo el viejo mientras le hacia una reverencia ante el asombro de Rukia antes de seguir su camino dejando rodar una lágrima solitaria por su rostro viendo marchar a la salvadora indirecta del mundo.

Kuchiki Byakuya estaba junto su escuadrón recibiendo la información de los avances y daños de la sociedad de almas cuando sintió el reatzu de su hermana tras un albor de cerezo, sin dudarlo un momento siguió el reatzu cuando llego el árbol solo pudo ver un charco de sangre lo cual izo apresurar su paso siguiendo el reatzu hasta su mansión.

Y allí estaba ella en frente del altar de su hermana. Kuchiki Rukia respirando con dificultad mientras la sangre seguía saliendo de su cuerpo como si hullera del veneno que avanzaba lentamente por su cuerpo.

-Rukia. – susurro con vos altanera. Pero Rukia no se güiro a verlo, ella seguía mirando el retrato de su hermana que mostraba una hermosa sonrisa rodeada de hermosos lirios.

-Gracias por todos estos años hermano… me siento muy feliz que me haigas adoptado y protegido. -De nuevo la tos se apodero de ella asiéndola que se doblara de dolor.

-¿Quien te lastimo de esa forma?. – exigió saber mientras llevaba su mano inconscientemente hasta su Zampakutou.

-Eso ya no importa. -Contesto la morena al tiempo que volteaba a mirar a su hermano mostrándole una hermosa sonrisa.

-Deberías ir que Unohana para que te atienda. –le recomendó un preocupado Byakuya aunque escondiendo muy bien su preocupación bajo esa mascara de indiferencia que tanto lo caracterizaba.

-Byakuya nii- sama he venido a despedirme de ti. – tomo un poco de aire para llenar su pulmones para continúan con aquella oración. - mi muerte se acerca, solo quise mirarle por última vez y darle las gracias a mi hermana por envíate en mi busca, aunque yo no he sido una buena hermana… siempre fui una deshonra para la familia. – sonrió con tristeza mientras miraba el retrato de su hermana, recordando todo las situaciones que había vivido en aquella mansión y desde que había pasado a formar parte de aquella prestigiosa familia de nobles.

-¿De qué estás hablando Rukia?. Es mejor llevarte al escuadrón de Unohana. – el peli negro dio dos paso decidido a llevar a su pequeña hermana para que le trataran esa herida mientras le tendía la mano.

-El se acerca a sido muy rápido será mejor que me marche. – susurro con la mirada perdida.

-¿A dónde vas?. –quiso saber el noble mientras miraba como su hermana comenzaba a concentrar su energía.

-A morir en paz. - sonrió la morena. Byakuya no dijo nada porque su mente aun le costaba asimilar las palabras de aquella Shinigami que aunque le costara reconocerlo era su orgullo, la única persona que consideraba su familia y la única que deseaba proteger con sus dos brazos y todo lo que él representaba, porque Rukia se había convertido en su único refugió y ella era la única persona que llenaba ese vacío que había dejado su amada Hisana, porque Rukia era la única persona que le daba su cariño sinceró, ella era la única que le regalaba una verdadera sonrisa genuina, porque ella aunque no lo supiera lo necesitaba y el a ella.

-Sabes hermano… si volviera a nacer me gustaría seguir siendo la hermana de Kuchiki Byakuya el hombre que más admiro y respeto. – Rukia se había prometido no llorar ante su hermano no quería que el ultimo recuerdo que el poseyera de ella fuere ese, quería sonreír para el por última vez, no quería mostrarse débil, pero le era muy difícil, porque muy en el fondo de su corazón ella no quería morir.

-¡Rukia…! – corazón de Byakuya se acelero, dándose cuenta que las palabras de su hermana eran una despedida y no una sandeces de tonterías causada por el delirio de esa horrenda herida.

-Adiós ni-sama. -El cuerpo de Rukia se comenzó a desvanecer como minutos antes cuando se había despedido de sus amigos.

Ichigo entro el recinto mientras veía como Rukia volvía a desaparecer frente a sus ojos sin poder hacer nada para evitarlo.

-¡RUKIA! - otro grito de Ichigo inmundo el lugar Rukia solo desvió la mirada, no quería ver aquellos ojos que le reprocharían aquella decisión después de todo eso era lo mejor que le podía pasar a Ichigo después de todo el le había dicho que la prefería ver muerta y ella cumpliría su deseado con una última lagrima rodando por su mejilla desapareció sin dejar rastro, lo único que dejo atrás fue un charco de sangre roja que brillaba con la luz de las velas de aquel altar en donde se podía apreciar el rostro de Hisana Kuchiki.

Ya solo le quedan dos horas de aquella cuenta regresiva que representaba la vida de Rukia, ya se podía ver a los lejos destellos naranjas de la aurora, se acercaba el amanecer y Rukia estaba sentada recostada de un árbol en el campo en el cual solía entrenar con Kaien.

Los destellos naranjas se asían más visibles ante la sonrisa de la morena.

-En mis últimos momentos solo puedo ver ese color naranja que me recuerda a tus alborotados cabellos. – susurro con una amarga sonrisa. –¿Ichigo de verdad me odias para desearme la muerte?. – le pregunto al aire mientras una cálida briza movía sus cabellos azabache.

Las lagrimas inundaron sus ojos el dolor que le causaron esas palabras la asían desistir de vivir, porque aquellas palabras la habían orillado a recibir la muerte con los brazos abiertos que se le acercaba con pasos sigilosos hundiéndola en la agonía por su espera.

-¡Ichigo eres un idiota! – grito tosiendo fuertemente dejando que la sangre inundara su boca nuevamente.

-Kuchiki-san. - se escucho la voz calidad de un hombre ante la mirada atónica de Rukia que lo miraba con ojos desorbitado negándose a creer lo que veían sus ojos.

-Kaien-dono. – susurro aun sin poder creérselo, el estaba allí frente a ella. Cuantas veces había deseado mirar de nuevo su sonrisa y verse reflejada en sus ojos.

-Ja así saludas a tu superior. – se mofo el Shinigami mientras se acercaba a Rukia con pasos seguros.

-¿Has venido por mi? -pregunto la morena con vos resignada.

-No solo me tome la molesta en venirte a preguntarte algo. – cruzo sus brazos sobre su pecho y miro asía aquel amanecer hermoso que se levantaba ante ellos.

-¿Y que es? -Pregunto la morena. Algo contrariado por aquella aclaración sin dejar de ver a quien una vez fue su vice capitán

-¡QUE DEMONIOS CREES QUE HACES! -Grito el hombre poniendo una de sus manos en la cabeza de Rukia mirándola fijamente a los ojos sorprendidos de la morena.

-Estoy muriendo Kaien-dono. -Contesto serenamente no le tenía miedo a la muerte después de todo ella era una Shinigami y estaba en paz con su alma.

-¿Y porque demonios estas muriendo sola a casa no me prometiste que no lo arias?. – pregunto recordando aquella promesa de aquella noche lluviosa cuando él murió.

-Si lo sé. -Rukia rompió en llantos de nuevo. –Que patética soy. -Trato de limpiarse las lagrimas con sus manos llenas de sangre que no hicieron más que ensuciar sus pálidas mejillas.

-No llores. - susurro el hombre mientras sonreía amablemente. -Solo me preguntaba ¿por qué no le degaste tu corazón a alguien?. – sonrió un poco para ver a su subordinada favorita tratando de mostrarse valiente hasta el final de su existencia.

-¿Porque ese alguien aun no existe?. – dijo ignorando una imagen de Ichigo sonriéndole frente a ella.

-¿Y tus amigos, a ellos porque no se lo dejaste?. – quiso saber con una mirada preocupada.

-Lo ciento. -se disculpo la morena ante la mirada desaprobatoria de su fukataicho.

-Sabes Rukia tienes muchos amigos y al ver como morías no pude evitar sentirme molesto, porque eres especial Rukia. – la miro fijamente mientras ponía una de sus manos en las mejilla fría de la peli negra que lo vio algo sorprendida por la respuesta del moreno.

-Kaien-dono. – susurro mientras las lagrimas salían de sus ojos sin ningún control.

-Siempre has sido alguien muy importante en los corazones de aquellos que te rodean por eso yo no dejare que desaparezcas sola. – sonrió de nuevo mientras le daba un beso en la frente con todo el cariño que se podía expresar con aquella acción.

-Y por eso has venido. – susurro la morena serrando sus ojos sintiendo la calidez que emanaba Kaien.

-Si ahora ven sube a mi espalda. – se giro dándole la espalda a Rukia un poco agachado para que ella trepara sobre su espalda. –Te llevare a un buen lugar en donde puedas descansar en paz. – susurro entre dientes con un mucha tristezas en sus facciones.

Rukia se sonrojo un poco al subir a su espalda de quien una vez fue el hombre que mas admiro.

-Estas tibio Kaien. – susurro con un deje de dolor en su temblorosa vos mientras serraba los ojos dejando que su cuerpo recibiera aquella calidez que tranquilizaba a su alma.

-Y tú estas muy fría Kuchiki. – sonrió sonoramente mientras caminaba sobre una colina sintiendo la fría sangre de Rukia en su espalda.

-No me llames Kuchiki dime Rukia. – le pidió tras un quejido.

Kaien solo sonrió. -Como usted diga Rukia-chan. – sonrió mas ampliamente

Rukia solo sonrió.

-Estoy feliz de que haigas venido por mí. – susurro en su oído apretándolo con un poco de sus fuerzas.

-Sí. -Respondió el Shinigami con mirada perdida y dolida.

Rukia seguía perdida en su letargo sus ojos apenas podían ver solo pudo divisar que entraban a una especie de cueva que se oscurecía a medida que avanzaban o eran sus ojos que ya no podían enfocar nada mas allá de su nariz.

-¿Ha donde vamos? -pregunto forzando su voz que salió de su garganta dolorosamente.

-A un lugar en donde puedas descansar. – repitió mientras apretaba con un poco de fuerza las piernas de la morena.

-Kaien ase frio. – susurro con pesar, la muerte ya había llegado solo esperaba unos minutos para tomar posesión de su alma.

-Solo aguanta un poco mas no te des por vencida a un no llegamos. – le pidió con suavidad en su vos.

-Ya no siento mi cuerpo. – susurro sintiendo el peso de sus ojos y los latidos lentos de su corazón.

-Es aquí. - dijo Kaien bajando a morena, poniéndola sobre la tierra fría arregostándola de una roca algo tosca.

-¿En dónde estamos? - pregunto de nuevo sin aun enfocar bien las cosas que estaban a su alrededor.

-Kuchiki Rukia ha llegado la hora que liberes a tu bankai. – ordeno con vos autoritaria mirando fijamente la reacción de la morena ante aquella orden.

-¿De qué hablas? sabes que aun no puedo hacerlo no bromees conmigo. – pidió con una sonrisa que pareció más una mueca lastimera.

-Vamos estas en las mejores condiciones tu espada y tu están en la mejor sincronía además ella te ama más de lo que te imaginas. – sarrio refiriéndose a la Zampakutou de Rukia que descansaba en su cintura.

Rukia desenfundo su Zampakutou liberando el senkai.

-Que hermosas eres sode no shirayuuki. –susurro a ver el blanco puro que vestía la katana más hermosa de toda la sociedad de almas.

-Rukia sama. - se escucho un eco melodioso en la cueva al igual que una niebla helada.

Una mujer de resplandeciente belleza apareció frente a la morena su kimono blanco al igual que su cabellera estaban teñidos en parte con la sangre de su portadora.

-Rukia- sama ha llegado la hora de liberar el sello. -Repitió Kaien mirando la belleza de aquella diosa frente a él.

-Ya es tarde para esto. -respondió la morena llevándose una mano temblorosa a su rostro para sostenerse la cabeza ya que comenzaba a ver mas distorsionadas las cosas.

-Aun no lo es… le queda una hora, por favor libere el sello. – pidió sode no shirayuki a su portadora con un deje de suplica en su voz.

-Hazlo Kuchiki. - exigió Kaien mirándola fijamente. -Ha llegado la hora. – sentencio.

-Pero tú dijiste que nunca la liberara. – le recordó aquella promesa que le había hecho años atrás.

-Sé lo que dije, pero las cosas han cambiado y esta vez debes de ser un poco egoísta y pensar en ti. –Kaien se acerco de nuevo a ella y puso su mano sobre su cabeza y comenzó a desordenar su cabello mientras le sonreía.

Rukia suspiro y bajo la cabeza tomo la katana dibujo con su sangre una estrella en la hoja de esta.

-Yo Kuchiki Rukia libero el sello prohibido aquel que encerró en su interior a la diosa de la luna. Sal sode no shirayuki yo te libero de tu prisión de cristal y de las cadenas que te atan a mi alma y lo algo ahora bajo mi nombre como tu portadora y dueña. Que los mares se congelen y que del cielo llueva lanzas de hielo y congele la tierra con mantos de nieves… has que el mundo caiga ante tu eterna belleza y castiga las almas en penas ¡libérate!. - grito Rukia y una espesa neblina blanca cubrió el lugar dejando ver ha sode no shirayuuki con una armadura blanca y una especie de kiara de hielo adornaba su cabeza refirmando su belleza eterna como la diosas de las nieves.

-Segundo sello abierto. - dijo la diosa mirando con sus ojos azules casi blanquecinos a una ensangrentada Rukia que jardea sosteniéndose el pecho con las pocas fuerzas que le quedaban...

Rukia sonrió al ver su Zampakutou y como su katana desaparecía entre su manos, ya no habría nada que aprisionara aquella diosa dentro de aquella katana; ahora era libre su deseo se había cumplido.

-Te vez hermosa. - susurro.

-Hazlo ahora. - pidió Kaien a lo que la espada asintió y Rukia abrió los ojos afirmando tambien con la cabeza concentrando las pocas fuerzas que le quedaban en su moribundo cuerpo.

-bankai danza de la diosa de la luna. Invierno infinito -susurro Rukia congelando todo el sitio torres de hielos se formaron a su alrededor como un castillo asándose entre los muros de tierra congelando todo a su paso.

-Sode no shirayuki . –la llamo Kaien atrayendo la mirada de la Zampakutou. -¿Ahora eres libre que aras? – le pregunto mirándola fijamente a los ojos.

-Me quedare a su lado. - respondió sin rastro de duda.

-Ya me lo suponía. – sonrió ante la afirmación de la mujer, mirando a su pequeña Shinigami que se rendía ante lo inevitable.

Rukia ya no soportaba mas sus ojos se serraban y lo último que escucho fueron las palabras de su Zampakutou encerrando su cuerpo en una especie de urna de cristal asiendo que callera en un profundo letargo.

-Gracias Kaien. - susurro la Zampakutou sellando la cueva con Rukia y ella dentro, mientras que Kaien desaparecía en un destello de luz.

-Cuida de ella. -Se oyó en aire la petición de Kaien que había cumplido con su cometido.

Continuara…..

Nota de Kuchiki Yuuki

Bueno como ven ha sido el mismo cap, que el anterior solo que le agregado mas emociones y algunos que otro pensamiento de los personajes presentes en este cap.

Espero sus comentarios y nos estaremos leyendo pronto…

Chaito…