Our Last Piece Of Sanity

Todo pertenece a Stephenie Meyer, yo solo juego con los personajes y la trama.

Prólogo

"Las razones de mi demencia no son más que los restos de lo que, alguna vez, fue mi corazón…"

-¿Hace cuanto que esta en ese estado?- pregunté observando a la persona que estaba detrás aquel vidrio.

-Desde que llegó aquí- respondió mi compañero que mantenía la vista en el mismo punto que yo. No me sorprendí por sus palabras, la mayoría de las personas que entraban en este lugar lo hacían ya sin nada que los mantengan cuerdos, sus mentes se encontraban demasiado lejos de su cuerpo.

Volví la mirada hacia aquella persona que estaba sentada en un rincón de la habitación. Era una mujer y, quizás, muy joven para estar en este lugar.

-Es hermosa, ¿no crees?- no conteste pero tampoco era necesario negar lo innegable. Esa joven era dueña de una insólita belleza; sus finos y delicados rasgos adornaban su piel de porcelana junto con unos carnosos labios carmesí, mientras que su cabello castaño, caía en cascada por sus hombros. Pero, definitivamente, lo que más me hizo estremecer fueron sus ojos. Aquellas esferas chocolates y frías eran hermosas a pesar de estar perdidas en la nada. Jamás había visto unos ojos como aquellos.

-¿Cuantos años tiene?- inquirí sin dejar de contemplarla.

-Veintiuno…es una lastima- y él tenía razón, toda una vida por delante solo para terminar de esa manera.

-Jasper, ¿sabes qué le sucedió?- indagué tomando un sorbo de mi taza de café.

-Lo único que sabemos es que un hombre la trajo y abandonó aquí, pero no hay familiares, números, direcciones… absolutamente nada- contestó observando una planilla que tenía entre sus manos.

- ¿y quién paga todos los gastos? Por lo que se, estar aquí no es gratis- dije con un poco de ironía.

-Al parecer, el estado se hace cargo de las personas que están en su misma situación- indicó sin ganas.

-Edward, ¿estas seguro de querer esto? Sabes que no lo digo porque no estés capacitado, solo… es un trabajo que no te llevará a ningún lado. Si ella no quiere salir de su mundo, simplemente… no lo hará- sabía que todo eso era cierto, yo más que nadie entendía el significado de sus palabras.

-Mi intensión no es esa, se perfectamente que cuando se encierran nadie puede ni podrá liberarlos- expliqué observando unas rosas blancas que estaban en la habitación- solo me gustaría entender…comprender por qué hacen de su mente su propia prisión- confesé.

-Sabes, a veces lo mejor es vivir en la ignorancia porque, quizás, no te guste descubrir lo que esconden- me observó durante unos segundos y luego sonrió mientras me daba unas palmadas en el hombro.

-Suerte Edward, dentro de unos meses cuando vuelva, espero no encontrarte encerrado aquí…como un loco más- una media sonrisa se formo en mi rostro.

-No te preocupes, Jasper. Cuando vuelvas, me voy a encontrar muy lejos de este lugar, lo prometo- dije contemplando otra vez a la joven de la habitación, solo que esta vez había una pequeña diferencia… ella me devolvía la mirada.

¡Hola!

Acá les traigo un nuevo fic, solo que éste va a tener unos pocos capítulos, no creo que pasen de los diez.

Si quieren ir un poco más adelantados con esta historia, en mi blog estoy publicándola y voy por el segundo cap.

Espero que les guste la idea y nos leemos mañana con un nuevo capítulo de Papi Edward, recuerden que también estoy subiendo adelantos de esta historia en mi face y blog.

¡Nos leemos pronto!