¿Te detendrás a comprender la muerte o vivirás la vida? El destino tiene preparado muchos caminos. Cada camino te presenta un mundo de opciones. No te aferres al pasado dejando escapar el futuro porque cuando el momento llegue será más difícil aceptarlo.

Twilight no me pertenece. Solo el contenido del la historia.

Un One Shot bastante largo. (Lo dividí en TRES para que fuera más fácil de leer)

Si me preguntan creo que este es uno de mis mejores FICS esperó que les parezca agradable.

.: Parte UNO:.

Un tren de Londres a Barcelona.

Un tren.

Bella jamás creyó que su sueño se fuera a cumplir a tan corta edad. Charlie, su padre, por fin la llevaría en su primer viaje por tren. Por fin su padre cumpliría su promesar y no estaría sentada en el primer vagón. Se relajaría y descansaría en uno de los cómodos compartimientos que eran brindados para los pasajeros y, tal vez, si su suerte deseaba jugarle otro buen rato irían al compartimiento de la cafetería, o como la niña prefería llamarlo, irían al compartimiento comida.

Charlie siempre había estado presente en el corazón de su pequeña de ojos cafés, pero nunca en su casa. Isabella Swan vivía en una pequeña casa a las orillas de un pueblo que colindaba con Londres, la gran y grisea ciudad. Su madre, René, había estado con ella hasta dos meses atrás cuando el cáncer ganó la batalla contra su cuerpo. Bella, teniendo siete años había tomado todo con tranquilidad, tal vez demasiada. Charlie creía que el que su pequeña viviera con una niñera en la misma casa donde tenía dulces recuerdos con su madre podría causarle una tristeza inigualable, inclusive un trauma.

Lo que pocos tomaban en cuenta era la madurez de la niña. Bella si había sufrido la muerte de su madre, seguía sufriendo por ello, sin embargo al mismo tiempo la niña entendía que nada podía hacer para traer de regreso a su madre. Isabella inclusive sabía que así estaba mejor. No necesitaba más días viendo como la enfermedad carcomía la sonrisa y energía con la que René era identificada. Sabía que su madre merecía un descanso, y que mejor que uno eterno.

Era cierto, había pasado muchas noches en vela, llorando y gritando, pero entendía que la vida no era justa. Bella sabía que jamás podría volver a tener una vida normal y sabía que ese hoyo que se había formado en su pecho iría creciendo día con día, conforme el tiempo fuera avanzando y ella fuera necesitando de su madre cada vez más. La niña sabía que no vería a su madre derramar esas lágrimas de orgullo en ninguna de sus graduaciones, que no estaría ahí para su boda, y tal vez su primer embarazo. Que sus hijos no podrían disfrutar del espectáculo de marionetas que su abuela era tan buena en montar, que su abuela alguna vez le había hecho a su madre.

Fuera como fuera Bella no podía cambiar el tiempo y ahora se encontraba aquí, enfrente de la entrada al vagón número siete de los veintitrés disponibles. Charlie levanto su sombrero y bajo la cabeza para mirar a su preciosa niña. La pequeña tenía la vista plantada en la entrada y parecía estar concentrada en algo.

Y lo estaba. Pensaba una y otra vez la misma oración.

16 años después….

¡Isabella Marie Swan!- Anunció el director de generación desde el podio- Alumna líder de la generación 2006-2010 en la carrera de Literatura nos deleitara con un discurso dirigido al alumnado.

Bella sintió sus piernas entrar en estado "terremoto" cuando el director Greene dijo la primera silaba de su nombre. El público aplaudió lleno de entusiasmo esperando a que la dichosa alumna hiciera aparición en el podio.

Vamos Bella- sintió el empujar de su amiga Ángela del asiento pero no logro más que hacer que la tímida Bella se hundiera más en la silla.- Bells por favor. Tienes que hacer esto. ¡Te están esperando!- Su tono bajo a tal grado que la suplica sonó más como un chillido.

Bella negó con la cabeza frenéticamente. No iba a ridiculizarse enfrente de todos. No había nadie que la viera ahí, nadie que realmente le importara. Nada la impulsaba a cometer esta locura. Volvió a agitar la cabeza como loca. Cerró los ojos porque el efecto empezaba a marearla.

- No puedo, Ang. No puedo hacerlo- Se quejó en un susurró.

¡¿QUE? Vamos Bella, ¡Muévete!- Grito Ángela nerviosa.

El director Greene desde su posición podía ver a todos y cada uno de los alumnos presente en la ceremonia y cuando intento buscar a Isabella, bueno, no tardo mucho. Todo el alumno buscaba intrigado a su compañera pero nadie presentaba atención al hueco que se había formado en medio de todos los asientos. Isabella Swan estaba prácticamente arrastrándose en el suelo. Vio a la chica forcejear y como algunos alumnos de la fila delantera se giraban a mirarla llenos de intriga.

Vamos Bella. Que no te de pena- dijo queriendo bromear pero lamentablemente todos se dieron cuenta del nerviosismo. - ¿Bella? – preguntó. Ya no tenía caso disimular.

En cuanto a la chica, la vista del director Greene a pesar de su edad no le había jugado ni una broma. Bella estaba con el trasero en el suelo forcejeando mientras Ángela tiraba de sus brazos. Riley, viendo el desastre que se estaba formando decidió poner fin a la "pelea".

Bella, corazón- Dijo su novio ya dándose la vuelta. En efecto, Bella y Ángela estaban haciendo su espectáculo detrás de su novio.- Podrías por favor hacernos el favor de pasar ya, mientras más rápido acabe esto, más rápido nos despediremos de la escuela.-

La chica de los hermosos ojos cafés se acerco a la silla de Riley muerta de miedo. Riley se hubiera reído de lo linda que se veía su novia toda desalineada y con esos ojos tamaño vajilla en el suelo si no fuera porque estaban en su ceremonia de graduación.

Amor, por favor. No puedo hacerlo- rogó Bella- No puedo hacerlo, moriré ahí adelante.

Riley sonrió al escuchar otros gritos provenir de los caminos que daban inicio al patio donde se estaba dando el magno evento.

En cualquier otro momento te ayudaría a escapar, huiría contigo pero hoy no puedo. No hoy.- Isabella lo vio muerta de miedo pero Riley levanto la vista y su sonrisa se agrandó. Una rubia nada amigable venia en camino, y vaya que se mostraba molesta.- Yo que tú me levantaba, Rosalie viene en camino y no querrás hacerla enojar… más- susurró el apuesto chico.

¡¿Rosalie?- chillaron ambas chicas. Giraron su cabeza como un personaje ya muy conocido de una película de terror y confirmaron las palabras. Pero eso no fue lo que completamente capto la vista de las chicas. Fue la persona que estaba parada junto a unos fotógrafos en la parte trasera. Justo en el mero fondo de los asientos con una sonrisa destellante de orgullo en el rostro, su ya tan conocido bigote y un traje muy elegante, aunque no para la época actual.

Bella… ¿Be…be...lla? ese es...- quiso preguntar Ang pero no encontró las fuerzas para terminar debido a la sorpresa que le daba el momento. Bella sintió sus ojos llenar de lágrimas mientras asentía. Los dos pares de ojos chocolates se encontraron en un momento tan íntimo y especial que el mundo parecía ponerse en alto. Charlie sonrió a su hija. Eso fue suficiente como para que se compusiera. El tiempo siguió y el mundo continuó girando pero sin duda alguna el mejor efecto fue el que le proporciono a su pequeña.

Isabella correspondió la sonrisa y se giró a ver a su amiga, a su casi hermana. Ambas asintieron en silencio y Bella, apenada tomó asiento mientras intentaban arreglar su cabello y las arrugas que habían aparecido en sus togas. No pudo hacer gran cosa con su cabello, a penas y le había dado unas pasadas con el cepillo y se había acomodado el birrete.

Con una última y muy profunda respiración se puso de pie. El público entero aplaudió mientras Bella hacia su camino hacia el podio. Isabella Swan hecho un último vistazo sobre sus hombros y sonrió lista para enfrentarse a lo que fuera que el destino le pusiera enfrente.

De un modo u otro ellos estarían allí para apoyarla.

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¡Vamos Bella, llegaremos tarde y todo será por tu culpa!- Grito el grandulón de Emmett en plena estación de trenes. Más de un par de ojos curiosos o molestos posaron su vista en él pero su sonrisa de osos no disminuyo, incluso Bella se atrevería a decir que creció.

Sonriendo, cerró sus ojos y sacudió la cabeza, ese chico estaba loco y ya empezaba a contagiárselo a Bella. Tomo las tiras de su mochila y las apretó. Abrió los ojos para encontrarse con que el lugar se empezaba a vaciar y que si no seguía los pasos de los demás se quedaría abandonada en la estación.

Bella hecho un último vistazo a su alrededor antes de caminar hacia la entrada del séptimo vagón. El hombre que estaba recibiendo los boletos, política nueva, en la entrada tomo los boletos de la familia que estaba delante de la chica y le sonrió deseándoles un buen viaje. Mientras que Bella esperaba a que todo acabara, se dio la tarea de echarle un vistazo al vagón y en si al tren. La pintura era linda y se veía que el exterior había sido pulido para este grandioso evento. El diseño había permanecido exacto, el largo y dorado siete aun adornaba la primera parte del vagón y las tiras rojas y verdes se extendían a lo largo de él. Las ventanas habían sido pintadas con un color chocolate más obscuro que hacía parecer que el tiempo había pasado y sin duda lo había hecho. Rosalie y Emmett subieron antes que ella y cuando le entrego su boleto al hombre su voz la saco de sus pensamientos.

¿Isabella Swan?- La llamo emocionado. Bella se asusto un poco ante esto. Antes de su graduación había hecho uno que otro reportaje para el periódico de Londres y a veces era reconocida, sin embargo no esperaba que este hombre fuera un fan de su trabajo. - ¿Belly Bells? – preguntó haciendo que el cuerpo de la chica se congelara. - ¿Te acuerdas de mi Bella? Soy Phill, el tío Phill.

Bella levantó los ojos a la cara del hombre y confirmó lo dicho, su cara estaba algo deformada del lado izquierdo debido a la quemadura que había sufrido en el accidente. Él era su tío Phill. Bella abrazo al hombre olvidándose de la fila que estaba detrás de ella.

Es un gusto verte, niña- le dijo su tío abrazándola de regreso. Bella no pudo evitar derramar más lágrimas. – Los gemelos te extrañan bastante pequeña, date una vuelta por la casa cuando quieras.

¿Cuántos años tienen ya?- pregunto limpiando su rostro húmedo con su manga. Su tío sonrió.

19, ya son todos unos hombres.- Bella se limito a asentir, sabía esto pero su tío ignoraba el hecho de su conocimiento. Después de todo los gemelos le habían hecho prometer que no le diría nada a sus padre sobre su pequeño don. No querían ver pasar a su papá por esa horrible depresión de nuevo y Bella lo entendió a la perfección. Phill, quien realmente era amigo de Charlie y nos su tío de sangre, le regreso su boleto.- No sé porque pero realmente esperaba verte aquí hoy.

Voy a visitar a mi abuela- se excusó la chica.

Phill soltó una carcajada- ¿Sigue viva?- pregunto mientras Bella asentía torciendo la boca- Vaya- Phill paso su mano por el poco pelo que le quedaba- Quien lo diría… siempre espere que la bruja se nos adelantara. Aun recuerdo su mirada llena de odio cuando le dije que Charlie se mudaría conmigo y mis padres a Londres. – Alguien se aclaró la garganta desde la fila recordándoles que era casi hora de partir. Phill sonrió con tristeza- En fin, bienvenida de nuevo al Tren Joan Miro pequeña.- Isabella le dio un último abrazo antes de entrar.

Una vez dentro no pudo evitar el que sus labios formaran una nueva y genuina sonrisa. Los niños pequeños corrían y andaban de un lado a otro sin parar. Las madres platicaban contentas en sus propios compartimientos, los padres o alguno que otro estudiante subía su maleta de mano a un compartimiento en el techo o simplemente iba en busca de un espacio libre. Bella avanzó hasta llegar al compartimiento número once. El mismo donde alguna vez estuvo su padre, el mismo donde esta larga aventura había iniciado.

A Bella no le sorprendió que estuviera vacio, realmente nunca espero que nadie volviera a entrar a en el. La historia era bien conocida y como decían, tus errores échalos al costal hasta que te canses de repetirles, los errores ajenos son enseñanzas. Bella le dedicó una sonrisa al asiento que tenía enfrente de donde se había posado. Ángela estaba columpiando los pies alegre.

No puedo creer que lo hayan reconstruido.- comentó muy alegre. Bella le sonrió.

Ni yo- comento triste pero pareció que su amiga no lo notó puesto que continuo con su charla.

La pintura exterior es igualita, claro, más moderna pero son los mismo dibujos. Los asiento huelen a nuevo, lo cual no pasaba la última vez que estuve aquí. Los compartimientos que están arriba de tu cabeza- Bella levanto la cabeza para verlos- Eran de metal, no barras de madera.- Se calló un momento para refunfuñar en paz pero poco después siguieron describiendo todos y cada uno de los detalles nuevos y anteriores del vagón. El tren entero. Ángela se había tomado la molestia de revisarlo todo antes de llegar su compartimiento.

Bella no se sorprendió que Emmett, Rosalie o Riley no pasaran a saludar. Se habían ido directo a su vagón y a su compartimiento. Estaban muy emocionados por reencontrarse con sus seres queridos para pasara tiempo con Bella, su amiga que a lo largo de los años habían visto crecer.

El tren haría una parada antes de llegar a su destino final, otro detalle nuevo que las amigas habían remarcado. Bella, compartió tantos recuerdos de su primer viaje en tren que ya hasta creía estar inventando algunos, eran demasiados buenos momentos como para que fueran ciertos. Ángela sonreía satisfecha, había hecho que Bella se distrajera y disfrutara de este viaje, la había alejado de su mal y deprimente estado. Bella era consciente de ello y se lo agradecía en silencio.

¡Y las goteras!- Gritaron las chicas entusiasmadas.- ¿Recuerdas el enorme trasero de esa señora?

Lo sé- grito Ángela- jamás podrían haberlo secado, ni metiéndola en una secadora industrial.- Se partieron de la risa al imaginarse eso.

Una vez más, calmadas y cuando pudieron recuperar su postura y sentarse bien, las chicas se quedaron en un silencio cómodo. Solo admirando el compartimiento once, donde hace tantos años se había conocido.

Bella le preguntó a su amiga- ¿Recuerdas como nos conocimos? – Sin mirarla, tenía los ojos en el techo. – Traías un bonito vestido azul, y dos coletas con moños negros. – Sonrió.- Tu oso café aun abrazado.

Pues tú no te quedabas atrás- contesto Ang.- Tu vestidito café, tu suéter rojo y tu enrome moño rojo recogiendo tu pelo- Inclusive la sonrisa de Ángela adquirió un tono amargo.- Mi madre venía enferma, y apenas podía encargarse de mis hermanos.- La chica de cabello obscuro suspiró al recordar el momento en el que entro al compartimiento. – Me pregunto cómo estarán.- se lamento.

Bella la miró por primera vez- ¿Los gemelos?- Ángela en años había derramado una lágrima, y hoy, dieciséis años después estaba volviendo a hacerlo. Después de tanto tiempo había regresado a este lugar y por fin se había permitido sentir el dolor de la muerte.- Pensé que los habías visto hace poco más de dos semanas.

Lo hice- contestó- Solo que, bueno. Sabes que siempre me reciben en la casa solo que es tan…

Deprimente- contesto Bella con un nudo en la garganta.

No soporto ver a mi papá llorar. La última vez que fui estaba llorando en la mesa de la cocina, los gemelos trataban de calmarlo pero nada podían hacer, era el cumpleaños de mi madre. – Se lamento. Bella asintió, ella misma había llevado unas flores al cementerio recordando la fecha especial.

A veces creo que deberíamos dejarle saber.- comentó Bella después de un largo tiempo en silencio. Ángela tenía la cabeza recargada en la ventana que era la división del compartimiento y el pasillo. No le contestó y Bella siguió hundida con su hilo de pensamientos.

Había un hoyo- comento al fin Ángela- ahí- señalo justo la esquina inferior que a ella le quedaba a la derecha. La esquina inferior exterior de donde se sentaba Bella.- Mi madre fue la última en notarlo, hasta Charlie hizo bromas de ello pero recuerdo haberlo estado viendo antes de que nos empezáramos a sacudir.- Bella siguió la dirección indicada y encontró el punto al que se refería su amiga.

Un airecillo le soplo como queriéndose hacer presente. Bella inhaló el aire con dificultad. La chica se puso de pie y poco a poco se agacho entre los asientos hasta que su cara y sus ojos pudieran registrar el lugar donde el supuesto aire soplaba. Isabella ya estaba agachada en el suelo cuando el ruido comenzó a ser insoportable.

Conforme la mano que tenia estirada, y que intentaba tocar el lugar indicado, se iba acercando los gritos de terror eran cada vez más potentes en su oído. Escuchaba el llanto de los gemelos y a Charlie gritar instrucciones a todos los pasajeros. Podía sentir la mirada de la pequeña Ángela clavada en su espalda y claramente escuchaba a su madre rezar una y otra vez. A Bella la traiciono el sentimiento y comenzó a derramar lágrimas llenas de dolor. De repente, el rechinar de las llantas en las vías comenzó a hacer todavía más imposible que Isabella llegara a su destino, escucho un último grito de socorro cuando toco el metal. Bella cayó de espalda al sentir un sacudón y los brazos de su padre cerrarse en torno a su pequeña figura de siete años. No pudo evitar jadear por la sorpresa.

Pero vaya sorpresa.