Titulo: The hardest part of this

Tipo: Two-shot

Tiempo: Pre-timeskip después de ThrillerBark

Pairing: Zosan (Fox!Sanji)

PD: Re-editado ya que con el tiempo me he adaptado más a la caracterización de los personajes, hay cambios en descripciones, diálogos y más escenas. Recomendable volver a leer si deseas ver el siguiente capítulo.

+++H+++

El Sunny, la más valiosa posesión de los Mugiwara navegaba por aguas calmadas, el mediodía se mostraba repleto de nubes junto con una breve amenaza de llover, todos los tripulantes se distraídos en sus actividades ordinarias a excepción de alguien que no dejaba de suspirar pesadamente, recargado mirando al horizonte, su cigarrillo constantemente visitaba su boca, hacía tiempo que estaba triste, malhumorado y confundido, sinceramente, ni el mismo sabía qué hacer con su nuevo aspecto.

Para resumir el problema del cocinero, digamos que dispone de su ser más algo extra, ahora carecía de las más tiernas características de un zorro, ahora le complementaban un par largas orejas peludas además de que su cola también era de un color dorado como su cabello, su estatus se había vuelto el más bajo ahora que era la burla del la tripulación, además de Chopper, era como la nueva mascota.

El oji-azul estaba tan sumido en sus pensamientos mientras ignoraba a los demás a su alrededor, el espadachín ya llevaba tiempo contemplándolo mientras fingía dormir, le embelesaba que el cocinero moviera sus nuevas partes, no negaba que deseaba tocarlo, pero cualquier acercamiento seria otra pelea y algo como eso era una alternativa para tocar al rubio.

Hacía ya tiempo que el hombre del haramaki había aclarado sus sentimientos solo para si mismo, ya que por otro lado su nakama no tenía idea de sus sentimientos encontrados, sentimientos que surgieron por culpa de su comida, por su olor a tabaco además de la manera en que trataba a todos. Pero aunque su nuevo aspecto le hacía más atractivo, constantemente el espadachín recordaba el incidente por el que Sanji ahora era un zorro.

+FLASHBACK+

-¡Ma cherie! – Gritaba Sanji con un tono agudo mientras persiguió a todos los tipos mujeres desconocidas, tal como la hacía en cada isla, y por el lado de las damas, algunas le intimidaban, otras solo lo incitaban a quedarse más enganchado a ellas y de repente recibía varios golpes imprevistos, las habitantes de isla sí que sabían lidiar con él.

Mignonette!, ¿Me permitiría regalarle una rosa?- el rubio se había arrodillado enfrente de otra chica, quien tenía un cabello largo y café, con vestimenta bastante llamativa, ella solo miraba la ya marchita flor y al chico con asco, el enojo de la chica seguía creciendo mientras el rubio se negaba a retirarse y también por el simple hecho de escucharlo y de que creyera que era una mujer "cualquiera".

-¡Aléjate!- harta del odio silencioso que le brindaba pero parecía no ser efectivo, camino en dirección diferente a la que necesitaba antes de ser molestada por el rubio - ¡Deja de seguirme!- volvió a exclamar arrebatando la pobre rosa y lanzándola al suelo junto con la amenaza de su puño.

-Pero señorita… yo solo-

-¿Crees que caigo ante cualquiera eh?- respondía enojada.

-No, no es lo que quiero decir…yo…-

-¡Yo ya estoy comprometida! ¡Idiota!- exclamo molesta mientras sacaba una pequeña botella cuadrada y la abría para tirar el contenido y la botella encima del cocinero.

El chico solo sintió la botella rompiéndose en su cabeza y el líquido que se impregnaba en su cabello y ropa, al reaccionar solo vio cómo su traje era ahora un desastre.

-¡"Esto"- hablo mientras agitaba otra botella idéntica en su mano- solo se revertirá hasta que consigas a alguien que conquiste tu corazón!,- Se dio media vuelta y emprendió de nuevo su camino no sin antes agregar- ¡El amor es una rumba, no deberías jugar con el!- guardo el objeto entre sus pertenencias, aun sin dejar protestar al rubio, la chica se marchó del lugar con su orgullo en alto.

Sanji estaba a punto de disculparse con la joven pero al tomar algo de aire para gritar que se detuviera, el olor que emanaba de sí mismo provoco un dolor de cabeza incontrolable que provoco que se desmayase y callera poco a poco contra el suelo.

Zoro lo había visto todo, el peli-verde no se sintió mal por él, creyó que se merecía quedarse ahí tirado en medio de la calle para que aprendiera la lección, pero al poco paso del tiempo la gente empezaba a reunirse por alrededor del cocinero, el espadachín arto de tanta atención hacia un patético cocinero desmayado, decidió acercarse, empujo a todo el público expectante, al llegar al centro del espectáculo no sabía si reírse o alarmarse por lo que veía en el cocinero,

El rubio ahora tenía orejas y cola del mismo tono que su cabello, parecía que esas nuevas partes siempre habían en el, puesto que no negaba que cuadraban con su aspecto, parecía un animalito abandonado. Después de reírse un rato el espadachín decidió llevarlo al Sunny, en el camino se reía a ratos por la desgracia del mujeriego, inclusive pensaba en cómo llamarle, ahora esta extraña mutación le daba más diversión al viaje.

Al peli-verde le llevo toda la tarde llegar al Sunny, se había perdido entre esas calles que cambiaban sus rutas justo cuando se distraía, dejando de lado su incompetencia, tenía mucha suerte como para que el rubio no despertara.

Después de haber llegado al Thousand, todos se quedaron sin palabras y otros se rieron, creyeron que Zoro lo había vestido así por diversión, pero al tratar de quitárselos todo se tornó peor, empezaron a preguntar '¿qué había pasado con el cocinero?'. Al final, justo después de escuchar el punto de vista del peli-verde, los Mugiwaras aceptaron el "castigo" que recibió por andar con sus instintos sin pensar en que podría pasar, pero aun así Zoro no menciono la forma de revertirlo.

Sanji despertó al día siguiente, los gritos desgarradores sobre el hecho de que su "apuesto aspecto estaba arruinado" eran de esperarse, tan solo quedaba consolarlo con ayuda de la chicas y hacer que se aceptara.

+END FLASHBACK+

Era una mierda que te convirtieran en mitad animal por tratar de conquistar mujeres bonitas, pero era peor que un marimo se te quedara viendo durante todo el día, Sanji ya había sentido su mirada encima de él, pareciera que su situación no le ayudaba mucho, mataría al espadachín de mierda si se le echaba encima por el hecho de que ahora era un incentivo para lo depravados, claro que al cocinero le agradaba espadachín, en forma de hermanos y había veces que se acercaba a el esperando que el cabeza de moho entendiera la indirecta de algo más que nakamas que se protegían unos a otros, sin embargo el cocinero quería que lo amaran por lo que era, justo como nació, no quería recibir afecto de un hombre solo porque ahora parecía adorable e incapaz de pelear.

Con mala cara y tirando la colilla del cigarro al mar, sé quedo recargado barandilla de barco, las al fijar su mirada al océano los olas se volvieron mas brsucas junto con un viento frio que provenia de la siguiente isla visible, inesperadamente un escalofrió recorrió su espalda, sus orejas y cola se erizaron como si presintiera algo, ni siquiera el supo que era pero corrió como loco a la cocina a refugiarse, muchos de los Mugiwaras lo miraron extraños, '¿Qué rayos tenia ahora?'.

En cuanto dejaron de prestarle atención a la repentina acción del chico, una lluvia tremenda cayó encima de ellos, acababan de entrar en la zona de una isla húmeda.

Después de unas horas y una comida de medio día, llegaron a la isla, antes de desembarcar, Nami les había explicado a todos que no salieran de la zona habitada pues la isla era mitad pueblo y la otra una selva húmeda, no se sabía si tenía poder de la marina, pero tarde o temprano lo sabrían.

++H++

-¿Piensas ir a algún lado?-

-¿Eh?- respondió el cocinero, Ussop había salido de la nada para reprenderle.

-¡Mírate!, tendrás que quedarte en el barco-

- Serás idiota, necesito ir por víveres y otros ingredientes para una sopa por si alguien resulta enfermo por este clima-

-Rayos…- decía por lo bajo el tirador aceptando la excusa, era esencial que saliera a hacer las compras.

-Bien, solo espera aquí- dijo mientras se dirigía a la habitación que compartía con los muchachos, al volver trajo consigo una gorra y una gabardina, no lo había recordado pero ahora era un espécimen extraño, no creía que le afectara su aspecto, puesto que en la isla anterior no hubo algún problema,

Ya vestido con su "camuflaje" y un paraguas en mano se dirigió en busca del mercado junto con el tirador.

En medio del camino al lugar que buscaban se encontró a Luffy quien seguía sin saber a dónde al muy orientado Zoro, todos traían abrigos y chamarras ya que el clima era templado y el viento junto con las nubes amenazaban otra vez con lluvia.

++H++

El muy decepcionado cocinero no había encontrado algún nuevo ingrediente que le interesara, aunque después de un rato encontró un puesto que le llamo la atención, pero el viejo a cargo no daba un precio justo para un simple par de frutas exóticas o más bien fue porque Luffy no paraba de oler todo, entre su discusión al sombrero de paja le dio curiosidad de probarlas sin a ver pagado antes, lo que llevo a que tuvieran que escapar por culpa del estúpido hombre de goma.

La persecución había terminado, los chicos estaban cansados y enojados con su capitán al mismo tiempo que trataban de recuperar el aliento, por encima de ellos se escucharon relámpagos amenazando con otra llovizna, Sanji estaba listo para ello, tenía su paraguas, o eso creía el, despistadamente lo había dejado olvidado donde habían discutido con aquel viejo, el rubio miro a todos lados cuando buscaba algo de protección de las sombrillas de sus compañeros pero algo más le llamo la atención, un local en la esquina de donde se encontraban.

Todos estaba distraídos abriendo sus sombrillas que no cedían ante la necesitada de protegerse antes de que llegasen las primeras gotas, el cocinero, sin algo con que cubrirse, corrió al local en busca de refugio, al mismo tiempo Zoro veía a los demás con sus propias paraguas, según él, no traía una consigo, pero alguien le había agregado una, ya que al tocar sus katanas no solo eran tres, bien si la traía consigo debía usarla, al sacarla de entre el grupo de katanas dirigió su vista hacia atrás tratando de ver donde se encontraba Sanji, lo vio correr hacia un lugar en especial con intención de entrar en él, el peli- verde corrió hacia él, al alcanzarlo lo tomo de su muñeca.

-¿A dónde vas?-

-Voy entrar a comprar algo, la mercancía tiene buena pinta, además ya empezó a llover – decía tranquilo el cocinero mientras que con su mano libre apuntaba hacia fuera.

-Hmp- resoplo el espadachín dejando ir delicadamente la mano del 'zorro', y cerrando la puerta tras de si para seguirle.

- Bienvenidos- se escuchó una voz al fondo, el lugar estaba libre de polvo y lleno de estantes con varios tipos de botellas, las cuales tenían aspecto de pociones, pero al revisarlas solo eran experimentos de salsas, aderezos y otros productos de marca, inclusive finos, en resumen era una tienda de especias, sin embargo no parecía muy visitada, el lugar daba a ver su calidad así como sus productos, estaba tranquilo, bien iluminado y con un candelabro un tanto debajo de lo normal, uno tenía que agacharse para pasar por debajo de él.

El muchacho a cargo, un joven de cabello castaño obscuro y piel que entonaba el grisáceo del ambiente, los miro sospechosos, traían gabardinas, uno estaba casi todo cubierto y el otro con katanas en su cintura, pensó en vigilarlos un rato y tratar de recordarse así mismo que debía arreglar el candelabro que en cualquier momento podría caer sobre sus clientes.

Zoro siguió callado, el cocinero dio un vistazo al dinero que tenía consigo para ver el límite que se podía dar, después de ello empezó a revisar botella por botella, ambos estaban en un silencio cómodo, junto con la apenas audible música que provenía de un dial conectado a una bocina, el peli-verde no sabía de qué hablar y Sanji estaba muy distraído eligiendo nuevos aderezos y especias, el marimo no se quejaba de nada, solo disfrutaba su momento juntos mientras él cargaba algunos productos que el rubio decido llevar.

El cocinero de vez en cuando abría una de las botellas o le leía los ingredientes para saber su opinión sobre de que debería elegir o le gustaría probar

-¿Qué te parece este?- le acercaba la botellas cerca de su nariz para que percibiera la esencia, captando el olor, puso una mueca extraña.

-¿Entonces?- soltó el rubio esperando su comentario, pero solo respondió con un gran estornudo.

-¿Supongo que muy fuerte? – Reía por la respuesta de su acompañante y justo después volvió a cerrar y colocar la botella en el lugar de donde la había tomado con una sonrisa inocente, el espadachín solo se le quedo viendo, gozaba de su presencia, podría decirse que Zoro no sabía mucho de comida o que no reconociera que era indicado para sazonar, pero trataba de contestar lo que el oji-azul quería escuchar.

Al llegar a la caja, los chicos depositaron las botellas y bolsas que traían consigo para pagarlas, la lluvia se estaba poniendo cada vez peor, pero la gente afuera caminaba como en un día soleado, eso sí que era acostumbrarse al clima, al ver quien atendía solo observaron a un muchacho medio dormido sentado "esperando algunos clientes" su vestimenta de trabajo no parecía la adecuada puesto que su camisa blanca de mangas largas estaba arrugada y complementada con un chaleco de piel no muy llamativo, sus pantalones le quedaban grandes y ni siquiera tenía puestos sus zapatos, el peli-verde no quería que lo hicieran esperar así que hizo ruido aclarando su garganta, con ello el chico procedió a tomar los objetos anotando y calculando el resultado en una pequeña libreta en el escritorio,

Mientras esperaban que terminara, Zoro echaba un vistazo a lo que estaba en el mismo escritorio, había una caja con un cartel que decía "Castigos y bromas", curioso, tomo uno, le recordaba a algo muy esencial.

-Oi, ¿Qué son estas cosas?-

El chico volteo a ver a lo que se refería -Son pócimas con efectos, se usan para castigar a personas molestas o hacer bromas temporales- al ver que no entendía tenía que explicarse mejor -Un ejemplo seria que si la viertes en alguien puede perder alguno de sus sentidos por unos días, ¿Le interesa alguna sr. espadachín?-

El hombre del haramaki solo dudo un poco en averiguar si la situación del rubio tenía algo que ver con esas cosas -¿Puedo preguntarte algo sobre una de ellas?-

-Claro- con ello, el peli-verde se dirigió a donde se encontraba cocinero, quien estaba distraído buscando algo en un estante, posando su mano en la cabeza del rubio retiro la gorra que tenía puesta, el pobre avergonzado del zorro salto del susto.

-¿Hay alguna de esas cosas que haga eso?- el chico se le quedo viendo y el rubio solo esperaba un grito o una burla por parte de él.

-Ah- parecía que lo había recordado –Es la pócima que ya no está en existencia- dijo tranquilo.

Un grito de duda se escuchó en unísono, no solo porque reconociera lo causante de ello sino que parecía ser muy solicitada.

-Si…es la más comprada de todas, es un tipo "Castigo", las chicas solo la compran para cambiar el aspecto de sus novios o para usarlos en sus víctimas, es un tipo de fertilizante, extiende el campo de atracción para que la víctima consiga su pareja o se dé cuenta de que en realidad no estaban del todo enamorados – tomo aire para seguir hablando – la jóvenes desesperadas o no por una pareja, muchos las usan como bromas que terminan con mal gusto…-

Ambos oyentes solo se quedaron atentos a lo que decía el chico, sin embargo no aclaraba por qué mierdas aparecían esas cosas que Sanji tenía.

-¡Y…y como se quita esto? – tomando sus orejas por las puntas – ¿O cómo se revierte?- sinceramente ya no recordaba las palabras de la chica que lo causo.

-No lo sé, cada botella tiene su nota de arrepentimiento, si tuviera una de ellas te lo diría-

'en mayoría nada de lo que me dijiste me ayudo' pensó el rubio colocando de nuevo la gorra.

-No importa, pero gracias…- el cocinero tomo la bolsa con su compra después de pagar, con ello, camino a la salida y abrió la puerta, el ruido de la lluvia entraba y llenaba el local, tratando olvidar el tema encendió un cigarrillo.

-Oye, ven, acércate- hablo muy minuciosamente el chico de la tienda al espadachín.

-¿Qué quieres?- había interrumpido sus pasos hacia la puerta, por ello contesto de modo grosero, el ruido de la lluvia no dejo oír las palabras del castaño, indignado se acercó a escucharlo.

-Si no quiere ceder, acaricia sus orejas-

-¿¡EH!?- grito el peli-verde sin haber entendido.

-Shhh- pidió silencio – se nota que vos le atraes, créeme, las orejas no son solo de decoración, yo tuve una novia que…- corto su conversación por otra voz de por medio.

-Marimo- a lo lejos el cocinero estaba esperando por su compañero para que usara la sombrilla y se largaran de una buena vez.

El espadachín lo miro desconcertado, pero aun así le agradeció por lo bajo por su consejo, mientras caminaba a la puerta, el muy descarado del "dueño" puso un pulgar arriba dándole ánimos, vaya chico entrometido.

++H++

-No sé por qué tienes tu que llevar la sombrilla- Refunfuñaba molesto, con esa lluvia solo le interesaba no mojarse y la distancia entre él y el cabeza de alga, pero nunca recordó que el idiota se perdía apropósito.

-Tú tienes las manos ocupadas, no es mi culpa que me siguieras-

-Tendrás moho por cerebro… aun así no veo donde está el Sunny- maldecía por lo bajo el rubio, culpando a su nakama por estar perdidos, a los chicos por dejarlo con el y a la lluvia por parecer nunca acabar.

La silueta de un grupo de personas se avistaba a lo lejos, la lluvia disminuía y los vientos dejaban un campo de visión más razonable después de que la neblina se esparciera, las gorras que llevaban quienes se acercaban las reconocería cualquier pirata.

-¿Marines?- El nombre que menciono el peli-verde provoco que ambos se detuvieran a hablar en voz baja.

-¿Habrán encontrado a los demás?- tiro su cigarrillo a un charco cualquiera.

-Hmmp, esto pasa por desembarcar en la zona principal, los habitantes no les importo pero a los marines…-

Volvieron a observar al conjunto, revisaban cada lugar de la misma calle en la que el dúo se encontraba.

-Hay que regresar al barco- sugirió el rubio, tal vez la sombrilla les daba tiempo ya que no dejaba visible sus rostros, por supuesto el oji-azul tenía sus excusas de por qué quería echarse a correr en lugar de enfrentarlos.

-Vamos, hay que volver…- aun sugería, pero fue interrumpido por la acción del espadachín, quien le había jalado de su brazo a un callejón.

-¿Qué diablos haces?, ¡Hay que irnos!- forcejeaba para liberar su brazo, los marines estaban revisando todo lo que podían ser como lugar para ocultarse.

-Shh…- con tranquilidad se asomó por la orilla de la pared, estaban aproximándose.

-¡Rápido!, ¡Marimo!- murmurando volvió a insistir, sin respuesta, alguna, se soltó del agarre del peli-verde e hizo lo posible para tomarlo de la camisa tratando de llevarlo el mismo, estaba desesperado, no quería luchar, mucho menos que la marina lo reconociera, que descubrieran su aspecto, se reirían y tratarían de capturarlo, era un espécimen raro, peor aún más importante; tomarían su imagen de zorro para su cartel, eso sería lo peor.

Entre todo ese delirio de enfrentarse y arriesgarse o huir y dejarlo para cuando se sintiera más normal, el peli-verde lo tomo de la cintura haciéndolo tirar las bolsas de víveres que sostenía con sus manos, cuales se posaron el pecho de su atacante para alejarse de él, aun así, no tuvo tiempo de reaccionar en contra del contacto puesto que la otra mano del espadachín retiro a medias su gorra, tomando una de sus orejas, la acaricio buscando el punto correcto tratando de comprobar las palabras del chico, al instante el rubio se sonrojo.

-Ah…- se escuchó un gemido, el tacto del peli-verde lo había vuelto vulnerable y cooperante, Zoro lo vio como el momento perfecto para comprobar su teoría.

Antes de tomar al rubio, la sombrilla la cual Roronoa había soltado para sostenerlo, había caído en la cabeza del peli-verde, sin importarle mucho, junto sus cuerpos y también sus labios en un beso con la necesidad de explorarse mutuamente, la sombrilla había cubierto la escena, al simple vistazo de los marines solo percibía un momento íntimo, ambos cuerpos pegados, los movimientos de la pareja decían mucho, no necesitaban saber que pasaba en la parte superior.

El beso seguía y los marines se habían ido, Zoro aun aprovechando su ventaja, excitaba más al rubio, acariciando sus orejas de zorro, tiro la gorra al suelo y acaricio su cabello, el cocinero era extremadamente delicioso, no solo porque podía saborear en su boca las previas especias tan fuertes que no abandonaban la inexplorada boca del rubio, podría decirse que su sabor era único, se sentía patético de no ser capaz de describirlo, pues no era experto culinario, sin embargo saboreaba el tabaco que recientemente había fumado, quería más de él, pero su respiración no daba para más.

Se separaron observando sus rostros mutuamente, el poco aliento que tenían no les permitía hablar inmediatamente, parecía que ambos eran primerizos y que ninguno sabía que decir, aunque por otro lado el cocinero estaba a punto de enojarse por el hecho de que se aprovechó de él, no tenía idea de porque el contacto era tan intenso y frustrante, pero lo más importante era que había correspondido.

El chico-zorro hundió su rostro en el pecho de quien le aprisionaba, podía llamarse de esa forma ya que el peli-verde aun pensativo, no lo soltaba.

'¿No era esa la respuesta?… tal vez el cocinero… no me acepta del todo' después del beso entre ambos Zoro solo se quedaba pensando que más podía hacer para solucionar el problema del cocinero…Todo era cuestión de conquistarlo…

Su voluntad se vio estimulada desde que no pudo ignorar al cocinero cuando estaba pasado de copas, el desgraciado no dejaba de contarle todas las verdades que se escapaban de su boca, y una de ellas aclamaba que el peli-verde no estaba siendo justo con ambos ya que confeso que 'no tenía las agallas para declararse', durante esa noche no pudo haberse sorprendido más, además de que inconscientemente el oji-azul agrego que no debía decirle a Zoro, pues creyó que aún estaba hablando con su capitán.

'¿Qué faltara?' Tal vez el cerebro si le daba talento para los números pero no para el amor.

'…Entonces' miro la cabeza del rubio, se sonrojo al ver como se movían sus orejas de zorro, era como tener un gatito, '¿será necesario hacer "eso?" 'Se sonrojo aún más, diablos, se estaba contagiando las intenciones pervertidas del oji-azul.

Dejando de lado su próximo plan, soplo hacia una de las orejas atentas a las breves y ultimas gotas de la lluvia, ante la acción Sanji se separó, recogió su sombrero y camino en dirección hacia donde suponía que estaba el muelle.

- Sanji…- dijo un sorprendido peli-verde, la respuesta que recibiría era lo más obvia.

-Tengo que ir a preparar la cena- contesto cortamente.

La lluvia termino, y el rubio era libre de caminar a donde quisiera, el espadachín volvió a recoger todas las bolsas y cajas, incluyendo las que el rubio había dejado caer en los charcos, lo siguió, por supuesto, si no caminaba a lado de alguno de los Mugiwaras nunca llegaría al Sunny.

++H++

-Se alejaron demasiado del pueblo ¿Qué fue lo que pasó?-

-Lo siento Sanji-kun, tuvimos que cambiar de muelle detrás de la jungla de la isla, ¡Todo por unos idiotas que llamaron demasiado la atención!- aclaraba la navegante al cocinero, con ello regaño al grupo de traviesos de la tripulación.

-Oi, Nami… ¡solo estábamos divirtiéndonos!- bufo Luffy.

-No soportas nada- dijo Ussop.

-Si, si- repetía Chopper dando la razón, con ello el trío le enseño la lengua ala navegante, eran unos infantiles.

-¿Qué rayos hicieron esta vez?- hablo Zoro con su tono molesto.

-Brook estaba ensayando enfrente del Sunny, lo vimos después de que comenzó a llover y los perdimos a ustedes – refiriéndose a Zoro y Sanji – Corrimos y nos dimos cuenta de que en los muelles no había nubes- contaba el capitán riéndose.

-Mucha gente estaba reunida alrededor escuchándolo, además no parecían temerle a pesar de ser un esqueleto- rio Ussop – Tal vez pensaron que era un títere o un disfraz –

-Bueno, es que Nami-san me dijo que hiciera algo productivo… y hasta obtuve algo de dinero mientras tocaba- Menciono Brook mostrando una bolsa con el contenido de su esfuerzo.

-Pero no nos dimos cuenta de que había marines entre la multitud- agrego Chopper – Cuando escuchamos "Es el barco de los Mugiwara" nos echamos a correr y zarpamos en el Sunny pero al cabo de un rato nos dimos cuenta que no estaban ustedes- el pequeño reno dramatizaba las expresiones de todos.

- ¡Todos son unos imbéciles!,¿Acaso tengo que estar aquí para impedir que hagan enfadar a Nami- swan?- revoloteaba lleno de corazones el cocinero al solo hecho de mencionar el nombre de la chica.

-Puede…Puede que los perdone si ese dinero cambia de dueño- Su rostro se mostró piadoso pero sus ojos no, pues tenían Berries.

- Pero Nami-swan…- sus vividos corazones se volvieron cenizas en instantes.

-hmp- era obvio que al momento de ocurrir ese tipo de escenas el espadachín se retiraba a sus asuntos.

- Pedirme el dinero que gane honestamente no es justo- Bramo Brook de repente - No te daré nada, prefiero morir con la culpa de que casi nos capturan, aunque yo ya estoy muerto Yo ho ho ho- reía ante su propia broma.

-¡Ojala no te hubieran devuelto tu sombra, esqueleto avaro!- grito molesta la peli- naranja, Luffy solo reía al fondo de la escena mientras los demás solo se protegían de la furia de la navegante.

++H++

-Aquí capitana Chase de la marina, división de protección local…-

-Ciao baby, tu voz sigue igual de seductiva que antes….- se escuchó por respuesta, era la voz de un joven hombre.

-Creí haberte vetado de esta línea – gruño de forma notoria.

-Claro que lo hiciste, y me conseguí otro den-den – reía por su propia solución, el hombre al otro lado de la línea se distraía jugando con una daga que habilidosamente pasaba entre sus dedos, como si esperara a que alguien pasara por enfrente suyo para lanzarla.

-Será mejor que tengas algo importante que decir -

-¡Hey!, esa no es manera de tratar a los civiles y más si tienen algo importante que decir- le respondía con el tono burlón de tramar algo -Sabes que soy tu soplón favorito-

-Dilo de una vez – el que fueran al grano le solucionaba que volvieran los "rencores".

-Vale, pero te diré las condiciones del trato, como sabrás la información no es gratis-

-…- el otro lado de la línea se mantenía pensante ante la propuesta que podía resultar algo injusta para ella.

-¿Aun estas ahí?- el Den-den hacia la dramatización de buscarle con esos osos saltones -Te gustara escuchar el final- la daga dejo de vagar por sus dedos hasta empuñarla con la misma mano -Dime, ¿recuerdas cuando eras una linda gatita?- le remarco el hecho de su desventura, su tono de voz cambio a serio e igualmente lo hizo el den-den cruzando los pequeños brazos y cerrando los ojos, al otro lado de la línea podía oírse otro gruñir de la mujer, estaba a pocas palabras de colgarle.

-No me libere de eso gracias a ti- Apretaba la bocina del teléfono al tan solo recordarlo.

-No iba a ceder del modo en que me lo pedías-

- Querías que me quedara así-

-Pero aun así no es mi culpa que el tío que te curo te abandonara- declaro en su defensa, ya que al negarse a auxiliar a la chica, está ya no quería verle ni a la cara -Pero no te preocupes, acabo de ver a alguien de tu tipo, y además estaba en compañía de un pirata - con ello uso la dichosa daga lanzándola a espaldas de donde se encontraba sentado, clavándose en un cartel de WANTED con el nombre de Roronoa Zoro.

+++H+++

*Ma cherie; Del francés; señorita o dama.

*Mignonette: Del francés; muñeca o dulzura ( lo utilize especialmente por que el seiyu de Sanji en el OVA Hellsing suele llamar a Seras de ese modo.)

proximamente; Agradesco todos los reviews en todas mis historias no se preocupen si no respondo, me alegran mucho sus palabras!,

Harkkonen '2011 / '13

PIEROMACHINE+BLUELIONEL