Hola y gracias por pasaros por aquí.
Lo único que creo que debería remarcar es que, sí, es un AU, pero Thor es principe de Asgard, así como su padre es rey, Loki es un gigante de hielo y bla bla bla... La esencia de los personajes es la misma, lo único que es diferente es la historia que los rodea.
Espero que os guste^^
Thor se hundió más en su capa a medida que avanzaban a caballo por la nieve. Era la primera vez que salía de Asgard, y además, a una misión oficial con su padre. Estaban en Jotunheim, hogar de los gigantes de hielo, en el que, como sus habitantes, todo era de hielo, nieve y escarcha. El joven príncipe de Asgard ya lo sabía, su padre se había asegurado de que los maestros le enseñasen todo los posible y más. Pero aun así no era lo mismo saber sobre un lugar, que verlo. Cuando volviera tendría que contarle a sus tres amigos que las "grandes llanuras de hielo" que se describían en el libro del que habían estudiado eran, en realidad, enormes. El glaciar recorría cientos de kilómetros a través de un valle y había montañas hechas de lo que parecía que eran laminas de hielo.
Los ojos de Thor iban de un lado a otro anonadados y su labio inferior algo caído, reforzando su expresión de asombro. En realidad, como príncipe del reino más poderoso de los nueve debía mantener la compostura, pero es que en sus 12 años de vida, jamás había visto algo tan impresionante.
Su camino concluyo a los pies de una montaña. Thor desmontó, como su padre y el resto de su escolta, aun sin entender que hacían allí. Solo cuando se situó al lado de Odin pudo ver que, en la ladera de la montaña, se encontraba la entrada a una cueva. Justo a esta, un par de enormes figuras grisáceas surgieron a través del temporal.
Cuando llegaron a su altura Thor ya se había recompuesto y había cerrado la boca poniendo su mejor expresión de príncipe. Aun así no dejaba de analizar con la mirada a los dos gigantes. Eran muy altos, de piel azul con una especie de grabados extraños por toda la piel. Pero lo que, extrañamente, más llamo su atención, fue el hecho de que la única prenda de ropa que llevaban era un taparrabos marrón. "¡Por las ramas del Yggdrasil!" Solo de verlos se tuvo que enfundar más su capa a causa de una ráfaga de frío imaginario.
Los gigantes hablaron algo con su padre con un acento muy extraño y todos se pusieron en marcha tras ellos. Por fin Thor se atrevió a preguntar.
— Padre, ¿a que hemos venido?
— A alcanzar una alianza con Jotunheim, hijo. Tanto los gigantes del hielo como los asgardianos están cansados ya de luchar entre ellos, como habrás podido comprobar. Yo mismo tuve que luchar contra Laufey, el anterior rey, en varias ocasiones. Pero el que gobierna ahora, el Rey Farbauti, a pesar de su juventud y bravura a accedido a hablar y llevo meses tratando de llegar a una alianza que nos beneficie a ambos.— se detuvo unos segundos para tomar aire. Y antes de que Thor pudiese preguntar nada más continuó.— Tu presencia aquí es un acto de fe y confianza. Del mismo modo te servirá de aprendizaje para cuando, en un futuro, te encuentres en una situación semejante. Recuerda Thor, por muy fuerte y poderoso que puedas llegar a ser, evita la lucha a toda costa.
El joven rubio asintió. Al momento siguiente volvió sus ojos al camino. El pasillo a su alrededor parecía roca cubierta por una capa de hielo donde se habían grabado signos que Thor no alcanzaba a distinguir. La única luz que iluminaba tenuemente las estancias que iban recorriendo eran piedras encajadas en el hielo que tenían algo semejante a un fuego azul dentro.
Lo que Thor supuso que era el salón principal le pareció pequeño teniendo en cuenta el tamaño de los habitantes de ese reino. En la sala debía haber otros diez gigantes de hielo, más un guarda por cada un de las tres puertas que conectaban la estancia al resto. En medio, sentado en un hosco trono de lo que parecía ser roca negra, se encontraba el rey Farbauti, aun mas alto que sus congéneres.
Con una inclinación de cabeza saludo a Odin, quien respondió del mismo modo. Acto seguido se levantó.
— Bienvenido seas Odin, padre de todos. Todo Jotunheim se alegra de que por fin haya llegado este día.— dijo el gigante de hielo con el mismo acento extraño que los guardias.
Odin agradeció las palabras, presentó a su hijo y presentó los documentos en los que al parecer hacia meses llevaban trabajando, y que contenían todos los acuerdos a los que habían llegado. Farbauti y otros tres gigantes, que parecían ser importantes, leyeron los papeles. En un idioma que jamás había oído Thor mandaron traer una mesa, y los cuatro gigantes de hielo y Odin y dos de sus generales firmaron. El joven príncipe aun no entendía que importaba que firmasen un papel que no, pero al parecer para ellos si que tenía importancia.
Tras esa "ceremonia" cruzaron una de las puertas hasta una sala en la que había una mesa rectangular preparada para un banquete. Farbauti y Odin se sentaron uno en frente del otro en el centro de la mesa. Thor se sentó a la derecha de su padre y el resto de los asientos de la fila los ocuparon los diez soldados asgardianos que habían traído. En frente de cada uno de ellos se sentó un gigante del hielo.
Por lo que Thor sabia los gigantes no solían comer así, por lo que supuso que se trataba de una muestra de cortesía. Como el hecho de haber incluido platos de Asgard en el menú.
Thor comió poco, teniendo en cuenta lo que acostumbraba a comer, pero es que algunos de los platos los encontró demasiado... "extravagantes" y no podía tragar más que un par de bocados.
Cuando acabaron de comer y los sirvientes retiraron los platos, los dos líderes se quedaron en la mesa reunidos para acotar más detalles. Thor recibió el permiso de salir a explorar, teniendo que llevarse consigo a dos escoltas.
En el exterior la ventisca había amainado, pero aun nevaba. Los caballos, aun con la manta que les habían puesto, estaban prácticamente helados de frío. El único que mantenía la compostura era el corcel de ocho patas de su padre. El joven príncipe se subió al suyo. Sintió como tardaba unos minutos en desentumecer sus músculos helados antes de poder cabalgar.
Recorrieron los alrededores del palacio sin rumbo fijo. Thor siempre a la cabeza, seguido dos pasos por detrás por sus dos escoltas. Iba observando el paisaje pareciendo querer grabarlo todo en su retina. Vio las montañas hechas de laminas diminutas de hielo, un enorme lago totalmente helado y se adentro en una cueva que parecía forrada de espejos.
En uno de esos reflejos vio una sombra. A punto estuvo de sacar el puñal que llevaba escondido entre las pieles. Cuando se giró se encontró a un niño que debía de ser de su edad en la esquina opuesta de la cueva. Era el vástago de un gigante, como pudo comprobar por su piel azul—más que los que había visto hasta ahora— y sus ojos escarlata. Sin embargo le pareció muy bajo, siempre había imaginado a los hijos de los gigantes más altos que él.
Le saludó, sin decir nada, con un saludo asgardiano. Tal vez por eso el otro niño no dijo nada, a lo mejor no lo había entendido... Probó diciéndole "hola", pero el otro tampoco dijo nada. Aun así sus ojos denotaban curiosidad y Thor creía leer un amago de sonrisa en sus labios. Se acerco a él, cauteloso, y se sentó a su lado. Al momento el niño posó su atención en la capa que envolvía al rubio. Tenía el cuello de pelo, así como el forro interior. El niño gigante se entretuvo pasando su mano por el suave pelaje del cuello esta vez ya sonriendo abiertamente. Solo entonces Thor se percato de que su acompañante estaba desnudo. Lo observo unos segundos más, sus brazos, su pecho... y a pesar de no verle tiritar, ni siquiera un atisbo de frío, no pudo evitar sentirlo por él.
— ¿No tienes frío?—preguntó esperando esa vez sacarle alguna palabra.
El niño posó un segundo su mirada en sus ojos azules y sonrió. Pero al parecer la capa de piel lo tenía demasiado entretenido. Thor termino por desabrochársela del cuello, fue a pasarla por el hombro del niño para cubrirlos a ambos. Pero el jotun se tensó ligeramente. Con los ojos rojos sobre los suyos y una expresión neutral. Tras la sorpresa inicial, Thor, hizo un segundo intento. No apartí la mirada de la de su acompañante mientras sonreía, intentando expresarle que no pasaba nada.
Cuando el niño tuvo la capa sobre el hombro y el brazo de Thor volvía a estar en su sitio, pareció tranquilizarse. Se acurrucó un poco en la capa, pegándose más al rubio y sin parar de acariciarla. Sus hombros hacían contacto y Thor pudo comprobar lo fría que estaba su piel. Viendo que parecía haberse ganado su confianza el príncipe de Asgard hizo un último intento:
— ¿Quién eres?—silencio.— ¿Cómo te llamas?— silencio más una mirada.— ¿Dónde vives?... ¡Dime algo!
Solo entonces el pequeño gigante del hielo se movió. Una de sus manos dejo de acariciar la suave piel de la capa que lo cubría y se puso a garabatear algo en la nieve. Si Thor llego a pensar que iba a tener algún sentido a los 5 segundos ya había descartado esa idea. De haber tenido que sacar alguna conclusión, hubiera dicho que se asemejaba a los grabados que había visto en la cueva-palacio de Farbauti. Pero él no tenía ni idea de que significaban.
El niño le miró un segundo y, sin prestar atención a la expresión de desconcierto de Thor, siguió dibujando.
No se movió hasta que se oyó una voz desde fuera acercándose.
— ¿Thor?— era uno de los escoltas de su padre.— Debemos volver ya, señor. El Padre de Todos esper...
Al momento de ver al guardia, el niño intentó separarse de nuevo. No había miedo en su rostro, no cambiaba la expresión, puede que únicamente denotara algo de precaución. El rubio, previendo la escena, lo tomo rápidamente por muñeca intentando no imprimir mucha fuerza en el agarre. Al soldado de su padre le dirigió una mirada de advertencia y un murmullo de "ya voy...". Dubitativo este asintió y se retiro sin apartar la mano de la empuñadura de la espada.
En cuanto el soldado desapareció de su vista el pequeño jotun volvió a dejar de apartarse. Por otra parte, sujeto con las dos manos la capa de Thor, no se movió y miro al príncipe con sus ojos escarlata.
— Eeh... Veras... Yo ahora me tengo que ir...— dijo en un tono alto gesticulando lo máximo posible cada palabra. El niño reforzó su agarre.— No te puedo dar mi capa. Yo no soy como vosotros, no estoy acostumbrado al frío de aquí. Moriría de frío.— el pequeño aflojo el agarre, pero no parecía del todo convencido de soltar la capa.
Thor suspiró. Solo encontró una rápida solución sin ponerse a luchar con aquel niño.
— De acuerdo, te la regalo. Pero ahora vas a tener que venir conmigo y prestármela... ¿Entiendes?— el jotun sonrió, salió de debajo de la capa y espero a que Thor se pusiera en marcha.
Thor se incorporó y se volvió a ajustar la capa, le hizo gracia como el niño no perdía detalle de como hacia lo segundo. No le importaba darle su capa, intuía que su subconsciente quería regalarle algo para cubriese desde la primera mirada, por mucho que el otro pareciese no tener nada de frío.
Se encamino a la salida de la cueva seguido de cerca por el otro. Caminando hacia el caballo noto de súbito un tirón de la capa, al girarse vio al niño dos pasos por detrás de el, quiero y sujetándole por ella. Thor retrocedió esos dos pasos y tomo por el hombro al niño, sonriendo, para que confiara en él. Avanzaron despacio, bajo la confusa mirada de los centinelas. En un momento, en cuanto el caballo detecto a su jinete, comenzó a avanzar hacia él. El niño se volvió a tensar e intentar retroceder, ¿Era posible que esa fuera la primera vez que veía un caballo? Thor le fue susurrando palabras tranquilizadoras para que, aunque no le entendiera, le trasmitiera algo su tono de voz.
El caballo fue directo a la mano de su dueño cuando este alargo el brazo hacia las riendas. Le acaricio el hocico e intento que el niño jotun hiciera lo mismo. Si no era capaz de acariciarle, menos iba a ser capaz de subir sobre él. Tardó varios intentos, le subía el brazo y él lo bajaba. Pero finalmente alargo la mano con desconfianza hacia la criatura. El caballo le miró e inspiro cuando le tocó, provocando que la mano del niño retrocediera unos milímetros. Thor puso su mano sobre la suya murmurándole a la altura del oído "no pasa nada". Sintió como temblaba, no estaba seguro de si de frío o de miedo. En cualquier caso, no tenía tiempo para comprobarlo. Con unos pasos quedo al lado de la silla y se montó. Cuando estuvo listo dirigió, con una sonrisa tranquilizadora, una mano hacia el jotun. Este lo miro con desconfianza mientras la tomaba y se dejaba impulsar hasta el lomo del caballo, justo delante de Thor. Se agarró a él como pudo. Thor suponía que habiéndose sentado de lado no le inspiraría mucha confianza, y le rodeo con los brazos con algo de fuerza a la vez que sujetaba las riendas.
El viaje fue lento. Thor iba despacio para mantener tranquilo a su acompañante, quien parecía tener algo más de confianza sobre el animal. Se había tapado con la capa, y su cabeza estaba apoyada en el hombro del asgardiano.
Cuando llegaron justo a su padre el niño medio se escondió en la capa. Thor no supo si por los asgardianos o por los dos gigantes del cielo que los acompañaban. El grupo no prestó demasiada atención a los recién llegados. Así siguió hasta que los gigantes volvieron a su puesto, la puerta del palacio-cueva que se había perdido entre la ventisca. Solo entonces el niño lo dejo descender del caballo, llevándolo prácticamente en brazos. Seguía pegado a él cuando se acercaron su padre y su escolta. Miraba a los asgardianos con desconfianza y a él como su protector.
— ¿Quién es?— pregunto su padre cuando se hubo acercado.
— Es...— Thor no sabía muy bien que decir— Es un niño gigante del hielo...
— ¿Su nombre?
El príncipe no sabía como interpretar el tono ni la mirada de su padre, así que se refugio en la cautela.
— No lo sé... Lo encontré mientras exploraba.— se apresuró a explicar. Pasando un brazo por su hombro bajo la capa.— Parece que no habla nuestro idioma pero creo que si entiende algo yo diría que es un huérfano de las guerras tiene la edad para serlo ¿nos lo podemos llevar?— dijo todo sin respirar, sintiéndose como el niño que ya no era pidiendo quedarse con un juguete o una mascota.
Entrevió por el borde del ojo al pequeño mirándole sorprendido y parecía que feliz.
— No.
Esa fue la respuesta de su padre. Hasta entonces nunca se le había ocurrido contestarle, pero, como decía su madre, estaba entrando en la adolescencia.
— ¡Pero padre! ¿Y si no tiene a nadie?
— No podemos ir llevándonos jotuns porque nos apetezca, Thor. Sobre todo si no entiende nuestro idioma. ¿Y si tiene familia? ¿Lo separarías de ella solo porque considerarías que esta mejor contigo?
— No...—contestó Thor agachando la cabeza.— Pero... ¿No podría quedarme un poco más? A ver si encuentro su casa o a su familia.
Su padre negó con la cabeza.
— No Thor, tu vendrás conmigo.— el príncipe abrió la boca de nuevo.— Si tanto te interesa dejaré aquí dos voluntarios que busquen a su familia, ¿de acuerdo? Pero te puedo asegurar que la tiene.
La mirada de su padre era una orden muda de "no discutas más", así que se tuvo que resignar a asentir. Bajo los ojos hasta su pequeño compañero mirándolo con tristeza. Se desabrochó la capa y se la posó sobre los hombros al niño. Este durante un segundo se quedo maravillado por poder quedársela realmente, pero al segundo siguiente, al alzar la vista hacia Thor, sus ojos se entristecieron y le sujeto por el brazo.
— Nos volveremos a ver.— le prometió con una débil sonrisa.— Tendré que volver a Jotunhiem más veces...—El niño simplemente le sostuvo la mirada y le soltó el brazo despacio.— Se van a quedar dos soldados contigo para llevaste a casa, ¿de acuerdo?
El niño volvió a no contestar nada. Pero Thor intuyo que lo había entendido. Posó la mano en su hombro con cautela y sonrió mirando fijamente a sus ojos rojos. No había conocido mucho a ese gigante del hielo, en realidad, no lo había conocido nada, pero no podía evitar sentir esa simpatía por él y, sobre todo, ganas de protegerle y cuidarle.
Oyó a un escolta tras el carraspear y separo su mano del hombro del niño. Se volvió hacia su caballo y se percato que era el único de los que partía que faltaba por montar. En tierra quedaban los dos soldados que habían sido su escolta es ese reino, sujetando sus caballos por las riendas. El niño estaba a unos cinco pasos de ellos, observando con temor a los caballos y volviéndose cada poco a mirar a Thor.
El principe asgardiano se despidió de niño agitando la mano. Sabiendo que, por mucho que lo hubiese prometido, lo más probable esa que no pudiese poder cumplir su promesa. Oyó a su padre tras el susurrar "Heimdall" y el puente se abrió.
Muchas gracias por leer y nos "vemos" en el siguiente capítulo(si os apetece seguir leyendo claro xD). Intentaré no tardar mucho en subirlo.
