Holiwis
Bueno esta es mi "primera" historia (comillas por un problema, pero que ya se soluciono! C:) Es una historia alterna a los RE. Bueno les dejo el primer capítulo, espero que les guste.
Este capítulo va dedicado con todo mi amor, todo mi aprecio y todo mi FUUA! para tiiiiiiiiii! UnaLocaCleonista gracias por tooooodo. Sé que no soy fácil y tu me aguantaste, por ello te mereces un monumento. Pero por el momento confórmate con esto, primer cap. para tú! además que le pusiste el nombre c':
Caminos Cruzados.
Capitulo 1: La pastelería.
Eran las 15:00 de la tarde y Leon se encontraba parado a la salida de la escuela de su hija, la verdad es que no era su hija legítima, pero la quería como si lo fuera. En realidad él la había adoptado después de que los padres de la pequeña murieran en un accidente de coche en el que ella también estuvo presente.
Como doctor, no tenía mucho tiempo para ella pero cada vez que tenía un tiempo libre se lo dedicaba exclusivamente a la pequeña. Además tenía a sus amigos de la infancia que siempre lo apoyaron y le dieron su ayuda cuando más lo necesitaba, Jill, Ark y Liz su hermana, siempre lo ayudaron cuando se trataba de dejar a Sherry con alguien.
- ¡Papiiii! – Grito una pequeña niña de cabellos rubios y ojos azules mientras corría hacia él - ¡Papi! ¡Papi!
- Hola cariño, ¿Cómo estuvo la escuela? – dijo recibiéndola en sus brazos.
- ¡De maravilla! La señorita Anderson enfermo y no hicimos nada en TOOOODO el día – hablo emocionada la pequeña.
- ¡Wow! ¿Encerio? – dijo cargándola en los brazos y caminando hasta su auto.
- Sip, pero mañana nos enviaran una maestra suplente – expreso desganada. – Creo que se llama Claire...
- ¡Vaya! Al menos disfrutaste tu libertad por un día
- ¿Papi? – hablo la pequeña mientras él la ponía el asiento del copiloto y le abrochaba el cinturón.
- Dime... – la niña espero a que él se sentara, abrochara el cinturón y partiera el motor para continuar hablando.
- Si la señorita Anderson... va al hospital... – lo miro con inocencia, pero a la vez con ojos de estar planeando algo macabro. - ¿Crees que podrías darle licencia por un año?
- ¿Licencia por un año? Jaja – rió ante la idea de su hija.
- Siii, por fiiiis – suplico.
- ¿Para qué quieres que le de licencia por un año? – pregunto divertido.
- ¡¿Qué no es obvio?! – Pregunto con la mayor seriedad del mundo – Para que no me haga clases, papá ella me detesta, no es mi culpa que yo sepa más que ella – dijo inocentemente.
- Jaja ¿Y de quién es la culpa? – ahora si no paraba de reír.
- No lo sé, tuya, del sistema, la sociedad en que vivimos... – respondió – Se supone que estamos en una edad critica y los profesores deben alimentar nuestras mentes, pero no pueden hacerlo si los alumnos saben más que ellos o ¿No? - ¿Su pequeña hijita de 7 años había dicho eso? Cada vez lo sorprendía más y más – En fin... ¿Le darás la licencia por un año?
- Veré que puedo hacer... – le sonrió.
- ¡Genial! ¿Dónde comeremos hoy? – pregunto exaltada.
- Ehmm... no lo sé, ¿Dónde quieres ir?
- ¿Podríamos ir dónde tía Liz? Prometió hacerme un pastel de chocolates ¡Gigantotote! – sugirió la pequeña, recordando que su tía tenía una pastelería.
- Le chocolate te vuelve hiperactiva... – argumento Leon.
- Lo sé... pero anda di que siii ¿Sí? – suplico con cara de perrito abandonado y poniendo los ojos cristalizados. – Además, recuérdalo no puedes negárte a los pasteles de la tía Liz, no solo son exquisitos también... ¡Tienen Estilo! – dijeron los dos al unisonó y riendo al recordando la famosa y repetitiva frase de la hermana de Leon. Pero Sherry le volvió a poner la carita de perro.
- No puedo creer que no pueda decirte que no... – se quejo su padre, ante esa carita siempre caía rendido.
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Ya eran cerca de las 17:00, Claire se encontraba en el departamento que compartía hace poco ella y su hermano, revisando los últimos trabajos que les dejo a sus alumnos, se encontraba aburrida, hace unas semanas que llego a la ciudad y no conocía mucho porque apenas llego se puso a trabajar, y ahora bebía trabajar aun más porque una amiga le pidió el favor de reemplazarla ya que ella se encontraba con una fuerte gripe. Se puso a pensar en que podía hacer para los niños durante la clase, cuando su hermano Chris entro a su habitación.
- Claire ¿Creo que tengo un antojo? – dijo su hermano muy serio y provocando que la pelirroja lo mirara extrañada mientras fruncía el seño.
- ¿Crees que tienes un antojo? ¡¿Chris no estarás embarazado?! – se burlo.
- Ja Ja, ¿Vas a acompañarme o no? – pregunto.
- Ni siquiera me has dicho a dónde iremos – rió.
- Cierto... Veras, hoy en la oficina una compañera estaba de cumpleaños y le llevaron una torta de la pastelería que queda a unas cuadras de allí – explico - ¡Claire! Era exquisitaaa – dijo sacando la lengua y haciendo un gesto como si estuviera babeando – Bueno y eso... se me antojo un pastel ¿Me acompañas?
- Lo siento Chris, pero tengo mucho trabajo y...
- ¡Nada de eso! – La interrumpió – Llevas aquí unas semanas y lo único que haces es trabajar – le reprocho – Apuesto que ni siquiera sabes cómo se llaman las calles
- ¡Hey! Yo soy del 99.9999% de las personas que no se saben las calles, pero saben cómo llegar – se defendió.
- ¿Cómo vas a saber llegar si nunca sales? – contraataco.
- Es que... Yo... ¡Ay! Bien, vamos por tu estúpido pastel – dijo mientras se ponía de pie.
- ¡Siii! Además tienen pastel de chocolate y fresas... Sé que no puedes resistirte a ellos – hablo con una sonrisa de oreja a oreja al tiempo que abría la puerta de la entrada.
- Maldito chantajista – dijo la pelirroja mientras le daba un golpe en el hombro.
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Leon estaba bajando a Sherry del coche cuando su hermana apareció de repente y totalmente histérica.
- ¡LEON! Gracias a dios que estas aquí – dijo Liz jalándolo al interior del recinto – De una hora a otra el local se me lleno y necesito gente que me ayude ¡Vamos muévete, muévete! ¡Oh! Hola Sherry – saludo amigablemente.
- ¡Hola tía Liz! – Saludo la pequeña – Yo también quiero ayudar tía
- ¡Claro pequeña! ¡Vamos Leon muévete! – dijo a su hermano que se estuvo resistiendo a que lo jalara desde la entrada.
- Liz, ¿no crees que debido a mi historial con la cocina será mejor que no te ayude? – pregunto fingiendo una sonrisa.
- ¿Y quién dijo que te quiero en la cocina? Ten – dijo mientras le ofrecía una pechera y unas pinzas para tomar los pasteles.
- ¿Es enserio? – pregunto incrédulo.
- Muy enserio... – respondió mientras se giraba y caminaba a la cocina. Y no le quedo más remedio que quedarse a ayudar a su hermana, después de todo se lo debía.
- Papi ¿Y yo que haré? – pregunto Sherry jalándole el pantalón.
- Ehmm... ¿Por qué no vas a ver si Kate necesita ayuda en la caja? Yo estaré aquí – sugirió apuntando a la joven de la caja registradora. Era el lugar más seguro a su sano juicio para la pequeña, el resto del lugar estaba plagado de gente y se podía perder con facilidad y el resto era la cocina, no era el mejor padre del mundo pero por ningún motivo la dejaría estar allí.
- ¡Claro! – respondió emocionada, después de todo conocía muy bien la pastelería de su tía y a las personas que trabajaban en ella, cada vez que se quedaba con su tía ella la llevaba allí y ya tenía confianza de sobra.
- Así que también te retuvo a ti – escucho una voz bastante familiar a sus espaldas.
- ¡Jill! - dijo feliz - Sí, apenas me vio bajar del auto me tomo y me dejo aquí – explico.
- Ahh... eso explica porque salió corriendo como loca hace unos minutos – le sonrió.
- Sip, ¿Y cómo te atrapo a ti? – pregunto.
- Bueno yo solo vine por unos brownies y estaba pagando cuando llego toda esta gente – dijo mirando a las personas aterrorizada – intente escaparme, pero en cuanto me vio poner una mano en la puerta ¡se me lanzo encima! Y bueno aquí estoy...
- Dios... bueno ¡esa es tu amiga! – dijo entre avergonzado y divertido ante la actitud de su hermana.
Siguieron trabajando mientras reían y se hacían bromas entre ellos, eran mejores amigos desde el jardín de niños y Jill era como una hermana más. El lugar era un desastre, por unos minutos parecía que la gente ya había comido lo suficiente y al otro volvían muchos más. Pero no se sentían agotados, no tenían tiempo para descansar pero la pasaban bien y eso hacía que el tiempo pasara volando, las ocurrencias de Sherry hacían que todo el mundo se divirtiera aunque llevasen un buen tiempo esperando. La pequeña se movía de allá para acá, diciéndole hola a todo el mundo y atendiéndolos de la forma más tierna que tenia. En una ocasión se puso a hacer la fila para cancelar, porque ella quería una paleta y tenía que pagarla y hacer la cola como todos los demás clientes, aunque podía solo tomarla y darle el dinero a Kate, pero ella no quería y lo único que la gente decía cuando la escuchaba era: "Ohh que niña más tierna" "Aww mira va a pagar" "Que hermosa pequeña" mientras ella los miraba y les sonreía a todos.
- Disculpe señor – dijo un hombre a Leon - ¿Aquí venden pasteles? – pregunto de la manera más tonta que existía, provocando que Jill y el rubio lo miraran como un idiota.
- Ehmm... quizás – respondió con sarcasmo.
- ¡Oh! Y pasteles que se comen - ¿Era enserio? O le estaba tomando el pelo.
- Tal vez... – respondió de la misma manera.
- Ahh... ¿Y se los venden a las personas? – el hombre ya los estaba sacando de quicio.
- Sip... A veces... la otra vez creo que vino un perro – dijo finalmente y provocando que el hombre le sonriera.
- ¡Leon! – Lo regaño su hermana – Disculpe señor, venga por aquí yo lo atenderé – dijo sin antes pegarle un codazo a su hermano.
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Los hermanos Redfield llevaban cerca de media hora buscando la bendita pastelería. Chris había insistido en que sabia en donde quedaba y que no había por qué preocuparse, pero ya estaban dando vueltas a toda la manzana y nada, mientras que su hermano lo único que le respondía era que le serviría para conocer Nueva York.
- Chris... ¿Por qué no solo nos vamos a casa o compras en otro lado? Llevamos horas buscando – le sugirió cansada.
- Nada de eso hermanita ¡Quiero ese pastel! – dijo algo enojado.
- ¿Seguro que no estás embarazado o algo? – Le pregunto – Ahora que me doy cuenta te está creciendo la pancita – dijo solo para molestarlo y a cambio recibió una mirada asesina.
- ¡Ya cállate! – Hablo enfadado - ¡Mira allí esta!
- ¡Al fin! – dijo resignada.
Cuando entraron vieron que algunos tenían aspecto cansado, pero a la vez de no estarlo. Mientras caminaban para escoger que llevar, Claire vio a una dulce niña muy sonriente hablando con las trabajadoras y estas le decían que fuera a buscar a su padre que había salido a buscar algo, la niña sonriendo y saltando salió del lugar. La pelirroja quedo fascinada con la pequeña por lo hermosa y angelical que era, desvió su vista de la niña para ver a su hermano sonreír como un tonto mientras una joven muy bella de cabello castaño corto lo atendía. Podría jurar que hasta estaba babeando, se acerco a él y pudo notar que la muchacha lo hablaba para saber que quería y el solo la miraba con esa sonrisa estúpida en el rostro.
- ¡Oye Liz! – escucho de repente y todos se giraron para ver al dueño de la vos. En el momento que la pelirroja se volteo, quedo exactamente igual que su hermano, el hombre que había entrado era guapísimo, rubio, alto, ojos azul claro y para más, cargaba a la niña que vio hace unos minutos la cual hacia que se viera aun más guapo y ahora tierno – No crees que ya es hora de cerrar, tengo una vida ¿sabes? – continuo el rubio.
- Claro, pero aún quedan unos clientes – respondió una joven también rubia que se acercaba a ellos y tomaba a la niña en sus brazos. " ! Genial! está casado, fue muy bello mientras duro, es decir, ambos rubios, la niña es rubia, no hay que ser un genio para darse cuenta ¡Bien hecho, Claire! Te fijaste en un hombre casado" Pensó la pelirroja regañándose y decepcionándose a sí misma. Y de repente ella y su hermano se sintieron observados, mágicamente todos los trabajadores los miraron, como esperando algo...
- ¿Y bien me dirán que es lo que desean llevar o se quedaran ahí mirando? – Hablo Jill rompiendo el silencio.
- ¡Oh! Sí disculpen – respondió algo nerviosa – Chris ¿Qué era lo que querías llevar?
- ¡Ah! ¡Sí! – dijo su hermano al fin bajando de su nube – Quiero unas galletitas surtidas y una tarta de fresas, por favor – dijo sonriéndole a la castaña nuevamente.
- Claro, tenga cánsele en la caja y luego retira aquí – respondió entregándole un vale. Mientras Chris y Claire se alejaban, Jill se quedo pegada mirando al hombre que venía con la pelirroja. La verdad es que era muy guapo tenía que reconocerlo y le parecía a verlo visto antes, trato de hacer memoria pero no recordaba muy bien donde había visto a aquel chico.
- Jill, babeas... – dijo Leon sacándola de su trance.
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Fraseee de la semanaa : "Pregúntate. Sí lo que estas haciendo hoy, te acercara al lugar en el que quieres estar mañana."
- Walt Disney.
Bueeno hasta aquí el primer cap. espero que les haya gustado y dejen review! C:
También espero que les haya gustado la frase o que al menos las haya hecho pensar... Dejaré una todos los cap.
Atte: Camii :3
