Buenas, buenas... Sé que estoy bastante desaparecida por aquí, pero he continuado escribiendo, así que para reivindicarme con esta página, les traeré las historias que hice en este tiempo.

Esta historia tiene dos partes, esta primera está situada luego de la muerte de Vincent, una conversación corta pero a mi juicio reveladora entre Ängela y Brennan.

Como siempre digo, "Bones" no me pertenece en absoluto... :(

¡Espero que lo disfruten!

Secretos

Con tanta rapidez como se lo permite su estado, Ángela Montenegro ingresa a la oficina de su mejor amiga.

- Buenos días, Ángela – saluda la antropóloga distraídamente, absorta en su trabajo a pesar de lo temprano de la hora.

- Oh, no, cariño, sólo con un "buenos días" no me vas a comprar – sonríe la artista maliciosamente mientras se acerca al escritorio y toma a la antropóloga del brazo tratando de hacer que se levante.

- Ángela, ¿qué sucede? – interroga extrañada la Dra.

- Sucede que me debes una charla, y realmente preferiría que sea antes de estallar – responde la morena llevándose ambas manos al abultado vientre.

- No veo por qué razón estallarías – contesta la antropóloga, los ojos aún fijos en la pantalla del ordenador.

- Muy bien, entonces antes de que nazca este bebé. Tú sabes, para que pueda dedicarte la atención que mereces como mi mejor amiga, la cual hace una semana ha dormido con el hombre que quise para ella por años – Ángela sonríe, viendo como su amiga se levanta y cierra el ordenador.

- Aunque no considero un deber de mi parte contarte todos los hechos de mi vida – la Dra. suena como si estuviera dando una de sus clases, pero suaviza el tono para continuar – encuentro muy agradable tu interés, a pesar de la insistencia -.

Ambas mujeres se sientan en el sofá de la oficina, la embarazada con algo de dificultad.

- Entonces, cariño, cuéntame – la artista se frota las manos – Y no omitas los detalles jugosos – amenaza con el dedo índice en alto.

La antropóloga se endereza en el asiento, cruza las manos en su regazo y para sorpresa de su amiga, se sonroja.

- El tenía razón, ¿sabes? – contesta finalmente.

"Dios, esto es grande", piensa la artista observando a su amiga, por primera vez en años se ve tan tierna y vulnerable… se ve exactamente como una mujer completamente enamorada.

- Concretamente, ¿en qué tenía razón, cariño? – pregunta, tomando la mano de la antropóloga.

- ¿Recuerdas la conversación que te conté? ¿Sobre tener mal sexo… y hacer el amor? – las últimas palabras las pronuncia en voz más baja, pero con un brillo en los ojos que no pasa desapercibido para su amiga.

Conteniendo un grito de alegría, la artista responde con un gesto de asentimiento que recuerda el día en que ella le contó aquella conversación con el agente.

- Él tenía razón, hacer el amor no es lo mismo. Aunque no sea un milagro, aunque las leyes de la física sigan siendo las mismas, fue… fue algo completamente distinto – trata de explicar la antropóloga – Es algo completamente distinto-. "Realmente distinto, como para superar las posibles consecuencias", piensa y repite – Parece tan irracional e ilógico, pero verdaderamente… es tan diferente-.

El énfasis en el "es" llama la atención de la futura madre.

- ¡Oh, cariño! – exclama sin poder contenerse - ¿Estáis juntos? – pregunta, aún con algo de miedo.

- Creo que sí – sonríe la antropóloga tímidamente, inclinando la cabeza hacia un lado sin dejar de mirar a su amiga con esperanza.

- ¡Oh, Brenn, me alegro tanto! – la artista abraza a su amiga tanto como se lo permite su abultado vientre.

Al separarse sin embargo, puede ver una leve sombra cruzar los ojos claros de la antropóloga. No parece arrepentimiento, ni miedo… tal vez…

- ¿Tienes alguna duda, cariño?- pregunta con dulzura, sosteniendo la mano de la Dra. entre las suyas.

La antropóloga observa a su amiga unos segundos, para luego mover la cabeza negativamente.

Ángela sabe al punto que eso no es cierto. Su amiga está omitiendo algo. Pero conociéndola como la conoce, también sabe que no sirve presionarla.

Ya se lo dirá cuando sea tiempo.

Luego de varias risas más, la artista se despide para continuar con su trabajo.

La Dra. permanece sentada en el sillón, la mirada perdida en la ventana, reflexionando sobre la conversación recién mantenida.

"No es sensato decir algo sobre lo que es apenas una posibilidad entre muchas. Y no es Ángela quien debe saberlo primero en caso de que llegue a suceder", piensa mientras coloca una mano en su vientre.


¿Qué les pareció?

Besos desde Argentina