~El regreso del campeón - Pokémon Special~
Disclaimer: Pokémon no es mío, sino del Satoshi Tajiri.
Nota inicial: Dedicado a él y a ella, que estaban destinados a conocerse.
Última re-edición: Junio 2014.
Capítulo 1: ¿En serio volverá?
"Todos tenemos cosas que atormentan nuestra alma, algunas veces pensamos qué hubiera pasado si hacíamos algo de otra manera a la que lo hicimos. Lamentablemente, no conocemos la respuesta a ese tipo de preguntas, así nos hagamos mil y una hipótesis en la cabeza."
Toda la gente lo comentaba en las calles.
–¿No te has enterado? ¡El campeón regresará pasado mañana!
–¿En serio? Qué feliz debe estar sus madre, y qué orgullosa también.
–Él es un gran entrenador, por eso justamente lo llamaron al PWT de Teselia.
–Dicen que le fue muy bien, a lo mejor a capturado nuevos pokémons y también se ha vuelto famoso por allá.
–Definitivamente. Tratándose de Red, debe ser la figura más influyente del medio.
¿Pero sería verdad? ¿Red regresaría? Sentía una mezcla de felicidad y pánico. Era demasiado para mí.
Han pasado algunos años desde que partió. Dos, para ser exacta. Dos años en los cuáles situaciones inesperadas estuvieron a la vuelta de la esquina. Tiempo en el que las ilusiones se pudieron o no desvanecer. Momentos en los cuáles se ponía a prueba todo.
Sin embargo, conservo todavía su imagen, su risa y sus acciones en mi mente y alma. Red no era una persona común y corriente, él era la diferencia.
Nunca se dio cuenta. Cada mirada, cada gesto, cada encuentro cercano provocaba mil y un reacciones en mí. Ni siquiera sé cómo pasó. Pero allí estaba, como un snorlax que nunca se movería de mi corazón. Esa mezcla rara de sensaciones y emociones, era finalmente una transformación de la admiración hacia el amor.
Recuerdo que le hicieron una gran fiesta de despedida. Fui invitada al igual que todos los demás pokéholders, pero no fui. La escena iba a ser devastadora, personas dándole el adiós, deseándole lo mejor y yo… yo simplemente no quería ver eso; pero más que todo, no quería que se despidiera de mí. Con catorce años en esa época, no me sentía lista para afrontar su partida.
Pero tratándose de Red, cualquier cosa podía pasar.
~Flash Back~
Toc Toc.
–¿Quién es? – dije con voz temblorosa pues me encontraba llorando junto con Chuchu por la partida de Red y Pika.
–Yellow, soy yo, Red ¿Puedo pasar?
–¡Red-san! ¡Espérame un momento por favor!
–Bueno.
–¡Por Arceus! ¡Red no me puede ver así! Tengo que limpiarme la cara y tú Chuchu, ayúdame recogiendo esas cosas de allí. – dije en voz baja.
Abrí la puerta y Red entró junto con su inseparable Pikachu.
–¿Cómo andas Yellow? ¿Por qué no fuiste a despedirme?
–Em, verás, yo…
Mi voz se debilitaba mientras pensaba en una buena excusa.
–Yellow, tú eres una de mis mejores amigas y me hubiese gustado que estés en la fiesta, pero como no te vi, decidí venir a buscarte.
–Red-san, tú no tenías porque hacerlo.
–Pero no podía irme sin despedirme, además Pika se quiere despedir de Chuchu, más temprano fuimos a despedirnos de Pichu a casa de Gold.
Pika asintió con la cabeza.
–Oh, bueno, entonces…
–Entonces ¿Qué te parece si los dejamos dar una vuelta por el bosque? Nosotros podríamos platicar un rato.
–Está bien – dije nerviosa.
Ambos pokémons salieron. Red se sentó en el sofá y yo lo imité sentándome también.
–¿Ahora si me vas a decir por qué no fuiste?
–Yo… yo… tenía que… limpiar la casa, sí, limpiar la casa – mentí.
–Pero estuvo divertido Yellow, Green y Blue me hicieron un pastel de despedida y mi mamá hizo mi comida favorita. Todas las personas de pueblo estaban allí, menos tú.
–Tú sabes, la limpieza es importante.
–No más que yo – dijo en tono serio - En fin Yellow, te quería dar esto.
Red me entregó una foto que nos habíamos tomado cuando fuimos a Hoenn. Sentí nostalgia.
–¡Red-san! ¿Dónde la encontraste?
–Estaba ordenando mi habitación por el motivo del viaje y la hallé por ahí. Quiero que la conserves mientras estoy en Teselia. Me gustaría que no me olvides – dijo Red riéndose.
–Por supuesto Red-san, digo… Red – sonreí.
En la foto, como siempre yo salía muy mal, pero él estaba radiante y determinado, con Pika en el hombro.
Nostalgia, añoranza por las épocas pasadas que fueron mejores.
De un momento a otro, Red se aproximó al estante que estaba cerca a él.
–¿Qué es esto? – preguntó cogiendo una caja que estaba en la parte baja del estante.
–Ah, eso… eso es un juego que me trajo mi tío en su última visita, me vio tan entusiasmada cuando lo jugué por primera vez, que me compró uno.
–¿Cómo se juega?
–Bien, en realidad no es tan difícil. Mira Red-san.
Hice un gesto con la mano, pidiéndole el juego. Además, le dije que me ayudara a mover los muebles, para tener espacio al jugar. Abrí la caja y saqué un tipo de tapete con círculos de colores y una ruleta que indicaba pies, manos y colores. Red se sorprendió, al parecer nunca había jugado "Twister".
–Primero, tienes que quitarte los zapatos, Red-san.
Hizo una mueca extraña, pero al final se los quitó. Usaba calcetines con detalles de pikachus bordados. Sonreí y él, al darse cuenta, hizo lo mismo. Me quité las botas, yo llevaba calcetines morados con rayas rosas. Los vio y sonrío nuevamente. Al parecer no era la única con gustos extraños en calcetines.
–¿Y ahora?
–Ahora, necesitamos a alguien que gire la ruleta.
Nos quedamos mirando con cara de signo de interrogación. ¿Quién iba a mover la ruleta si solo estábamos los dos solos allí? De pronto, la idea vino a mí. Mi querido Golem nos ayudaría.
–Espérame un momento – dije mientras corría descalza a mi habitación.
Mis pokéballs estaban encima de mi cómoda. Rápidamente elegí a Gravvy y le di las indicaciones del juego.
–Bien, tú tendrás que mover la ruleta y mostrarnos qué alternativa salió ¿está bien?
Ahora el que tenía cara de signo de interrogación era Gravvy.
–Te lo explicaré cuando te enseñe el tablero. Sino nunca me entenderás, pequeño.
Caminamos hasta donde estaba Red, que se había quitado el chaleco y la gorra.
–Gravvy nos ayudará, pero hará falta que se lo explique un par de minutos – volteé para mirar a mi pokémon - Bien, ahora ¿ves este tablero?
Asintió con la cabeza.
–Tienes que girarlo así y luego nos enseñas el resultado para poder movernos ¿ahora sí entiendes?
Nuevamente asintió con la cabeza.
–Listo Red, ya podemos empezar a jugar, ayúdame a tender el tapete en el piso.
Ambos desdoblamos el tapete y lo acomodamos en el suelo, Red seguía sorprendido con tan inusual juego.
–Listo, pequeña Yellow ¿ahora sí me explicas bien qué tengo que hacer?
–Pues mi querido Gravvy nos mostrará qué pie o mano tenemos que mover, si derecha o izquierda, y… en qué círculo del tapete tenemos que colocarla; rojo, azul, amarillo o verde. Si te caes, pierdes. Sencillo ¿verdad, Red-san?
–Más o menos – dijo mientras se rascaba la cabeza y sonreía.
–Entonces… empecemos.
Ya habían pasado muchos turnos y la tarde ya casi llegaba a su fin. Para nunca haber jugado "Twister", Red lo hacía muy bien. Pero no me iba a dejar vencer fácilmente.
Era mi turno, Gravvy giró la ruleta y salió mano derecha rojo. La única manera de llegar allí era pasando por encima de Red que se encontraba en una posición muy graciosa. Pues bien, tenía que ganarle. Me aproximé al círculo rojo, pero Red, extendió su pierna y me hizo caer. Para mi mala suerte caí encima de él.
Nuestros labios estuvieron a punto de rozarse. Mas Red solo atinó a sonreír mientras yo me moría de la vergüenza. Rápidamente me paré, esa situación hizo que mi corazón latiera de manera acelerada. Gravvy se sintió culpable y regresó a mi habitación.
–¡Te gané! – dijo Red sorpresivamente, como para evitar que haya más tensión.
–¿Qué? – pregunté algo confundida aún.
–Pues, tú caíste primero Yellow.
–Pero tú te caíste conmigo. Así que… es un empate.
Red estaba dubitativo y de piernas cruzadas, no le gustaban los empates. Raramente, lo aceptó.
–Está bien, es un empate – dijo con una sonrisa pícara.
Lo acompañe con una sonrisa también. Luego, un silencio algo incómodo invadió el lugar. Red, volvió a evitar que se formara más tensión.
–Bien Yellow, como es un empate… ambos ganamos ¿no?
–Creo que sí Red-san.
–Entonces el juego terminó con un final feliz para los dos – exclamó Red con su típica sonrisa encantadora.
–Pero solo el juego terminará así…
–Sabes que el viaje es necesario Yellow, así cumpliré mi meta de estar entre los mejores del mundo. Por eso, tengo que irme.
La mágica tarde con Red había llegado a su fin.
–Lo sé, Red-san.
Se puso de pie y se acercó a mí. Me miró a los ojos.
–Pero quiero decirte que nunca conocí a una persona tan sensible y amable como tú, por eso no podía irme son despedirme de ti.
–Red-san, qué… cosas dices – los latidos de mi corazón se aceleraban de nuevo.
–Yellow, aunque me vaya, nunca te olvidaré. Eres una persona muy especial para mí, eres como mi hermana pequeña .Te extrañaré mucho.
Y terminó estas palabras con un beso en mi frente. Luego, empezó a ponerse los zapatos y el chaleco.
–Gracias por esas palabras Red-san – dije recuperándome del shock que me acababa de propinar. Me consideraba una "hermana pequeña". Inestabilidad. Atiné a colocarme las botas.
En ese momento, Pika y Chuchu volvieron de su paseo muy felices, pero a la vez tristes por la separación.
–Yellow, llegó la hora, tengo que irme – exclamó mientras se colocaba la gorra.
–Red-san, de todo corazón te deseo lo mejor en tu viaje. Y espero que siempre te acuerdes de mí, tu… hermana pequeña – mi voz casi ni se escuchaba al terminar la frase.
Un abrazo. Sentirlo tan cerca de mí me encantaba. Su espalda era muy fornida y sus brazos muy agradables.
–Gracias por todo Yellow.
–Gracias a ti, Red-san.
Le abrí la puerta. Como era costumbre, Red no miró hacia atrás.
Chuchu, al igual que yo, estaba triste. Pero los sentimientos de ella eran correspondidos, Pika no la veía como su "hermana pequeña".
Lo vi alejarse junto a su leal pikachu. La tristeza recorría mi ser al punto de querer llorar, pero no lo hice. Habíamos pasado toda la tarde juntos. Estuvimos a punto de besarnos. Era el momento de liberarme de esa pesada carga.
-No. No puede acabar así. Tengo que hacer algo, superar mi timidez de una vez. Es ahora o nunca Yellow – dije para darme ánimos. Chuchu escuchaba atentamente cada una de mis palabras.
Corrí hacia él.
–¡Red-san! ¡Espera! –grité.
Red volteó.
–¿Qué pasa Yellow?
–¿Por cuánto tiempo te vas?
–No estoy seguro, solo el destino sabe lo que me depara allá. Es posible que mi viaje dure un par de meses, como también es posible que nunca regrese.
–Red-san, hay algo que tienes que saber en caso que nunca más te vuelva a ver.
–¿Qué cosa, Yellow?
Me acerqué a él lentamente, mientras me aproximaba iba cerrando los ojos .De pronto, sus labios se encontraban junto a los míos. Era una sensación mágica. Luego de eso lo miré a los ojos, como nunca me había atrevido a hacerlo.
–Quizá me veas como una hermana, pero yo te veo como algo más que eso. Tú me conoces, soy muy tímida y miedosa a veces y casi nunca dejo que mis sentimientos salgan a flote. Pero hay algo de lo que nunca voy a dudar: Red-san, estoy enamorada de ti.
Antes de que dijera algo huí lo más rápido posible a lo más frondoso del Bosque Verde.
–Lo hiciste Yellow – me dije a mi misma mientras corría – por fin lo hiciste.
~Fin del Flash Back~
Pero alguien debía confirmarlo. Caminé hacia Pueblo Paleta en compañía de Chuchu y para mi buena suerte me encontré con su madre, que salía del laboratorio del profesor Oak.
–¡Buenos días!
–¡Hola Yellow! ¿Qué se te ofrece?
–Pues, mientras caminaba por Ciudad Verde, escuché que es posible que Red regrese a Kanto.
–Es verdad, querida – dijo sonriendo – Red volverá porque necesita unas vacaciones, ya sabes, todo eso de ser uno de los mejores lo estresa un poco.
–¿Y sabes cuándo regresa?
–Pues pasado mañana, Yellow. Ya te avisaré para que me ayudes a planear una fiesta de bienvenida para nuestro campeón. Han pasado dos años, pero para mí, seguirá siendo mi engreído.
–Claro, con gusto la ayudaré.
–Entonces mandaré a Green o a Blue a avisarte, ya nos vemos – terminó diciendo.
Se alejó rumbo a su casa.
Dos días, dos días y estará de vuelta. Dos días y nos volveremos a encontrar, aunque ya no pueda mirarlo a la cara. Lo mejor será ocultarme de él.
