Capitulo 1. Pesadillas

No sabía donde estaba…no sabía por qué razón corría…como si el parar significase la muerte… con este pensamiento, seguía adelante. Una niña pequeña de pelo y ojos castaños huía desesperadamente. Pero, ¿de qué o de quién? Ni siquiera ella lo sabía, no sabía lo que eran…esas sombras que le pisaban los talones. Volvió la vista atrás…todavía seguían ahí…Asechando entre la oscuridad…esperando a que cometiera un fallo para saltar sobre ella, como un tigre jugando con su presa.

Susurros con su nombre no paraban de emboscarla desde todas las direcciones. Voces familiares para ella hacían que cada palabra… mandara punzadas de dolor a su joven corazón.

-Si solo no hubieras nacido… ¡Tú la mataste!...¡Monstruo!-

La reconocía… la grave voz de su padre, reprochándola y junto a ella hacían eco todas las voces que conocía, sus personas importantes. Se detuvo poco o poco, ya sin fuerzas para correr o retener las lágrimas que sin permiso salían de sus ojos. Quiso desaparecer, escapar de todo y de todos.

-Monstruo... monstruo… monstruo

-No es… verdad. ¡Callaos!

Cerrando los ojos con fuerza y tapándose los oídos con sus manos intentó parar la voz, pero parecía que nada la sacaría de su cabeza. Sentándose de cuclillas, se hizo un ovillo en el suelo. Ella no había echo nada, no tenía la culpa así que ¿Por qué todos le decían cosas tan crueles?

-Yo no soy mala… ¡no soy mala!- repetía una y otra vez, intentando convencer a la oscuridad sin forma que se reía de ella.

De pronto vino la calma, el silencio la invitaba… como retándola a abrir sus parpados otra vez. Con curiosidad alzó la cabeza y se encontró con un espejo. No… era más bien su reflejo, su exacta imagen… pero con ojos color fuego, que la miraban fijamente.

Kuroko-chan - Su voz…no puedes escapar de mi - No…- Yo siempre sabré donde estás ¿recuerdas?-¡No!¡Para! - Porque

-NOOOOO

Se despertó de golpe, en su cama, con la respiración agitada y empapada de sudor. Pasó un tiempo hasta que consiguió regular su respiración. Se limpió los rastros de lágrimas que quedaban en sus ojos y comprobó que su compañera de cuarto aún siguiera durmiendo.

Sí, su Onee-sama seguía profundamente dormida y llevaba uno de sus pijamas infantiles, con dibujos de la rana Gekota por todas partes. La imagen de su compañera la tranquilizó un poco. Se dirigió al cuarto de baño y lavó su cara, mientras pensaba en su reciente pesadilla.

Recuerdos dolorosos de su infancia se aglomeraron en su mente. Habían pasado varios años desde la última vez que tuvo esos sueños o más bien…recuerdos.

Aunque sabía que no dormiría en lo que quedaba de noche volvió a su cama sin hacer ruido, esperando al amanecer cercano. Tras varias vueltas decidió que lo mejor era salir, necesitaba aire fresco.


Cuando los primeros rayos de sol se filtraron por la ventana, Mikoto comenzó a despertar. Estiró brazos y piernas y apagó la alarma de su móvil que sonaba con insistencia. Fijó su vista a la cama de Kuroko, pero para su sorpresa, esta no estaba. Extrañada se levantó y comprobó que estuviese en el baño, pero nada, no había rastro de la menor. Ahora sí estaba preocupada, estuvo a punto de llamarla al móvil pero la repentina teletransportación de la chica la paró.

-Buenos días Onee-sama- Dijo mostrando una sonrisa falsa.

-Kuroko ¿se puede saber donde estabas?- cuestionó en tono de reproche.

-Solo fui a dar un paseo matutino Onee-sama, siento haberte preocupado.–Mintió hábilmente con una sonrisa juguetona. La verdad es que desde hacía horas que había salido.

- N-no estaba p-preocupada ni nada – repuso avergonzada y con un leve sonrojo – Solamente pensé que de nuevo me habías echo alguna de tus bromas.

Inconscientemente una pequeña sonrisa se formó en su cara, se veía tan linda sonrojada. Su Onee-sama era extremadamente amable con todo el mundo, pero también era verdad que era increíble lo modesta que llegaba a ser. Se sonrojaba a la mínima, por eso le gustaba hacerle todo tipo de bromas.

Ambas salieron de la habitación y se dirigieron al comedor. Desayunaron juntas como siempre pero… algo estaba mal.

Kuroko no había lanzado ninguna mirada asesina a las fans que se abalanzaban sobre Misaka.

Tampoco había abierto la boca desde que llegó y su mente parecía estar en otro mundo, volviendo de vez en cuando para hacer como que estaba escuchando.


Su camino a la escuela no fue muy diferente.

- Oye kuroko- ( Esto es extraño)

- ¿Sí?

- ¿De verdad que no te pasa nada? Estás…extraña-( No me ha molestado por llevar pantalones bajo la falda como hace todas las mañanas… y está muy tranquila. DEMASIADO tranquila )

-Claro que sí…solamente tuve una mala noche, no te preocupes Onee-sama –Confesó con la mirada perdida.

-um.-contestó no muy convencida.

Recorrieron el resto del camino en silencio, Kuroko estaba demasiado inmersa en sus pensamientos como para prestar atención a las miradas que le lanzaba Mikoto. Cuando llegaron a la escuela, cada una cogió caminos diferentes para llegar a sus clases.


- Me pregunto si le habrá pasado algo, ayer estaba bien cuando salimos con Uiharu y Saten-san...

Mikoto no paraba de darle vueltas a la actitud de su compañera de cuarto, tan perdida estaba pensando en ella que ya le habían llamado la atención dos veces, ganándose las risas de sus compañeras.

Cuando sonó la campana, que anunciaba el final de la escuela, Kuroko recibió un mensaje del Judgment.

-…Más trabajo- suspiró cansada.

Jojojojo que es lo que te pasa Shirai Kuroko ¿te has dado cuenta de tu incompetencia y por eso tienes esa cara? jojojo –. Reconocería esa molesta risa en cualquier lado.

-Kongo Mitsuko…- Su ruidosa compañera la cual tenía un don único para enfadarla al instante, siempre escondiendo una sonrisa gatuna detrás de su abanico -No, solamente tengo trabajo en el Jutdgment –Respondió rápidamente con expresión neutra. En otra ocasión se la habría devuelto pero ese día no estaba de humor .- Si me disculpas tengo que irme.-cogió su maleta y salió tranquilamente del aula.

- C-claro, adiós

Su actitud había sorprendido a todos los que aún quedaban allí. Nunca nadie había presenciado a Shirai Kuroko rechazar una pelea verbal con su rival favorita.

-¿Pero que le pasa?- Hasta la misma kongo se preguntaba sobre su comportamiento