Una idea loca que me vino a la mente… sé que no es nada buena, pero quería escribirla.

Los personajes no me pertenecen, son de Masashi Kishimoto

Espero que les guste… besos!

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La enviada

No sé qué hora es, todo está oscuro, no sé por cuánto tiempo dormí y tampoco sé en dónde diablos estoy, una lámpara con una luz que de vez en cuando tintineaba dándole al lugar un toque algo tétrico; intenté levantarme pero algo sujetaba con fuerza mis manos y pies, no pude ver bien de que se trataba, solo vi algo negro alrededor, sentí pasos a lo lejos con lagunas voces mezcladas, hablaban en un idioma extraño, los pasos los sentí más cerca y logré ver un haz de luz entrando por la puerta, ésta se abría de a poco mostrando a una figura esbelta, con grandes tacos, ropa de un material negro brillante muy ajustado, una capucha cubría su rostro en su totalidad, caminaba despacio, como temiendo despertarme o asustarme, me tocó suavemente la mejilla, sus manos eran delicadas, sus uñas largas se hacían notar en el roce contra mi piel, de un momento a otro se separó de mi bruscamente y se paseó de un lado a otro como si meditará sobre que hacer a partir de ahora. Después de casi un cuarto de hora de idas para allá y para acá, por fin me habló, una voz frágil comparable a la de algún ángel, delicada y tierna a la vez, con un toque de de arrepentimiento y de frialdad -¿Sabes el por qué estás aquí?- una simple pregunta que me dejó pensando en la inmortalidad del cangrejo, con mi silencio supo mi negativa – Sólo piensa en los actos que has cometido y de las veces que has pedido perdón por tus errores-, miles de imágenes rebalsaron en mi mente, todas las personas dañadas y las mujeres que he dejado humilladas en alguna habitación de alguno de los tantos hoteles que he visitado en mis 28 años, todas las empresas que he dejado en la banca rota, eso y mucho más venían como disparos en mi cerebro.

-No me han enviado esas personas en las que estás pensando - nuevamente me dijo con voz melodiosa – solo es algo que está por muy fuera de tu alcancé mental- se dio vuelta, abrió un cajón de un mueble que no había visto, sacó un arma de fuego cargada, el pensamiento de redención pasó por mi cabeza tan fugaz, pero tenía asumido que éste sería el cierre de mi vida – Arrepentirte no te servirá de nada a este punto de tu vida- tan ciertas esas palabras, la vi apuntar a mi cabeza, colocó un silenciador al arma, quizás para que no llamé tanto la atención en el lugar en que nos hallamos, de un movimiento rápido se sacó la capucha dejando al descubierto su rostro y cabello oscuro largo, tez blanca con facciones finas, ojos de un extraño color blanquecino y labios carnosos, murmuró un Adiós y todo pasó en cámara lenta, vi la bala dirigirse al centro de mi frente, las imágenes de mi familia y amigos fueron desapareciendo de a poco, sentí la penetración del fusible en mi piel, cráneo y demás, mi visión se fue a negro y antes de caer en el sueño profundo la vi desaparecer en una nube negra con una sonrisa en su rostro.