N/A: Ehh…ok. Gracias a todos los que se han metido a este fic que quiero mencionar, es el primero y espero, no el último. Realmente tengo un miedo horrible acerca de todo esto. Estoy nerviosa.
Es gracioso. Llego planeando todo un mes esta historia y tengo más o menos un plan general de cómo será pero a la hora de escribir, simplemente cambio de ideas y…salió esto. Por favor! Suplico a todo ser lector de este fic que si encuentran alguna falla o quieren acotar algo, háganmelo saber y…ayuden a esta pobre chica a superarse cada día en su escritura.
Y por ultimo. Esta es una historia de geishas, inspirada en las novelas, película y cultura nipona. Cualquier persona que se sienta mal o no le guste este tipo de genero (errh see, aquí habrá lemon por que la autora es una pervertida total…y es Bartman.) puede darle click para devolver la pág. y nadie le dirá a nadie que ha leído esto. Por ultimo, los nombres o expresiones los cuales tienen un significado especial en esta cultura, estarán en "cursiva" y con un número para localizarlas con mayor facilidad.
-conversaciones.-
Pensamientos.
Disclamer: Bleach no me pertenece, es obra completamente de Tite Kubo y derechos reservados...erhh eso.
Cap. 1.
Entrecerró los ojos levemente cuando una nube de polvo se levantó al dar la primera sacudida de la antigua escoba de ramilletes de paja, pero no pudo evitar el estornudo que le provocó el aspirar nuevamente.
Tenía que terminar rápido. Todavía le faltaban muchas cosas por hacer y ya estaba anocheciendo.
Y con una sonrisa en los labios y tarareando una cancioncilla comenzó a barrer la parte frontal de la gran casa.
Frotó la esponja contra el último plato y lo enjuagó para terminar finalmente con la parte de sus tareas. Suspiró cansada y secándose las manos, las pasó por su rubio cabello.
Se acercaba la noche y con ello, su cita de las nueve.
Giró y apoyó sus manos contra el lava platos, miró a su alrededor. Tal vez barrería un poco la cocina. Estaba un poco sucia a pesar de que siempre la barría.
Suspiró nuevamente.
No tenía ganas de salir esa noche. La verdad no tenía ganas de hacer nada en todo el resto que quedaba del día y tal vez, por el resto de la vida.
— ¿Y Orihime?.— Matsumoto parpadeó y levantó la vista mirando a Yoruichi entrar a la cocina.— Ya debería empezar a arreglarse. Pronto habrá que partir.—
—Lo sé.— Y con un desanimo total tomó la escoba y comenzó a barrer.— Y por Orihime… Anda a saber tú. La última vez que la vi estaba recogiendo las hojas secas del patio trasero.- Dejó de barrer y levantó la vista pensante.— Creo que fue de compras.—
Yoruichi tomó la silla que estaba junto a la mesa y se sentó con los brazos cruzados.- Ya te dije, Matsumoto, no quiero que salga a comprar sola. No quiero que salga sola.- bufó molesta al ver que Matsumoto levantaba los hombros, sin importarle.
— Ya esta grande, ¿no?.—
— Tal vez para cualquier persona normal de veinte años lo sea. Pero no para Orihime. ¿O te tengo que recordar que se perdió por culpa de quién?.— Yoruichi frunció el ceño.
— ¡Ya te dije!. No quedaba té blanco y yo estaba ocupada.— dejó de lado la escoba y se sentó junto a Yoruichi. La miró por unos minutos y agregó entre dientes.— Ok. Ok. La iré a buscar.— Dijo justo en el momento en que Orihime entraba.
— B-buenas tardes, Okaa-san1, Matsumoto-san.— Dijo abriendo la puerta corrediza de papel y entrando a la habitación. Dió una pequeña reverencia y sonrojada desvió la mirada hacia el suelo. — Siento el preocuparla, Okaa—saaan!- Un golpe le llegó de lleno en la cabeza lo que logró hacerla inclinar un poco más.— ¿Q-qué? ¿P-por qué, Oka-san…?.-
— ¡Tonta! ¡Nos haces preocuparnos siempre de ti!.— La morena la miró enojada y se cruzó de brazos al frente de ella.- Debes aprender a cuidarte. ¡Algún día esa cabeza tuya hará que te ocurra algo muy malo!.—
— ¡Onee-san2!. ¡No golpees tanto a Onee-chan!— Matsumoto se cercó y fingiendo un mal papel de hermana protectora abrazó a Orihime, apretándola contra sus pechos.— ¡Onee-Chan! ¡Onee-Chan! ¡Onee-Chaan~!.¡Tenía tanto miedo de que te pasara algo!. ¡Onee-Chan!.—
— ¡Ma-Matsumoto-san!.— Orihime trató de apartarse del asfixiante abrazo de la rubia pero solo consiguió que la apretara aun más contra si y empezara a lloriquear.
— ¿Por qué Onee-chan?¿por qué me llamas tan formalmente? ¿No somos una familia feliz? ¿O acaso no me quieres?.— se apartó de Orihime y se colgó del brazo de Yoruichi, quien tenía cara de pocos amigos.— ¡Onee-san! ¡Ori-chan no me quiere!.—
— ¡Bah!. Ya empezamos con el teatrito de todas las tardes.— Yoruichi Trató de sacudir el brazo alejándola sin conseguirlo.
— ¡Lo siento, Matsumoto-san!, ¡No puedo evitar tratarla así, ya que Ud. a sido muy buena conmigo y no quiero parecer que le falto el respeto!.—
Yoruichi puso una mano en su cara, sorprendida y a la vez enojada.
¿Cómo era posible que Orihime le creyera todo a todo el mundo?.¿No podía dejar de ser un poco ingenua siendo que ya era bastante grande para comportarse así?.Suspiró un "Oh Dios" mientras sentía ya que le arrancarían el brazo. Y preparándose para golpear a las dos chicas, la puerta corrediza se abrió, y dejó a la vista a un hombre de aspecto descuidado, abanicándose constantemente y con un distintivo sombrero verde.
— ¡Buenas noches~!… ¿Qué?... ¡¿ahora hacen tríos lésbicos? ¡Me lo hubieran dicho…!.—
— ¡Dios Kisuke!, ¿Es que siempre tienes que hacer enojar a Yoruichi?.— Matsumoto sonrió burlonamente mientras le servía otro vaso de sake en una gran habitación decorada a un estilo oriental y algún que otro mueble bastante antiguo. La gran y baja mesa de té estaba cubierta de varios vasos vacios. — Aunque… no es mala idea lo del trío, ¿Eh? ¡Nos volveríamos ricas!.— comenzó a reírse vulgarmente mientras molestaba a Orihime quien estaba sentada a su lado con la cabeza gacha y claramente sonrojada.
— No tiene nada de buena idea.— gruñó Yoruichi que estaba junto Kisuke quien se abanicaba sonriéndole a Orihime.— ¡Y tú! ¡Deja de flirtear con ella!.—
— ¡Lo siento, lo siento~! Es que Orihime-chan es tan guapa~. ¡Huh-uh! ¡Tienes que tener cuidado! ¡Puede ser que venga algún chico que se quiera llevar a Orihime-chan! ¡No puedes permitirlo!.—Gritó con fingido miedo logrando que Orihime de inmediato comenzara a negar moviendo rápidamente las manos.
— ¡E-eso no es po-posible, Kisuke-san!. Además, yo todavía estoy en entrenamiento.— Y concluyó avergonzada.— Me falta mucho para poder lograr ser como Okaa-san y Matsumoto-san.— Kisuke la miró de reojo notando cierto dejo de tristeza en su voz. En su opinión, Orihime era bastante buena para ser una simple Maiko3.
— Eso es mentira, Ori-chan.— Matsumoto la miró con el ceño fruncido, para después mostrarle la lengua.— Simplemente eres demasiado vergonzosa con los hombres.— Yoruichi sonrió mientras Kisuke reía al igual que Matsumoto y molestaban entre ambos a la chica.
Era verdad. Orihime era demasiado tímida con los hombres. A pesar de ser buena en los diferentes artes que se fomentan en el crecimiento de una geisha. — Y sin decir que también era bastante buena en la danza, cosa que la sorprendía cada día al ver que Orihime era torpe para todo.—
Pero al momento de acompañar a un hombre, simplemente no podía comportarse y normalmente asustaba a los clientes con sus locuras.—ovnis, enanillos, el mundo de los malvaviscos…entre otros-
— Creo que Ori-chan debería encontrarse un buen Danna4 para que cuide de ella. Y si eres tan inteligente como tú queridísima onee-chan, le sacaras hasta el último jugoso yen.— Matsumoto asintió fervientemente mientras la abrazaba por detrás.— ¡Pero para eso, debes ser más coqueta Ori-chan, más coqueta!.— Orihime se sonrojó con la sola idea de estar insinuándose a un hombre.
Eso no era para ella. Por que ell era una chica simple y algo torpe.
Nunca podría ser como Matsumoto en ese aspecto. Y mucho menos como Yoruichi y conseguir un Danna. Simplemente sabía que nunca seria una buena geisha.
— Sólo tienes que bajar un poco tu kimono y mostrarles los pechos.— Matsumoto sonrió picaronamente mientras trataba de lograr su cometido y Orihime gritaba.
— ¡Pero no te preocupes, Orihime-chan!, si no consigues a algún cliente, yo gustoso seré tu Danna!.— Yoruichi abrió los ojos como platos y nuevamente le propino otro golpe que le llegó directamente en la cara.
Matsumoto rió a carcajadas. Orihime apenada se tapó el rostro con las mangas del kimono. Y Yoruichi se pasó la noche completa gruñéndole a Kisuke.
Tal vez, Orihime no confía todavía en los hombres.
— ¿Y entonces?, ¿Qué te parece la idea?.—
— Eres un idiota si piensas que aceptare algo como eso.— Ichigo Kurosaki manejaba su Lamborghini negro del año actual, acompañado de su amigo de la infancia, Renji Abarai. Ambos cansados después de una ardua tarde de trabajo en el hospital central.
— ¿Y por qué no?.— frunció el ceño y se acomodó en el agradable asiento de cuero negro sintiéndose cansado. Sabía que seria bastante difícil convencer a Ichigo. Bueno, Ichigo es difícil de convencer para todo.
— Ya te dije. Porque no.—
Manejaba por la carretera para llegar directamente a su departamento y de paso acercar a Renji al suyo, ya que cierto "idiota" había prácticamente reventado su nuevo auto sólo hace tres días. Lamentablemente el desgraciado había salido con lesiones menores lo cual hacía más y más ricos a la empresa de autos que frecuentaba Renji. Tal vez era comprador compulsivo de autos. -Y también, un peligro para todo transeúnte que se cruzase en su camino—
— Ni siquiera tiene fundamento esa respuesta.— Ichigo lo miró.
— ¿Estás loco o realmente ese choque te hizo mierda el cerebro?. Renji. Mírame. Me voy a casar. ¿Cómo se te ocurre que vaya a ese burdel?.—
— Primero que todo, Zanahoria con patas, es un O-chaya5, no burdel. Segundo, ¿Quién te dijo que te tenías que acostar con cualquiera?. Esto es como…¡Como una despedida de soltero!. Ya sabes, bailes, sake, mujeres…un buen rato libre.— La idea le llegó como si le golpearan en la boca del estomago.
Ichigo Kurosaki nunca había sido de esos jóvenes con las hormonas revolucionadas que cada vez que veía a una chica linda se le caía la baba.
No.
Tal vez su carácter era algo pesado para la gente – admitámoslo, para la mayoría de la gente.—Y era bastante serio, con buenos valores infundados. Detestaba la gente pervertida, y él con toda seguridad no era de ese tipo de personas.
Era alguien que le gustaba la formalidad.
Alguien que era correcto.
Y por sobretodo, alguien que se casaría en una semana más.
La respuesta era clara.
— NO, Renji, no iré a esa cosa.— El pelirrojo bufó molesto y se cruzó de brazos.
— ¿Realmente crees que me compro ese cuento de que te casas porque quieres?.—
— ¿Y por qué deberías creértelo? Nadie te ha pedido tu maldita opinión. Y si fuera así, no la tomaría en cuenta.— Ichigo apretó levemente el acelerador. No tenía intención de volver a discutir el mismo tema con Renji.— Y ahora cierra tu maldita bocota o mañana te tendrás que ir a pie al hospital, maldito desgraciado.—
— ¿Por qué siempre evades todo, Ichigo?.— La pregunta nunca tuvo respuesta. Y tampoco era como si lo necesitara ya que sabía perfectamente cual era.
Pero de algo estaba seguro.
No importaba lo que dijera, Ichigo iría sí o sí.
O al menos eso intentaría.
Fin cap.
Ok. Primero el glosario.
1.- Okaa-san: se dice madre en Japón pero en el ámbito de una Geisha es la persona el cual educa a una iniciada.
2. - Onee-san: al igual que la Okaa-san, la Onee-san es la cual ayuda al crecimiento de la iniciada.
3. - Maiko: Tercera etapa para un aprendiz de geisha. Pueden ser invitadas a reuniones formales, pero no cobran precio completo. Todo el dinero llega a manos de la Okiya o pensión donde viven todas juntas.
4. - Danna: cliente habitual de una geisha que puede ya estar casado. También provee dinero y se encarga de que tenga una buena vida.
5. - O-chaya: Casa de té o lugar de trabajo para las geishas donde hay música, baile, fiesta, a veces alimentos, y siempre abundante alcohol.
Lamento ser tan pobre en explicación, pero no quiero que sean conceptos difíciles de aprender y la historia se vuelva densa. No se si poner en si lo que significa una geisha, pero si necesitan mas información pueden buscarla en Wikipedia. En cualquier caso, estoy abierta a opiniones y criticas, como dije arriba.
¡~Manden reviews~!
Atte. – Ryuu -
