Este fic está hecho en colaboración con una hermana pequeña que tengo, espero que guste.

Que quede claro que los personajes no son de mi propiedad, son de Disney Channel. Sin embargo, la trama de esta historia sí que es mía.

Apoyó el codo en el mostrador de cristal de la tienda y suspiró sin ser realmente consciente de que lo estaba haciendo. Austin esbozó una sonrisa tonta mientras miraba en dirección a una zona de la tienda de música en la que Ally se esforzaba por afinarle la guitarra a un chico al que le habían cambiado un par de cuerdas. La joven estaba sentada en un pequeño banquito de esos que se utilizan para tocar el piano, sostenía la guitarra entre sus manos con cuidado y tenía la cabeza ligeramente inclinada hacia adelante para pode escuchar el sonido que emitía la cuerda en cuestión cada vez que ella apretaba una de las clavijas. Ally ponía cara de desagrado, parecía que no conseguía que la cuerda alcanzara el tono adecuado de manera que alzó a la cabeza y dirigió la mirada hacia el joven que con una sonrisa un tanto boba la miraba desde el mostrador.

¿Austin?─preguntó ella al ver que el chico seguía con aquella sonrisa tonta en el rostro─. ¡Austin!

El rubio dio un salto como si le hubieran despertado de un profundo sueño con un tremendo grito. Parpadeó un par de veces y al final se dio cuenta de que tanto Ally como el propietario de la guitarra lo estaban mirando con extrañeza. El rubio se pasó una mano por el pelo y se acercó a ella y le tomó la guitarra. Alzó una pierna y apoyó el pie en un lado del banquito en el que estaba su amiga. En dos segundos la guitarra estaba afinada y el chico se marchó la mar de contento con su instrumento reparado.

¿Te pasaba algo antes?─preguntó Ally mientras cargaba con el banquito hacia el otro lado de la tienda para ponerlo junto al piano.

No, no me pasaba nada. ¿Qué me iba a pasar?

Parecía que te estaban abduciendo los extraterrestes.

Qué va, qué va─. Ella alzó los brazos colocándolos en jarras, Austin la miró y sonrió. Ella parecía preocupada por él y el que pusiera esa carita lo fascinaba─. Te prometo que no me pasa nada de nada, Ally.

Está bien─. Austin alzó la mano para apartarle un mechón de pelo que le caía sobre los ojos cuando Dez y Trish entraron por la puerta discutiendo a grito pelado sobre cualquier tontería. Austin y Ally intentaron saludar a sus amigos pero fue misión imposible al menos en el primer momento. Cuando se calmaron un poco fue Ally la que intervino.

¿Qué es lo que os pasa?

Pues que por su culpa nos han despedido del trabajo en el que habíamos logrado que nos contrataran─. Respondió Dez poniendo cara de pena y con los brazos cruzados ante el pecho.

Trish...─suspiró Ally con una ceja levemente enarcada.

Yo no he hecho nada... Solo estaba haciéndome la manicura...─La segunda frase la dijo en voz baja pero Ally todavía pudo escucharla.

¿Por qué no intentáis que os vuelvan a contratar? Seguro que si os disculpáis os vuelven a dar el trabajo─. Propuso Austin mirando a Dez y a Trish, alternativamente. Aquellos dos se miraron y en menos de dos segundos ya habían salido disparados por la puerta de la tienda. Sonic Boom volvía a estar vacía. Ally miró el reloj y vio que sin querer ya se había hecho tarde y que era hora de cerrar.

Oye, Austin... ¿qué te parece si cierro ya la tienda y componemos un poco?

Me encantaría─. Respondió el chico con una sonrisa de oreja a oreja.

Espérame aquí─. Contestó la joven mientras se encaminaba hacia la puerta con paso rápido para cerrar. Sin embargo, antes de que llegara un chico entró por la puerta de cristal, Dallas. Ally se detuvo a medio camino al verlo allí, no supo qué decir. Él caminó hacia ella y le cogió la mano.

Hola.

Hola...─consiguió articular Ally.

Venía a decirte que si mañana querrías salir a dar una vuelta conmigo.

Ally a penas consiguió balbucear un sí antes de acompañarlo a la puerta y cerrar con llave. Luego, empezó a morderse un mechón de pelo. Austin se movió y se acercó a ella. Alzó la mano y con los dedos apartó el mechón de pelo que su amiga estaba mordisqueando, Se lo colocó tras la oreja y en el camino le rozó la mejilla suavemente con los dedos. Ally alzó la cabeza y lo miró a los ojos, el rubio estaba serio y ella volvió a preocuparse por él, no se estaba comportando como siempre hacía.

Por un momento, Dallas se le fue completamente de la cabeza. Ni siquiera era capaz de recordar a qué hora había quedado con él. Finalmente, Austin esbozó una sonrisa, cogió de la mano a su amiga y se la llevó escaleras arriba.

El joven abrió la puerta de la habitación en la que componían y Ally se adelantó y se sentó en el piano. El rubio imitó su gesto y se sentó junto a ella.

¿Estás contenta?─preguntó el rubio mientras acariciaba con sus delgados dedos las teclas del piano. Ally se quedó un segundo pensando porque al principio se había sentido muy emocionada al saber que Dallas iba a llevarla a dar una vuelta pero en cuanto había visto la cara de Austin todo se le había ido de la mente. No sabía por qué Austin estaba tan raro últimamente pero haría lo que fuera por no volver a ver jamás esa especie de tristeza que había visto en sus ojos hacía unos momentos allí abajo.

Supongo─. Dijo. Hasta ella misma se extrañó de su respuesta porque en teoría tendría que estar dando saltos de alegría por tener un cita con el chico de sus sueños pero no se sentía precisamente así. Cogió la mano de Austin entre las suyas─. Pero, Austin...

¿Componemos algo?─dijo él separándose de ella para evitar que volviera a preguntarle qué le pasaba porque ni él mismo lo sabía a ciencia cierta. Ally sonrió, a lo mejor eran todo imaginaciones suyas y nada más. Se pusieron manos a la obra, Ally sacó una libreta en la que había compuesto una letra y había empezado una melodía para probarla con la voz de Austin. La canción se llamaba I think about you. Austin la miró por encima, realizó una leída rápida y le hizo un gesto a Ally para que empezara a tocar lo que había compuesto. El chico tardó un par de segundos pero luego empezó a cantar como si aquella canción la conociera de toda la vida. A mitad canción se quedó mirando a su amiga que con una sonrisa tocaba el piano con entusiasmo al ver lo bien que estaba quedando su composición. La chica alzó la vista sin dejar de tocar y se dio cuenta de que Austin la estaba mirando fijamente mientras cantaba la canción con voz dulce, esa voz que solo le salía a veces y que a Ally le parecía sumamente agradable. Miró los grandes ojos de Austin y no pudo evitar que un ligero sonrojo decorara sus mejillas pues el chico la estaba mirando con cariño mientras le cantaba aquella canción.

Cuando terminó, Ally dejó de tocar pero no separó las manos del teclado del piano. Su mirada estaba enredada con la de Austin... Sin embargo, la puerta del pequeño estudio se abrió de golpe y el señor Dawson entró. El hombre estaba un poco agitado.

Perdonad si os molesto, chicos. Cariño...─dijo hablando a Ally─.Voy a tener que marcharme unos cuantos días con tu madre, vamos a comprar nuevos instrumentos pero tenemos que viajar porque hemos encontrado una buena oferta y nos conviene aprovecharla. ¿Podrás arreglártelas sola con la tienda y todo?

Claro, claro que sí. Vosotros marchaos tranquilos.

─¿Seguro que no será mucho trabajo?

Yo la ayudaré, no se preocupe, señor Dawson. Ally estará bien─. Ally no pudo evitar sonreír al oír las palabras de su amigo y fue hacia la puerta para despedir a su padre que se marchaba corriendo hacia el aeropuerto. La joven cerró la puerta tras de sí con un suspiro. Austin se había levantado y Ally no pudo evitar acercarse a él y abrazarlo. Al sentir los brazos de su "socia" rodearlo el joven se puso a acariciarse el cabello de la nuca, un tanto incómodo, aunque finalmente bajó los brazos y rodeó a su amiga apoyando la mejilla en su pelo.

Gracias, Austin.

Al día siguiente cuando Austin llegó a Sonic Boom su amiga Ally ya estaba allí moviendo instrumentos de aquí para allá en un gran ajetreo. Dez y Trish llegaban también en ese momento y Austin al verlos con su supuesto uniforme de trabajo dedujo que los habían readmitido. Su amigo de dirigió hacia él mientras Trish iba a saludar a Ally. El rubio se quedó mirando a su amiga que aquel día parecía estar más radiante que nunca y esbozó la misma sonrisa tonta que el día anterior.

A Dez no le hizo falta pensar mucho para darse cuenta de a quién estaba mirando Austin para poner esa cara de tonto enamorado.

¿Por qué no se lo dices?

Aquella frase devolvió a Austin a la realidad y Dez vio como abría los ojos de par en par. El rubio le dio un fuerte tirón a su amigo y lo arrastró lejos de la puerta de entrada de la tienda y de las miradas de Ally y Trish.

Pero, ¿qué estás diciendo?─ casi chilló alarmado mientras vigilaba a sus espaldas por si alguna de las dos chicas lo había escuchado.

Nada, solo digo que si te gusta podrías decírselo de una buena vez antes de que Dallas te la quite. No hay que ser muy listo para eso, Austin.

Austin resopló, exasperado. Más que exasperado se sentía un poco desesperado. Llevaba bastante tiempo así, sintiendo cosas que no sabía identificar o que no había querido identificar porque le daba miedo. Y ahora, venía su mejor amigo que parecía que nunca se fijaba en nada y se lo decía así de claro.

─¿Desde cuándo sabes que me... me...?

¿Que desde cuándo sé que te gusta?Pues me lo dijo Trish hará unas semanas. Me dijo que había notado como mirabas a Ally y que esa mirada solo la dedica alguien que está muy enamorado.

Austin se pasó la mano por el rostro y observó a Dez mirando por entre los dedos. ¿Cómo había podido ser tan obvio? Aquello era desesperante. ¿Acaso todo el mundo sabía o al menos intuía lo que estaba empezando a sentir por Ally?

¿Austin?─La voz de Ally lo sacó de sus pensamientos. Salió del hueco entre dos tiendas en el que se había metido con Dez y se enfrentó a la chica que lo buscaba con una sonrisa. Cuando lo vio le cogió la mano y lo llevó al interior de la tienda. Al pasar junto a Trish, Austin pudo ver la sonrisa cómplice que la chica le dedicaba a la que él solo pudo suspirar, sí que era obvio lo que sentía.

Ally lo llevó hasta el mostrador donde estaba apoyada un guitarra llena de polvo pero que parecía muy bonita─. La he encontrado esta mañana en el fondo del almacén, es una guitarra increíble. ¿Crees que podremos hacer que vuelva a sonar? Creo que mi padre la dejó allí pensando en venderla pero al final la olvidó y ahora suena bastante mal. ¿Crees que tendrá solución?

Claro que sí, lo único que necesita esta guitarra es que la limpiemos, la afinemos y toquemos con ella. En poco tiempo volverá a sonar como lo hacía, ya verás─. Dijo Austin mientras observaba con ojo experto las cuerdas de la guitarra cubiertas de polvo. Dez y Trish se marcharon sin que sus amigos se diesen ni cuenta, dejándolos solos.

El día pasó rápido en la tienda y ninguno de los dos tuvo ni un segundo de respiro en todo el día. Con cada mirada que compartían, Ally le agradecía a Austin lo mucho que apreciaba que la ayudara tanto. Austin se limitaba a sonreír de oreja a oreja, feliz de poder pasar el día con ella.

Sin embargo, por la tarde cuando ya estaban acabando de recoger y limpiar la tienda, Ally se fijó en la hora que era y se dijo a sí misma que ya era hora de que fuera yendo a encontrarse con Dallas.

Se giró para mirar a Austin que estaba tratando de afinar la guitarra vieja del almacén, la joven sonrió. El rubio podía ser muy adorable cuando el pelo le caía sobre los ojos mientras se estaba concentrando en algo. Él, al advertir que lo observaban alzó la cabeza.

Austin...

Creo que es hora de que te vayas marchando o llegarás tarde a tu cita...

Ally se quedó estática, podía ver tristeza en los ojos de Austin pero ella no podría ver en su mirada ni una décima parte del dolor que estaba sintiendo su mejor amigo al arrojarla en los brazos de otro. Sin embargo, el chico se levantó, se acercó a ella, le quitó lo que llevaba en las manos y la empujó hacia la puerta.

Tú ahora vete y diviértete mucho. Yo me encargaré de cerrar la tienda.

Pero, Austin...─Él le selló los labios con un dedo y la siguió empujando suavemente hasta que la sacó a la calle. El rubio alzó la cabeza y vio que el cielo se estaba encapotando.

Te recomendaría que cogieses un paraguas, parece que va a llover.

No tengo así que si llueve me tendré que aguantar─. La joven sonrió tímidamente y abrazó a su mejor amigo─. Gracias por todo lo que haces por mí.

No se merecen.

Ally se separó de él y para Austin fue como si le arrancaran algún órgano vital. Se sintió vacío, como si le faltara algo. Era evidente lo que le faltaba. El corazón que se había marchado con Ally.

Austin cerró la tienda un rato después y se marchó a su casa. Se tumbó en la cama y allí acabó de pasar la tarde. Cuando estaba a punto de cerrar los ojos, su móvil lo hizo levantarse de golpe. Lo cogió.

¿Austin?─El chico se frotó los ojos y se incorporó para hablar mejor.

Sí, ¿quién me llama?

Soy el padre de Ally.

Hola, señor Dawson. No le había reconocido.

¿Sabes dónde está Ally? Es que llevo llamándola un buen rato pero no me coge el teléfono.

Austin se levantó de un salto de la cama y le dijo al señor Dawson que ahora mismo iba a ver dónde estaba la chica. El hombre intentó decirle que no se preocupara pero Austin le colgó antes de que pudiese terminar la frase. Ni siquiera se detuvo a mirar por la ventana porque si lo hubiera hecho hubiera visto que una chica menuda se dirigía con paso lento y tambaleante hacia su casa. El chico bajó los escalones de dos en dos y los tres últimos los bajó con un gran salto. Cogió las llaves que estaban en un cuenco en el recibidor y abrió la puerta de golpe. Sin embargo, no llegó a salir porque vio que allí parada en la puerta estaba Ally completamente empapada de pies a cabeza y con los ojos hinchados y rojos. A pesar de que estaba mojada, Austin pudo ver que por sus mejillas caían lágrimas. En ese momento, al joven rubio el corazón se le cayó hecho pedazos, miró a su amiga de arriba a abajo y se dio cuenta de que tenía las rodillas raspadas.

Austin...─susurró ella de un modo apenas inaudible. Avanzó un paso y abrazó al chico, enterrando la cabeza en su pecho entre sollozos. Unos sollozos que se volvían más potentes a cada momento. Austin la rodeó con los brazos, todavía sin comprender nada, cerró la puerta y la llevó hacia el interior de la casa. En primer lugar la llevó a la cocina, conduciéndola con cuidado. Una vez allí, la ayudó a sentarse en uno de los taburetes y fue corriendo como un galgo a por un par de toallas secas y un poco agua oxigenada para las heridas de las rodillas. Mientras iba a por todas las cosas sentía como su sangre hervía. Aún no sabía que había pasado pero lo que sí tenía claro es que iba a matar a Dallas en cuanto se lo encontrara. Volvió junto a Ally e hizo que la joven alzara el rostro hacia él colocando un dedo en su barbilla.

¿Qué ha pasado?─La chica hipaba y era incapaz de articular una sola palabra. Parecía desolada así que el chico le tomó el rostro entre las manos, secándole las lágrimas con los dedos. Si supiera cuanto le dolía verla en aquel estado... ─Vamos, no llores más. Por favor, no puedo verte así. Vamos, Ally, ven─. La chica volvió a refugiarse entre los fuertes brazos de su amigo.

Austin...─Parecía que su nombre era lo único que era capaz de decir. El rubio al ver como Ally temblaba como un pajarillo, la ayudó a levantarse y la acercó hasta el baño. Entró y abrió el grifo del agua caliente. Ella seguía sollozando.

Shh... Voy a buscarte ropa seca. Ahora dúchate y luego hablaremos.

La joven asintió y esperó a que él volviera con las toallas, una camiseta y unos pantalones de pijama para encerrarse en el baño. Austin se apoyó en el marco de la puerta cerrada, podía sentir el agua correr y también los sollozos de Ally. Suspiró y se marchó a la cocina a prepararle un té caliente a la chica para cuando saliera de ducharse. La morena buscó a Austin y finalmente lo encontró en la cocina, sentado en uno de los taburetes con aire preocupado y pensativo. Ella se quedó mirándolo, estaba adorable cuando adoptaba esa expresión. Él se dio cuenta de que Ally estaba allí y se levantó con el té en las manos, se lo dio a su amiga y la acompañó escaleras arriba hasta su habitación. Después de dejarla sentada en su propia cama bebiendo la infusión, él bajó a arreglar el cuarto de baño pero descubrió que Ally ya se había encargado de dejarlo impoluto, así era ella.

Cuando volvió a subir, la chica sostenía el vaso vacío entre las manos con expresión ausente y triste. El corazón de Austin volvió a llevarse un terrible punzada de dolor, nunca había visto a Ally así...

Le quitó el vaso de las manos con suavidad y se sentó a su lado.

Ally, necesito saber qué ha pasado─.Ella lo miró compungida, tragó saliva e intentó hablar. Austin la tomó por los hombros─. Ally... por favor...

Al ver el rostro angustiado de Austin se decidió a hablar haciendo un gran esfuerzo por no llorar.

He visto a Dallas con otra chica, se estaban besando.

Austin la miró, estaba serio.

Ally...

Y lo peor es que a pesar de eso, lo sigo queriendo.

La chica apoyó la cabeza en el hombro de Austin y él cerró los ojos, le escocían. Abrazó a Ally y enterró el rostro en su pelo.

Todo se arreglará, Ally. Ya lo verás...

Hasta aquí hemos llegado por ahora, pronto subiré la continuación de la escena.!