Antes de nada debo decir que todos los personajesque he utilizado (salvo unos pocos que me inventaré ;)) son propiedad de JK Rowling y de la Warner Bros.
También he de decir que es mi primer ff así que seguramente tenga unos cuantos fallitos jejejejeje pero ¡espero que os guste!
¡Nooooooooo!
Un grito ensordecedor llenó una estancia pequeña y sucia. Era el mismo grito que rasgaba una y otra vez todas las noches desde que el presente está vacío… Vacío de esperanza y de sueños…
Otra vez despertaba en una maraña de sábanas y sudor frío… otra vez había soñado lo mismo. ¿Por qué no dejaba de apoderarse de ella todas las noches¿Es que acaso no había sufrido ya bastante¿No era suficiente tener que estar a las órdenes de aquel que le quitó toda la fuerza para seguir viviendo? No…
Aparecieron los primeros rayos del sol como queriendo decirle que aún quedaba una oportunidad; tenía razón y ella lo sabía.
¿Qué estás haciendo que todavía no te has levantado? Te están llamando.- dijo detrás de la puerta una voz desdeñosa y áspera.
Se levantó con renovados ánimos ya que este día iba a ser diferente; este día lo lograría todo… sí… lo iba a hacer. Se vistió con los harapos que le habían dejado. Cada vez que los veía recordaba aquella ropa que llevaban los elfos domésticos… un trapo; un trapo que lo único que hacía era recordarle que era una esclava. Se dispuso a salir, pero antes recorrió la habitación, parecía una pequeña alacena con paredes de madera raídas que dejaban entrar la luz y el aire, lo suficiente para poder vivir, en la mitad se encontraba un colchón desgastado y sucio en el que dormía. Lo odiaba ya que era un "regalo" según le habían dicho, sí, un regalo… él se había dado cuenta de que si no le dejaba algo "cómodo" para que pudiera descansar no podría estar lo suficientemente despierta para poder aguantar todo lo que estaba soportando. Sí, eso era lo que él quería, quería destruirla pero poco a poco. Primero le quitó su familia, luego a sus amigos y por último su corazón. Todo pasó a cámara lenta, al perderlo todo ella quiso morir, descansar para siempre con ellos, dejar de sufrir, alejarse de todo pero no… según él eso era un regalo muy preciado que no se merecía, no, ella debía vivir, vivir como una esclava realizando cada uno de sus deseos. Quería humillarla pero no matarla, quería que sintiese que ya no quedaba esperanza y destruirla mentalmente, quería que su cuerpo también se doblegase ante su poder. ¿Pero por qué quería hacerle tanto daño¿Por qué no se dedicó a golpearla y a matarla como hizo con todos los demás?
La respuesta, según él, era muy sencilla: ayudó más que nadie a su peor enemigo y él dio su vida por ella demostrándole que ha sido y siempre fue lo más importante para él… por eso y sólo por eso no quería que se encontrasen en otro mundo y fueran felices, quería vengarse de él haciéndola sufrir, sí vengarse de Harry Potter.
Pero ahora que ya había encontrado una forma de borrar el pasado y de cambiarlo le daba igual… no le importaba ya que iba a acabar con él, con Lord Voldemort. Se dirigió en silencio a la cocina para preparar el desayuno a su "señor". Todos los días hacía lo mismo, iba a aquella cocina para sacar la esencia de la serpiente de su "señor".
Estate quieta maldita serpiente…. - le decía una y otra vez mientras Nagini intentaba por todos los medios clavarle los colmillos. Ella le esquivaba pero siempre acababa con marcas y heridas que le sangraban abundantemente. Pronto se dio cuenta de que a su "señor" no le importaba que su sangre se mezclase con esa esencia, al contrario, eso parecía contentarlo. - No importa, así por lo menos sé que aún estás viva - le solía decir y después soltaba una carcajada terrorífica dando a conocer todo el poder que tenía sobre su vida. Era insoportable tener que hacer eso todas las mañanas pero descubrió algo que le ayudó en sus idas y venidas a la cocina, encontró muchos productos que le podrían ayudar a realizar una poción, un conjuro tal vez… sí, ya había reunidos todos… sólo le faltaba uno… sí, y lo tenía justo delante de ella… el veneno de una serpiente. Al terminar esa mañana y cuando nadie la miraba se guardó un poco de veneno en una botellita que guardó en una tablilla suelta del suelo. Muy bien… ahora tengo todos los ingredientes… la llevaré con los demás y prepararé esta noche el conjuro… sí, esta noche es perfecta porque hay luna llena… - pensó mientras levantaba con cuidado la tablilla e introducía con cuidado la botella.
Se presentó ante su "señor" con el preciado líquido en sus manos.
Ya era hora - le dijo Voldemort entre dientes - pensé que Nagini había acabado contigo por fín…
No - le contestó ella sin inmutarse- No tendré esa suerte… susurró
Te he oído… ¿No estás contenta¿Acaso no te das cuenta de que aunque seas mi esclava eres a la única que mis mortifagos tienen prohibido tocar? - pronunciaba estas palabras con una risa contenida - Podría decirse que eres mi favorita… si no date cuenta de que mis demás esclavos están sufriendo mi ira…
Gracias - Es lo único que pudo decir mientras le dejaba la botella de veneno delante de él.
Mmmm…. Está bien… - dijo mientras se bebía el veneno, en verdad él ya no necesitaba alimentarse de él pero sabía que conseguirlo la asqueaba y por eso mismo lo bebía. - ¡Ahora ve a curarlo! - le ordenó mientras señalaba a un hombre muy mal herido en un rincón.
Sí, mi señor.
Se retiró de su vista y se dirigió a la esquina de la gran estancia de su "señor". Era una estancia privada totalmente de luz natural, únicamente la alumbraban unas antorchas ancladas en unas figuras de serpientes de hierro. Hacia la mitad se encontraba un gran sillón verde en que se sentaba su "señor" que descansaba sobre una gran plataforma con unas escalerillas que le confiaban estar encima de sus súbditos y así poder expresar sin palabras todo el poder que tenía. A su derecha se sentaba solícitamente Nagini, parecía como si quisiese cuidar de él y no dejar a nadie que se acercase… era su protectora. A su izquierda se encontraban dos de sus mejores súbditos… se trataban de Bellatrix Lestrange y Lucius Malfoy. Hablaban entre ellos y sonreían mientras la miraban acercarse a aquel hombre mal herido. Habían estado lanzándole hechizos hasta romper casi todos sus huesos hasta que Voldemort les ordenó que parasen. - No quiero que muera todavía, quiero verle sufrir aún más - les ordenó mientras sonoras carcajadas se oían por toda la estancia - Él me abandonó y les ayudó a ellos… Debe morir pero despacio, muy despacio…
Ella al final llegó al rincón en el que se encontraba Severus Snape. Estaba muy mal herido. Nunca pensó que llegara a agradecerle nada a ese hombre, pero siempre estuvo dispuesto a ayudarla cuando él murió.
Intentó protegerla de Voldemort y por ello le encontraron. Sí, Snape no podía correr ni esconderse ya que tenía que cargar con ella por cada rincón de la tierra, siempre les encontraban y tenían que buscar otro lugar. Snape nunca había sentido simpatía por ella pero sin embargo cuando la encontró inconsciente después de su batalla con Voldemort la recogió y se la llevó lejos de allí convirtiéndole a él en la única persona en que ella podía confiar ya que no le quedaba nadie más en el mundo.
Cuando se acercó Snape temblaba de frío y miedo pero sus ojos expresaban que nunca se daría por vencido y que aguantaría todo eso hasta que sus fuerzas se agotasen.
Hola - le dijo ella intentando sonreír para poder darle ánimos - He vuelto, como todos los días.
Hola - le dijo Snape esbozando una especie de sonrisa que parecía quedarse a la mitad porque su labio inferior estaba partido. - Yo también sigo aquí como todos los días.
Lo he conseguido - le susurró mientras le curaba las heridas con una especie de ungüento verde y pegajoso - he conseguido el último ingrediente.
¿Sí? - le contestó él en el mismo tono - Me alegro… además esta noche hay luna llena… es un buen momento, un momento inmejorable… ¿Seguro que recuerdas lo que debes hacer?
Sí - le contestó y esta vez una verdadera sonrisa apareció en su cara - sí, sé exactamente lo que tengo que hacer. Lo tengo todo escondido, también tengo su varita.
Vaya… nunca creí que pudieras hacerlo… Lamento haberlo pensado siquiera… - le dijo mientras la veía curando sus heridas. No importa… creo que en el fondo tampoco me sentía muy capacitada para realizarlo… pero sé que puedo hacerlo y así lograré que este presente desaparezca y que volvamos a ser todos felices. Ahora ya sé en qué fallamos y cómo podemos arreglarlo… sí, esta noche lo lograré.
Ya sabes que si necesitas ayuda sólo tienes que llamarme ¿verdad?
Sí, no te preocupes… Espero que ella sepa cuidarte como yo…
Claro que sí, y si no sabe no te preocupes esperaré a que todo vuelva a ser como tenía que ser.
Espero que sí - le dijo mientras se levantaba después de curarle todas sus heridas. - Ya está listo.
Lleváoslo a su celda, no quiero volver a verlo hasta esta noche - les ordenó Voldemort a sus vasallos. - Recordad que debéis darle de comer para que no sea tan fácil hacerle esas heridas… - les dijo mientras señalaba todos los lugares en los que ella había esparcido aquel ungüento.
Sí mi señor - le respondió Lucius Malfoy - sentimos no haberle dado de comer en una semana… creo que se nos olvidó… - dicho esto estalló en carcajadas.
Está bien… - les dijo Voldemort.
Ella iba a volver a su habitación cuando se paró de repente… Oía las voces de Bellatrix y de Voldemort.
Pero… mi señor… ¿estáis seguro de que ella merece tal honor? - le decía Bellatrix celosa
Bueno… la verdad es que no se lo merece… - le contestó - pero sé que eso será peor que todos los años que pueda estar a mis órdenes. Para ella será mucho más humillante que todo lo que le hemos hecho durante estos cinco años…
Tenéis razón… Con ese filtro le olvidará y toda la lealtad que la ha mantenido con vida conservando su razón desaparecerá y únicamente será capaz de amaros a vos…
Sí - y estalló en crueles carcajadas que consiguieron helar su corazón mientras escuchaba detrás de una de las paredes - Creo que será mejor que vayas preparando la poción y se la mezcles con la comida de mañana Bella.
Sí mi señor. - dicho esto desapareció para ir hacía la estancia que ella tantas veces había allanado para conseguir los ingredientes para su conjuro.
¿No será capaz de darme un filtro de amor, verdad?- se preguntaba mientras se dirigía a la cocina. - No quiero acabar totalmente enamorada de él… no quiero… no puedo… sólo me queda una oportunidad… si no la aprovecho hoy se acabó todo…
Espero que os parezca interesante ¡Agur!
