FANSTASMA DE OJOS ROJOS

Cuéntanos, fantasma de ojos rojos, las vueltas de tus tristes mocedades. De como tu arrojo condujo al desarraigo de tu vida, la fría partida de las hojas. Fue aquella tarde en donde la sangre se volvió contra la sangre, y fuiste elegido como vengador; aquel día en donde tu corazón se envenenó y juraste erradicar su sombra.

Fantasma de ojos rojos, que en tu buscada soledad dejaste atrás a la mujer de cabellos florales y a tú único hermano. Qué en aquel pasto violento terminaste con el arte de la sucia arcilla, y el halcón nuevamente volvió a volar.

Fantasma de ojos rojos, que a tu halcón le entregaste tu ser; a una le ofreciste tu cuerpo, a otro le prometiste fama, y al tercero le vendiste un sueño. Y sus alas se abrieron, y sus ojos siguieron el rastro del traidor, y ya no hubo lugar seguro sobre la tierra.

Fantasma de ojos rojos, que aquel día lo encontraste; entre truenos y aceros bebiste tu venganza y él derramó su sangre. Y los cielos cesaron su quejido cuando el pico del halcón cayó.

Fantasma de ojos rojos, que frente a su cadáver comprendiste, que en realidad él te había asesinado.