ANHELOS
CAPITULO 1
Nota: Un minific que me inspiro el poema., Puedo escribir los versos mas tristes esta noche, de Pablo Neruda.
Cuando Candy se despidió de Albert para ir a encontrarse con Terry a Broadway, este no pudo evitar sentir un dolor inmenso en el corazón, aunque al despedirla sonreía y le decía que estaría bien, la verdad era que su corazón se estaba desangrando de tristeza, ella era el amor que tanto anhelaba, era la flor que con tanto amor y ternura había cuidado y ahora otro seria quien disfrutaría de sus brazos, de su risa, de su aroma y hasta de su mala comida., aquel al que no recordaba como su mejor amigo como ella seguido se lo decía, seria quien ahora enjugaría sus lagrimas, entonces se pregunto –
- ¿ Porque tuve que enamorarme de ti? ¿en que momento dejaste de ser mi enfermera para convertirte en mi mejor amiga y ahora en el amor de mi vida? Ni siquiera se si soy un hombre libre para poder ofrecerte abiertamente mi amor y mi compañía, ¿Cómo poder luchar por tu amor? ¿Cómo pedirte una oportunidad? Candy, Candy, no quiero irme de tu lado, ¿pero que sucederá si decides quedarte con Terry? ¿Qué sucedería si algún día recuerdo mi pasado y tengo otra familia? No podre seguir mas a tu lado, ni siquiera como amigo, no podre ocultar el dolor y los celos que se han instalado ya en mi corazón., ya nada seria igual.
Mientras Albert miraba por la ventana pensando en ella, una Candy bastante confundida viajaba en el tren, iba ver a su gran amor, pero ¿Por qué de repente su corazón estaba tan triste? No podía dejar de pensar en Albert, su mente no dejaba de repasar cada momento vivido con el, le dolía sobremanera separarse de el, no quería dejarlo solo, entonces pensó -
- ¿Y si me necesita? ¿y si recuerda quien es y se va nuevamente? No quiero que Albert se vaya de nuevo, Quizá lo mejor será que regrese y le escriba a Terry para disculparme por no ir al estreno de la obra., si eso haré, me disculpare con el, seguro entenderá que Albert me necesita en estos momentos.
Decidida Candy siguió hasta la próxima estación y ahí bajo para tomar el próximo tren de regreso a Chicago, mientras Albert suspirando tomaba un bolígrafo y una hoja en blanco para comenzar a escribir.
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Puedo escribir los versos mas tristes esta noche, escribir por ejemplo; la noche esta estrellada y tiritan azules los astros a lo lejos, el viento de la noche gira en el cielo y canta, puedo escribir los versos mas tristes esta noche, yo te quise y a veces tu también me querías, pero ahora te amo, en las noches como esta te tuve entre mis brazos, cuantas veces me imagine besándote bajo el cielo infinito, se que tu me quieres pero solo como amigo, ¿Cómo no amar tus grandes ojos verdes y fijos?
Puedo escribir los versos mas tristes esta noche, pensar que no te tengo, sentir que te he perdido, oír la noche inmensa sin ti y el verso cae al alma como pasto el rocío, que importa que mi amor no pudiera guardarte, la noche esta estrellada y tu no estas conmigo, eso es todo, a lo lejos alguien canta, a lo lejos mi alma no se contenta con haberte perdido, como para acercarte mi mirada te busca, mi corazón te busca y tu no estas conmigo, la misma noche que hace blanquear los mismos árboles, nosotros los de entonces ya no somos los mismos, ya no te quiero es cierto Candy, ahora te amo, mi voz busca el viento para tocar tu oído., serás de otro como antes de mis besos, tu voz, tu cuerpo claro, tus ojos infinitos, ya no te quiero es cierto, pero cuanto te amo, es tan corto el amor y tan largo el olvido, porque en noches como esta te tuve entre mis brazos, mi alma no se contenta con haberte perdido, aunque este sea el último dolor que tu ausencia me cause y estos sean los últimos versos que yo te escribo.
Cuando Albert termino de escribir aquel poema, decidió salir a caminar, quería despejar su mente, todavía falta para que amaneciera y el no soportaba estar solo en aquel departamento sabiendo que Candy cada vez estaba mas cerca de otro, lejos estaba de imaginar que ella iba de regreso a su lado.
Tomo una chaqueta y salió, mientras Candy una y otra vez pensaba –
- ¿Por qué te necesito tanto Albert? Antes no me sentía tan sola como en estos momentos, Dios que largo es el camino, ya deseo llegar al apartamento para cerciorarme de que estas bien, esta vez no soportaría que te fueras sin decir nada, eres el mejor amigo que tengo, te quiero tanto Albert, siempre me has apoyado en mis peores momentos, quiero compensarte todo lo que me has brindado, estar a tu lado me hace bien, contigo me siento segura y plena, me pregunto si serás un hombre casado ¿y si lo fueras? ¿Me extrañarías? ¿Seguiríamos siendo tan amigos como hasta hoy? Desde que convivimos mas te has vuelto muy importante en mi vida, creo que no soportaría estar lejos de ti, la verdad no me gustaría que estuvieras casado, no quiero compartirte con nadie, ¿pero que me pasa? yo nunca he sido egoísta, ¿será que la convivencia diaria con Albert me ha hecho verlo en otra forma? Creo que estoy pensando puras tonterías, lo mejor será que descanse.
Albert caminaba nostálgico acompañado de su fiel poupett, iba tan inmerso en sus pensamientos que no se dio cuenta que un auto perdió el control y lo atropello.
En seguida un mundo de gente comenzó a arremolinarse a su alrededor, alguien llamo una ambulancia y se lo llevaron, poupett corría tras de el, pero un enfermero la aparto con brusquedad, una anciana alcanzo a ver de quien se trataba y enseguida le pregunto al enfermero –
- Joven ¿A dónde lo llevaran?
- Es ud. pariente de el?
- Soy su vecina
- ¿Sabe cual es su nombre y si vive solo?
- Se llama Albert y vive con su hermana Candy, ella es enfermera y trabaja en el hospital Sta. Joana
- Bien, pues entonces le sugiero que le informe del accidente que sufrió su hermano, dígale que lo llevaremos al Sta. Joana
- Muchas gracias joven.
La anciana llamo a poupett y esta desesperada corrió a ella, mientras esta le decía –
- Ya tranquila pequeña, Albert estará bien, vamos a casa a avisarle a Candy.
Que lejos estaba Candy de imaginar que Albert había sufrido un accidente, sin embargo de pronto se sintió nerviosa y desesperada, no sabia porque pero tuvo un mal presentimiento, miro su reloj y vio que todavía faltaban cuarenta y cinco minutos para llegar nuevamente a Chicago, para distraerse saco una pequeña libreta y un bolígrafo para comenzar a escribirle a Terry.
Hola Terry:
No me fue posible asistir al estreno de Romeo y Julieta, me hubiera encantado verte en el protagónico, pero Albert todavía no se siente del todo bien, tuvo una pequeña recaída y como comprenderás no quise dejarlo solo, se que te hubiera gustado que asistiera, sin embargo el deber me llama y mi obligación como enfermera es cuidar de la salud de Albert, se que la obra será todo un éxito, te deseo toda la suerte del mundo.
Con amor… Candy.
Candy se quedo mirando fijamente la carta y decidió borrar las últimas palabras y solamente puso.
Con todo mi aprecio Candy.
Mientras tanto en el hospital Albert era llevado al ala de urgencias para atenderlo, se había abierto un poco la frente y dos enfermeras le estaban suturando, como estaba un poco inquieto le inyectaron un tranquilizante.
La anciana que había visto el accidente estaba tocando desesperada el apartamento donde Albert y Candy vivian, el Sr. Tomas al escuchar que tocaban con desesperación e insistencia salió de su apartamento y le pregunto a la anciana –
- ¿Qué es lo que pasa abuela?
- Sr. Tomas, acaban de atropellar a Albert cerca del parque y vengo a avisarle a Candy, pero ella no me abre
- Es que Candy no esta, creo que se fue de viaje
- ¿Qué hacemos Sr. Tomas?
- Por el momento ir a ver como esta Albert, ¿sabe a donde lo llevarían?
- Me dijeron que lo llevarían al hospital Sta. Joana
- Entonces voy enseguida a ver que se ofrece
- ¿Y yo que hago?
- Orar abuela, orar porque ese muchacho este bien.
En el hospital Albert comenzó a soñar, escuchaba el ruido de un tren, se veía a el mismo sentado y acompañado de varias personas en un vagón, a su lado viajaba poupett, pero de repente vio como esta se puso desesperada y salto del tren y el enseguida de ella para poder alcanzarla, cuando la alcanzo escucho un fuerte estruendo y se despertó asustado, entonces se dio cuenta que no había sido un simple sueño, su mente comenzó a recapitular el porque estaba en aquel vagón, miro a su alrededor y miro que se encontraba en una habitación blanca, se toco la cabeza y sintió un leve dolor, entonces un hermoso rostro invadió sus pensamientos y dijo –
- Candy ¿Dónde estas? ¿en donde estoy? Alguien ayúdeme por favor, díganme donde esta Candy.
Una enfermera que pasaba por ahí lo escucho y enseguida entro a la habitación y cuando lo vio muy angustiado con voz tranquila le dijo –
- Tranquilícese joven por favor
- Srita. ¿acaso estoy en un hospital?
- Así es, ¿acaso no recuerda que tuvo un accidente?
- En realidad no ¿en donde esta Candy?
- ¿Se refiere a Candy White?
- Si, ella ¿Por qué no esta aquí?
- Tengo entendido que pidió unos días de licencia
- Es cierto, ahora lo recuerdo, iba a encontrarse con…
- ¿Con quien joven?
- Eso no importa ya
- Espere un momento, le diré al Dr. Martí que venga a revisarlo
- Ya estoy bien srita. quisiera retirarme a casa a descansar
- No hasta que el dr. Martí lo revise y diga si puede marcharse.
Mientras Candy finalmente llegaba a la estación y bajaba del tren, tomo un carruaje y se dirigió hasta el apartamento, en el camino pensaba –
- Que sorpresa se llevara Albert al verme, estoy segura de que le dará mucho gusto verme ¿me extrañaría como yo a el? ¿pero que sucede conmigo? Apenas nos despedimos hace unas horas y siento como si hubiera sido una eternidad.
Finalmente el carruaje se detuvo y Candy bajo, abrió con cuidado la puerta para darle la sorpresa a Albert pero vio que el apartamento estaba completamente solo, ni siquiera poupett estaba, algo en la mesa llamo su atención y se acerco para leer.
A medida que avanzaba su corazón latía cada vez con más fuerza y gruesas lagrimas resbalaban por su rostro, cuando termino de leer aquel hermoso poema dijo –
- Albert tú… tú me amas ¿Por qué? ¿yo no se que sentir? Dios estoy tan confundida, entonces fingías que te alegrabas al verme partir al lado de Terry.
Decidió salir a buscarlo, de pronto escucho la voz de una anciana quien le dijo –
- ¡Candy que bueno que decidiste regresar! Ni siquiera te imaginas lo que le paso a tu hermano
- ¿A mi hermano? ¿Qué hermano?
- Me refiero a Albert, el es tu hermano ¿o no?
- Por supuesto, pero dígame abuela que paso – pidió Candy comenzando a sentirse nerviosa
- A Albert lo atropello un auto
- ¿Cómo dice?
- Lo que escuchaste, lo atropellaron y se lo llevaron inconsciente
- Dios mío ¿sabe a donde lo llevaron?
- Lo llevaron al hospital donde tu trabajas y mira poupett esta igual de angustiada que tu
- Tengo que irme, ¿podría ud. hacerse cargo de poupett mientras regreso?
- Claro que si Candy
- Gracias abuela, en cuanto tenga noticias de Albert volveré por ella.
Candy se dirigió de inmediato al hospital, mientras que Albert escapaba, ahora lo recordaba todo, pero eso lejos de tranquilizarlo lo hizo angustiarse mas, ahora ya no podría vivir mas con Candy, decidió que era mucho mejor irse, tal vez era hora de que se presentara como el patriarca de los Andrew, había llegado el momento que tanto temía, además Candy iba a encontrarse con Terry, seguro que el la haría feliz y si ella era feliz el también lo seria y la seguiría amando en silencio, un silencio doloroso.
Cuando Candy llego al hospital se encontró con Flamy y angustiada le pregunto –
- Flamy ¿donde esta Albert?
- Tranquilízate Candy, ¿de que Albert me estas hablando? ¿acaso no tenias permiso para ausentarte unos días?
- Flamy por favor, eso ahora no importa, lo que quiero saber es donde esta Albert
- ¿Cómo es el?
- Es un hombre alto, rubio, y buen mozo
- Pues tu descripción concuerda con un paciente que trajeron hace apenas unas horas
- ¿Dónde esta el?
- Ven te llevo a la habitación donde el esta
- Si vamos.
Pero al entrar Candy se llevo una desagradable sorpresa cuando vio que la habitación estaba vacía, unas gruesas lagrimas salieron de sus enorme ojos verdes y dijo con voz angustiada –
- Albert no, no puedes dejarme nuevamente, no ahora que se que… Dios mío tengo que encontrarlo
- Tranquilízate Candy, no fue nada grave, solo se abrió un poco la frente
- Es que el tenia amnesia y… tengo que ir a buscarlo cuanto antes.
Candy salió rápidamente del hospital y se dirigió a buscarlo de inmediato, mientras Albert se dirigia a las oficinas del corporativo Andrew, como iba vestido nadie lo reconoció y pidió hablar con George, la secretaria lo miro algo extrañada y pregunto –
- ¿A quien anuncio?
- Dígale que vengo de parte de la srita. Candy
- Esta bien, espere un momento.
La secretaria se dirigió a la oficina de George y le dijo –
- Sr. Jhonson afuera lo busca un hombre muy extraño, dice que viene de parte de la srita. Candy.
George se alarmo un poco y le dijo a la secretaria –
- Hágalo pasar srita. y que nadie nos moleste por favor
- Claro Sr. compermiso.
En cuanto Albert entro George lo reconoció y lo abrazo gustoso mientras decía –
- William, ¿Qué te paso? ¿Dónde estabas? No sabes lo preocupados que están todos por ti, todo un año buscándote y nada
- Estoy bien George, estuve viviendo con Candy
- ¿Así que tú eres ese vagabundo con quien ella compartía el departamento?
- Así es, si te hubieras ocupado mas de ella, tal vez te hubieras dado cuenta donde estaba, tuve amnesia y ella se encargo de cuidarme todo ese año, apenas hace algunas horas que recupere la memoria
- Discupa William, pero es que la Sra. Elroy me exigió que te buscara y además ella repudia a la Srita Candy, los Leagan le han dicho que ella estaba deshonrando el apellido Andrew porque estaba viviendo con un vagabundo y me exigió que…
- ¿Qué te exigió mi tía George?
- William, la srita Candy ya no es mas una Andrew, como tu no aparecías la sra. Elroy me pidió que hiciera los tramites para quitarle el apellido.
Albert no dijo nada, simplemente se quedo pensativo, George lo miraba fijamente tratando de descifrar aquel rostro que de pronto se había vuelto inescrutable, de pronto Albert dijo –
- ¿Candy ya sabe que no es mas una Andrew?
- William, no he tenido tiempo de informarle disculpa…
- No te preocupes George, yo le informare después, por ahora he decido volver a Lakewood, creo que es hora de tomar mi lugar como patriarca, infórmale a mi tía que estoy bien, que estaré en Lakewood que no quiero que nadie me moleste por favor
- Como tu digas William
- George quiero que estés al pendiente de todo lo que necesite Candy, no quiero que pase apuros y por favor mañana necesito que vayas al edificio y preguntes por el sr. Tomas
- Esta bien ¿que quieres que le diga?
- Quiero que le preguntes por poupett, hoy por la mañana me accidente y me llevaron al hospital pero ella no estaba conmigo, espero que haya regresado al edificio y el Sr. Tomas la haya visto
- Se hará como tu digas William y de una vez quieres que le deje dinero a Candy
- Ella ahora no esta en la ciudad, se fue a Broadway al estreno de la obra de Terry
- ¿Ella sola?
- Si y no quiero hablar mas sobre Terry y Candy, ahora me voy– dijo Albert levantándose del lujoso sofá.
Para George no paso desapercibido el tono de tristeza y rabia que se mezclaron en la voz de Albert, pero no dijo nada., después de que Albert le hiciera algunos encargos se marcho de las oficinas Andrew acompañado por dos empleados.
Mientras Albert compraba algunas cosas para regresar a Lakewood acompañado por los empleados, una pareja ya mayor vio a Albert acompañado por esos hombres y se extrañaron mucho, la dama le dijo a su esposo –
- ¿Qué no es ese el disque hermano de Candy?
- Ay mujer, tu siempre haciendo conjeturas extrañas, pero si, si es el ¿Qué estará haciendo acompañado por esos tipos? nunca los había visto
- Harry, te dije que ese hombre nunca me dio buena espina, así como tampoco creo que el y Candy sean hermanos
- Deja de decir tonterías ya ¿quieres?
- No son ningunas tonterías, esa jovencita es una inmoral y el quien sabe en que negocios ande, seguramente no ha de ser nada bueno, tenemos que decirle a Candy para que lo corra
- ¿Por qué siempre tienes que meter las narices donde no te llaman?
- Porque el vive en el mismo edificio que nosotros y no es conveniente que una persona con esas compañías viva ahí, así que vamos
- Esta bien Mery, cuando se te mete algo en la cabeza no hay quien te convenza de lo contrario.
Mientras la pareja se dirigía al edificio para informar a Candy sobre lo que habían visto, ella buscaba desesperada por las calles sin resultado alguno, el tiempo transcurrió y Candy regreso al departamento con el corazón partido, pues le dieron la noche buscando a Albert sin obtener ningún resultado, Albert por el contrario ya estaba llegando a Lakewood, aun no podía creer que se hubiera separado de su pequeña, tratando de convencerse a si mismo se decía – Estoy seguro que serás feliz con Terry.
Mientras Candy estaba sentada en la pequeña sala de su departamento sosteniendo aquella carta que había descubierto de Albert y se preguntaba –
- ¿Por qué Albert? ¿Por qué siempre haces lo mismo? Pero ahora es diferente, te necesito, no quiero que te vayas nunca de mi lado, no quiero que me dejes nunca, no quiero estar con nadie mas que contigo, no quiero estar con Terry, no puedo estar con nadie mas sabiendo que me amas porque yo… yo también te amo.
Sus pensamientos fueron bruscamente interrumpidos al escuchar que tocaban a su puerta, corrió abrir pensando que era Albert y dijo –
- ¡Albert!
- No Candy, no somos Albert
- Sr. Harry, Sra. Mery ¿Qué hacen uds. aquí?
- Venimos a informarte de los pasos en que anda el chico con el que vives
- Mery por favor – dijo el Sr. Harry apenado
- Bueno esta bien, el chico que tu dices es tu hermano
- ¿Que pasa con Albert? – interrogo angustiada Candy
- Pues lo vimos con unos tipos indeseables
- ¿Con unos tipos indeseables? ¡Dios mio! Seguramente se van aprovechar que tiene amnesia y le van hacer daño
- Pues el se veía bastante cómodo con ellos
- ¿Dónde lo vieron?
- Cerca del centro, Candy te venimos a exigir que eches a ese maleante de aquí
- Albert no es ningún maleante – dijo Candy furiosa
- Claro que lo es, y tu eres una inmoral por estar viviendo con el sin estar casada, porque sabemos perfectamente que no son hermanos – dijo la Sra. Mery molesta
- Sra. Mery, Sr. Harry les agradezco mucho la información pero les pido de la manera mas atenta que se marchen, necesito ir a buscar a Albert
- No te atrevas a traerlo nuevamente al edificio, porque entonces si vas a saber quienes somos Candy – amenazo la Sra. Mery
- Déjenme sola – dijo Candy cerrando la puerta en las narices de la pareja.
Se dirigió a la recamara y se soltó a llorar desconsoladamente, de pronto pensó –
- Nunca le he pedido nada al abuelo William, pero ahora necesito de su ayuda para encontrar a Albert, le diré que es un amigo muy querido y que unos maleantes lo secuestraron aprovechándose de su amnesia, seguro que el no se va a negar a ayudarme., yo se que el es un hombre muy bueno y sabrá comprenderme, mañana mismo contactare a George y le pediré que me diga donde se encuentra el abuelo William.
Con ese firme propósito Candy se quedo dormida, en Lakewood Albert no podía dormir tratando de procesar toda la información que había recibido, Candy no era mas una Andrew el era un hombre libre, podía luchar por el amor de ella, pero no se atrevía, no quería intervenir en la felicidad de su pequeña, además Terry era su amigo.
Así paso toda la noche, en ratos dormitaba, pero luego se despertaba angustiado, la noche para Albert fue muy larga.
Candy se levanto muy temprano y se puso su mejor vestido para ir a buscar a George a las oficinas Andrew, en una ocasión acompaño a Archie y a Stear a las oficinas, por eso sabía donde estaban, mientras ella terminaba de arreglarse George llegaba a la recepción del edificio donde vivía Candy y vio un hombre maduro barriendo la banqueta y después de saludarlo amablemente le pregunto –
- Caballero ¿Me podría decir donde vive el sr. Tomas?
- A sus ordenes, Sr.
- Bien mire tal vez le va parecer algo raro lo que le voy a preguntar pero ando buscando una mofeta que se llama poupett ¿ud. no la ha visto por aquí?
- De hecho si la conozco, es de un joven que se llama Albert, ayer el sufrió un accidente ¿ud conoce a Albert?
George no alcanzo a responder porque vio a Candy salir, así que este se disculpo rápidamente del sr. Tomas para poder alcanzarla, Candy caminaba tan aprisa que ni siquiera se había dado cuenta de la presencia de George hasta que este le dijo –
- Srita. Candy espere por favor
- ¡George! Dios me lo ha mandado, precisamente iba a verlo
- ¿A mi?
- Si George, me urge encontrar al abuelo William
- Srita. Candy ¿Qué le parece si vamos a tomar un café y ahí platicamos?
- Esta bien George.
CONTINUARA…
