Disclaimer: los personajes usados para este fic son propiedad de J.K. Rowling.

Este fic participa en el reto temático de marzo "Cambiando de bando" del foro "La Noble y Ancestral Casa de los Black".


DECLARACIÓN DE INTENCIONES

Draco Malfoy tenía muy claras sus intenciones:

1º Quería salir del dominio de Voldemort.

2º Quería estar en un bando en el que al menos se le considerara para algo y no para ser un saco de boxeo. Aunque él no supiera exactamente lo que quería decir, solo era una expresión que había oído alguna vez a Granger.

3º Quería estar donde estuviese Harry Potter

De todas sus intenciones, esa última era, quizás, la más importante para él, después de todo, a pesar de todas las dificultades que habían pasado, después de todos los contratiempos, desengaños, de todos los retos que tuvieron que superar… después de todo, eran novios, estaban juntos y querían seguir estándolo. Por eso lo que lo único que le faltaba para estar con él, era cambiarse de bando, ir a la Luz, como solía decirle Harry de broma.


Y eso hizo.

Lo preparó todo milimétricamente, todo estaba calculado a la perfección. Y es que había ideado un plan en el que, además de conseguir salir él, también lo harían las personas que él sabía estaban en la Oscuridad solo por seguir a sus padres, por chantajes o por simple arrepentimiento.

Pero con lo que no contaba el bando de Voldemort era que Draco Malfoy era rencoroso, muy rencoroso, y el que le hubieran tratado de esclavo, saco de boxeo y similar, no era algo que él estuviera dispuesto a permitir o perdonar.


El día que Draco Malfoy cambió de bando, la Oscuridad se llevó una non grata sorpresa: habían desaparecido a la par que el rubio, veinte de los seguidores más jóvenes y diez de los más antiguos, cercanos a su círculo interno, por si eso no fuera poco, su guarida había desaparecido, perdiendo así, un cuarto de todo su ejército además de su base de operaciones.

Decir que Voldemort estaba contento era una subestimación: con solo ver un cabello rubio su cuerpo ardía en una ira desmesurada que le incitaba a matar a la persona de quien procediera.


Pero todo eso a Draco le daba igual, ya que había conseguido todas sus intenciones a la perfección:

1º No estaba bajo el dominio de Voldemort. Aunque Dumbledore a su parecer era igual de manipulador que el otro, pero de los dos, era el menos malo.

2º Después de su esplendorosa salida, lo trataban con respeto y admiración, después de todo, nadie había conseguido asestarle tanto daño al Señor Oscuro de una sola vez.

3º Y para él, la más importante: estaba de una vez por todas con Harry Potter, con el que compartía cada momento de su vida y con el que quería seguir compartiendo muchos más y más importantes acontecimientos.