Siempre he odiado a los gatos.

La verdad, es que a veces creo que es un odio irracional por su tamaño o forma. No estoy queriendo decir que sean repugnantes, ni mucho menos criaturas abominables, pero pensándolo concretamente…

"Siento envidia por ellos".

Ante todo, causan una inmensa ternura, sentimiento el cual nunca causare ante el –ya que es inmoral que me quiera de ese modo- por mucho que yo lo deseara.

Incluso entendería que quisiera salvar a un gatito antes que a mí…

Pero eso es lo de menos, ya que hay algo que envidio aun más.

Son miles de mitos que hablan de las siete vidas de estos animales. Vidas que yo nunca podría tener, o aspirar a tenerlas.

Son siete oportunidades para volver a empezar y lograr mil y un metas que se creen imposibles.

A veces, me gustaría tener las vidas que tiene un gato, para así tener la esperanza de reencontrarte en otra vida. La verdad me gustaría nacer de otra forma. Con el cuerpo y la mente de alguien que ames, de alguien que realmente logres amar, a pesar de todo. Pero no, nunca podre, y seguiré viviendo encerrado en mil pensamientos inconclusos, y perdones tácitos.

Como siempre, te mirare de lejos sin querer sentir esto.