Trifuerza Corrupta

Capítulo 1

Cerró los ojos, cansada. Llevaba cuatro horas seguidas leyendo, pero le daba igual. Había conseguido terminar aquella historia después de tanto tiempo. Se levantó y salió de la biblioteca con paso ligero, deseando acostarse y descansar. Nada más salir, alguien le habló.

_ Princesa Zelda. ¿Qué hace fuera de sus aposentos?

Zelda se giró y vio que el que hablaba no era otro que su guardián.

_ No debería salir a esta hora.

_ Es el castillo._ replicó ella_ Es un lugar seguro, y la biblioteca más.

_ Como guardián es mi deber protegerte.

_ Anker... Somos amigos. Entiéndeme.

_ ¿Cuál es la excusa esta vez?

_ ¡Iba por el final!

El joven, de nombre extraño, era alto y robusto, digno de llamarse guardián. Tenía el pelo azul oscuro recogido en una coleta echada hacia un lado y sus ojos eran color ámbar. Llevaba una lanza de metro y medio en la mano derecha y una espada sujeta a la espalda.

_ Princesa, por favor, ve a dormir.

Ella suspiró.

_ Sí, "papá".

Llegó hacia la habitación y comenzó a cambiarse la ropa, vistiéndose un camisón ligero. Se metió en la cama, sin notar que alguien estaba viéndole desde la ventana. Cuando Zelda consiguió dormirse, el observador entró silenciosamente en el cuarto, metió la ropa de la princesa que estaba por el suelo en una bolsa que llevaba atada a la cadera, y se acercó a ella.

_ La venganza…_ susurró el chico encapuchado_ …Por fin ha llegado.

Saltó por la ventana con la chica en brazos, cayendo en un tejado no mucho más abajo de donde saltara. Zelda despertó y comenzó a gritar al darse cuenta de la situación en la que estaba. Él le tapó la boca y continuó bajando, a pesar que intentaba soltarse y zafarse de sus brazos.

Llegó al suelo y empezó a correr. Al llegar a su carro, abrió la parte de atrás y la dejó ahí, cerró la puerta y arreó a los caballos para que se movieran. Salió del lugar y oyó gritos, diciendo su nombre: Encapuchado, encapuchado. Sonrió otra vez y se dirigió rumbo a su morada.