Autora: Nyanko1827.
Summary: Él amaba a su dueño pero a veces no le entendía.
Pareja: …hasta el final del drabble nada de nada~
N/A: Espero que os guste este pequeño drabble en POV Hibird pero sin ser narrado por él.
Disclaimer: KHR! pertenece a Akira Amano-sensei.
Pequeño observador.
Antes podía jactarse ante los animales caja… ahora ya no.
Muchas veces no entendía a su dueño como en este momento, él sabía que su dueño también tenía sentimientos, que su dueño también salía herido aunque no le gustase mostrarlo, que su dueño seguía siendo humano por muy despiadado que fuese, por eso sabía perfectamente que su dueño tenía el corazón roto –aunque este no lo mostrase–.
Le había costado mucho adivinar de quién estaba enamorado su dueño, pero no por nada él era un pequeño gran observador.
Al poco tiempo de saber que su amado dueño estaba enamorado había intentado juntarles, no podía hacer mucho por su pequeño tamaño pero algo había logrado. Su dueño y el objeto de sus afectos habían pasado tiempo juntos formando una sólida confianza, tanta era la confianza que el dueño de sus afectos le tenía a su maestro que le confesó de quién estaba él enamorado.
Sí, señoras y señores, su dueño estaba enamorado de un herbívoro –como a él le gusta llamarles– y no una, pero no de cualquier herbívoro, sino del herbívoro que un día se convertiría en un poderoso jefe mafioso. Exacto, estamos hablando del inútil de Tsuna.
Nunca había tenido nada en contra de ese humano, al menos hasta en ese momento. Ese humano le había causado un gran dolor a su dueño, y este en lugar de reclamarlo como un buen carnívoro haría, se dedicaba a observar al herbívoro estando con su novia.
Pero lo que más le sorprendió fue que un día su dueño actuó como el carnívoro que era, había reclamado al herbívoro causándole una gran confusión. Era gracioso ver al herbívoro ante su novia con nerviosismo porque había disfrutado de una noche de placer con su dueño, pero también ha de decirse que su novia no era tonta, ella se dio cuanta de todo lo sucedido.
Estaba asombrado ante la aceptación que la novia del herbívoro dio, es más, la novia del herbívoro de su dueño les había dicho que no le importaría compartir al dueño de los afectos de su maestro. Estaba pasmado, sorprendido, no sabía que pensar de esa niña y le pareció que su dueño y el herbívoro tampoco.
La niña les dio tiempo para pensar y a las dos semanas el herbívoro había coincidido con su novia conforme a él tampoco le importaba estar con los dos, a su dueño eso no le gustó mucho, él no era de compartir lo suyo pero la niña tampoco lo era y ya que había ofrecido una solución pacifica para no hacer daño al herbívoro había decidido aceptar.
Y aquí se encuentraban ellos, él observando desde la cabeza de su dueño, como este estaba sentado en uno de los sofás de la sala de recepción con el dueño de sus afectos apoyado en su hombro derecho y la novia del próximo jefe apoyada en su hombro izquierdo, los tres durmiendo pacíficamente.
Antes podía jactarse ante los animales caja de que él era el que más conocía a su dueño, ahora ya no.
¿Quién se hubiera imaginado que la Guardiana de la Niebla y el Guardián de la Nube se hubieran puesto de acuerdo para compartir al Guardián del Cielo?
Ciertamente, él no, pero como dicen: una imagen vale más que mil palabras, ¿no?
