El espejo muestra un reflejo. Una imagen que lucha por ser la realidad pero jamás llega a serlo, lo que uno ve en el espejo nunca es lo que en él se refleja. Siempre queda algo fuera, algo que no se ve.

Todos los días ella se levantaba, se vestía con las mejores túnicas de Inglaterra, disfrutaba de todos los lujos que el dinero podía comprar y se paseaba por su enorme mansión.

Y allí estaban los espejos, mostrándola como lo que todos creían que era: La Señora Malfoy, una mujer sonriente, feliz, afortunada de haber encontrado un excelente marido, orgullosa madre de un niño adorable…

Pero nadie sabía lo que había del otro lado del espejo.

Una niña que siempre deseó ser princesa. Los anhelos y ambiciones de sus padres que buscaban desesperadamente lo mejor para ella ¿Y qué mejor que un marido rico, de sangre pura y buena posición en el mundo mágico? Para sus padres, Malfoy era la cima a la que podían aspirar.

Y llegaron a la cima, su niña, su princesa, se convirtió en la respetable señora Malfoy.

Ellos llegaron a la cima, ella no. Ella se sentía prisionera en un pozo, rodeada de muros tan altos que le impedían salir y disfrutar del mundo. Era como estar en el fondo de un aljibe en el parque de un hermoso castillo. Ella siempre estaría allí abajo.

Presa de ser una mujer dependiente de su marido, sin posibilidades de separarse ¿Cómo sobreviviría si lo hacía?

Su sueño de tener un montón de niños correteando a su alrededor se había roto con la objeción de que eso obligaría a dividir la fortuna y sería el camino al empobrecimiento de la familia.

Era prisionera del "qué dirán", no podría dejar a su marido, socialmente sería mal visto. Las mujeres de su clase ya no se relacionarían con ella como lo hacían ahora.

Era prisionera de su propio sueño, de su anhelo de ser princesa.

Porque ahora que había cumplido su sueño, Astoria Greengrass deseaba haber soñado ser una mujer más del montón, con un marido no tan apuesto ni tan adinerado pero que la llenara de amor… Y si bien adoraba a su único niño, deseaba que fuera uno más de sus cuatro o cinco hijos.

Pero su sueño había sido ser una princesa. Y se había cumplido.

Pronto subiré más escritos. Por ahora, si leíste y te gustó, agradezco tu comentario =D