Los personajes de Candy Candy pertenecen a Kyoko Mizuki y Yumiko Igarashi.

Mortificación

Después de un día estresante y agotador, Teresa se dirigió hacia su colina favorita para relajarse un poco. Su costumbre era leer, y luego tomarse una siesta, pero los acontecimientos del día no le ivan a permitir hacer nada que no fuera chocar la cabeza contra el tronco del que estaba recostada.

Hacia varios meses que había comenzado a trabajar en el Hogar de Pony como maestra y nunca había tenido un día como el de hoy. Por lo general, Teresa era una maestra muy hábil y capaz, pero esta vez era nada mas y nada menos que la Sra. Candice Andrew que iba a venir a visitar la escuela y Teresa estaba muy emocionada, porque ella la admiraba profundamente. Durante los días precedentes Teresa había decorado el salon de clase con esmero y les había hablado a los niños de lo importante que seria esta visita, pues la persona gracias a la cual podían vivir y aprender en el Hogar de Pony vendría a visitarlos y tendrían que demostrar su agradecimiento a tan gran patrocinadora.

Lo que Teresa no se esperaba era que durante la tan esperada visita de la Sra. Andrew, también iba a acompañarla su esposo.

-No puedo creer que me haya comportado como una tremenda ESTUPIDA delante del Sr. Andrew!- Se decía entre dientes a si misma mientras se daba contra el tronco del gran árbol de la colina de Pony.

Lo que paso fue que mientras los niños estaban cantando una canción que habían practicado especialmente para la Sra. Andrew, a uno de los niños le dio por salir corriendo con los pantalones por la rodilla. Ante las carcajadas de todos, Teresa salió corriendo detrás del chiquillo y en la corredera se tropezó frente a frente con el Sr. Andrew que traía en los hombros al chiquillo correton con las nalgas afuera…A su vez, Teresa cayo de espaldas al tropezar con el Sr. Andrew, como si hubiese chocado con una pared.

En fracción de segundos apareció a su lado el Dr. Russell, el cual ya estaba chequeando los signos vitales de Teresa. Esta parecía como que veía pajaritos volar alrededor de su cabeza. El doctor la tomo entre sus brazos y la llevo a la enfermería, seguido por los señores Andrew.

Pero la mortificación de Teresa apenas comenzaba. Cuando Teresa volvió en si, tanto el doctor como los señores Andrew comenzaron a hablar con ella:

"Srta. Audrey, se siente bien?" preguntaron casi al unísono, pero a la única persona en quien ella se enfoco fue en el Sr. Andrew. Teresa no podia articular ni una sola palabra delante de ese hombre.

-Será mejor que te tomes este vaso de agua- interrumpió el Dr. Russell mientras se interponía en el campo visual de Teresa. Ella acepto pues de repente su garganta estaba completamente seca. Cuando termino de beberse el agua, el señor Andrew expreso con mucha dulzura y pesar -Srta. Audrey lamento mucho haberla hecho caer, lo siento, perdoneme…

Al escuchar su voz Teresa dejo caer el vaso al piso, el cual se hizo añicos -Srta. Audrey!? esta usted bien!?- pero por mas que ella trataba de hablar, ni una palabra le salía… ahora la vergüenza se mostraba en su rostro.

-Yo creo que lo que la Srta. Audrey necesita es descansar.- Planteo la Sra. Andrew- No se preocupe Srta. Audrey, todo quedo de maravilla…- y con eso tomo las manos de su esposo para indicarle que deberían de retirarse -Nos vemos durante la cena?- Teresa asintió, tratando de hacer todo lo posible por no posar la mirada en el esposo, que ahora estaba de pie, y por ser tan alto no era difícil evitar mirarlo a la cara.

Mientras el doctor recogía los cristales rotos, Teresa se dio cuenta de que estaba recostada en una camita muy chica para su estatura y se sentía incomoda. Cuando trato de ponerse en pie el doctor comenzó a hablarle

-Ten cuidado, creo que tienes una contusión.

-Esta camita es muy chica…-se quejo Teresa

¿Puedes hablar? ¡Es un milagro!- Exclamo el doctor con un poco de sarcasmo

Teresa sentía que a veces el Dr. Russell podía ver a través de ella, como si le pudiera leer la mente - Ay Dios mío… será que el se dio cuenta de lo estúpida que me puse por el Sr. Andrew? ¿Se habra dado cuenta la Señora Andrew? ¡Que horror! No me voy a quedar aquí para averiguarlo… tengo que salir de aquí en cuanto antes…"-pensó mientras trataba de escabullirse

-¡Espera! ¿A donde crees que vas? Aun no te he dado de alta- replico el doctor

-Stephen… estoy bien… no te preocupes por mi…me tengo que ir…

-Yo te aviso cuando estés bien. Ven, guardaras reposo en mi cama- le dijo el doctor mientras la dirigía hacia el cuarto de el, que estaba junto a la enfermería. Teresa estaba todavía aturdida por el incidente y se dejaba llevar, pero luego se detuvo.

- No. Estoy bien, déjame ir

-Mira, o te acuestas aquí, o te llevo en brazos a tu cuarto. De ninguna manera voy a permitir que andes sola por ahi, sabiendo que puedes perder las fuerzas en cualquier momento…-le advirtió burlonamente.

Teresa estaba colorada de vergüenza y de rabia, porque sabia que no la iba a dejar en paz con eso. Pero accedió a recostarse en su cama para luego escaparse en cuanto el diera la espalda.

"Quédate ahí tranquila que te voy a traer un te, para que te calmes. Lo necesitaras para la cena" le dijo guiñandole un ojo y salió sin dejarla decir nada.

"Maldición" pensó Teresa

El cuarto del doctor estaba sumamente organizado. "Jamas había visto una cama tan bien arreglada! y a mi se me pasan días sin arreglar la mía..." pensó un poco avergonzada Teresa. Como pudo, se levanto a llevar a cabo su plan de escape. En cuestión de minutos Teresa ya se había escapado por una ventana…

Mientras repasaba en su mente los vergonzosos sucesos del día, el doctor apareció de la nada con una canasta de picnic. Teresa trato de no parecer sorprendida. Sin decir una palabra, el doctor se sentó a su lado y comenzó a servir te para los dos.

Teresa decidió romper el silencio - Gracias- Y después de lo que pareció una eternidad agrego: -Comienza a hablar de una buena vez Stephen

-Que!?- Respondió fingiendo inocencia

-No te hagas, tu tienes cara de que quieres decirme algo que me va a molestar, así que comienza a hablar para salir de eso… ya he tenido un día bastante duro…

El doctor comenzó a reírse a carcajadas antes de hablar -Pero si yo no he dicho nada!

-Pero quieres decirlo! Anda y dilo de una buena vez…-exclamo Teresa en un suspiro como quien se ha resignado a recibir su sentencia

El doctor se volvió a reír y agrego- De acuerdo, te voy a dar mi diagnostico: tu Kryptonita anda por ahí, así que ya sabes lo que tienes que hacer para que no pierdas tus poderes 'Supermujer'

-Ay ya callate!- grito Teresa

-Ahora quieres que me calle!?" exclamo entre risas

Teresa se apretaba los temples mientras decía -Mira Stephen, si tu abres la boca durante la cena con este asunto…yo- te -voy -a….

-Que vas a hacer? Como piensas cerrar mi boca? la reto

-Stephen!- exclamo Teresa mientras le daba un manotazo por el brazo.

-Ouch! Porque los hombres son tan duros? casi me rompo en dos con el Sr. Andrew y tu tienes como una roca en ese brazo…

Como de la nada se comenzó a escuchar una risita que trataba de ser reprimida -jijijijijijiji

-Shhhhhhhhhh

-Que? Quien?-Teresa y el doctor miraron de donde provenía la risita y cual no fue su sorpresa cuando vieron a los Señores Andrew trepados en la cima del árbol en el cual estaban recostados!

Teresa rezaba en silencio para que la tierra se abriera en ese momento y se la tragara viva. En un instante los Señores Andrew estaban debajo del árbol con ellos.

-Disculpen la interrupción, no era nuestra intención, debimos haberles dicho que estábamos aquí- explico el Sr. Andrew- Pero es que Candy no me dejaba…

Teresa estaba muda nuevamente.

-Yo sabia que estaban aquí- contesto el doctor con una sonrisa perversa mientras miraba a Teresa, quien estaba mirando hacia el suelo para ver si aparecía una grieta por donde esconderse. Lo miro mortificada mientras se posicionaba detrás de el para no verles la cara a los Andrew.

"Yo me estaba riendo porque ustedes dos están enam…" comenzó a decir la Sra. Andrew antes de ser interrumpida por su esposo, que le tapo la boca.

-Albert! Déjame decirles!-Se quejo Candy mientras liberaba su boca de su gran mano.

-No! Deja que ellos se den cuenta por si mismos-Susurro Albert entre dientes

-Pero… a mi me hubiera gustado que alguien me lo dijera cuando tu y yo…-Se quejo Candy

-Candy! NO- exclamo el esposo y le volvió a tapar la boca

Teresa y el doctor estaban perplejos. De pronto se oyó la voz de un niño -Srta. Audrey! Srta. Audrey! Sammy lo volvió a hacer, esta corriendo desnudo por toda la casa!.

Teresa sintió un gran alivio -El deber me llama!- exhalo y se puso de camino inmediatamente, mas huyendo de la incomoda situación que otra cosa. El doctor la tomo de una muñeca -Porque no se queda usted aquí y yo voy a resolver ese asunto.

-NO! es mejor que yo vaya- replico Teresa casi desesperada

-Esta bien, vaya a salvar al mundo, Super Mujer…- susurro el doctor con una sonrisa de lado cuando Teresa se iba .

"Doctor Russell" contesto ella con la entonación de quien dice "Si- sigues- te- mato"

Esta bien…-Contesto el doctor con los brazos alzados como que se rinde-Mejor te dejo tranquila. Cuando me llamas "Doctor" se que estoy en graves problemas…-El doctor la siguió con la mirada por un momento y luego se voltio para enfrentar la mirada picara de la Sra. Andrew

-¿Qué estás mirando?

-A ti te gusta ella…. expreso Candy con mucha picardía

-Candy, déjalo tranquilo…-murmuro Albert

-No tengo ni la menor idea de lo que estas hablando- Contesto el doctor mientras esquivaba la mirada y se le subían los colores a la cara.

-Candy…Mira lo incomodo que esta…-le reprocho amorosamente Albert

-Vamos Albert, déjame ayudarlos un poco… Ellos solo necesitan un empujoncito para darse cuenta de que son el uno para el otro.

-Es que… veras… ella acaba de salir de una relación … tiene el corazón roto y…es complicado…-balbuceo el doctor que ahora se veía como un adolescente.

-Amigo-Intervino Albert poniendo una mano en su hombro- Yo he estado en esa misma situación, tenemos que hablar…

-Escuchalo Stephen, el hombre tiene experiencia…" agrego la Sra. Andrew mientras se dirigía hacia donde se encontraba Teresa con un plan en mente.

A Teresa le puso los nervios de punta el encuentro que acababa de tener en la colina de Pony. Sabia muy bien lo que había querido decir la Sra. Andrew pues no era la primera vez que alguien insinuaba lo mismo. La diferencia ahora era que no podia ser con su jefa tan ruda como lo era con los que se atrevían a insinuar que había algo entre ella y el doctor -Ya no tengo corazón para enamorarme...- pensó- lo entregue y termino destrozado... Es una estupidez enamorarse...