Hola! Cómo van?. Bueno tuve una idea general de lo que sería esto aunque no estoy muy segura del resultado. Espero que sea de su agrado.

Resumen: Sasuke entra a perturbar la vida de Naruto pero hay un misterio en torno a él y su madre, por qué nadie es capaz de decirle su apellido ¿quién es Sasuke? Y ¿Por qué su presencia no le es molesta del todo?

Disclaimer: ni Naruto ni Sasuke me pertenecen y si ellos no me pertenecen lo demás no tiene sentido así que Kishimoto sama se los puede quedar xD

Capítulo 1: El misterio de su apellido

Naruto era un chico privilegiado o al menos así se consideraba él. Iba a la preparatoria, tenía buenos amigos, era popular con las chicas y sus padres eran dos exitosos abogados. Lo único que malograba su bella existencia era el hecho de ser menor de edad y no poder acceder a su tan añorada licencia de conducir. Siendo como era de alegre, enérgico y juguetón se las había arreglado para movilizarse de un lado a otro recurriendo a un servicio de taxi o a algún amigo de mayor edad. Sin embargo lo que encontró ese día al llegar a su casa era algo que jamás esperó en su vida.

La sonriente pelirroja que se encontraba sentada en el gran sofá de la sala tenía posada su mano en el hombro de un sujeto desconocido. Naruto paseó su vista por el chico, cabello negro, piel pálida, cuerpo atlético y unos perturbantes ojos negros. Saludó con prisa sin tratar de darle importancia al asunto, quizá se trataba de un cliente de su madre, no era la primera vez que alguno iba a su casa. Cuando se disponía a retirarse sintió el brazo de su madre retenerlo, la mujer acercó los labios a su oído – él es Sasuke - sonrió antes de continuar – y será tu nuevo chofer – dijo mientras se enderezaba con una mueca de satisfacción en el rostro.

-¿!Qué¡?- esa había sido la única respuesta del rubio, el chico miró suplicante a su madre intentando comunicarle que lo que intentaba hacer era matarlo socialmente –mamá ya estoy muy grande para tener chofer- le replicaba a la mujer que hacía oídos sordos a lo que el rubio alegara.

-No me gusta que cualquier desconocido te traiga a casa cuando vienes tarde, además yo también necesito un chofer, sabes que no se me da bien lo de conducir – dijo Kushina intentando convencer a su hijo de aquella decisión.

Después de presentar todas sus excusas para no tener que soportar a aquel intruso y haber perdido todos sus intentos, fue resignado a sentarse al lado del chico de pálida piel. Lo miró con desgano – soy Naruto – le dijo, intentando demostrar algo de cortesía aunque eso ya no era de importancia después de todo el show que había armado.

-Ya lo sé, he oído tantas veces a tu madre decirte así que ya sé tu ridículo nombre- le contestó el pelinegro.

-¿Qué mierda te pasa? – le replicó el rubio, él que intentaba llevar las cosas por la paz y el muy capullo le hablaba así.

-Tengo que trabajar para ti, eso pasa- Sasuke suspiró cansado dispuesto a retirarse de ese lugar de una buena vez.

-Pues entonces muéstrale respeto a tu jefe- sonrió con sorna el ojiazul.

El pelinegro lo miró altivo –tú no eres mi jefe, la que me va a pagar es tu madre, dobe –

-Eres un maldito cabrón Sasuke ….- no pudo proseguir dándose cuenta que no sabía el apellido de aquel chico -¿cómo era que te apellidas?-

-Eso no es tu problema- terminó por decir el otro antes de retirarse de la morada Namikaze Uzumaki.

Había pasado ya una semana desde que se había hecho acreedor a un chofer y esto había tenido sus beneficios en cuanto a no gastar su dinero en transporte, además que todo iba bien mientras que Sasuke no abriera la boca. Sin embargo había algo raro en toda aquella situación, aunque ya llevaba siete días conociendo al tal Sasuke no había logrado por ningún medio saber su apellido. Su madre le dijo que no era algo necesario de saber, su padre le dijo que no sabía, que todos los tratos eran entre Kushina y Sasuke.

Naruto se encontraba pensativo recostado en su carpeta cuando sintió un golpe en su cabeza.-¡Auch! Kiba idiota- le gritó a su amigo de toda la vida. El castaño solo se carcajeó –eso es para que dejes de andar perdido en tu mundo de sueños- Kiba se acomodó en la carpeta a su costado al tiempo que Shikamaru, otro de sus amigos, se acomodaba en la otra carpeta dedicándole un corto saludo.

-¿Y cómo vas con tu niñera?- se burló Kiba. El rubio hizo una mueca –no digas estupideces aunque puede que eso te sea imposible – se burló antes de continuar – aunque hay algo que me tiene intrigado –

El castaño lo miró curioso -¿qué ocurre? ¿Tiene otro defecto a parte de ser mudo?-

Naruto hizo una mueca de cansancio "si supieran la lengua venenosa que tiene" pensó. Se permitió estirar los brazos para destensar los músculos y acomodarse mejor antes de seguir con la charla – lo que pasa es que no logro que alguien me diga su apellido-

Shikamaru lo miró raro -¿y que tiene eso de extraño?- le cuestionó. Naruto volteó a mirarlo sorprendido ante su falta de preocupación – ¿No te das cuenta de que podría tratarse de alguien peligroso?, mamá siempre trata con todo tipo de maleantes y eso-

Kiba se acercó al oído del rubio para poder susurrarle algo que al final también llegó a ser escuchado por el Nara -¿y que tal si es un violador?- Naruto sintió un escalofrío recorrerlo de pies a cabeza y una risita nerviosa se le escapó.

Shikamaru en cambio los miró a los dos con fastidio, a veces se preguntaba porque había estrechado lazos de amistad con ellos ¿realmente se creían todo eso que acababan de decir? – Sí, claro Naruto, tu madre pondría cerca de ti alguien que pudiera hacerte daño ¡vamos piensa un poco!-

Naruto suspiró tranquilo – tienes razón-. Kiba no contento con eso decidió volver a intervenir -¿y si tiene a Kushina-san bajo amenaza?

Shikamaru terminó de convencerse de que no era sano seguir juntándose con el castaño –Kiba hazle un favor a Kami-sama y cierra esa maldita boca- dijo dando por terminada aquella absurda plática.

El día se había pasado rápido entre pláticas tontas, el almuerzo y el tradicional tiempo de molestar a las chicas. Eran las cinco treinta cuando Naruto salía con su característica sonrisa que no le duró mucho cuando reconoció el carro de su madre estacionado en la acera de en frente. Suspiró resignado a pasar lo menos desapercibido y caminó rápido antes de lograr que Sasuke bajara del carro y lo avergonzara públicamente otra vez. Abrió la puerta del automóvil negro del año y se acomodó en el asiento del copiloto.

-Te dije que no era necesario que vinieras a recogerme- dijo el rubio al tiempo que se acomodaba el cinturón de seguridad.

Sasuke lo miró de reojo –sólo me aseguro de que el nene de Kushina-san llegue a salvo a su casa- le contestó en su clásico tono burlón.

-¡Teme¡- El rubio hizo un puchero y fijó su mirada en la ventana intentando distraerse en lo que fuera.

Había pasado casi media hora y el carro no se movía, era uno de esos días en donde el tráfico era la cosa más desquiciante del mundo, eso sumado al silencio sepulcral que reinaba en ese momento estaban terminando por exasperar al hiperactivo ojiazul – oye Sasuke, ¿Cuándo sacaste tu licencia de conducir?-

Sasuke lo miró con sorpresa, seguramente Naruto se encontraba tan aburrido que había optado por dirigirle la palabra de nuevo –hace como un año-

-O sea debo suponer que al menos eres un año mayor que yo- dijo más para si mismo.

-tengo diecisiete igual que tú- le contestó inmediatamente el otro sin perder de vista el camino.

La cara del rubio se desencajó -¿cómo es posible si aun no me permiten sacarla a mí?- le interrogó con desesperación posando sus dos ojos azules sobre el chico al volante.

-Pues fácil vas, das el examen y listo- le respondió de la manera más natural.

-eso ya lo sé teme, pero aun eres menor de edad-

-¿y? esas son las ventajas de ser un…- el pelinegro detuvo sus palabras allí mismo recapacitando en lo siguiente a decir – algunos somos privilegiados- terminó por agregar. De pronto sintió como la atmósfera se tensó y se permitió desviar la mirada hacia el rubio observando su evidente estado de nerviosismo.

Naruto tragó saliva –¿tú amenazaste a alguien o pagaste una fuerte suma de dinero? Y dime la verdad- la conversación con Kiba y Shikamaru venía a su mente en esos momentos, sólo había una manera de conseguir esos tipos de privilegios, quizá y hasta Sasuke estaba vinculado con la mafia y de verdad era alguien peligroso disfrazado bajo esa imperturbable apariencia.

Sasuke dibujó una fugaz sonrisa atando los cabos rápidamente, el ojiazul era tan fácil de leer. Entonces decidió que era momento de fastidiar un rato al pobre chico que seguramente estaría a punto de empezar a temblar. Giró a la derecha en la siguiente cuadra y aceleró hasta un lugar descampado. Se estacionó y puso los seguros del auto ante la atenta y llena de terror mirada del rubio. El momento era realmente divertido.

Naruto estaba entrando en shock, era bueno peleando lo sabía pero podía estar frente a un profesional y eso le preocupaba mucho, é era tan joven con tantas coas que aun no había experimentado. A esas alturas solo esperaba que lo matara rápidamente y sin dolor. De pronto notó como el pelinegro se acercaba peligrosamente poniendo sus labios cerca de su oído.

-Adivina ¿qué? – Le susurró despacio poniendo todo la burla que podía en su voz – soy un asesino en serie- terminó por decir.

El rubio se quedó estático sin saber que decir o hacer esperando cual sería el siguiente movimiento del sujeto junto a él. Su garganta estaba seca y no se le ocurría nada, nunca pensó que podría estar en una situación así. De pronto observó como Sasuke se recostaba en su propio asiento mientras lo observaba divertido, notó una sonrisa burlona aparecer en sus labios y de un momento a otro se sintió algo aliviado –eres un usuratonkachi- le dijo el pelinegro.

Naruto lo miró desconcertado como pidiendo una explicación -¿en serio crees que soy un asesino o algo por el estilo? Si serás idiota- le dijo. Fue en ese momento que el rubio se dio cuenta de la situación, de lo vergonzoso de su estado y de la treta que había armado Sasuke –tú miserable bastardo, me estaba cagando de miedo- le recriminó ante la mueca altiva del ojinegro.

-Yo no tengo la culpa de que seas tan dobe, dobe-

-jódete Sasuke- le gritó – y llévame a casa- agregó en un tono mas bajo.

-Si realmente fuera un asesino ayudaría al mundo eliminado a gente tan idiota como tú y tu amigo Kiba- le dijo con sorna. El rubio fijó su mirada en él –Ya cállate de una puta vez- y fue en ese momento que vio por primera vez una risa sincera en los labios de Sasuke y una sensación extraña, que no era miedo, lo recorrió. Un casi imperceptible rubor en las mejillas le obligó a girarse hacia la ventana y rogar a Kami-sama que Sasuke no contara nunca lo que había pasado esa tarde.

¿q les pareció? Se entiende algo?... bueno quejas, sugerencias y críticas serán bien recibidas.

Bye bye.